La leyenda de korra no me pertenece. Solo escribo para divertirme y sin fines de lucro.

Bueno, hola a todos los que ya han leído mis historias, aquí les traigo mi nuevo proyecto =) Espero les guste.

Capitulo 1

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El sol brillaba en lo alto del cielo aquella tarde de primavera en el reino tierra. Los pájaros cantaban, el viento soplaba suave. Todo aquel paisaje estaba inundado por un aire de paz y tranquilidad que te invitaba a recostarse en el césped y simplemente observar las nubes y relajarse.

Sin embargo, por más que quisiera estar en ese campo abierto recostada a la sobra de un árbol, sabía bien que no podía… de hecho ni siquiera debería estar viendo por la ventana en estos momento, debía concentrarse en lo que estaba aconteciendo en aquel lugar. Suspiro cansada por enésima vez y fastidiada vuelve su mirada al principal interlocutor que no paraba de argumentar a su favor.

Chang pensó Korra, aquél hombre mayor, regordete y adinerado. Era bastante inteligente, debía admitirlo, sin embargo lo que tenia de inteligente, también lo tenia de avaro y egoísta.

- Esto es lo mejor para todos, se lo aseguro su señoría- hablaba el regordete hombre dirigiéndose tanto al juez como a la audiencia.

- No es lo mejor y tú lo sabes sucio Chang. ¡Mis tierras y las tierras de todo el pueblo quedaran afectadas con este proyecto!- dijo un hombre, que respondía al nombre Asuma, bastante exaltado levantándose de su asiento mientras el resto de los campesinos tras de sí, alzaban la voz y daban bitores a favor de quien los representaba.

- Orden, orden he dicho- gritaba el juez a la vez que azotaba su martillo para que el bullicio de aquella sala se apaciguara.

Un nuevo suspiro más cansado salía de los labios de la mujer morena. Tal parece que esa discusión no terminaría nunca.

Entendía a la perfección que dicho juicio era importante: El hombre mayor, que respondía al nombre de Chang era un importante empresario que había conseguido su fortuna a través de las plantas eléctricas instaladas en las grandes ciudades. Debía admitir que su proyecto en un principio era ambicioso pero a la vez eficaz, ya que las ciudades crecían cada día mas por lo que necesitaban un nuevo sistema de alumbrado.

Chang fue aplaudido y apoyado por muchas figuras importantes, incluyéndola a ella, sin embargo, con el tiempo comenzó a develar su verdadera personalidad. Una vez instalado el alumbrado público en las ciudades, Chang quiso expandirse a los pueblos, alegando que también ellos requerían un alumbrado eficaz. Algunos pueblos de la nación del fuego y otros del reino tierra aceptaron gustosos, a pesar de los daños y el costo de las instalaciones. Korra veía todo esto de una manera suspicaz, pero aun así no podía interferir si ambas partes estaban de acuerdo con el proyecto. Solo le quedaba observar. Pero gracias a los espíritus, un pueblito al este de la capital del reino tierra estaba en contra de tal proyecto, brindándole a ella la oportunidad de intervenir.

Se trataba de un pueblo pequeño, con un no muy elevado número de habitantes, que vivían principalmente de la agricultura, las cosechas y la exportación de esta a las grandes ciudades. A pesar de seguir utilizando el fuego para iluminar sus noches, sabían que si implantaban alumbrado público tendrían una comodidad a costa de un gran daño: necesitaban un gran terreno para implantar dicha planta, por lo que el espacio usado para las cosechas se vería notablemente reducido, perjudicando además, el sustento económico del pueblo.

Todo estaba a favor de los pobladores y su moción, pero al ser Chang un hombre con bastante influencia, el juicio no se le daría por perdido tan fácilmente.

Volvió su atención al bullicio que no había acabado. Todo parecía indicar que ese juicio no acabaría pronto. Desde que hora estaba aquí… ¿desde las 4 de la tarde, las 3 quizá? No recordaba con exactitud. Ya iban a dar las 8 de la tarde y ella estaba más que harta, solo deseaba estar en casa, con su esposo, sus hijos, su familia. ¿Cómo estarán todos en casa? Se permitió preguntar mientras su atención salía a dar un paseo nuevamente.

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"Doy constancia que la triada de maestros compuesta por Cho el maestro tierra, Hiroki el maestro agua y Kuroi el maestro fuego, fueron detenidos infragantes la tarde del 20 de septiembre del presente año. Cargos: extorción, amenaza, robo y destrucción de de un establecimiento ubicado en…"

- ¡Devuélvemelo!

- Claro… ¡solo si me atrapas, ñe!

- ¡Eres un…!

Adiós a la calma pensó Mako para su pesar. Por más que amara a sus hijos, sí que lo sacaban de quicio de vez en cuando. Suspiro cansado como solo un padre sabio hacerlo. El informe policial que debía entregar al día siguiente tendría que esperar, lo terminaría luego, incluso si debía quedarse hasta entradas horas de la madrugada para terminarlo.

Se Levanto de su escritorio guardo las cosas con calma, aun escuchando el bullicio que sus hijos formaban en la sala de estar, por lo que sabía que aun no se habían matado el uno al otro. Cerró la puerta de su estudio y a paso perezoso se dirigió hacia donde provenían los gritos, pero… Algo no está bien pensó Mako aun en el pasillo que lo conducía a la sala. Los gritos habían cesado repentinamente, por lo que adelanto su caminar para ver qué era lo que acontecía.

Se quedo parado inmóvil ante la escena que se montaba en su sala. Sus hijos, quietos y silenciosos, cada uno en sus asuntos sin molestar al otro. No entendía que estaba pasando, como era que desde su estudio escuchase como sus hijos montaban tal alboroto, para luego llegar y encontrar todo en perfecto orden, ¿se había vuelto loco acaso? Paso la mirada por sus hijos y la estancia en general, intentando encontrar una pista que le indicase lo que había ocurrido. Su hija tranquila escribiendo su diario de vida, su hijo jugando con algunas figuras de acción y, de repente, lo vio.

Vio esa peculiar y adorable sonrisa de satisfacción en el mayor de sus hijos. Minako, eres mi héroe hijo, pensó mientras una mirada de padre orgulloso se dirigía al mayor de sus hijos, mientras este seguía leyendo su libro como si nada. Ese niño sí que sabía controlar a sus dos hermanos pequeños.

Minako, el mayor y primer hijo, ya tenía 12 años y era todo un prodigio y orgullo para sus padres. Su carácter era el propio de su padre: reservado, tranquilo, con ese instinto protector hacia sus hermanos, mientras que todo lo demás era 100% Korra. Físicamente era se réplica exacta, piel morena, cabello castaño atado en una coleta alta y brillantes ojos azules, alegre y un gran maestro agua. No estaba del todo seguro de donde había sacado ese carácter tan calmado, tomando en cuenta el ataviado embarazo que tuvo su esposa sumando el hecho de que ese niño era Korra en su versión masculina. Luego poso su mirada en su hija Anali, su hermosa niña de 9 años. Todo lo contrario a Minako, Anali era su propia versión en femenino: piel blanca, largo cabello negro adornado de una cinta roja, ojos dorados, pequeña maestra fuego, calmada y tierna de vez en cuando, aun que también sacaba a relucir su tempera mentalidad, viveza y orgullo heredados de su madre. Por último estaba el menor de sus hijos, Haru de 6 años. Todas las personas decían que ese niño era la mezcla perfecta entre ellos dos, aun que esa mezcla "perfecta" se asimilaba bastante a un remolino. Haru tenía la piel ligeramente morena, corto cabello negro y lindos ojos celestes. Aun que tenía los rasgos físicos idénticos a los de Mako, su carácter sí que era herencia directa de su madre, era hiperactivo, juguetón, gritón y todo lo que un niño puede ser. Aun que lo que no era herencia de ninguno de los dos, era su poder con la tierra, herencia de su tío Bolin.

Esos tres niños, sus tres hijos escandalosos, hiperactivos e impacientes que le causaban más de un dolor de cabeza, eran su orgullo y junto con su esposa Korra, eran su felicidad y lo más preciado que tenía en la vida.

- Aaammm… ¿Papá, estas bien?- lo llamo Minako, el mayor de sus hijos.

Ante tal voz, Mako salió de su ensoñación y se dio cuenta de que tenía tres pares de ojos puestos en su persona, que lo miraban atentos, dudosos y algo extrañados. ¿Cuánto rato se había quedado mirando a sus hijos?

- Eehh… no pasa nada hijo- Dijo Mako con una sonrisa tranquila para despreocupar a su hijo- solo estaba… perdido en mis pensamientos- termino diciendo el padre viendo como el niño que había hecho la pregunta le sonreía con tranquilidad, como si supiera en lo que su padre había estado pensando. Había tranquilizado a un par de ojos, pero aun quedaban dos pares más que lo seguían mirando atento.

- Papá- llamo tranquila su hija al momento que se podía de pie.

- ¿Si Anali?- le dijo inclinándose para estar a su altura.

- Ya serán las 8 y no hemos cenado aun- dijo algo apenada la pequeña.

¡Cierto! ¡¿Como había olvidado algo como eso?! Tan ensimismado estaba en terminar su informe y luego en ver a sus hijos tranquilos, que se había olvidado por completo de preparar la cena. Espíritus, si su esposa se enterara de que sus hijos aun no han comido nada, ciertamente lo mataría.

Los niños, al ver que su padre progresivamente cambiaba su expresión de tranquila a una preocupada y alarmada, intercambiaban miradas entre sí, asintiendo al momento que sabían lo que debían hacer.

- Si quieres puedo preparar ramen instantáneo- dijo inocentemente la niña intentando calmar a su padre.

- O bien puedo preparar algo de arroz con pescado, aun que tomara algo más de tiempo- dijo su hijo mayor al momento que se acercaba a donde estaban ellos.

- ¡Yo voto por el ramen!- dijo emocionado el más pequeño de sus hijos.

- Tú eliges papá- dijo por ultimo su hija.

Y en ese preciso momento el hombre se quedo boqui abierto y algo asombrado. Él era el padre, él era el mayor en esa casa, y aun así allí se encontraban sus hijos ayudándole con su labor. Tal parece que sus hijos habían acatado demasiado bien la orden dada por su madre antes de partir: "ayuden a papá en todo lo que puedan y vigilen que no queme la casa, ¿si, mis tesoros?" Definitivamente era un hombre afortunado al tenerlos como sus hijos.

- El ramen instantáneo no es una comida muy nutritiva que digamos, Haru- dijo el hombre riendo y dirigiéndose a su hijo, mientras este ultimo solo hacia un puchero- Cocinare arroz y pescado y ustedes serán mis ayudantes, ¿les parece bien?

- ¡SI!- gritaron emocionados al unisonó sus tres hijos corriendo en dirección a la cocina para poner manos a la obra.

Mako rio al verlos correr entusiasmados, levantándose y dirigiéndose hacia donde estaban sus hijos que ya estaban acomodando los materiales que necesitarían. Bien sabía que tendría bastante que limpiar una vez que terminasen de cocinar, ya que cuando esos tres se las daban de cocineros, dejaban un verdadero desastre, pero aun así no dejaba de ser divertido cocinar en compañía de sus hijos.

- ¿Papá?- Pregunto Haru jalándolo de sus ropas- ¿Cuando vuelve mamá?

- Mamá ahora mismo está en un juicio importante en un pueblo del reino tierra- explico calmadamente Mako- Pronto volverá, te lo aseguro- termino diciendo al momento que levantaba a su hijo en brazos.

Aun que el niño quedo tranquilo con la respuesta dada, Mako comenzó a pensar en lo lejos que estaba su esposa. ¿Estaría bien? ¿Habrá perdido o ganado? ¿Los extrañaría tanto como ellos lo hacían? Se interrogo mentalmente el oji dorado. Su esposa ya hace unos cuatro días estaba en el reino tierra, evaluando la situación del pueblo y la planta de electricidad, decidiendo si esta debía colocarse o no.

Ciertamente Le hubiese encantado ir en su lugar, como había hecho cientos de veces cuando Korra estaba embarazada o cuando esta se quedaba en casa para cuidar de sus hijos pequeños, sin embargo Chang y el alcalde del pueblo habían sido tajantes en lo referente a que debía ser la avatar y nadie más que ella la que se hiciera cargo del asunto, por lo que no quedo otra que aceptar la petición.

Espero estés bien mi amor pensó dirigiendo dichas palabras a su esposa.

- ¿Papi?- escucho nuevamente una vocecita que provenía del niño que tenía en sus brazos.

- Dime hijo.

- ¿Que es un juicio?- pregunto inocentemente el niño, mientras Mako solo sonreía pensando en que contestarle a su hijo.

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No podía mas, realmente no podía. Había estado todo el día encerrada en esa sala mientras el juez escuchando a ambas partes e intentaba dar un veredicto que dejara a ambas partes satisfechas. Pero ella bien sabia que eso no pasaría, no había forma en que ambos quedasen felices. Solo en el caso de que el juez no pudiese tomar una decisión optima, ella siendo la avatar podría intervenir y fallar a favor de una de las partes basándose en todo lo expuesto anteriormente y en bien común. Por lo que decidió tomar cartas en el asunto.

Mientras la discusión seguía, Korra se levanta de su lugar en el jurado y con un asentimiento le indica al juez de que ya era hora de tomar una decisión. El juez viendo que la avatar ya había decidido junto con el resto de los miembros del jurado, golpea su martillo para que la sala prestase atención a lo que diría la avatar. Todos los presentes se calmaron y depositaron su atención en la mujer oji celeste.

- Señor juez, miembros del jurado, señor Asuma y señor Chang- Hablo solemnemente la mujer- En todos mis años de vida como avatar he estado en situaciones en las que he tenido que saber tomar las decisiones correctas. Viendo los terrenos de plantaciones, el pueblo y escuchando los argumentos dados por ambas partes he tomado una decisión final que espero deje a ambas partes satisfechas- pauso la avatar para luego continuar con su discurso- En nombre del título que represento, falló a favor del señor Asuma y de los agricultores, en vista de que una plantación eléctrica en un pueblo agricultor como es este, traería mas desventajas que ventajas. Eso es todo- termino diciendo la avatar mientras volvía sobre su asiento y escuchaba los vítores y expresiones de júbilo de parte de los locales, mientras el sequito de Chang no hacía más que mirarla con el ceño fruncido e insultarla en voz baja.

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Finalmente uno a uno los presentes se retiraban de la estancia. Los agricultores se acercaban a ella para darle las gracias personalmente, mientras veía como Chang y su sequito, metros mas allá, la estaban observando y esperando que el tumulto a su alrededor se apartase para hablar con ella.

- Avatar Korra, no sé como agradecerle lo que ha hecho por mí y el pueblo- decía el señor Asuma.

- No hay nada que agradecer, señor Asuma. Solo hacia mi trabajo- dijo modestamente la avatar.

- Se lo agradezco de todo corazón- dijo el señor asuma mientras se inclinaba respetuosamente- Cuando vuelva a casa me encargare personalmente de hacerle llegar unas buenas cajas de las mejores verduras de la zona.

Korra sin saber cómo negarse sin parecer grosera, solo movía sus manos en negación con una expresión apenada en su rostro. Estaba a punto de decir algo en su defensa hasta que fue interrumpida.

- Avatar- escucho una molesta vos tras de sí que la hiso voltear, era Chang- Me decepciona, pensé que deseaba la modernidad para el mundo- dijo Chang mostrándose exageradamente ofendido.

- Si lo deseo, pero solo si ellos la desean también- dijo Korra al momento de apuntar a las personas que estaban tras de sí, los locales- Solo cumplo con mi deber de evitar que gente como tú, abuse de los que tiene menos- dijo desafiante la avatar.

- Lo dice la persona dueña de los cuatro elementos encargada de reprimir y castigar.

- No me provoque Chang. Puede que usted tenga dinero y sea poderoso de alguna manera, pero yo también lo soy- dijo aun mas desafiante la mujer sin dejarse intimidar.

- Bien entonces… veremos quién gana al final, avatar- dijo casi escupiendo la última palabra mientras haciendo señas a su sequito se largaba del lugar.

Tras esto, Korra había quedado tensa y molesta frente a la conversación. En su vida como avatar se había enfrentado montones de veces a gente como Chang, gente adinerada que creía que por tener influencia y cierto poder, podrían hacer lo que se les plazca. Pero ella estaba segura que eso no pasaría, no mientras ella este de guardia manteniendo el equilibrio y velando por el bien común.

Intento relajarse pensando en que todo había acabado. Ahora solo le quedaba retirarse al hotel donde se hospedaba y llamar a casa para saber sobre sus amores. Al día siguiente ya podría irse.

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Hola =D ¿Que les pareció?

Debo decir que soy nueva escribiendo un MaKorra pero bueno, me aventure a escribir uno propio. Espero sus opiniones ante este primer capítulo ^^

Sé que no escribo muy bien. Hay algunas partes mal redactadas además de repetición de algunas palabras, pero soy principiante en esto, por lo que espero ir mejorando cada vez mas =) les pido paciencia xD

Además, sé que no dije mucho en este primer capítulo, ya que solo ambiente la historia. En el siguiente capítulo ya contare mas ;D

Acepto todo tipo de comentarios, dudas, consejos, criticas, palabras de incentivo, etc… cualquier tipo de review es bienvenido

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Información extra:

En esta historia Korra y Mako tendrán 35 y 36 años respectivamente, para que se hagan una idea de su físico y su personalidad ya más madura.

Bueno me despido. Espero de verdad que les guste la historia, adiooos! *o*