«DDR» Inuyasha©Takahashi Rumiko.


La generosidad no necesita recompensa; se paga a sí misma.

Hippolite de Livry.


EL REGALO.

—Amo bonito… —susurró el pequeño demonio— la esencia de Naraku se pierde aquí.

Ajeno al comentario de su fiel sirviente, Sesshōmaru se concentró en olfatear si en efecto el olor de tal depreciable ser se había esfumado como él le llamaba, cuando comentó en un tono frío:

—Rin no lo toques.

Ante ese comentario la pequeña humana se quedó con la mano congelada hacia el inusual objeto, Sesshōmaru se acercó a ella y empuño a su espada «colmillo sagrado», espero por pocos segundos cuando comentó en voz alta:

—Apartate Rin.

—¡Ahhhhhhhhhh! —La pequeña humana dio un largo grito, pero se hizo a un lado y en ese momento Sesshōmaru con su poderosa espada destruyó al inusual objeto, el pequeño demonio preguntó con asombro.

—¿Usó a colmillo sagrado para eliminar a un espíritu del otro mundo?

El demonio no contestó.

—¿Era un espíritu señor Jaken? —Rin preguntó con interés—, pero si parecía un shamisen.

—¿Un shamisen? —cuestionó— ¿Acaso ese raro instrumento es algo que usan los humanos?

—Así es —contestó la pequeña Rin al decir con suavidad— mi madre tenía uno, es un instrumento musical, no recuerdo de qué era pero sus cuerdas eran de seda, cuando mamá tocaba, sonaba una hermosa melodía.

—¡Rin! —Sesshōmaru exclamó con su tono frío y monótono.

—Dígame señor Sesshōmaru… —contestó la pequeña Rin con una suave sonrisa, Sesshōmaru le preguntó:

—¿Sabes tocar ese instrumento que mencionas?

—¿El shamisen? La verdad no recuerdo… —respondió en un tono bajo— Apenas tenía…

Rin se quedó callada por varios segundos, incluso hasta Jaken notó su cambio de expresión de curiosidad a una de tristeza al ser invadida por una serie de recuerdos familiares, entonces Jaken preguntó sin tino alguno, lo usual en él:

—¿Qué te pasa mocosa?

Ante ese silencio abrumador, Sesshōmaru comentó en su tono frío:

—Es hora de partir.

Con esa frase, la niña se subió en el lomo del dragón de dos cabezas: Ah-Un, el pequeño demonio tomó la rienda del dragón y empezó andar.

Aunque en ella la tristeza no parecía desvanecerse se entretuvo en mirar el paisaje, por primera vez desde que viajaba con ellos se quedó en silencio, gesto que no pasó desapercibido para sus compañeros de viaje.


Horas después llegaron a las afueras de una gran aldea.

—Jaken… —Sesshōmaru ordenó a su leal sirviente—: Ve al lugar y busca la mejor posada que tengan.

—Sí amo bonito.

—¿Señor Sesshōmaru vamos a quedarnos ahí? —preguntó con asombro la pequeña Rin.

—No seas entrometida Rin… —Jaken inmediatamente respondió con molestia— Amo bonito nos va…

—Ve y lleva a Rin contigo. —ordenó en un tono cortante.

—Pero amo bon… —Jaken no tuvo opción a protestar porque su amo desapareció en el acto entonces comentó en voz alta—: Esto es raro porque usualmente no nos quedamos en posadas. ¿Por qué el amo bonito dio esa extraña orden?

—¡Eh!... Señor Jaken a lo lejos se ve una aldea y… —Ella iba decir algo pero el frío la hizo estremecer.

El pequeño demonio comentó sin pensar:

—Mejor nos damos prisa... —Le apuro— hace frío.

Les tomó cerca de dos horas en llegar a la aldea y ver la mejor posada del lugar, para su conveniencia quedaba en las afueras de la aldea y dado la distancia estaba vacía. Eso le gustó mucho a Jaken.

—Una niña humana con un demonio… —El dueño del lugar que era un aldeano algo huraño comentó con malestar al verlos llegar— ¡Qué extraño!

—No seas atrevido humano. —Le contestó de mala gana el pequeño demonio mientras Rin estaba detrás de él.

El aldeano contestó sin inmutarse ante su presencia:

—Con tal que paguen no tengo problema… ¡Ehhhhhhh! «Ío» instalalos —ordenó—, deja a ese monstruo— comentó señalando al dragón de dos cabezas —fuera de la posada, atrás hay… —El aldeano se quedó callado al ver delante de él al gran demonio-perro, le reconoció de inmediato y comentó en voz alta, en un tono algo nervioso—: El Señor del Oeste —hizo una formal reverencia en señal de respeto—. Lord Sesshōmaru es un honor tenerle aquí.

El demonio no contesto e ingreso al lugar para inspeccionarlo, Jaken preguntó:

—¿Amo bonito conoce al humano?

Lo que ellos nos sabían era que aquel aldeano no era humano, era un demonio que camuflaba su olor por medio de ciertas hierbas, en época de la vida del padre de Sesshōmaru le había servido como proveedor de alimentos para su ejército, ahora vivía como un simple aldeano.

—¿Qué es eso señor Sesshōmaru? —preguntó la pequeña Rin al mirar con atención, los paquetes que el youkai traía consigo y este sin decir palabra alguna extendió un kimono, el más largo de un fino acabado que se veía abrigado, incluso hasta Jaken se sorprendió de tal regalo.

—¿Es un Kimono de invierno? ¿Qué tiene ese otro paquete? —preguntó con la esperanza que sea un regalo para él, aunque tenía sus reservas porque su amo no le daba regalos todos eran para la pequeña Rin, entonces el youkai luego de poner el Kimono a la pequeña y darle otras prendas para que se abrigue, comentó en su tono frío que tanto le caracterizaba:

—Al anochecer caerá nieve... —reveló— Rin abrígate bien.

—Si señor Sesshōmaru gracias por los regalos —contestó la pequeña humana con una sonrisa tan cálida que sorprendió al dueño de la posada.

—Y yo me voy a morir de frío. —Jaken murmuraba en voz baja con reproche.

—Jaken.

—Siii… Si amo bonito.

—Ve por leña —ordenó— y que el dueño de la posada te guíe para que compres provisiones, se aproxima una gran tormenta. —reveló con seguridad.

Ante esa frase tanto el pequeño demonio como el dueño de la posada salieron del lugar, al quedarse solo el Sesshōmaru con la pequeña niña extendió el segundo regalo.

—Para ti. —comentó en un tono bajo.

La pequeña Rin esta vez se mostró sorprendida, no dudo en abrir el extraño y gran paquete.

—Es… Es… Es un shamisen —Su voz denotaba alegría—. Gracias señor Sesshōmaru. —Le sonrió con sinceridad.

—Toca algo para mí. —Le solicitó Sesshōmaru con su típico tono frío.

La pequeña Rin que apenas podía con el instrumento musical debido a lo grande que era, le tomó unos minutos colocarlo sobre sus pequeñas piernas y al tomar un dedal hecho de cuerno de búfalo, notó lo grande que le quedaba pero no protestó y con cuidado se lo puso en su dedo índice en la mano derecha. Ella estaba fascinada con el regalo.

Entonces empezó el tormento, ella al intentar tocarlo a pesar de tomarse su tiempo para recordar cómo iba la canción que siempre tocaba su madre, lo único que consiguió fueron acordes completamente desafinados.

Incluso el gran demonio-perro se sorprendió de escuchar algo tan horrible pero no comentó nada, cuando Jaken soltó de forma abrupta los leños que traía y detrás de él, el viejo aldeano huraño lo miraba con asombro.

—¡Rin eso fue espantoso! —Jaken comentó sin pensar.

La pequeña niña sonrió con nerviosismo y preguntó con vergüenza:

—¿Sonó tan mal?

—Sigue tocando Rin. —Le ordenó su amo sin expresión alguna.

—Pero amo bonito... —Jaken protestó inmediatamente— ella toca horrib… —calló al sentir la mirada intensa del demonio.

—Haré mi mayor esfuerzo —La pequeña niña comentó con emoción—. ¡Lo prometo!

Nuevamente intentó tocar pero incluso hasta el dragón de dos cabezas protestó, el aldeano se tapó los oídos al igual que Jaken, Sesshōmaru lejos de detenerla preguntó con interés al aldeano:

—¿Existe en esta aldea alguien qué toque este instrumento?

El aldeano lo miró desconcertado y movió la cabeza en un gesto negativo, el youkai tenía la intención de que mientras dure la tormenta quedarse unos días en aquella posada, aprovecharía para saber si había alguna persona que pudiera enseñarle a Rin a tocar ese instrumento.

—Jaken busca en las aldeas cercanas a esta —ordenó— alguna persona que tenga conocimiento de cómo tocar ese instrumento.

—¿Qué?...—cuestionó— Amo bonito falta poco para que anoch… —El pequeño demonio no pudo seguir con sus protestas ante la mirada intensa de su amo, y añadió con resignación—: Iré por Ah-Un.

—Tal vez pueda ayudar... —habló el aldeano— ven conmigo y te daré una nota, busca a esta persona en la aldea del norte está pasando el río, en las afueras de la aldea hay un ermitaño, él sabe tocar ese instrumento… —reflexiono— aunque dudo que lo puedas convencer.

—¿Un ermitaño?— preguntó Sesshōmaru.

—Se dice es un «hanyō» —el aldeano comentó sin pensar—, mitad humano mitad demonio que se auto aisló en las afueras de la aldea, él toca el instrumento como ninguno.

Omitió expreso decir que le conocía pero de vista porque nunca antes lo había tratado, pero al mirar a Lord Sesshōmaru no dudo que él se diera cuenta de quién hablaba.

«¿Un hanyō? ¿Será Ina?». Pensaba con interés el gran demonio-perro entonces ordenó:

—Jaken quédate aquí.

El pequeño demonio no tuvo opción de protestar, su amo salió del lugar y se transformó en una pequeña luz y desapareció, Jaken miró a Rin que seguía tocando gritó:

—¡Deja de tocar ese maldito instrumento infernal!

—¡No quiero! —refutó la pequeña niña y acotó con rapidez—: El señor Sesshōmaru dijo que tocara.

—Rin eso suena horrible.

Jaken iba decir algo cuando el aldeano le preguntó con curiosidad:

—¿Desde cuándo Lord Sesshōmaru anda con una niña humana?

—Es una larga historia... —Jaken suspiró con fastidio— mejor no preguntes si valoras tu miserable existencia —La molestia en su voz era clara—, vamos por más leña.

—Señor Jaken si ya trajo la leña.

—Cállate mocosa... —refunfuñó el pequeño demonio y comentó con malestar—: El amo bonito encima que me deja morir de frío le trae obsequios a esta mocosa y… ¡Deja de tocar Rin!... Eso suena espantoso. —Jaken chilló con enojo.

—¡No quiero! —Rin replicó con molestia—, le prometí al señor Sesshōmaru que haría mi mayor esfuerzo.

—¡Tortura! —refunfuño el pequeño demonio.

—¡Qué malo es señor Jaken! —exclamó la pequeña niña haciendo un leve puchero, no por eso iba dejar de tocar aquel instrumento.

El falso aldeano los miraba con desconcierto pero optó por no emitir comentario alguno y al ver el cielo tornarse oscuro se dio prisa en salir del lugar, aún faltaban leños que cortar y provisiones que comprar.


Mientras Rin torturaba a Jaken con su horrible forma de tocar, Sesshōmaru llegaba a una inusual cueva, esperó varios segundos cuando un monstruo de dos cabezas salió a recibirle.

—Reconocería ese olor —comentó con asombro—, el hijo del gran Inu no Taishō está aquí.

—¿Sigues devorando niños humanos? —La pregunta la hizo al ver cadáveres de niños humanos en el lugar.

—No... —respondió— ya deje esos vicios en el pasado —afirmó con seguridad—. ¿Qué le trae por aquí?

—Tenía la necesidad de encontrar alguien que toque shamisen.

—¡Oh!... Ese instrumento de los humanos es maravilloso —reflexiono—, ¿desea que lo toque para usted?

Sin esperar una respuesta ingresó a la cueva y salió con un shamisen de de piel de víbora.

—Ven conmigo. —Sesshōmaru ordenó.

—¿Adónde?

—No preguntes.

El hanyō no volaba pero tenía la capacidad de correr con gran rapidez, por lo que les tomó poco tiempo llegar, al estar cerca de la posada el hanyō preguntó con asombro:

—¿Quién puede tocar de esa forma tan espantosa?

—Etto!... Amo bonito está de vuelta… —comentó Jaken con pesar. Le dolían los oídos de escuchar a Rin tocar el instrumento.

Sesshōmaru no contestó.

El hanyō no pudo evitar susurrar al ver a la pequeña Rin:

—Ella se ve tan deliciosa. —Se relamió los labios pensando en el placer que iba experimentar al devorarla, sin embargo más tardó él en hacer el comentario que Sesshōmaru responder con su usual frialdad:

—Intenta hacerle algo y te mato. —Le amenazó de forma cortante.

El hanyō le miró con asombro y una extraña sonrisa se cruzó por su rostro.

—¡Increíble! ¿Quién lo diría?... —comentó con saña— Parece haber heredado los extraños gustos de su padre por los humanos.

Jaken se quedó perplejo por la mirada que le dio su amo, pero el hanyō no se amedrento.

—Para... —ordenó en un tono brusco— es una abominación lo que haces.

La pequeña Rin miró con atención al medio demonio y se acercó youkai.

—Señor Sesshōmaru regreso —afirmó con una cálida sonrisa—. ¿Quién es él?

—¿No me tienes miedo niña? —preguntó el hanyō con asombro.

La pequeña Rin contestó con toda inocencia:

—¿Debería? —Ella no le tenía miedo a pesar de su aspecto grotesco, sencillamente porque aquel hanyō había acompañado de su amo.

Ina observó con interés a Sesshōmaru ponerse a la altura de la pequeña.

—Durante los días que estaremos en esta posada... —reveló— Ina te va enseñar cómo tocar ese instrumento.

La pequeña Rin sonrió con gran emoción.

—Eso es maravilloso señor Sesshōmaru —respondió— si aprendo a tocar este instrumento podré cantar con música.

—Si cantas como tocas lamento que los acompañes… —Ina replicó con malicia y burla, pero al ver la mirada entrecerrada del youkai temió por su vida y acotó con rapidez—: Pon atención pequeña humana porque tendrás el privilegio de tenerme como maestro.

Sesshōmaru se acomodó cerca de ellos y puso atención en cómo su pequeña protegida miraba con atención a Ina, el dueño de la posada se retiró para prepararse para la llegada de la tormenta, no sin antes decir en voz baja:

—Ahora sí lo he visto todo.

Jaken suspiró con pesar, tener que escuchar a Rin cantar era una cosa pero que toque ese horrible instrumento, como él lo catalogo, sería una completa tortura sobre todo porque no sabía en qué tiempo ella dominaría aprender a tocar tal instrumento y por la mirada que su amo le dio entender, si él intentaba romper aquel instrumento el youkai lo iba a castigar o peor aún lo podía matar, sobre todo cuando la pequeña Rin se mostraba tan emocionada por aprender a tocarlo.

El pobre Jaken volvió a suspirar con resignación ante la tortura musical que iba a ser sometido, pero si la pequeña Rin aprendió a tocar o no ese instrumento eso ya forma parte de otra historia.

Fin.