Esta es una traducción hecha por Fanfics Twilight.

La historia original le pertenece a Robicorn, en el perfil encontrarán el link de la historia en inglés.

Los personajes le pertenecen a Stephenie Meyer y la trama a Robicorn.

Este fic contiene lenguaje adulto, y escenas de sexo explícito, los menores que lean esta historia quedan bajo su responsabilidad.

Traductoras de este FanFic: Nora Chechi Valdez Gomez/MarceStylo/Diana Mendéz/Flor Amado/Mary Cocco/Regina admi Fanfics Twilight

Portada del fic por: Vanerk (en el perfil).

Traductora del capítulo: Regina

Capítulo beteado por: PknaPcosa

Re-editado: Mercedes Mejía

*O*O*O*O*

Nota de traductora: Hola lectoras, aquí les dejo un nuevo cap, miles de gracias a todas las que se toman el tiempo de leer nuestra traducción y sobre todo comentar cada capítulo. Trato de contestarles a todas, si alguna se quedó sin respuesta, mil disculpas. Antes que nada, quería contarles que una nueva beta se ha sumado a nuestro grupo, ella es Pkña Pcosa y nos ha dado una gran ayuda, ahora somos más y el trabajo se agiliza. También hay traductoras nuevas que presentaremos la semana que viene ;) Gracias a ellas por ayudar en esta traducción ¿qué les parece nuestro trabajo?

Ahora si disfruten el cap, que cada vez se pone más intenso.

Mordiditas


Capítulo XIII

Ala Rota

Edward's POV

—No te preocupes, Bella, mamá te adorará —dije sonriendo a mi Ángel para darle confianza.

—Nunca antes he… tú sabes… conocido padres —dijo mientras se acercaba a mí.

Se veía adorable tan nerviosa. Todo lo que podía hacer era reír y sacudir la cabeza. La empujé hacia dentro de la casa y nos topamos inmediatamente con el aroma a ajo, cebollas y tomates. Sabía que mamá debía estar haciendo lasaña.

—Hey mamá… estamos aquí —llamé, tomando la mano de Bella en la mía. Mamá salió de la cocina para encontrarnos. Cuando nos vio, saltó directo a nosotros, envolviéndonos en un abrazo. Bella se tensó un poco al principio, pero luego se relajó.

—¡Bella, es tan bueno al fin conocerte! Edward dijo que eras hermosa, pero no creo que esa palabra te haga justicia. —El rostro de Bella se volvió rojo mientras torpemente le agradecía el gesto a mamá. Nunca antes la había visto tan tímida.

—Gracias por invitarme, la comida huele fantástica. ¿Hay algo en lo que pueda ayudar? —preguntó.

—¡Oh no, no seas tonta! Tú y Edward simplemente relájense, ya he pasado toda la tarde en la cocina —dijo mi madre mientras se excusaba para terminar la cena.

—Mi mamá tiene esto —Bella señaló a la imagen que colgaba en la pared con un poema escrito. El poema se titulaba "Huellas en la arena". Era de los poemas favoritos de mamá.

—Si, ese poema significa mucho para mi mamá —le dije a Bella—. Siempre le recuerda que no está sola.

Una vez que mi mamá terminó de hacer la cena, nos sentamos en la mesa de la cocina. No era nada pretencioso; una simple ensalada, algo de pan de ajo y una jarra del té helado de mamá. Dijimos una oración antes de comer, tomé la mano de Bella bajo la mesa mientras bajábamos nuestras cabezas. Cuando la plegaria terminó, Bella me sorprendió diciendo "Amén" con nosotros.

Le sonreí y el sonrojo volvió a sus mejillas.

—¿Cómo estuvo tu día? —mi madre preguntó.

—Estuvo bien —le dije a mamá, a pesar de que la advertencia de Carlisle me había molestado un poco. Me sentía muy mal por mentirle, pero no quería decirle la verdad tan pronto. Sabía que mamá no diría nada sobre Bella y yo, aún si él se lo preguntaba directamente. Le hablé de nosotros en absoluta confianza, pero también sabía que ella no le mentiría llegado el caso.

—Bella, te invité aquí para conocerte un poco mejor, pero tengo que ser honesta. Me preocupan los efectos que tendrá la relación sobre la vida de mi hijo…

—Mamá, por favor —empecé a interrumpir. Le aseguré a Bella que esto no era la gran cosa para mamá, le dije que no sería más que agradable y acogedora.

—Edward, cariño, déjame terminar —mi madre me interrumpió rápidamente. Ella me vio severamente y volvió su mirada a Bella—. Nunca había visto a Edward tan feliz, y sé que tú eres en gran parte la razón de esa felicidad, Bella; por eso es que los apoyo en esto. Solo espero que se tomen las cosas con calma y piensen sobre ello.

Miré hacia Bella, lucía realmente incómoda y roja como la salsa de tomate. No podía creerlo de mamá, nos estaba diciendo de manera indirecta que no tuviéramos sexo.

—Lo siento Bella, no quiero hacerte sentir incómoda, solo no quiero que ninguno de los dos tenga que hacer cosas para las cuales aún no están preparados, y me refiero a más que lo obvio. También me preocupa lo que suceda cuando la Iglesia y toda la comunidad descubran lo que pasa entre ustedes dos.

—Lo entiendo, Señora Cullen —Bella respondió. Froté su espalda en un intento por calmar sus nervios.

—Cariño, por favor, llámame Esme. De todas formas, sé que lo sabes, solo que odio los secretos, parecen tan sucios. La gente asumirá lo peor y pensarán que lo mantienen en secreto porque está mal; yo prefiero decir que la relación se mantiene en privado. Un secreto infiere que estás haciendo algo que no debes. Y ya que es un tema delicado con respecto a la edad, y considerando el papel de Edward en la Iglesia, sería sujeto a demasiado escrutinio —mi madre finalmente terminó.

—Gracias por tu apoyo mamá, realmente lo apreciamos. Estamos tomando las cosas con calma, un día a la vez —le aseguré.

—Bella, ¿Edward te habló de su padre? ─mamá le preguntó a Bella. Ella miró hacia mí y luego a mi madre, y luego nuevamente a mí.

—No, no lo ha hecho —dijo simplemente, sacudiendo al cabeza.

—Era muy joven cuando lo conocí —mi mamá comenzó—, tenía quince años y él dieciocho. Mis padres estaban furiosos de que saliera con él. Intentaron separarnos, pero solo me acercó más a él. Mis padres y yo teníamos grandes diferencias, y tan pronto como cumplí dieciocho los dejé y me mudé con él… —odiaba tener que escuchar esta historia. No lo consideraba mi padre, fue un cobarde.

»Lo amaba como si fuera el último hombre sobre la tierra, le di cada pedacito de mí. Le di tanto. Le hablaba de mis sueños y él solo me pisoteaba. Empecé a creer que realmente le gustaba hacerme llorar, le hice creer que tenía todo el poder sobre mí. Él amaba romper mi espíritu y tener control sobre mi vida. Una vez, cuando apliqué para la universidad, me golpeó, me dijo que estaba loca por pensar que podía hacer algo con mi vida. —Me estremecí, pensando en mi madre en esa situación. Ella se merecía algo mucho mejor.

»Estaba tan decidido a mantenerme encerrada y bajo control. Dijo que, si me casaba con él, aceptaría que fuera a la universidad… debí saber que era una mentira. Continuó destrozándome, haciéndome sentir sin valor. —Cuando hablaba sobre eso, no lloraba. No era porque no le doliera, sino porque había llegado a un acuerdo con ello, ya no dejaba que la lastimara.

»Luego, cuando tenía veinte años, asustada, sin saber a quién recurrir, quedé embarazada. Durante todo el tiempo que sufría con mi esposo, mantuve mi fe en Dios, pero en ese momento pensé que Él me había abandonado. Estaba desesperada, no quería que mi hijo tuviera la misma vida, no quería ser menos que una madre para él. ¿Cómo podía amar a un bebé cuando vivía constantemente deprimida? Seguí orando para encontrar un camino de salida a todo eso. Finalmente llamé a mi tía, aquí en Indiana, y pedí ayuda. Ella rezó por mí y me envió la imagen de la pared con el poema escrito que Edward te mostró. Después de leerlo me di cuenta que podía estar rota, pero aún podía volar… Por lo tanto, lo hice. No lo abandoné, tenía que irme. Sabía que Edward era un regalo… mi razón; no me sentía lo suficientemente digna de salvarme a mí misma, pero Edward, él era digno de salvar.

Cuando mamá terminó, el aire era denso, podía decir que Bella no tenía idea de qué responderle a mi madre.

—Lo siento —fue todo lo que fue capaz de responder. Yo le sonreí.

—No lo sientas por mí, solo quería que supieras que toda elección tiene una reacción. Cada vida tiene un plan. Se cautelosa, están patinando sobre hielo delgado y odiaría que atravesaran por cualquier sufrimiento innecesario —nos dijo mi madre, viéndonos amorosamente.

Bella y yo simplemente asentimos. Estaba tan acostumbrado a la conflictiva Bella, pero en este momento reconocí su madurez. Sin embargo, haría cualquiera cosa por estar con Bella, me sentía en equilibrio con ella, por ella. Estaba completamente enamorado.

Después de la cena, Bella y yo fuimos hacia el arroyo. Había estado muy callada toda la noche, lo cual era extraño en ella. Cuando llegamos al banco, la empujé hacia mis brazos.

—¿Estás bien? —le pregunté.

—Dios, odio esa pregunta —dijo sacudiendo su cabeza—. Pero la contestaré. Estoy bien, fue mucha mierda dicha esta noche, mucho para pensar.

—Lo sé… —dije. Estaba agotado emocionalmente, apenas podía pensar con claridad.

—Además —Bella continuó—, hablé con Jasper y está un poco enfadado conmigo… se siente abandonado o alguna mierda.

No podía pensar, estaba tenso. Sabía que tenía que aceptar a Jasper como una parte importante de su vida, pero no quería que la hiciera sentir culpable por mi causa.

—¿Qué le dijiste? —tuve que preguntar.

—Quedamos en un acuerdo. Es decir, sé que tú estás ocupado los domingos, entonces le dije que ese sería nuestro día. No es como si me pudieras invitar a una cena familiar.

Me sentía terrible por tener que mantener nuestra relación en "privado", como mi mamá lo había llamado. Besé su cabeza y asentí.

—Lo sé… odio no poder incluirte en cada aspecto de mi vida. No se siente bien cuando no estás.

—Yo también lo odio —admitió Bella.

Nos quedamos en silencio el resto de la noche, disfrutando la presencia del otro. Bella se fue alrededor de las diez en punto, y le dije que la vería en la Iglesia por la mañana.

Mañana, de nuevo estaríamos rodeados de gente, y teníamos que pretender que no había nada entre nosotros.

.

.

.

—¡Edward! —oí el vociferar de Emmett llamándome. Volteé para encararlo y me sorprendió verlo acercándose con Tanya. Ella no se separaba de Rose. Estoy seguro que era un intento de acercarse a mí. Todo era apariencias en ella, supongo que pensó que desde que volvimos a vernos, tenía sentido estar juntos.

Le di a Emmett una sonrisa genuina cuando se acercaba y un rápido saludo de un solo brazo.

—¿Cómo están? —les pregunté. Dejé a Emmett y me acerqué a Rose para darle un beso en la mejilla. Era como una hermana para mí. Crecimos juntos, la mayoría de las veces peleando, pero, en definitiva, ¿No es eso lo que hacen los hermanos?

Me di cuenta de que Tanya se acercaba a mí, esperando una bienvenida similar, pero no pude hacerlo, saqué la mano rápidamente para estrechar la suya. No estuvo contenta con mi saludo y se excusó para empolvarse la nariz.

—¿Cuál es el rollo con Tanya? ─preguntó Emmett, mientras Bella entraba a la Iglesia. Lucía perfecta y hermosa como siempre, solo una cosa estaba mal, el brazo de Jasper alrededor de su hombro. Me puse un poco celoso al ver su brazo alrededor de ella. Mis puños tensos a cada lado, me sentía impotente. Todo lo que quería hacer era ir hacia ella. Abrazarla. Besarla. Pero no podía. Entendía que no podían dejar de ser ellos como si nada, y por desgracia, no podía ser la razón.

—¿Edward? —Rose interrumpió mis pensamientos. Moví los ojos hacia ellos mientras desviaban la vista de Bella hacía mí.

—¿Qué? —pregunté, intentando distraerlos de preguntarme sobre Bella.

—¿Tanya? ¿No estás más interesado en ella? —Rosalie me preguntó.

—No, no románticamente —le dije—. Es solo una chica con la que salí en preparatoria, no estaba enamorado de ella entonces, y no lo estoy ahora.

—¿Por qué? —preguntó Emmett. Estaba un poco molesto y enfermo por todas las mentiras que habían salido de mi boca.

—Porque conocí a alguien más, y estoy seguro de que es el amor de mi vida —les dije… era la verdad.

—¿En verdad? ¡Es genial, hermano! ¿Cuándo vamos a conocerla? —preguntó.

—Ah… no la conocerás, al menos no por ahora —dije.

—¿Cuál es el gran secreto? —Rose intervino—. Solo invítala a cenar esta noche —sugirió.

—Escuchen, me encantaría hacer eso, pero todo es muy nuevo aún. Estamos tratando de mantenerlo en privado mientras nos conocemos. —Gracias Dios por la descripción de mi madre sobre nuestra relación—. No creo que estemos preparados para manejar ese tipo de atención y lo que puede causar. —Odiaba discutir sobre todos los enamoramientos de las niñas y mujeres que había en la Iglesia.

—¿Qué? ¿Hablas de todos los corazones rotos de las chicas al saber que ya estas ocupado? —Rosalie dijo sarcásticamente.

—Yo no pedí que ellas se fijaran en mí —respondí, y después Renée se acercó con Bella.

—Discúlpennos, solo quería venir a agradecerte Edward —Renée habló. El brazo de Bella estaba a unos pocos centímetros de mí, y la urgencia por tocarla me estaba volviendo loco.

—Fue muy lindo de tu parte pasar la tarde del sábado con Bella —dijo Renée.

—No hay de qué, de verdad; debería ser yo el que le agradezca a ella. Fue una gran ayuda para mí —le dije, tratando de ser el caballero que mi mamá me enseñó a ser. Por desgracia, Bella me lo estaba haciendo difícil. En el segundo en que el dorso de su mano rozó la mía, quería hacerle cosas impuras.

—Me alegra, Bella podría usar algunas buenas influencias en su vida. Me siento bendecida de que te tenga —también me sentía bendecido por tener a Bella, pero internamente me encogí por el comentario de una buena influencia. Ella confiaba en mí con su hija, y hasta ahora había lamido sus pechos, tomado en un bar y manejado con violencia mis celos. Vi hacia abajo a mi Ángel y le di una pequeña sonrisa. Era todo lo que podía darle con todas las personas a nuestro alrededor, y estaba matándome.

—Renée, Bella, creo que no conocen a Emmett y Rose McCarty. Emmett maneja mi banda, y Rose es la hija del Reverendo Carlisle —los presenté e intercambiaron saludos. Cuando vi a Emmett, podía decir que estaba viéndome con recelo, y tenía una extraña sensación, como si él ya lo hubiese descubierto. No estaba del todo seguro, así que ahuyenté esos pensamientos.

Renée dijo adiós, no hubo ninguna razón para que Bella se quedara. Sentí un remolino en mi estómago al ver a Bella partir sin poder despedirla propiamente. Se sentía tan mal negarla.

Emmett envolvió su brazo alrededor de mis hombros cuando vio a Tanya acercándosenos, caminé detrás de la tarima para terminar de organizar el escenario.

—No me digas que Bella es tu nueva chica —susurró Emmett, manteniendo su voz baja. Lancé algunos acordes y lo monitoreé en mi oído, esencialmente para evadir la declaración de Emmett—. ¿Esa es la razón por la cual es privado? Porque con privado quieres decir secreto, ¿cierto? —Emmett siguió acusándome. Dejé escapar un fuerte suspiro, incapaz de mentirle a Emmett.

—Escribí una nueva canción —dije, esperando distraerlo.

—Edward ¿en qué te estás metiendo? —sabía que solo estaba preocupado por mí. Podía oírlo en el tono de su voz. Sin embargo, no podía dejar de sentir rabia por lo que estaría pasando por su mente ahora mismo.

Apreté el puente de mi nariz y tiré de mi cabello.

—Escucha, sé que parece un gran problema, pero ten un poco de fe en mí. Nunca antes me había sentido así. Sé que hay muchas cosas malas, pero también hay un montón de cosas buenas que no tengo tiempo de contarte… solo no le digas a nadie, por favor —le supliqué.

—Tendrás que contarme todo mañana… junto con esta nueva canción —estaba sorprendentemente aliviado de que me haya dejado respirar por ahora. Me deseó buena suerte y caminó por el costado del escenario para juntarse con Rose.

—Jesucristo —rara vez tomo el nombre del Señor en vano, pero eso fue lo que me dije después que Emmett se fue.