Puedes estar distante,

Puedes estar ausente,

Puedes negarte,

Puedes decirme que ya no tienes tantas ganas de mí,

Puedes repetirlo,

Puedes fingir,

Puedes callarlo,

Puedes estar acostumbrado,

Puede que ya no me quieras,

Que ya no me desees,

Que ya no sientas lo mismo,

Que ya no sea como al principio,

Puede que ahora lo que sientes sea cariño,

¿Se te evaporo el deseo?

¿Estamos destinados a querernos y ya?

¿Qué nos junto?

Cuando nos vimos, nos tocamos, nos olimos por vez primera, ¿qué era diferente?

Cuando marcaste ese número, mi número, nadie te obligo, ¿estás obligado ahora?

Cuando me escuchas, ¿puedes sentirme?, ¿quieres sentirme?, ¿deseas sentirme?

¿Y en qué momento paso?, ¿cuándo dejaste de verme, de mirarme, de examinarme?, ¿acaso me aprendiste de memoria?

Puede que mi piel no cause nada en tus dedos, en tu boca, en tu piel, en tu fuerza,

Puede que ya no sea así.

Me amas dices,

¿Amar requiere el acostumbramiento?

¿Qué me ames hace que ya no me veas más como mujer?

Puedes negarlo, pero yo sé que es así.

Pues no quiero que me ames si las consecuencias son estas.

Quiero que me tomes.

Quiero que me mires.

Quiero que me arranques el cabello a jirones, lo prefiero así.

Date cuenta de que no quiero que me ames, no así.

Supongo que lo que quiero necesita un nuevo nombre diferente del amor.

Ahora te preguntarás: ¿de qué está hablando?, ¿aparte de mi amor, qué más quiere?

Pues yo lo quiero todo.

Quiero tu amor y tu no amor y tu sin nombre.

Prefiero que me trates cada día como a una desconocida, para que así puedas sentir de nuevo como al principio.

Tomaré mil formas, lo prometo.

Te sorprenderé,

Pero no me trates como si me amaras, si es que ese amor requiere que ya no sientas tantas ganas.

Déjame no llamarte,

Darte la opción de decidir: Quiero hablarle.

Piensa de nuevo: esta es una persona interesante.

Porque me niego a estar aprendida de memoria.

Puedes irte. Lo entenderé…y me moriré, porque si te vas me muero.

Pero si aceptas…pues bueno, descúbrelo.

¿Puedes?