Disclaimer: los personajes pertenecen a Stephanie Meyer y la historia es de knicnort3, yo solo la traduzco.
Holaaaaa. Ya estoy por aqui otra vez :)
Esta vez os traigo un fic de knicnort3, la misma autora que Moon Scars, Pecados Inocentes y Mentiras del Alma. Yo ya lo he terminado y me ha gustado mucho, la verdad. Tiene solo 17 capitulos, por lo que no habrá tanto lio como en los demás.
Bueno, os lo dejo para que me digais qué os parece este primer capitulo :)
Hoy os lo dejo pronto porque no estaré por la tarde, pero mañana ya a la hora de siempre ;)
Summary :
Bella siempre ha amado a Edward desde que era una niña, el único problema era que él era el novio de su medio hermana. Eventos en sus años de adolescencia envian a Bella por una espiral de depresión y autodestrucción, hasta que llega a su punto más bajo e intenta suicidarse. Su estilo de vida turbulenta y la brecha entre ella y su familia hacen que ella se vaya y pierda el contacto con ellos por más de diez años, hasta que un encuentro casual la lleva de vuelta.
En ese momento la vida de Edward era una imagen perfecta... en el exterior, ¿pero realmente está feliz con su esposa e hijo? Algo no cuadra en su vida, ¿podrá la suerte intervenir y hacer las cosas mejor? ¿Edward y Bella se encuentra en la vida que estaban destinados a vivir?
~ Capítulo 1 - Inesperado ~
EPOV
Cuando era más joven, yo tenía mi vida planeada, iba a ir a una universidad de la Ivy League y convertirme en un abogado. Luego me trasladaría a Nueva York, abriría mi propio bufete, y viviría en un penthouse en Manhattan, donde pasaría cada noche con una hermosa mujer diferente. Trabajaría y jugaría duro, no tendría nada que me atara y no tendría responsabilidades fuera del trabajo... pero la vida no me preguntó lo que quería.
Mis padres murieron en un accidente de coche tres semanas antes de que me graduara en la secundaria, y por diversas razones, el Estado asumió toda mi herencia. Pensé en conseguir un trabajo y solicitar un préstamo de estudiante para la universidad, pero cuando me puse a pensar en ello, nada parecía tener sentido.
Tal vez fue mi necesidad de atacar y luchar contra algo, cualquier cosa, lo que me llevó a los militares. Pero fue mi fiesta de despedida antes de irme a la formación básica, lo que realmente cambió mi vida para siempre, poniéndome más borracho de lo que nunca antes había estado, sin saberlo, concebí a mi hijo. Yo nunca había tenido relaciones sexuales sin protección, pero entre la mezcla del dolor por la pérdida de mis padres y el miedo de mi participación con la inminente guerra que asolaba a Irak, pasé por alto esa responsabilidad sólo por una noche. Yo estaba cagado de miedo y necesitaba adormecerme y llegar a un estado de estupor, apenas recordaba nada en la tarde siguiente, cuando finalmente desperté.
Después de eso me desplegué en el extranjero, donde estuve veinticuatro meses antes de que volviera a casa. Probablemente podría haber ido a casa antes, pero con mis padres muertos y sin hermanos, realmente no había ninguna razón para hacerlo, por lo que me ofrecí a quedarme. Yo ni siquiera pensé en volver a Forks, en absoluto, pero no tenían adónde ir, pensé que podría al menos quedarme con mi mejor amigo Emmett hasta que tuviera que volver al servicio.
"Uh... ¿cómo están las cosas?". Emmett me preguntó durante la primera noche que estuve en su apartamento.
"Eh... ya sabes", le dije distraídamente mientras jugaba a su nuevo juego de Xbox.
"Sí, bueno... las cosas aquí han estado... bien... ya sabes... pero tal vez deberías llamar a Tanya", dijo Emmett de una manera extraña.
"¿Por qué?", le pregunté perturbado por el pensamiento. Tanya fue mi novia de la secundaria, habíamos estado juntos de forma intermitente desde el séptimo grado, pero cuando me fui, decidimos separarnos de forma permanente. Ella iba a ir a la universidad, y yo no estaba seguro de cuándo o de si iba a volver, por lo que ninguno de nosotros quiso esperar por el otro. De todos modos tuvimos una relación jodida, siempre peleando y rompiendo cada dos semanas. Ella era muy celosa y controladora, y supongo que yo no era mucho mejor. No tenía ni idea de por qué seguimos juntos tanto tiempo, pero siempre había algo que parecía traernos de vuelta juntos.
"Sólo llámala, hermano, o mejor aún, ves a verla", insistió Emmett.
"Em, no tengo ningún deseo de volver a empezar con eso", dije sabiendo que Tanya no trajo nada a mi vida aparte de estrés.
"¡Amigo, sólo confía en mí!", Emmett dijo acaloradamente.
"De ninguna manera en el infierno", le dije confundido por su persistencia. A Emmett nunca le gustó Tanya, así que me preguntaba por qué diablos insistía tanto.
"Hombre, yo no quería ser el que te dijera esto, pero... ella tuvo a tu hijo. Tienes un hijo", dijo Emmett lentamente... y ahí fue cuando mi vida dio un giro total. Yo había pensado que ir a la guerra sería lo que más miedo me daría, pero estuve equivocado. Mientras subía los escalones de la casa Swan, supe que nada en mi vida volvería a ser lo mismo otra vez.
Tanya era tan puta como siempre, pero sujetar a mi hijo por primera vez fue un momento surrealista que me convirtió en una persona diferente. A pesar de mis sentimientos superficiales por Tanya, mi hijo se convirtió en la cosa más importante en mi vida, por lo que por él nos casamos un par de semanas más tarde, y así tuve una nueva familia y una nueva razón para vivir.
Tanya y yo podríamos haber estado mal la última vez que nos vimos, pero me honró al nombrar a nuestro hijo Edward Anthony Masen tercero, lo que significaba mucho teniendo en cuenta que no había pasado mucho tiempo desde que mi padre había fallecido. Lo llamábamos Anthony, y yo saboreaba cada segundo que pasaba con él. Muy pronto llegó el momento de que volviera al servicio, pero yo tenía un nuevo enfoque y una nueva determinación, esa no era la vida que pensé que tendría, pero seguiría estando bien.
Pasé los siguientes dos años entrando y saliendo de la vida de mi hijo debido a mi trabajo en el ejército, y yo sabía que cuando acabaran mis cuatro años de servicio activo, nunca volvería a alistarme. Yo no sabía lo que quería hacer con mi vida, pero sabía que nada más importaba, siempre y cuando me hiciera cargo de mi familia.
Las cosas entre Tanya y yo fueron siempre bien cuando yo estuve en casa de permiso, pero estar en casa de forma permanente fue definitivamente diferente.
"Entonces, ¿cómo va a ser la fiesta de cumpleaños?". Emmett me preguntó cuando estábamos en la hora del almuerzo. Después de terminar mi servicio activo, Emmett y yo abrimos nuestra propia tienda de restauración y mecánica de coches en el centro de la cuidad de Forks. Hacíamos muy buenos negocios, pero no éramos en absoluto ricos y todavía luchábamos de vez en cuando durante los meses más malos. Siempre me había gustado trabajar en los coches, se trataba de un pasatiempo que compartía con mi padre, pero nunca pensé hacer eso en mi vida, y a veces me sentía completamente estancado. Sin embargo, yo estaba manteniendo a mi familia y eso era lo que realmente importaba.
"Oh... sabes que hemos estado ahorrando todo el año para ello", me encogí de hombros. "Voy a ser feliz cuando se haya acabado".
"Sí... ¿por qué Tanya ha insistido tanto en eso? Quiero decir, me da que ella quiere ser famosa y todo eso, pero una fiesta para la mitad de la ciudad tiene que hacer un gran hueco en el bolsillo".
"Definitivamente hace un gran hueco. Oye, por cierto, tengo que salir temprano para recoger a Anthony de la escuela, ¿puedes cubrirme?", le pregunté.
"Sí, claro, ¿pero pensaba que Tanya tenía los viernes libres?", Emmett preguntó confundido.
"Y los tiene, pero está haciéndose las uñas... o algo así".
"Así que... ¿tú tienes que irte del trabajo para que ella pueda hacerse las uñas?", me preguntó con incredulidad.
"La señora que se las hace tiene descuentos de lunes a viernes, y no podemos darnos el lujo de estar gastando más dinero de lo necesario en este momento", le expliqué.
"Vale, he aquí un pensamiento... no hagas una gran fiesta", dijo Emmett con aire de suficiencia.
"Vamos Em, ya sabes cómo es Tanya. Ella necesita que la gente piense que tenemos más dinero del que realmente tenemos".
"Eso es superficial", dijo Emmett con amargura.
"Hey, ella sigue siendo mi esposa, no hables ninguna mierda sobre ella", le advertí, a pesar de que tenía toda la razón. Tanya y yo nos habíamos convertido en algo así como 'la pareja de oro' en Forks. Nuestros trabajos no eran precisamente glamurosos, pero teníamos una buena casa y buenos coches. Escondíamos el hecho de que estábamos dejándonos un ojo de la cara en la deuda y que sus padres habían abalado nuestra casa. Todo el mundo pensaba que teníamos una relación perfecta, todo el mundo menos Emmett, él nos conocía mejor.
Nuestra relación podría haber sido peor, habíamos llegado a un acuerdo de no pelear frente a Anthony, y después de un tiempo ya no peleábamos, no hablábamos lo suficiente como para pelear. Teníamos vidas muy distintas, salvo cuando estábamos en público. Tanya era grande para la percepción del público, así que intenté soportarlo por el bien de mi salud mental, pero Anthony soportaba lo peor. Él siempre tenía que ser perfecto, hacer lo correcto, tenía que llevar la camisa siempre abotonada, y nunca tenía que tener ni un solo pelo fuera de su cabeza. Se quedaba callado y no tenía muchos amigos, pero yo me preguntaba si era porque siempre estaba preocupado por si hacía alguna cosa que molestara a su madre. Siempre fue ese niño que les decía a los demás que no podía subir las vallas y robar fruta del árbol del vecino. ¿Cómo iba a hacer amigos si no se le permitía meterse en problemas? A los diez años de edad los niños siempre están en problemas, y yo realmente quería que Tanya pudiera suavizarse un poco y permitirle respirar más.
"Bueno, ¿vas a permitir que Anthony juegue al hockey este año? Me dijo que realmente quería, pero que no quería preguntarle a ella", dijo Emmett tomándome por sorpresa.
"¿De verdad te lo dijo?"
"Sí, cuando se quedó en mi casa mientras vosotros os fuisteis a cenar a casa de unos amigos de Tanya hace unas semanas".
"No tenía ni idea de que quería jugar al hockey", reflexioné yo. "¿Es siquiera lo suficientemente grande?"
"Sí, él tiene diez. Nosotros jugábamos cuando teníamos ocho, ¿recuerdas?", Emmett dijo.
"Es cierto, supongo que me había olvidado. Voy a hablar con Tanya esta noche después de que ella se haya hecho las uñas", le dije y luego volvimos a trabajar.
Más tarde esa noche, después de que Anthony se fuera a la cama, traté de hablar con Tanya, pero sabía que sería difícil. Había una razón por la que casi no hablábamos, y se hizo aún más evidente cuando saqué el tema.
"Bueno... creo que deberíamos apuntar a Anthony en el equipo de hockey de este año", le dije tímidamente.
"Por supuesto que no. Eso es un deporte terrible e imagina lo que sucedería si se lastimara", dijo Tanya sin levantar la vista de su revista.
"Yo solía jugar al hockey y nunca me hice daño", la contradije.
"Bueno, tú eras mucho más fuertes que él. Además, no tenemos dinero para eso en este momento", dijo descuidadamente.
"¡Bueno, tal vez lo tendríamos si canceláramos tu fiesta!", le dije enfadado.
"Edward, te he dado toda mi juventud, así que no te atreves a negar una de las pocas cosas que me hace feliz. ¿Qué demonios le diría a todo el mundo si la canceláramos? No podemos echarnos atrás, ¡yo no lo haré!", dijo con vehemencia.
"¿Sabes qué? ¡Estoy cansado de esta mierda de ti!", le grité entonces. "Desde que nos casamos me has estado culpando de tu juventud perdida, y yo no voy a tolerarlo más. Los dos estuvimos en mal estado la noche en la que concebimos Anthony, y si no lo hubiéramos estado entonces, ahora no estaríamos aquí. Pero estoy eternamente agradecido de que estuviéramos borrachos. Anthony es la mejor cosa en mi vida y yo no lo cambiaría por nada. Como su madre, espero que te sientas de la misma manera".
"Si él nunca hubiera sido concebido, entonces no sabríamos la diferencia, ¿verdad?", dijo sin piedad.
Arrugué la cara por la incredulidad de su insensibilidad. "Eres una perra rencorosa, ¿lo sabías?".
"Lo que sea", dijo casualmente, por lo que decidí irme antes de decir nada más de lo que me arrepentiría, pero antes de hacerlo, ella tenía algo más que decir. "Por cierto, me voy a llevar a Anthony al retiro la próxima semana".
"¿Al retiro? ¿Qué maldito retiro?", le pregunté confundido.
"El retiro madres e hijos en California. Todas mis amigas van con sus hijos. Vamos a estar fuera dos semanas".
"¿Dos semanas? Esas son todas sus vacaciones", le dije frustrado.
"Sí, tú dijiste que querías que él hiciera amigos".
"Tanya, los niños de tus amigas son todos bebés, ¿con quién va a estar él?", yo echaba chispas.
Ella se encogió de hombros. "Y si estás planeando traerte a alguna de tus pequeñas putas por aquí mientras estoy fuera, piénsatelo dos veces, tengo cámaras instaladas y van a estar grabando todos los días cuando me haya ido".
"¿Hay cámaras instaladas? ¿Cuánto te costaron?", le pregunté con amargura. A pesar de que en nuestro matrimonio no había sexo, yo no era infiel, pero tras ser acusado de ello durante años, dejé de negarlo y me imaginé que de todos modos ella iba a creer lo que quisiera.
"El precio no importa, lo que realmente importa es que no hagas el tonto con otras mujeres mientras yo estoy fuera".
"Está bien, iré a Seattle para satisfacer mis necesidades", le dije bruscamente. Generalmente nunca entraba en su paranoia, pero realmente ella me estaba agobiando y no pude evitarlo.
"Realmente no me importa lo que hagas, siempre y cuando nadie te vea hacerlo", dijo tomándome por sorpresa. A pesar de que ya no estábamos juntos, ella siempre había sido muy celosa, así que me sorprendió que en realidad me diera permiso para serle infiel. "No parezcas tan sorprendido, muchas personas tienen matrimonios abiertos".
"¿De verdad que eso es lo que quieres?", yo le desafié.
"Los dos tenemos necesidades y ninguno de los dos quiere que estemos juntos de esa manera... ¿por qué no?".
Negué con la cabeza. "Bien", dije entonces saliendo de la habitación. Cada conversación que tenía con ella hacía que la odiara cada vez más y más, pero ella era la madre de mi hijo y por esa razón teníamos que estar juntos.
Yo sabía que yo no era feliz, pero saber que Tanya era tan infeliz con nuestro matrimonio que no le importaba si tenía un romance o no, sólo me demostraba que algo tenía que cambiar y que tenía que ser drástico.
Jasper, quien era un amigo mío de los militares, era dueño de una exitosa agencia de publicidad en Seattle y me ofreció un trabajo allí, pero lo rechacé porque tenía mi negocio de coches y pensaba que Tanya no desearía moverse. Sin embargo, me di cuenta de que mudarse a una gran ciudad podría darle a Tanya el entusiasmo suficiente como para que ella pudiera disfrutar de la vida un poco más y dejar de ser una persona negativa. Siempre habíamos tenido nuestros problemas, pero antes de que nos casáramos ella era diferente, había una chispa allí, mientras que ahora era como una muerta en vida, sólo pretendía tener una vida para que las personas la juzgaran bien.
Así que cuando Tanya se llevó a Anthony a California, me fui a Seattle para ver la oferta de trabajo allí.
"Y esta sería tu oficina", dijo Jasper mientras abría la puerta a una habitación privada.
"¿Estás bromeando? Ya sabes, realmente no estoy cualificado para ello", le dije con una sonrisa.
"Siempre venías con las mejores ideas cuando estábamos en Irak, estoy seguro de que podrás manejarlo... ah, y por cierto, no sólo te pagaremos la universidad si quieres conseguir algunos cursos en el tiempo libre, sino que también nos ocuparemos por completo de Anthony cuando llegue el momento. Su matrícula, libros, comida, todo".
"Tienes que estar bromeando", le dije con incredulidad. Yo no era un abogado como hubiera querido ser cuando era más joven, pero iba a vivir en la ciudad y tendría un trabajo bien pagado, no podía recordar un momento en el que yo estuviera tan emocionado con algo que no fuera mi hijo.
"Es todo tuyo, todo lo que tienes que hacer es decir 'sí' y podremos comenzar con la documentación", dijo Jasper.
"Déjame hablar con Tanya primero, no estará de vuelta hasta dentro de un par de semanas, ¿puedes esperar?", le pregunté.
"Por supuesto, hombre, el trabajo va a estar aquí esperándote".
"Gracias Jazz, no tienes ni idea de lo que esto significa para mí", le dije con sinceridad.
Decidí pasar algún tiempo extra en la ciudad para tratar de conocer la zona un poco mejor. Miré los pisos y recorrí las escuelas para Anthony, e incluso miré algunas boutiques para Tanya si ella decidía trabajar, a pesar de que no estaría de acuerdo con lo que yo quería hacer. Con mi salario, más las bonificaciones, además de mi parte en la tienda de coches, estaríamos viviendo mucho más cómodamente. Yo ya había hablado con Emmett sobre irme pero seguir manteniendo mi parte, y él estuvo de acuerdo, así que sabía que no sería un problema. Todo parecía estar cayendo en su lugar perfectamente, y yo no podía ver cómo Tanya podría oponerse a tal oferta.
Después de una larga mañana en busca de pisos, decidí dar un paseo por la zona de mi hotel. Era un día sorprendentemente soleado, por lo que no podía manejar la idea de permanecer en el interior para el resto del día. En el camino vi a un vendedor de perritos calientes y decidí conseguir uno, aunque yo estaba bastante seguro de que terminaría sentándome mal más tarde, pero no había nada mejor que un perrito caliente de la ciudad.
Cuando conseguí mi perrito, le eché todas las salsas que había y luego me senté en un banco para comer. Yo estaba a punto de terminar cuando miré hacia arriba y vi a alguien sentado en la calle en una estación de autobuses, y no pude creer lo que estaba viendo.
"Mierda", dije tirando en la basura lo que quedaba del perrito antes de casi ser atropellado por un taxi mientras corría para cruzar la calle hasta el autobús. "¿Bella?"
Se veía horrible. Si yo no la conociera, habría pensado que ella era simplemente una prostituta sin hogar, pero reconocería a Bella en cualquier sitio.
Ella me miró y la expresión de su cara fue irreconocible. "¿Edward?", preguntó confundida.
"Sí. Wow, no puedo creer que realmente seas tú. Te ves... crecida", le dije sin pensar en un mejor cumplido.
"Eso tiende a ocurrir", dijo molesta y luego miró por la calle buscando al bus.
"¿Cuánto tiempo has estado viviendo aquí? Ya sabes, tus padres han estado muy preocupados por ti".
"Estoy segura", dijo con amargura y siguió mirando por la calle.
"Eh, sí, me voy a quedar en el Hilton, justo a la vuelta de la esquina, ¿por qué no vienes y nos ponemos al día?", sugerí.
Ella me miró como si realmente no estuviera segura de quién era yo, a pesar de que había dicho mi nombre, estaba claro que estaba bajo la influencia de algún tipo de droga. Ella tenía ojeras bajo sus ojos y su maquillaje era un desastre, como si lo tuviera unos cuantos días. Sus ropas estaban sucias y colgaban rotas por su pequeño cuerpo, y de debajo de su manga pude ver moratones en sus brazos.
"No tengo tiempo, llego tarde a una reunión", dijo distraídamente.
"Vale, bueno, mi coche está aparcado allí. ¿Por qué no te vienes conmigo y te llevo?", sugerí.
"No, no lo creo", dijo sin mirarme.
"Bella, por favor. Nadie ha visto o escuchado de ti en años, no quiero dejar que vuelvas a desaparecer", casi le supliqué. Ella me miró más extrañamente y justo cuando yo estaba seguro de que iba a rechazarme, suspiró y aceptó de mala gana.
Haré como siempre, subiré capitulo de Lunes a Viernes sobre las 7 de la tarde (hora española), espero que os haya gustado :)