Hola! Bueno… esto… llego con otro fic, se me vino a la cabeza así de la nada, espero que les guste, quería subirlo mas tarde pero me mataba no subirlo! Tengo tantos fics, que tendría que haber esperado, pero ¡No! Hajaja, bueno, quiero decirles que este fic, sus capítulos tendrán nombre de canciones románticas, por supuesto pondré su cantante, este capitulo se llama "Es tu amor" es de Hany Kauam… Espero que les guste

Se levanto de la cama, sus largos cabellos color naranja estaban todos despeinados, se froto la nuca y se sentó en la cama, hacia ya un año y medio que estaba sin él, sin la persona que amaba, o mejor dicho que había amado por 15 largos años, de ese amor, lo único bueno que había surgido era una hermosa niña y un chico muy inteligente. Suspiro, recordando todo eso que había vivido, si no fuera por sus dos hijos, hubiera deseado hace mucho no haberlo conocido. Se levanto y se dirigió al cuarto de su hija, la más grande, una princesa de 13 años, con cabellos rubios como el sol. Le acaricio el largo cabellos y sonrió al hacerlo.

Ma… mamá… - Dijo esta al abrir los ojos, igualitos a los de ella

¡Hanako! ¡Perdón! Te desperté – Le acaricio la mejilla

No es nada – Sonrió

Te haré el desayuno, por favor, despierta a Taro y baja ¿Si? – Dijo pegando media vuelta

Si –

Nami bajo las escaleras delicadamente, una vez en la cocina preparo el desayuno de sus dos hijos, miro una foto vieja, en donde se encontraban Hanako, Taro y su ex esposo; luego miro otra en la que se encontraba ella con sus hijos y su pareja de ahora, un hombre rubio, que era cocinero. Suspiro.

¿Ma? – Pregunto el menor

Hola Taro – Le sonrió, le miro sus hermosos ojos negros, y le sacudió el sus cabellos cortos y naranjas - ¿Cómo esta mi bebe? –

No soy un bebe, tengo nueve – Se quejo el menor

¿Hoy vendrá ese baboso? – Pregunto la rubia al ver la foto

¡Hanako! – La reto – Él es muy bueno contigo, y lo sabes – La miro, luego se acerco con el desayuno de los dos – Ambos lo saben –

¡Mamá! – Dijo con tono burlón – Sabes que ese hombre se babosea cuando usas esas polleras cortas y remeras escotadas, tengo trece años, me doy cuenta de eso – Comenzó a comer como si nada su cereal

¡Hanako! ¡Esta tu hermano! –

Yo ya lo se – Sonrió el menor

¡Taro! – Miro sorprendida

Además, es un solteron de 40 años… ¿Qué puedes esperar de eso? – Hanako puso sus ojos en blanco

Oi, niña, tienes un vocabulario bastante avanzado para tu edad – La regaño

¿Y eso que importa? –

Definitivamente Hanako estaba desafiando a su madre, quien intentaba terminar con esa conversación, sin sentido, era cierto que su pareja actual era algo "baboso" pero… estaba tan sola y deseaba a alguien, que en cuanto sintió lo mas mínimo por el, lo acepto.

Luego de ese desayuno "familiar", tomo a los niños y los subió al auto, en el cual viajaron hasta el colegio. Nami estacionó el Chevrolet SSR modelo 2004 color negro y bajo del auto junto a sus dos hijos. Los llevo a la puerta del colegio y antes de que entren los abrazo.

Hanako, suerte en la prueba de Lengua – Sonrió

¡Gracias! – Rápidamente la niña entro

Era de esperarse, estaba en secundaria, le daba mucha vergüenza tener que abrazar a su madre delante de la puerta del colegio. Nami miro a Taro e hizo lo mismo.

¡Mi hijito! ¡Que tengas un buen dia! –

Gracias, ma, tu también –

El niño entro corriendo. El también estaba desesperado por entrar, pero por otra causa, por el simple hecho de que quería ir a jugar con sus amiguitos en el patio hasta que sea hora de clases. Nami miro la entrada, y un toque de orgullo paso por su mirada. Volvió a su SSR y comenzó a manejar hacia su trabajo, como experta en Hidrografía y Oceanía. Manejaba cuando su teléfono sonó, por suerte, era lo bastante moderno como para colgarlo en el auto y atenderlo automáticamente sin tener que usar las manos.

¿Hola? – Atendió - ¿Quién es? –

Hola hermosa… - Se escucho

Ah… hola Sanji… -

¿Qué sucede? ¿Por qué ese tono? – Pregunto curioso

No es nada – Nami recordó lo que su hija dijo de él – Es que estoy manejando –

Lo lamento, solo te llamaba por que, quería invitarte a ti y a los niños a cenar a mi restaurante esta noche

De acuerdo, esto… Sanji… te llamo en cuanto llegue al trabajo y arreglamos ¿Si? –

De acuerdo esperare tu llamada –

Adiós –

Suspiro y colgó. Miro por el espejo retrovisor, ya estaba cerca de su trabajo, se aproximo a estacionar, bajo del auto, poniéndole una alarma, y entro al edificio.

Esa mañana despertó como las otras, gracias a la alarma, se paro y miro la foto de su mujer, una hermosa mujer de cabellos negros como la noche, y ojos celestes como el mismo mar. Sonrió. Luego se dirigió al baño y tomo una corta ducha de agua fría. Una vez seco, y vestido con la ropa de trabajo, volvió a su cama, su actualmente novia, una rubia de hermoso cuerpo, su nombre era Margaret, y vivía allí desde hacia unos dos años. La sacudió lentamente para despertarla. La mujer abrió los ojos.

Buenos días – Le sonrió

¿Ya es de dia? – Pregunto

Si… un hermoso dia – La beso – Bueno voy a despertar a los otros –

Si, ve – La rubia miro la mesita de luz del morocho – Luffy… ¿Estuviste pensando de nuevo en Hancock? – Le pregunto

Siempre lo hago, además que tiene, ella era… - Comenzó

No tiene nada de malo, solo no quiero que te lastimes – Lo miro a los ojos

Luffy suspiro y siguió su camino hacia el cuarto de su hijo mayor, Katsu, un joven de 15 años igualito a él. Se acerco a su cama y lo sacudió sin piedad.

¿Qué quieres? – Pregunto semidormido

¡Oi! Ya hay que ir al colegio – Sonrió

No quiero – Gruño

Debes ir –

No –

Si – Cada vez se aumentaba el volumen

No –

Si vas… te llevare a donde tu quieras –

Bueno… el sábado quiero ir al cine con una chica –

Si podrás ir – Afirmo sin mucha importancia

Dejo la habitación, para dirigirse a la de sus "Angelitos". Dos niñas de 8 y 10 años, la menor era idéntica a él y a su hermano mayor, mientras que la mayor, Takara, era idéntica a su madre, al entrar a la habitación y verla dormidita, le recordó tanto a esta que le contemplo por unos segundos.

Deberías despertarlas – Margaret apareció en la puerta mirándolo – Si no se les hará tarde –

Si – Afirmo con la mirada gacha

Yo iré a preparar el desayuno – Sonrió mientras se dirigía a la cocina

Luffy se acerco a ambas, una en cada cama, y les acaricio la cabeza, jugueteo con sus cabellos mientras decía:

¡Takara! ¡Mizuki! ¡Tiene que despertarse! –

Papá… - Dijo la menor – Me dio hambre… -

Ve a la cocina, allí Margaret les hará el desayuno – La ayudo a levantarse, luego volteo a la mayor - ¡Takara! ¡Vamos! –

No quiero que ella me haga el desayuno – Se quejo mientras se metía debajo de las sabanas

¡No de vuelta con eso! – Puso sus ojos en blanco - ¡Vamos! –

No quiero – Grito

¿Entonces quien quieres que te lo haga? – Pregunto mientras se frotaba la nuca

Mamá – Se paro y rápidamente salio de la habitación

Mamá… - Repitió mientras miraba el techo

Takara llego a la cocina para ver a sus dos hermanos comiendo, se sentó al lado de Mizuki y tomo su plato, lo comía con desprecio.

¡Linda… come bien! – Le dijo dulcemente

No quiero – Respondió sin ni siquiera mirarla

Pero así no se come – Volvió a ser dulce

No te voy a hacer caso por que no eres mi mamá – Dijo con el tono mas frío que encontró

Bueno… me voy – Dijo Katsu mientras se paraba y tomaba su mochila – Hoy debo llegar antes – Bufo – Buenos días –

Margaret miro al Luffy quien estaba en el pasillo boquiabierto por lo que su hija de 10 años acaba de decir, se acerco con un suspiro y la miro enfadado, le quito el plato.

¡Takara vete a vestir ya! – Le grito, cosa que nunca hacia

La nena se paro furiosa, miro a la rubia con esos ojos color hielo, se notaba la tormenta en ese mar.

¡Tú haces que papá me rete! – Grito y salio corriendo mientras lloraba

Mizuki… Por favor… ve a cambiarte ¿Si? – Le dijo su padre, una vez que se quedaron solos miro a su novia – Lo siento –

No… Creo que no lo estoy haciendo bien – Se culpo

No, es que ella salio con el mismo carácter que su madre, es algo cabeza dura, pero no entiendo por que no lo afronta, ya pasaron cinco años… -

Cuando Hancock murió ella solo tenia 5 añitos, debió ser duro, es normal que la extrañe – Le explico

Supongo que si… -

Una vez los cuatro listos, se subieron al Opel K 180 rojo de Luffy. Primero se dirigieron al colegio de las niñas, en donde se bajaron.

¡Adiós papá! ¡Adiós Margaret! – Sonrió Mizuki agitando los brazos para despedirse

¡Adiós! – Murmuro Takara sin siquiera verlos

Luego, los dos siguieron hasta el trabajo de Margaret, en donde al bajar, se besaron y luego el morocho siguió su viaje hasta su propio trabajo.

Eran las cuatro de la tarde y una lluvia cubrió todo, esa lluvia que molesta para caminar por la calle, Nami salio afuera y subió a su auto, estaba exhausta, tenía que ir a fotocopiar algo importante e ir a su casa a esperar a los chicos que iba en la camioneta del colegio hasta su casa. Llego a la librería, estaciono el auto y entro.

Luffy estaba manejando bajo la lluvia, pero algo no lo dejaba pensar, los sucesos de esa mañana lo tenia muy distraído, no podía dejar de pensar en lo que Takara le había dicho a Margaret y lo que había dicho de su madre, y no poder entenderla lo ponía peor, y como no tenia que ir a buscar a las chicas, puesto que iba ir su novia, aprovecho a estacionarse un poco para poder pensar. Paro tras un Chevrolet SSR modelo 2004 color negro… mal estacionado. De repente algo le llamo la atención, una mujer con una falda negra y musculosa roja, de hermosos y largos cabellos naranjas, y de preciosa cara salio de la librería. La miro y siguió la mirada hasta el SSR, pero… a ese auto se lo estaba llevando la grúa.

Nami salio de la librería, y camino con la mirada en el papel, hasta su auto, de repente miro el Chevrolet y vio la grúa llevándoselo.

¡No! ¡Espere! ¡Por favor! – Grito - ¡Fue un segundo! ¡Debo llegar a casa rápido! ¡No pueden hacer esto! ¡Por que todo me pasa a mí! – Se quejo - ¡Por favor! –

Pero ya era tarde, la grúa ya se había llevado el auto, dejándola dola en el medio de la lluvia sin nada que hacer, se froto los brazos, su saco estaba en el auto.

Luffy bajo de su Opel K, se acerco lentamente a la mujer quien se lo quedo mirando, sus ojos se enredaron en una mirada de largos minutos.

Soy Luffy – Se presento primero

Hola… Me llamo Nami –

Vi lo que te paso – Le dijo apuntando al lugar donde había estacionado su auto - ¿Tienes frió? –

No… -

Pero era tarde el morocho ya se había sacado la campera, y se la había puesto sobre los hombros, la pelirroja no podía entender del todo lo que pasaba, su aliento se volvió mas caliente, y su corazón latía mas rápido. El hombre la miro.

Escuche que… tienes que llegar a tu casa rápido –

Si… mis hijos llegan del colegio y debo estar o se quedaran afuera solos – Miro el piso

Sube a mi auto – Luffy apunto a su 180 – Te llevare –

No, no quiero ser una molestia – Dijo mientras daba un paso para atrás

No lo es, todo lo contrario, es un placer – Sonrió

De acuerdo pero… ¿Cómo se lo pagare? –

No se preocupe no le cobrare –

Nami lo volvió a mirar, no podía creer que todavía exista gente así de buena y que estaba dispuesta a ayudarte por más que seas una completa desconocida. Ambos se subieron, y comenzaron el camino.

Sabes, yo también tengo hijos, no es simple – Suspiro el hombre

¿En serio? ¿Cuántos tiene? – Pregunto

Tres – Sonrió

Lo admiro, yo tengo dos y casi me vuelven loca –

No le voy a mentir, que a mi ya me volvieron – Ambos largaron una carcajada

Las charlas siguieron, de que trabajaban y en que colegios habían estudiado, hasta llegar a la casa de la pelirroja.

Muchas gracias – Dijo antes de bajar

No hay de que… - Sonrió

Se la debo –

No importa, devuélvame el favor cuando quiera –

La mujer cerró la puerta, y se dirigió a su casa, entro y se miro en el espejo, estaba algo colorada y acalorada, su corazón latía mucho y no podía sacarse de la cabeza su mirada pero… se dio cuanta que tenia la campera de ese hombre.

Bueno ¿Qué les pareció? Espero que les haya gustado, nos leemos, y pronto actualizaré este fic!