Los personajes no me pertenecen son propiedad de la escritora Meyer, la historia es sacada de algun lugar de mi mente.

Advertencia: Personajes oscuros y malignos, algunos capitulos contendran partes obsenas, si leen es por su propia voluntad.


Prologo

Hoy es un día oscuro y silencioso, afuera está lloviendo y la niebla cubre mi ventana alejándome del mundo, la oscuridad reina y la penumbra inunda el espacio.

Escucho un ruido fuera de mi ventana y al levantar la mirada veo a un ángel oscuro mirándome, llamándome y sonriendo, abre con delicadeza la ventana y se acerca a mi cama dejando a su paso un rastro de maldad, estira lentamente su mano y la tomo, es fría y fuerte, me siento segura a su lado.

Acerco mi rostro al suyo para mirar sus ojos, sus ojos negros como la más oscura de las noches y con un matiz rojo como la sangre, esos ojos me hipnotizan y me vuelven loca, su sonrisa torcida que muestra la blancura de sus dientes y resalta la palidez de su piel, su cabello cobrizo despeinado es suave cuando paso mi mano por él, su mandíbula fuerte y sus pómulos marcados son el complemento perfecto.

Acerca su mano a mis labios, el tacto es suave y frio, acaricia mi cuello y siento descargas por todo mi cuerpo, delinea con su dedo mi mandíbula dejando una sensación de hormigueo a su paso.

Al besarlo siento su aliento agridulce en mi boca, sabe a maldad y odio, a olvido y dolor, pero aun así me gusta besarlo, sus labios son hambrientos y demandantes, suaves y adictivos, especiales.

Mis manos se mueven a su cuello y delineo su rostro, acaricio sus parpados y mejillas suaves, su nariz recorre el camino de mi cuello deleitándose con mi olor, el huele a bosque y a olvido.

El es un ser diabólico, un ángel de destrucción y muerte.

Flash Back

Lo encontré una noche como esta, en un claro, lo vi de lejos y no pude moverme, la luz de la luna iluminaba su rostro y resaltaba la tristeza de sus ojos, parecía una estatua de un dios, tan perfecto, tan efímero, me acerque un poco para mirarlo mejor y él se percato de mi presencia

- Como te llamas? – le pregunte acercándome un poco a él, dio un paso atrás y eso por algún extraño motivo me hirió – Yo me llamo Isabella pero llámame Bella

- Puedes llamarme… Edward – murmuro mirando la luna

- Que eres? – le pregunte, fue algo que no pensé, algo que salió de una fuerza en mi interior y uso mis labios.

- Te asustaría saber lo que soy – dijo sonriendo maléficamente, era una sonrisa torcida, una sonrisa demoniaca que resaltaba su maldad – nunca lo entenderías

- No me asustaría – le asegure

- Soy un demonio, sacado de la oscuridad para eliminar las almas de los pecadores y llevarlas al infierno, condenarlas durante toda la eternidad a sufrir una y otra vez por sus pecados

- Porque lo haces? – le pregunte acercándome más a él y sentándome en el suelo, me miraba de forma sorprendida

- No te doy miedo? – pregunto

- No – le dije firmemente, algo en mi interior me decía que no me haría daño – se que no me harás daño – suspire mientras lo miraba a los ojos, la agonía se reflejaba en ellos

- E vivido más de lo que piensas, y no sé por qué no te asustas, soy un monstruo, un ser maligno, un demonio

- No importa… - suspire - porque estás aquí esta noche? – le pregunte con una pequeña sonrisa

- Solo puedo salir en noches oscuras como estas – murmuro mirando el cielo – de algo me sirve vivir tanto tiempo y condenar tantas almas

- Cuántos años tienes?

- Importan?

- La verdad es que no – le respondí con una pequeña sonrisa

- Que eres? – me pregunto con una pequeña sonrisa, mi corazón se desboco al verla, resaltaba unos hoyuelos en forma de media luna y el filo de sus dientes – eres la primera humana a la que le cuento que soy y no se asusta… aunque eres a la primera a la que no debo ni quiero matar – dijo y soltó una amarga carcajada

Seguimos ablando hasta que el cielo empezó a aclarar, sus ojos me mostraron tristeza ante la despedida

- Vuelve pronto y cuando vuelvas búscame – le rogué

- En tu mundo no pueden saber de mí y en mi mundo no aceptarían que te vuelva a ver – murmuro

- No me importa – le dije firmemente – quiero que vuelvas

- Porque me tientas? – Pregunto rápidamente – puedo hacerte daño, hacerle daño a la única persona que me ha interesado en mi eterna vida - me sonroje, se acerco a mí y me beso

Fin Flash Back

Y desde ese día nos hemos visto, amándonos en secreto.

Mi camisa termino junto con la suya en algún lugar de mi habitación, y mis manos pueden apreciar mejor sus marcados abdominales, su pecho y brazos, mientras sus manos se mueven por mi cuerpo.

Sus labios bajan a mi cuello y sus caricias hacen que me hierva la sangre.

Quito lentamente mi short rozando levemente mis piernas torturándonos deliciosamente a ambos, se levanta de la cama y se quita el resto de su ropa, por instinto muerdo mi labio al verlo, tan perfectamente hermoso y siendo completamente mío, se recostó sobre mi mordiendo y besando delicadamente cada parte de mi torso desnudo, me tomo de las manos y las puso encima de mi cabeza, lo necesito tanto que incluso duele, lo miro directamente a los ojos y le demuestro con mis ojos mi deseo por él, acaricia mi cintura con una sola mano y separa mis piernas mostrándome completamente a él, entregándome a él.

Se sitúa entre mis piernas y me besa, lo siento duro y exigente, deseándome y eso me hace gemir en su boca.

Entra en mí de una sola estocada, llenándome por completo de él, mis manos se mueven por su fuerte espalda y pos sus brazos que están a cada lado de mi rostro, sus movimientos son suaves y precisos, nuestros gemidos son bajos, muerdo su hombro y entierro las uñas e su espalda, un gemido alto sale de su pecho, lo beso nuevamente con abre voraz, me lleva al cielo con cada movimiento y siento la burbuja debajo de mi vientre creciendo hasta que estalla y un mar de sensaciones me inunda, grito su nombre cuando llego al clímax y poco tiempo después el llega al suyo, gimiendo mi nombre y susurrando en mi oído palabras dulces.

Respiramos con dificultad y recuesta su cabeza en mi pecho mientras yo acaricio su cabello, no me quiero mover, quiero estar siempre con él.

Nos quedamos así hasta que a lo lejos se puede vislumbrar el amanecer, mi ángel levanta la mirada y sus ojos me muestran agonía, sonrió tristemente y lo beso.

Nuestro tiempo juntos se acaba, nuestros encuentros son efímeros y el anhelo de tenerlo cerca crece con cada latido de mi corazón que sufre por él.

Me envuelve en sus fríos brazos y recuesto mi cabeza en su marmoleo pecho, besa mi frente y las traicioneras lagrimas que se escapan de mis ojos, no quiero alejarme, no quiero perderlo, no sé cuándo volverá.

Se aleja de mí y busca su ropa, nos cambiamos rápidamente, toma mi rostro entre sus heladas manos ahora empapadas con mi llanto, limpia con un dedo el camino de una última solitaria lagrima y sonríe con tristeza, acaricio su mejilla con cariño.

- Volveré – prometió con su voz aterciopelada – eres todo mi mundo y mi vida

- Mi único temor es perderte – le susurre antes de besarlo – quiero ser como tú, así podremos estar untos por la eternidad, sin que la oscuridad se desvanezca de mi vida y en ella habitemos juntos, sin que haya amanecer

- Por ahora no amor mío, vive tu vida mortal solo un poco mas

- Siempre te esperare – fue lo último que dije antes de besarlo con desesperación, con anhelo, con dolor y con añoranza.

Y salió por la ventana igual que cada oscura noche dejándome sola y con un hueco en el corazón por no poderlo volver a ver, por no saber si está bien, por no saber si nuestro amor prohibido fue su pecado.


N. de A:

Esta es la primera historia que me arriesgo a publicar, espero que sea de su agrado y espero criticas constructivas. Habia empezado como un One-shot pero alguien me dio la idea de continuarla, espero que sea de su agrado

Xoxo