El personaje de Rue no me pertenece.
Incertidumbre
¡Corre, pequeña! Extrañamente te han dado unos minutos. ¡Corre a donde no puedan atraparte! Las escondidas, te gustan las escondidas, ¿verdad? ¡Juega a las escondidas! El destino es astuto pero tú puedes serlo mucho más. Sube a un árbol, trepa alto, salta de rama en rama, ¡escóndete! No podrá encontrarte, no con millones de hojas cubriendo tu diminuto cuerpo. Eres invisible.
-No quiero – Susurras en voz bajita, con el dolor atravesándote la garganta. ¡Eres tan joven! Aún con tanto que vivir y con tanto que aprender… No hallas a qué aferrarte, el miedo se extiende poco a poco por tu pancita y lo único que sientes es el conglomerado de lágrimas que, una a una, ruedan por tus mejillas.
¿Qué vas hacer? No tienes idea. Doce años, y ya debes pensar en lo que te espera al otro lado de la puerta, aquella que separa esta vida de lo que está después de cerrar los ojos y no abrirlos más.
-Será como dormir, ¿cierto? – Preguntas al árbol, al viento, al sinsajo que te descubre en ese momento. – Me gusta dormir… morir no ha de ser muy diferente. – Te acomodas mejor sobre la gruesa rama y observas a la curiosa ave un poco más allá.
¡Canta! Amas cantar, necesitas hacerlo. La música puede que sea lo único que llene aquel vacio que te come por dentro, dejándote quizá un poco más delgada, si eso es posible. Abre tus labios, ¡y canta! Mejor público no puedes tener; tu árbol, el viento, aquel lindo sinsajo…
Abres los labios, tus delgados y agrietados labios, y cantas. ¡Fuerte! ¡Canta a gritos si quieres hacerlo! La música te calma, te da fuerzas, valentía, esperanzas… esperanzas que te hacen imaginar volver victoriosa, ofreciéndole a tu familia una vida que nunca ha pensado tener. ¡Canta hasta que te duela la garganta! No importa si el destino te encuentra de nuevo, ahora te sientes más fuerte, más valiente. Con esperanzas, pocas e ilusorias, pero cálidas.
Tu sinsajo te acompaña, te escucha, luego te imita. Es perfecto. Cada pluma, sus dos patitas, sus alas, su pequeño pico… y su canción; las mismas estrofas que hacía unos segundos cantaste tú con tanto fervor… es fabuloso.
-¿Crees que pueda ganar? – El sinsajo eriza su plumaje y te observa con atención, como si estuviera analizándote. Inclina la cabeza en una pequeña reverencia que bien puede tratarse de un asentimiento, y extiende sus alas para empezar a volar.
Te deja sola, con tu árbol, el viento, y las últimas notas de la canción resonando en tus diminutos oídos. El destino ha sido cruel para ti ese día. ¿Cómo será estando allá? Ahora tienes un vestigio de ilusión, de confianza. ¿Puedes ganar?, ¿puedes? Quizá pueda suceder. La fe es potente, aunque no tanto como la certidumbre y seguridad que tienes de perder. Algo te lo dice, y no puedes dudar en que ese algo tiene razón.
N/A: Voy por la mitad de Sinsajo, con un deje algo amargo porque la historia tiene cosas que... !Aggr! Pero en fin. Desde que leí el primer libro este personaje me llamó la atención, algo... creo que el 85% de los personajes secundarios tienen material para explotarse, y para mí Rue fue la primera.
Tenía la espinita de este drabble desde aquel instante en el que muere, y no podía estar tranquila hasta sacarmela. Es simplón, mas me agradó tal cual quedó (exceptuando el título, ¡no hallaba qué ponerle!). Al terminar la saga por completo, espero poder escribir algo más. Como dije, ¡todos los personajes tienen algo para dar!
Gracias por leer.
Yani!