"Juego de Caretas"
...
Los personajes son de S. Meyer. La historia es totalmente de mi autoría
...
Capítulo I
...
Summary: "Era solamente una mejor oportunidad de trabajo. Una forma de mejorar su vida y procurar la de su paciente. Pero Bella Swan se entrampó en un juego de mentiras, rostros escondidos. En donde ella, no fue la excepción"
...
Aclaración: Los 3 primeros capítulos los tengo escritos desde hace tiempo, algunas chicas pueden dar veracidad a mis palabritas, cuando les envié algunos extractos para que me dieran su opinión. Pero hace unas semanitas me recomendaron una historia, la leí y quedé en shock ¿La Razón? El primer capítulo tiene párrafos con pequeñas similitudes. Pensé en cambiarlo, pero conociéndome, empezaría por una palabra y terminaría alterando todo, y con eso fin de la historia, mi inspiración e idea central. Pero en sí, las historias en su trama no tienen relación alguna la una con la otra. Creo que quienes me leen, saben que la locura temporal de mi cabecita, aun da pié para crear algo propio. Así que no me tachen de plagiadora, no lo soy xD...
...
Be.-
...
Descolgué mi móvil al primer timbrazo para no despertar a la reina de la casa
- Hola.- sonreí al ver el llamante
- ¡Feliz Cumpleaños linda mamá!.- saludó James con euforia
- Muchas gracias lindo papá.- respondí en un susurro
- ¿Está dormida por ahí?.- preguntó
- Como una buena niña.- contesté observando a mi pequeña
- Te he enviado tu regalo.- y conociéndome como lo hacía, se adelantó a mi protesta.- Y no hay reclamos que puedan hacer algo. De hecho ya debe estar allí
- Está bien. Te lo agradezco de todas maneras
- También van otras cositas.- rodé los ojos.
- ¿Deberé ampliar mi cuarto? Digo, por si sigues enviando todas las semanas algo.- bromee
- Lo siento nena, pero en regalos para mi ratona no acepto protestas
- Pero así como vamos la harás la niña más consentida de Forks
- Pues que así sea. Y será peor cuando gane un sueldo decente una vez que termine mi carrera.- puntualizó orgulloso.- ¿Cómo estás para hoy?.- cambió de tema
- Ansiosa, nerviosa y con sentimientos encontrados.- contesté viendo a mi hija dormir sin saber que pasaríamos varias horas separadas
- Tienes que estar tranquila.- reconfortó.- Además las horas pasaran volando. No te darás ni cuenta cuando ya estés de regreso en casa
- Si, espero que tengas razón.- intenté sonar optimista
- La tengo, ya verás. Ahora te dejo. Dale un beso enorme a mi ratona y un abrazo para ti, que sea un muy bien día y un excelente cumpleaños. Tienes el mejor regalo allí. Te quiero
- Gracias. Yo igual. Adiós
Terminé de arreglarme y me quedé un rato más contemplando al precioso botoncito todo vestido de rosa que descansaba en mi cama. Miré la hora y me acerqué con cuidado hasta quedar recostada a su lado.
- Preciosa.- susurré y comencé a mecerla despacio.- Despierta bebé, es hora de tu comidita
Como si hubiese podido entender mis palabras comenzó a abrir sus preciosos ojitos idénticos a los míos. Su boquita se abrió en forma de "O", soltando un largo bostezo. La tomé con el mismo cuidado de siempre, a pesar que me habían reñido muchas veces por tomarla como si se fuera a quebrar, seguía haciéndolo así.
- ¿Cómo amaneció el sol de mi vida?.- le hablé mientras la tentaba a que comenzara a succionar de mi pecho.- ¿Hambrecita?.- pregunté cuando se aferró con todas sus fuerzas y comenzó a mamar
Acaricié su pelito mientras la veía tomar cada vez con más ganas su desayuno natural. Sus manitos se movían incesantemente. Cada día que pasaba lograba maravillarme más de la preciosidad que había creado junto a James y había llevado en mi vientre. Era mi pedacito de cielo… Mi Elissa
- ¿Ya están despiertas?.- entró mi mamá a nuestra habitación.- ¡Oh por Dios! Esta niñita parece adherida con pegote a ti.- señaló a mi bebé
- Es una chica que sabe lo bueno ¿Cierto?.- le hablé provocando que su boquita esbozara una sonrisa, pero sin soltar mi pezón.- ¡¿La viste?.- casi le grité a mi madre
- Por supuesto que la vi Bella. Lo hace siempre.- hice un mohín hacia ella.- Actúas igual a mí cuando te tuve por primera vez en mis brazos
- Es que esto es tan maravilloso mamá.- susurré embobada con mi hija
- Lo es y hay otro maravilloso por aquí… ¡Felices 21 primaveras hija!.- mi madre me abrazó como pudo
- Gracias mamá. Pero no debiste molestarte.- gemí cuando vi la caja que entraba
- ¡Oh! No. Esto ha llegado para ti desde otra ciudad.
- ¡James!.- dijimos las dos a tiempo
- Exacto. Éste es el mío y de Phil.- un paquete más pequeño extrajo de su otro brazo
- Muchas gracias mamá. Te quiero mucho, igual a Phil
- De nada hija. Y dame a esta preciosura para que bote sus gases. Tú abre tus regalos antes de irte.- me quitó a mi bebé
- ¡Ey! ¡Falta el mío!.- gritó mi hermana entrando como loca a mi habitación.- ¡Feliz Cumpleaños Bella! ¡Ew! Ya quiero ser tan vieja como tú.- agregó una vez que me soltó
- No sé si sentirme halagada con tu comentario o echarte a patadas de mi cuarto.- exclamé divertida
- Tu no lo permitirías ¿Verdad cosita hermosa?.- se dirigió a mi hija que soltó exquisitos gorjeos.- ¡Ves! Mi sobrina me adora
- Si, claro.- dije irónica
Abrí el regalo de mi madre y Phil, un hermoso pijama con la foto de mi hija estampada en el centro "Mamá de éste precioso angelito", llevaba añadido sobre la misma. Y como imaginé, el regalo de Rosalie era lo contrario, un pequeño pijama del mismo tono, pero con una foto mía en el centro "Hija de ésta mañosa" traía escrito. Rodé los ojos y reí
- ¿Puedo adivinar de quién fue la genial idea?.- crucé mis brazos sobre mi pecho divertida
- Emmett.- comentó Rose encogiéndose de hombros
- No sé ni para qué pregunté.- le respondí
Fue el turno del regalo de James. Una enorme caja en tono rosado. Al abrirla no pude más que reírme. Estaba dividida en dos. A un lado encontré un perfume, un libro y unas zapatillas blancas para mi trabajo. Y en el otro extremo vestiditos, gorritas y de todo lo que pudiera encontrar en tonos rosas.
- ¡Wow! Liz tiene más ropa que yo.- señaló Rose, tomando las prendas
- ¡Elissa!.- le corrigió mi madre.- El gusto de ponerle apodos a esta preciosura. Bien, bajemos a tomar desayuno.- y salió con mi hija en sus brazos
- Como si no la oyera decirle apodos más ridículos que Liz.- bufó Rose y la siguió.
…
Me costó media hora poder despedirme de mi bebé y dejarla con mi madre. Pasé a dejar a Rose al Instituto y luego me dirigí al Hospital. Fui saludada por todas mis compañeras. Si bien, había trabajado sólo unos meses antes de tener a mi hija, todas eran amables conmigo.
Cuando había salido de la secundaria, nos habíamos ido a Chicago junto a James. Había tomado un curso de Enfermería rápido que duraba casi dos años, mientras James entraba a estudiar Ingeniería. Luego de terminar el curso, me había dispuesto a seguir la carrera profesional, pero mis planes habían cambiado al enterarme que un porotito crecía en mi interior.
Había vuelto a Forks, y con mi curso de Enfermería básico había pedido una oportunidad para trabajar en el Hospital. La directora, que era amiga de mi madre, no había dudado en contratarme, incluso sabiendo que sólo podría ejercer algunos meses, antes que tuviera que tomar mi descanso obligado antes del nacimiento de mi bebé.
- Hola ex – cuñada.- saludó Tanya, la hermana de James, en cuanto entró a la sala
- Hola Tanya.- me alegré de que no recordara mi cumpleaños
- Tienes que acompañarme.- pidió seria
- ¿Para qué?.- inquirí un tanto asustada
- No lo sé. Sólo me pidieron que viniera a buscarte.- asentí
Terminé de arreglar mi uniforme y salí con ella recorriendo los pasillos. Nuestra única conversación se basó en mi hija, su sobrina, mi preciosa Liz. Tanya era una tía demasiado consentidora. Entre ella y su hermano eran los que tenían nuestro cuarto rebosado de ropas, juguetes y cualquier cosa que vieran.
- Es aquí.- indicó la sala que comúnmente usaban de reuniones.
Entré con sigilo. Estaba totalmente obscura y no pude evitar tropezar con algo en el suelo. De pronto la luz se encendió dejándome algo cegada, pero reaccioné al escuchar el grito ensordecedor de mis compañeros
- ¡Feliz Cumpleaños Bella!
Todos estaban allí y me vi envuelta en múltiples abrazos de felicitación. No pude evitar que la emoción me embargara, sobre todo cuando reconocí a aquellos que ayudaron a traer al mundo a mi pequeño pedacito de cielo. Tenían todo dispuesto para un sencillo, pero caluroso desayuno. Y luego me vi con las manos llenas de tantos regalos recibidos.
Una vez que el corto festejo duró, agradecí a todos y cada uno de los presentes, en especial a la directora del Hospital, la doctora Anne.
- No tienes nada que agradecer Isabella. Estamos todos muy contentos de tenerte de regreso ¿Costó mucho dejar a la regalona en casa?
- Demasiado. Pero está en buenas manos.- aludí a mi madre
- Por supuesto. Renée tiene experiencia de sobra al cuidado de bebés. Lo hizo muy bien contigo y tu hermana Rosalie
- Así es.- corroboré sus palabras con orgullo
- Isabella. Pasando a otro tema, me gustaría que fueras a mi oficina luego que termines aquí
- Si. Voy enseguida.- contesté con algo de temor
…
- ¿Y para qué querrá verte?.- preguntó Tanya cuando le conté
- No lo sé.- respondí mordiendo mi labio con fuerza.- ¿Será que va a despedirme?.- inquirí temerosa
- Estás loca Bella.- se rió de mis conjeturas Jane, mi otra amiga y compañera.- De seguro quizás te cambiará algunos turnos pesados, ahora que debes estar más en casa por Liz
- Estoy de acuerdo. Y bueno, si fuera a despedirte. Mi hermano deberá prostituirse para ganar más dinero.- se carcajeó Tanya de su broma
- Ridícula.- me reí de ella y golpee su hombro.- Tu hermano se esfuerza demasiado por nuestra hija
- Eso sí. Es un baboso agobiante. Llama todos los días y de la media hora que pasa colgado al teléfono, veinte minutos no hace otra cosa de hablar de esa pequeña diablilla
- Tienes que llevarla al cumpleaños de mi hermanito Bella.- me recordó Jane
- Allí estaremos.- aseguré.- Bien, iré a ver que se le ofrece a la doctora
- ¡Suerte!.- gritaron a coro
En el transcurso de los pasillos para llegar a la oficina de la doctora Anne, aproveché para llamar a casa. Fui recibida por una molesta Renée, pues acababa de recibir dos llamadas de James para saber como estaba Liz, y me reclamaba que aun no transcurrían dos horas y ya estaba dudando de su capacidad como abuela. Me hizo prometer que no volvería a marcar su número hasta dentro de tres horas más como mínimo.
- Permiso.- avisé asomando mi cabeza en la puerta
- Pasa Isabella.- me invitó la doctora
- Usted dirá.- me senté y no pude evitar frotar mis manos con nerviosismo
- ¿Es mi idea o estás algo nerviosa?.- inquirió al sentarse frente a mí
- Algo.- musité con una risita histérica.- Teniendo en cuenta que no sé de que quiere hablarme
- Si crees que voy a despedirte, descártalo desde ya.- me apremió.- Lo que quiero hablar contigo tiene relación con otra cosa ¿Café?.- indicó su cafetera
- No gracias. No estoy bebiendo café
- ¡Oh! Que tonta soy. Perdona Isabella. Olvido a veces que ahora eres mamá
- No se preocupe. Estoy bien así
- Bien. Te he pedido un minuto de tu tiempo porque quiero expresarte algo.- asentí.- ¿Recuerdas mi casa?
- Si. Una casa muy bonita.- halagué
- Así es. La vendí.- soltó de pronto
- ¡Oh! ¿Piensa mudarse?
- De hecho ya me mudé querida. Mientras tú estabas reponiéndote y acostumbrándote a ser mamá.- sonrió
- Pero ¿No se irá de Forks, verdad?.- cuestioné alarmada
- No, claro que no.- palmeó mi mano.- Es sólo por una cosa de comodidad. Ahora vivo a tres cuadras del Hospital, y en caso de emergencia estaré más pronto aquí
- Ah, entiendo.
- Y bueno la casa ya ha sido comprada. De ahí parte el hecho que haya querido hablar contigo.- permanecí en silencio para que continuara.- Un amigo está pasando por momentos algo complejos
- Ya
- Un integrante de su familia padece cáncer terminal.- un escalofrío me recorrió al recordar años pasados.- Ellos actualmente viven en Washington, pero debido al terrible suceso al que se han visto enfrentados, han decidido que parte de la familia se instale acá con la persona que sufre la enfermedad
- Comprendo
- Forks es un pueblo tranquilo. Y teniendo en cuenta que la necesidad de esa persona en este momento, es pasar sus últimos días en entera serenidad, han escogido éste pueblo como su opción
- Por mi experiencia, creo que es lo mejor.- me sonrió con ternura
- Lo sé Isabella. Estuve con tu madre en esos momentos difíciles para ustedes.- recordó
- Y siempre estaremos agradecidas por eso.- dije sinceramente
- Ustedes contaran conmigo hasta que ya esté vieja y arruinada.- trató de distender el ambiente.- Bien, ahora lo siguiente… Sé que en estos momentos es complicada toda la situación para ti. Aquí los turnos son extenuantes algunas veces.
Continuó hablándome sobre las dificultades que podrían presentárseme al tener una pequeña de 4 meses en casa y aun amamantando. Lo cierto era que estaba autorizada a cada tantas horas para ir a casa y alimentarla. Sin embargo, al tener dispensa para no hacer turnos de noche, la jornada diaria debía ser completa. Y eso me dificultaba pasar todo el tiempo que quería con mi hija.
- Es por eso que he decidido plantearte a ti la oferta de trabajo que se ha presentado.
- ¿Cuál oferta?.- no oculté mi interés, sabiendo que eso favorecería mi día a día
- Mi amigo me ha pedido que le recomiende alguna enfermera para que cuide de su pariente desahuciado.- explicó.- Tu jornada solo será de medio día, y quizás algunas excepciones en casos puntuales. El suelo será el doble de lo que recibes acá
- ¿De verdad?.- curiosee pasmada
- Estamos hablando de personas dedicadas a los negocios Isabella. Y les ha ido bastante bien, así que eso no es problema para ellos. Ahora bien ¿Te interesa?
- Por supuesto.- respondí de inmediato.- Si eso va a significar poder pasar más tiempo con mi hija, acepto enseguida
- Excelente.- sonrió complacida.- Quiero recordarte que una vez tu trabajo termine allí, puedes volver a recuperar tu puesto aquí sin problema. Mañana mismo deberás reunirte con mi amigo. Te ubicaré y podrás hablar directamente con él para mayor claridad sobre todas las dudas que tengas
- Muchas gracias por pensar en mi Anne. Te lo agradezco de verdad.- le hablé efusiva
- Prometí nunca dejarlas, y apoyarlas en todo lo que pueda. Ahora puedes ir con tu hija. Estás libre hasta que comience tu nuevo trabajo. Y recuerda, lo más importante es tratar de brindarle la mejor calidad de vida en sus últimos momentos a un paciente. Cueste lo que cueste.
- Lo haré Anne. Cueste lo que cueste.- aseguré.
…
Ed.-
…
Su largo y liso cabello se desparramaba contra mi pecho. Sus dedos trazaban figuras sin forma por el mismo lugar. Y mi brazo la sostenía posesivamente contra mi cuerpo… Sentir su cuerpo desnudo contra el mío me llamaba a enredarnos nuevamente en las sábanas como hasta hace menos de una hora, pero la realidad estaba cayendo sobre mí y los buenos momentos se acortaban.
- Tengo que irme.- murmuré cuando vi la hora que marcaba el reloj
- Quédate un momento más.- pidió dando suaves besos en mi cuello
- Sabes que no puedo.- tomé su rostro y lo acerqué al mío.- Los negocios que requerían mi presencia, ya están en manos de Jasper. No tengo excusa
- Odio esto.- gruñó. Y mi paciencia volvió a agotarse
- Sólo serán dos días más.- hablé secamente mientras comenzaba a recoger mi ropa esparcida y me vestía
- ¿Y luego? ¿Cambiaran por arte de magia?.- la miré con rabia. La misma con la que ella me observaba
- Basta.- fui cortante. El silencio se instaló en la habitación y terminé de arreglarme.- Nos vemos
- ¡Edward!.- gritó, pero ya me encontraba fuera y no regresé
Los faroles de la noche Neoyorkina parecían malditos ojos acechándome y enrostrando todas y cada una de mis faltas, pero el hombre es animal de costumbre… Y yo lo era, me había adecuado a esto, y la vergüenza o el arrepentimiento ya no existían en mi vocabulario… No sólo en los negocios era un témpano de hielo; sino que en mi fuero interno, igualmente estaba congelado.
Mi móvil comenzó a sonar y ni siquiera lo miré, era ella. Cada vez era lo mismo, pero en dos días esto cambiaría… Todo el mundo sospechaba, pero nadie tenía pruebas que lo aseguraran y nunca pensarían que el ser humano puede caer tan bajo, puede llegar a ser tan ruin. Pero yo lo era, y lo seguiría siendo quizás eternamente.
Encendí mi quinto cigarrillo en lo que llevaba de trayecto a casa. Mi ropa quedaría impregnada a nicotina y no se harían esperar las reprimendas por los demás… Así que debería seguir mi rutina, y así lo hice… Estacioné frente a uno de esos servicios 24 horas y bajé mi pequeño maletín con la muda que había acostumbrado a cargar.
Una vez cambiado, rocié mi cuello y ropa con la loción que igualmente aseguraba como joya preciosa en mi bolso y salí a comenzar mi trayecto nuevamente… Media hora más tarde las grandes rejas de fierro forjado me daban la bienvenida a casa, les bufé como si fueran seres con vida y aceleré por el camino hasta la entrada.
- Buenas noches Edward.- saludó secamente Alice, haciendo hincapié en noches
- Trabajo Alice. No me la paso todo el día curioseando revistas de moda.- respondí cansinamente. Siempre era lo mismo
- Jasper ha estado trabajando duro todos estos días. Pensé que eso te daría un descanso.- su voz era suspicaz
- Ya ves que no.- pasé por su lado y subí las escaleras. La sentí seguirme a corta distancia.- ¿Pasa algo?
- Carlisle llamó. Ya tiene a la chica que se encargará de los cuidados de Heidi
- Bien.- murmuré y seguí avanzando
- ¿Bien? ¿Es lo único que vas a decir?.- resoplé exasperado. Y me detuve de golpe para encararla
- ¿Qué demonios quieres?.- le gruñí
- Siquiera que preguntes los antecedentes de quien se hará cargo de…
- Para eso, el médico en la familia es Carlisle.- la corté.- ¿Qué puedo decirte yo? Puedo calcular su sueldo. Soy empresario Alice, no uso bata blanca para trabajar.- sus ojos chispearon con furia, pero me voltee y seguí mi camino
- ¿Tampoco te darás el tiempo de ir a verla?.- siseo cuando pasé de largo por su habitación
- Es tarde, debe estar dormida.- me excusé y entré a mi habitación, cerrando con un golpe sonoro la puerta.
Me senté en la cama apoyando mis codos sobre mis rodillas y refregué mi rostro con fuerza. Dirigí mi vista hacia la mesa de noche y mi rabia se incrementó cuando vi ese retrato que yo mismo había puesto boca abajo, en posición vertical nuevamente. Lo tiré al piso con un solo golpe y me pasee por la habitación hasta llegar a la ventana… Carraspee sintiendo mi garganta apretarse. Aflojé el nudo de mi corbata y cerré los ojos un instante…
El mundo se caía a pedazos, y yo estaba quedando bajo los escombros. La vida que había planificado se había alejado completamente de los trazos que había diseñado, convirtiéndose en un infierno. En el cual yo, ocupaba el lugar del demonio… Y todo aquel que me rodeaba se consumía en la basura que me rodeaba. Sobre todo ella.
¿En qué me había convertido todos estos años? Ni yo mismo podía clasificarme. De lo único que tenía certeza, era que un humano no era. No sentía, indolente, frío y sin escrúpulos… Eso no podía ser una descripción para un hombre, sino para un monstruo, alguien como yo.
La puerta se abrió y contuve mis ansias de lanza el primer objeto que encontrara a quien había osado traspasar mi intimidad inquebrantable.
- Al parecer los buenos modales se han extinguido de esta casa.- con todo lo demás, pensé para mí
- Y tu a tus 30 años eres el primero en hacerlo.- exclamó la voz de mi madre
- No estoy para escuchar sermones mamá.- me adelanté a los hechos
- Voltéate y mírame. Soy tu madre.- lo hice lentamente
Ahí estaba ella, con su postura desafiante. La misma que habían aprendido a adoptar todos cuando tocaba enfrentarse a mí. Sin embargo, ella sabía que no lo necesitaba. Era la única persona en este mundo, junto a mi padre, que lograban derrumbar los muros autoimpuestos que había construido para el mundo.
- Tu padre ha conseguido a una chica para que se haga cargo de Heidi.- asentí
- Alice me lo ha dicho.- le comenté
- He venido a recalcarlo al escuchar sus quejas sobre tu actitud despreocupada
- Sólo he llegado cansado mamá. Pero Alice no escucha razones.- excusé mi comportamiento
- ¿Haz ido a visitarla? Te estuvo esperando hasta altas horas.- apreté el puente de mi nariz
- Es tarde mamá. Ella estará dormida y no quiero perturbarla.- mentí
- Tarde será cuando te des cuenta de los errores que estás cometiendo hijo y ella ya no esté.- repitió las mismas palabras que venía escuchando desde hace meses
- Cuando estemos en Forks tendré todo el tiempo para ella.- volví a mentir
- ¿Te haz comunicado con Ángela? Ella debe estar al tanto de los cuidados de su prima, y de su partida hacia Forks.- miré a mi madre sin ninguna expresión
- Está en conocimiento.- contesté simplemente
- Edward.- se acercó a mi y pasó sus manos por mi rostro.- Te ves cansado hijo. Pareciera como si fueras a enfermarte
- Los muertos no nos enfermamos madre.- me reí y ella me observó molesta por mi comentario.- Morí hace 5 años.- seguí burlándome
- No digas esas cosas Edward.- regañó.- Ella te necesita. No puedes dejarte vencer
- Estoy cansado Esme, voy a dormir.- blasfemé, sin responder a su anterior opinión
- Buenas noches hijo. Descansa.- besó mi frente y salió
Tomé una ducha y me tumbé en la cama. Observé mi móvil, donde parpadeaban mensajes y llamadas perdidas. Lo dejé en silencio y lo lancé a mi mesa de noche… Me giré y observé la enormidad del lado vacío en mi cama, la que un día fue nuestra cama. La que nunca sería ocupada por alguien más. Ni esa mujer que se había convertido en el premio de consuelo, en la otra, en mi escondite…
Ni mi amante ocuparía el lugar de mi mujer, porque aunque por su cuerpo corriera la misma sangre, sólo una había logrado cautivarme alguna vez… El buen vino no podía ser igualado, solo paupérrimamente reemplazado. Y yo lo había hecho.
¡Un monstruo! Eso era yo, pero las máscaras ocultaban mi verdadera identidad. El juego de caretas que era mi vida. Y en la que todos eran partícipes, sin tener conciencia de ello…
...
Continuará...
¿Dudas? Muchas, lo sé... Pero ese es mi propósito ¡Sembrar la duda! jaja
Espero en esta historia, poder alejarme un poco de los otros Ed. Y no pude evitar una niña por aquí, lo siento pero... ¡Los adoro!
Además tendrá su propósito ¡Lo verán! ¿Opiniones y Comentarios? ¡Yeah! ¡Los quiero!
Para las primerizas que leen algo mío, intento actualizar todas las semanas... Hasta ahora, lo he conseguido
Pero el II Cap de esta historia, dependerá del recibimiento ¿Ok? Si, estoy siendo mala =) Nah, todo bien
...Cariños por montón...
...
Pam3