Disclaimer: los personajes de Twilight son propiedad de Stephenie Meyer. La autora de esta historia es iambeagle, yo solo traduzco con su permiso.


This story belongs to iambeagle. I only translate with her permission. Thank you, Meg, for letting me do this! :)


No Elimines los Besos

Capítulo 1

A Masenry le ha gustado tu foto.

La notificación de Instagram aparece en mi teléfono mientras estoy en la tienda.

Frunzo el ceño, sin reconocer el usuario, pero lo ignoro y vuelvo a las compras.

Unos minutos pasan. Saco mi teléfono de mi cartera con la intención de abrir mis notas para asegurarme de que tengo todo en mi lista cuando otra notificación aparece.

Masenry ha comentado en tu foto.

La curiosidad me gana, e intento usar reconocimiento facial para desbloquear mi teléfono. Ésta fastidiosamente falla—mi ceño probablemente es tan profundo que cree que soy otra persona—así que entro mi contraseña.

La foto que esta persona comentó es una que subí esta mañana temprano, un ramo con el que había estado trabajando. Nuestra tienda acaba de recibir su primer cargamento de peonias de la temporada, y no pude evitar armar algo. Peonias rosas, rosas color marfil, hortensias blancas, y algunas hojas de eucalipto.

Echo un vistazo debajo de la foto para ver el comentario.

Masenry: Pensé que tenías mejor gusto que eso.

Al final del comentario condescendiente, había un emoji de café junto con una sonrisa engreída.

Por alguna razón, esto me hace enfadar aún más.

Vuelvo a mirar la foto. Quiero decir, claro, supongo que hay una taza de Starbucks detrás de las flores, pero… eso no es exactamente el mensaje de la foto. Además, ¿a quién le importa?

Antes de responder, cliqueo en el perfil. No estoy siguiendo a esta persona, pero me está siguiendo, lo que es raro. Lo que también es extraño es que no tenemos ni un amigo en común. Su perfil dice que vive en Seattle, pero su foto ni siquiera es de él; es de un tatuaje—un esqueleto con una camiseta que fuma un cigarrillo en blanco y negro.

Raro.

—¿Disculpa? —llama una voz detrás de mí. Me doy vuelta y veo a una señora mayor, sentada en un scooter eléctrico—. Estás bloqueando el pasillo, querida.

Claro.

Estoy en el pasillo de los cereales, mirando mi teléfono como una tonta.

—Perdón por eso —murmuro, ofreciendo una sonrisa educada. Arrimo mi carrito hacia los estantes y llevo mi atención de vuelta a mi teléfono.

Me deslizo por las fotos de Masenry para ver quién es. Soy capaz de deducir que es un tatuador, y me pierdo en algunos de sus diseños por un momento antes de recordar la tarea en cuestión: saber quién es esta persona. Pero es difícil de hacer porque todas sus fotos son de su trabajo. Cualquier foto relacionada con humanos son partes del cuerpo al azar que mostraba el producto terminado en clientes. Así que realmente no puedo saber quién es. Hay información de contacto en la parte superior de su Instagram, pero el nombre en el correo no me suena, y jamás he escuchado de la tienda de tatuajes que tiene adjuntada.

Cliqueo de vuelta en su comentario, y mi mirada llena de furia es tan intensa que casi no veo. ¿Qué quería decir con "pensé que tenías mejor gusto que eso"? Claramente, no era así. Me gusta Starbucks. ¿Y qué si eso me convierte en una perra sencilla? Me tienta responder un simple "vete al diablo", pero eso es maleducado. Y quizás una reacción exagerada.

En cambio, respondo con un "vete a la mierda" y añado un emoji de sonrisa engreída.

La señora mayor me llama de nuevo.

—¿Disculpa? Tu…

—Estoy bloqueando el pasillo. Lo sé. Perdón.

—No. Tu hijo está comiendo cereal de la caja.

Levanto mi cabeza de golpe.

—Yo no…

Señala detrás de mí, y me giro para ver a mi hermano de diez años de pie allí con una mano dentro de una caja de Cocoa Puffs. Bueno, mi medio hermano. Cuando Renée volvió a casarse, ella y Phil decidieron intentar tener un hijo. Tuve mis dedos cruzados para que sea una niña, pero fui bendecida con Liam, el mayor dolor en mi culo.

—Amigo. Eso no tiene gracia. —Tomé la caja de cereales y la dejé en el carrito.

—Vamos a pagar por ella de todas formas. ¡Y te estabas tomando mucho tiempo! —se queja—. Tengo hambre.

Casi me siento ofendida de que la señora haya pensado que era mío. Solo tengo veintitrés años, por lo que debía haberlo tenido ¿a los trece? Estoy visiblemente molesta.

—No es mi hijo —le dije a la señora.

—¡Mami! ¿Por qué dices aso? —Liam llora fingidamente—. ¿Por qué no me das de comer? ¿Por qué no me amas?

Él es un completo demonio.

Pongo los ojos en blanco, ignorando la expresión de asombro en el rostro de la señora mientras pasa por mi lado, seguramente yendo a reportarme con los de Servicio Social. Mierda. Esta es la razón por la que odio salir con Liam en público. Pero como fue echado de su programa extraescolar hace seis semanas por tratar de comenzar un fuego adentro mientras cantaba Cumbayá, tengo que aguantarlo por unas horas todos los lunes. Y los miércoles y viernes, tengo que llevarlo y recogerlo de su clase de programación. Esto es hasta que Renée encuentre algo más para él, pero comienzo a sentir que ni siquiera lo está intentando. Afortunadamente para ella, mi trabajo como florista me tiene trabajando desde las siete de la mañana, así que mis tardes están libres. No es tan afortunado para , pero supongo que no me importa ayudar.

Liam comienza de nuevo, más fuerte esta vez, atrayendo las miradas de otros clientes.

—Mami, ¿por qué me ignoras? ¿Esa es tu forma de demostrarme que me amas?

Me detengo y tomo el cereal abierto del carrito, empujándolo a sus manos.

—Eso no es algo con lo que se debe bromear —le advierto.

Pero él ya me está ignorando y comiendo felizmente su cereal.

xx

Más tarde esa noche cuando estoy en la cama y no puedo dormir, abro Instagram. Masenry todavía no ha respondido. Lo cual es bueno porque significa que escuchó—se fue a la mierda como le dije. Pero me seguía molestando no saber quién era. ¿Quién diablos va por ahí y deja comentarios sin razón? ¿Y a alguien que ni siquiera conoce? De acuerdo, bueno… pensándolo bien, supongo que es la cultura de internet en su máxima expresión. No debería estar sorprendida.

Vuelvo a su perfil y presiono "seguir". Es un movimiento pasivo agresivo, pero no me importa. Sigo acechando virtualmente su página de nuevo. Deseo poder criticar su trabajo, pero simplemente no puedo. Las líneas son precisas y elaboradas. Todo es trabajo en tinta negra, lo cual me parece intrigante y casi… ¿elegante? Hay una sensación de romanticismo en su trabajo, y obviamente le llevó tiempo y esfuerzo.

Pero sigue siendo un idiota.

Y accidentalmente presiono "me gusta" en una de sus fotos.

Mierda.

Le saco el me gusta, esperando que de alguna forma cancele lo que acabo de hacer y no le llegue la alerta. Dudo que funcione así, pero vale la pena intentarlo.

Cuando me despierto la mañana siguiente y miro mi teléfono con un ojo abierto, me encuentro algo confundida con lo que veo.

Masenry te etiquetó en una publicación.

¿Qué?

¿Por qué?

¿Quién es este maldito y cuál es su problema?

Abro Instagram y veo que esta persona me ha etiquetado en un dibujo de una taza para llevar de Starbucks. Y en ella, donde tiene que estar escrito el nombre del comprador, están escritas cuidadosamente las palabras "vete a la mierda".

Al pie de la foto se lee: Un poco de inspiración presentada por Swannie.

Me siento y me froto los ojos, insegura de que lo que estoy viendo sea correcto. Estoy ligeramente molesta, un poco intrigada, y completamente confundida.

Swannie: ¿De nada?

Contesta antes que pueda cerrar la aplicación.

Masenry: No te agradecí exactamente.

—Increíble —dijo en voz alta para mí misma.

Swannie: Tienes problemas.

Masenry: Lo sé. Pero al menos uno de ellos no es beber café que sabe a cartón.

Swannie: ¿Y si me gusta que mi café tenga gusto a cartón?

Soy una idiota. Debería borrar ese comentario. De hecho, debería borrar todos mis comentarios. Su foto ha sido infiltrada con nuestros comentarios sarcásticos para que todos lo vean.

Masenry: LOL. ¿Te hice enojar?

¿LOL? Esta persona no puede estar riéndose de mí.

Antes que se me ocurra algo ingenioso para responder, lo cual me hace falta ahora mismo, me llama la atención otra notificación.

A Masenry le ha gustado tu foto.

Fulmino con la mirada a mi pantalla y cliqueo para ver la publicación que le ha gustado. Es una foto mía de la semana pasada en King's, de pie cerca del tablero de los dardos. Mis brazos están extendidos para señalar que le di en el centro. Estaba bastante borracha cuando pasó, así que era impresionante. Al menos, para mí y Jess lo fue.

Un comentario de repente aparece debajo de la foto.

Masenry: Al menos tienes buena puntería. Y buen gusto para los bares.

Estoy ofendida que esta persona pueda frecuentar mi bar favorito. Intento recordar si hubo algún encuentro raro con alguien allí recientemente, pero nada me viene a la mente.

Leo su comentario una última vez y decido no responderle. Lo dejaré pasar; lo ignoraré. Tengo mejores cosas que hacer que perder mi tiempo con un idiota en internet. Además, mi café de mierda me está esperando, así como mi dignidad.

Apenas.