Después de un largo día a solas con Kotoko, donde el desastre se apoderó de la cocina, terminó de cenar tranquilamente. Se levantó de la mesa y le pidió a ella que se encargara de limpiar la cocina y lavar los platos. Era cansado convivir con alguien tan torpe, tal vez quería impresionarlo y decidió cocinar algo elaborado a pesar de sus nulas capacidades culinarias, aunque, si veía el lado positivo de las cosas, gracias al desastre provocado por la pelirroja, él pudo cocinar por primera vez.

Fue hacia su cuarto para descansar, después de leer algo se acostó a dormir. Ruidos extraños lo despertaron en medio de la noche, su primer instinto fue abrir los ojos y esperar a que se acostumbraran a la oscuridad para ver qué pasaba. Cuál fue su sorpresa de ver a Kotoko hurgando entre sus cosas tratando de ser supuestamente silenciosa. Decidió no hacer ruido y hacerse el dormido para jugarle una broma. Así espero alrededor de un par de minutos hasta que oyó los pasos de Kotoko y decidió asustarla deteniéndola de un brazo.

—¿Qué crees que estás haciendo? — Preguntó Naoki

—Yo… solo venía a cerciorarme que estuvieras bien — respondió Kotoko nerviosa mientras escondía tras su espalda los libros que había tomado de su escritorio — ya vi, ya me voy.

—No creas que no sé tus verdaderas intenciones Aihara, es bastante obvio que querías algo más que ver si estaba cómodo. — la tiró del brazo hacia él, logrando que cayera Kotoko a su lado — estamos solos, podría convertirme en la bestia que dijo tu amigo Ikezawa y tomarte aquí — se acercó más a ella para que pensara que quería besarla.

Kotoko lo miró fijamente, se mordió el labio inferior mientras pensaba que decir, Naoki se acercaba más a ella esperando el momento para hacerle pasar un mal rato.

—Irie Kun, aunque preferiría que fuéramos lento, estoy lista para tener mi primera vez contigo — Kotoko lo miró a los ojos — no traigo ropa interior, Naoki…

Que la tierra se lo tragara, esperaba cualquier reacción menos esa, su mente quedó en blanco y en vez de sonreír diciendo cualquier oración hiriente, estaba tratando de procesar lo que estaba ocurriendo en aquel momento. Estaban solos, no había nada que le impidiera intimar con ella y demonios, se veía tan sensual recostada a su lado con mechones de su cabello tapándole un poco la cara. Bajó su mirada hacia los pechos de Kotoko, se dio cuenta que decía la verdad al ver sus pezones erectos debajo de su camiseta. Él se consideraba alguien muy racional, pero no pudo escapar de sus instintos primitivos, besando a Kotoko mientras tocaba uno de sus pechos, masajeándolos en círculos por encima de su playera, mientras sentía como la ropa le estorbaba.

Kotoko gemía y eso a él le encantaba, oír que disfrutaba sus caricias, sus besos. Metió su mano en su pijama y sentirla preparada para él lo volvió loco. Le quitó todo de forma instintiva, e inmediatamente se desnudó, vio por la luz tenue que entraba en la ventana, el cuerpo de Kotoko, ella usaba ropa holgada e infantil, que no le hacía justicia al cuerpo perfecto que tenía frente a él. Ella miró su erección y lo tomó entre sus manos masajeándolo lentamente.

—Kotoko… traviesa, te creía más inocente

Dijo mientras ella le hacía maravillas en su miembro. No quería terminar en su boca, así que la recostó para besarla de nuevo y comenzar a hacerle el amor. La estreches de Kotoko era deliciosa y aunque sabía que al principio para ella sería doloroso, trataría de complacerla y llevarla al clímax como recompensa.

Se dejó llevar por sus instintos, sudando y gimiendo como no había pensado jamás que lo haría mientras tuviera su primera relación sexual.

—Oniichan — oyó decir a Kotoko

—Kotoko…. — dijo Naoki besándola

—¿Onii chan, estás bien?

Se detuvo un momento y vio a Kotoko mirándolo extrañada, entonces volvió a dirigirle la palabra, pero con la voz de su hermanito, lo que le hizo asustarse y sentir un golpe en su espalda.

—Onii chan, ¿Estás bien? ¿Te duele algo? — dijo Yuuki asustado.

—Yuuki… — se sentía desorientado, miró su cama y vio que no estaba Kotoko ahí, se dio cuenta que estaba soñando con ella — nada, vuelve a dormir.

—¿Seguro? Gemías de dolor, ¿le hablo a mi mamá?

—¡No! — dijo alarmado — No es necesario Yuuki, solo, tenía un mal sueño, vuelve a dormir

El niño se encogió de hombros y volvió a la cama. Naoki se levantó del suelo tratando de despabilarse para que su hermano no hiciera más preguntas, respiró hondo y fue hacia el baño para echarse un poco de agua fría. Jamás pensó soñar de esa forma tan intensa y menos con Aihara.

Al despertarse, se quedó un momento mirando hacia el techo tratando de asimilar todo lo que había ocurrido mientras estaba dormido, agradecía la oscuridad en el cuarto pues, se hubiera sentido avergonzado que su hermanito lo viera en circunstancias no aptas para su edad. Se levantó de la cama lentamente, le dolía la espalda a causa del golpe que se llevó al caerse de la cama. De todas las personas que conocía, tenía que soñar precisamente con ella, y de forma muy sucia. Para ser sinceros, era su primer sueño "húmedo".

La susodicha estaba sentada en el comedor, disfrutando de su pan tranquilamente, algunas boronas cayeron en su pecho y ella las quitaba como si nada. En ese momento, Naoki maldijo a Dios por haberle dado una memoria eidética.

Su plan era sentarse, tomar el desayuno como si nada y comenzar su día como si nada hubiera pasado. Para su fortuna, el desayuno ya estaba servido, se sentó respirando hondo, tomó un sorbo de café sin fijarse si estaba frío quemándose la boca.

—¿Estás enfermo onii chan? ¿Amaneciste mejor?

—¿Que paso Yuuki? — preguntó Noriko a su hijo pequeño — ¿Pasó algo anoche?

—Nada importante mamá, Onii chan estaba gimiendo de dolor mientras dormía, creo que estaba teniendo una pesadilla con la Baka — dijo mientras le sacaba la lengua a Kotoko.

—¿Soñaste conmigo Irie kun? — dijo Kotoko mirándolo con extrañeza y algo de emoción. Él se quemó de nuevo con el café.

—No — dijo tratando de disimular — no pasa nada, solo tuve un mal sueño y eso es todo.

Los presentes miraron preocupados a Naoki, éste levantó sin probar más bocado yéndose a la escuela de inmediato. Tenía que tratar de suprimir de su memoria aquel sueño que solo le perturbaba.

Ese día puso atención como jamás lo había hecho, tomando notas y participando un poco más de lo habitual para olvidar el sueño erótico que tuvo. Estudiar en la misma escuela que Kotoko no ayudaba mucho, solo esperaba irse a su casa sin encontrársela en el camino.

Era la hora del almuerzo, moría de hambre por no haber desayunado nada, se dirigió a la cafetería por algo ligero para comer, compró un sándwich y un jugo.

Iba rumbo a su edificio cuando escuchó unas voces familiares, se acercó invadido por la curiosidad y descubrió que era Kotoko y sus amigas platicando. No supo el por qué, pero se quedó a unos metros de ellas para escuchar su plática, mientras él comía su almuerzo.

—¿Crees que tarde mucho en levantarse? — dijo una de las amigas de Kotoko

—No sé, ¿debería preguntarle a Irie kun como se forma la carpa de circo? — dijo Kotoko como si nada, Naoki escupió el jugo que estaba tomando.

—Deberías ir a su cuarto por las noches Kotoko, para saberlo. — las amigas comenzaron a reírse.

Era suficiente, la plática que acababa de escuchar lo escandalizó, ¿cómo es que no se había dado cuenta que Kotoko era una pervertida? Tal vez por el tema de la conversación ella haya entrado antes a su cuarto. Era vergonzoso recordar su sueño, pero igual lo era darse cuenta que vivía con una chica depravada en su casa.

El día pasó rápido, para su buena fortuna, no volvió a toparse con la pelirroja y rogaba que no lo molestara para nada en los próximos días, tenía que dejar que su cerebro se encargara de los recuerdos inútiles.

Estaba leyendo un libro cuando escuchó que alguien entraba en su cuarto. Maldijo hacia sus adentros cuando escuchó la voz de ella.

—Irie kun ¿Puedo preguntarte algo?

—¿Que quieres? — ella lo miró con vergüenza, se mordió el labio inferior y él comenzaba a sentir que había mucho calor en el cuarto.

—Bueno, es algo tonto, pero… ¿Como es que se mantiene erecta una carpa de circo?

Aquello era la gota que derramó el vaso, ¿es que acaso ella leía mentes o por qué tenía que hablar de erecciones en esos precisos momentos?

—Mira Aihara, no sé qué clase de broma sea ésta, ¿Me has visto alguna noche?

—¿Qué? — dijo Kotoko mirándolo como si tuviera tres cabezas

—¿Por qué me preguntas sobre erecciones?

—Ereccio… — Naoki estaba a punto de estallar de vergüenza cuando Kotoko comenzó a reírse — perdón Irie kun, utilicé mal la palabra, quería decir erguida, alzada una carpa de circo.

—¿De qué estás hablando Kotoko? — de una cosa estaba seguro, y era que no entendía nada.

—¿De qué hablas tú? — preguntó Kotoko confundida — Yo solo quiero saber como construyen las carpas de circo porque cerca de la escuela pusieron uno y tengo curiosidad. Tú lees mucho y eres inteligente, por eso pensé que podrías ayudarme… Bueno, creo que es algo tonto, no te molesto más Irie kun… — dijo mientras salía a toda prisa de su habitación.

Naoki quería darse de golpes contra la pared, se sentía estúpido, por primera vez en su vida, no tenía idea de lo que estaba pasando con él y descubrir que estaba confundiendo las cosas, le hacía sentir vergüenza consigo mismo. Estaba tan obsesionado con su sueño erótico que creyó que ella de alguna forma estaba enterada, todo era solo producto de su imaginación.

Solo había una solución para su desgracia, y ese era, tardarse un poquito más bañándose para aprovechar la privacidad y desfogar los bajos instintos que aquel sueño húmedo despertó la noche anterior.


¡Hola! espero les guste esta historia que me divirtió mucho escribirla, disfruto cada vez que Naoki se siente estúpido.

Gracias de antemano por leerme, y espero disfruten este curioso one shot.

Me gustaría bastante que me dejaran sus reviews para así saber que tal les ha parecido. ¡Un beso enorme a todos!