«Ciertamente cualquiera que matare a Caín, siete veces será castigado». Entonces Jehová puso señal en Caín, para que no lo matase cualquiera que le hallara. Salió, pues, Caín de delante de Jehová, y habitó en tierra de Nod, al oriente de Edén"

(Génesis 4:15-16).

Harry Potter pertenece a J.K. Rowling.

Solo me pertenecen los OC.

01

Esas eran las palabras que se podían leer en el 4° capítulo del Génesis, en los versículos 15 y 16.

Lily Potter solía leerlas una y otra vez, mientras buscaba en ellas, una respuesta para su desgracia y su felicidad.

Desgracia, porque su primogénito había sido alejado de sus brazos.

Felicidad, porque volvería a verlo.

Pero aún faltaban varios meses para poder reencontrarse con él, para que se le permitiera abrazar a su pequeño.

Recuerdo

Lily Potter despertó, en una habitación de techo marrón. Giró su cabeza y logró reconocer que se encontraba en San Mungo. A su derecha, estaba su esposo James Potter, durmiendo en una camilla, despertó, la vio y se tomaron de la mano, sonriéndose y derramando lágrimas de felicidad, al saber que estaban vivos.

La puerta se abrió, los esposos giraron la cabeza y vieron allí parados a Remus y a Sirius, cargando a dos bebes, uno de ellos tenía una sábana azul y otro una sábana rosa, reconociendo así que eran un niño y una niña, los cuales fueron dejados en los brazos de Lily, la cual tarareó una canción para sus hijos.

Gracias por traer a los niños, Canuto, Lunático ―dijo James.

Por nada, Cornamenta ―dijeron Remus Lupin, un licántropo amigo de James, Lily, y Sirius Black, un mago y gran capitán de Aurores.

La puerta se abrió una vez más, y un anciano ingresó en ella, un hombre de largo cabello recogido en una cola de caballo y barba larga, vestido con una túnica violeta con brillos en ella, era Albus Dumbledore, director del colegio de Hogwarts, y líder de un grupo de magos guerreros denominados como Orden del Fénix.

Bienvenido, profesor Dumbledore ―dijeron Sirius, Remus, Lily y James, con un asentimiento, el mismo que recibieron por parte del anciano.

Hola a todos ―saludó el anciano tranquilo, mientras que una Sanadora entraba con una poción calmante que les entregaron a James y Lily ―Por favor, beban de estas pociones, pues debo de darles una noticia un poco... movida ―ambos esposos se miraron y bebieron de los brebajes, el anciano tomó aire, antes de dar la noticia, mientras buscaba acomodar las palabras, lo mejor que podía. ―Los Aurores llegaron a la casa, siguiendo órdenes de Sirius, quien fue tras Pettigrew; solo instantes después de que entrara Voldemort, lograron estabilizar a James, luego lo hechizaron, para mantener su cuerpo en Éxtasis y así evitaron que su corazón dejara de latir. Los Aurores subieron por las escaleras y lograron salvar a Lily, o eso pensaron, pues yo me Aparecí en el interior de la habitación, cuando Lily cayó al suelo, pude sentir perfectamente, como el núcleo mágico de Voldemort se rompió, de alguna forma, su primogénito, Harry, pudo... devolver la Maldición o Proyectarla, algo hizo, logró transformar el cuerpo de Voldemort en menos que humo ―Los tres Merodeadores y Lily, se veían asombrados, mientras que el anciano tomaba aire, antes de seguir hablando ―De alguna forma, alguien descubrió sobre el extraordinario hecho de Harry, alguien, imagino que algún Auror, filtró como la Maldición no lastimó en lo más mínimo a su hijo, pero sí transformó a Voldemort en... ¿aire, se podría decir?, inmediatamente después, los vecinos en El Valle de Godric, comenzaron a decir una verdad, que yo aún encuentro fascinante.

Hemos comprobado sus recuerdos ―aseguró Sirius ―Una Animaga lechuza llegó a la ventana de la habitación que compartían Thomas, Alice y Harry, esa Animaga enseñó a todos, su recuerdo: Voldemort atacó a Lily, Harry lloró y... ―abrió los brazos, tratando de hacer una mímica o algo así ―... de alguna forma, Harry liberó un campo de fuerza mágico, que lo protegió a él, a Lily a sus hermanos, mientras que Voldemort se volvió humo, al tiempo que gritaba de dolor.

Prometemos que más tarde, les enseñaremos el recuerdo ―dijo Remus ―Por desgracia, yo evité que Sirius cazara a Peter.

Hiciste bien ―dijo Sirius, negando con la cabeza ―Yo hubiera asesinado a Peter con quien sabe qué hechizo y ahora mismo, estaría en Azkaban.

Lily tomó aire, pero fue James quien hizo la pregunta más importante― ¿Dónde está Harry?

James ―le dijo Dumbledore, con una voz que demostraba un don de mando, donde trataba de ordenarles calmarse. ―La información se filtró, El Profeta tomó el recuerdo del Animago y lo convirtió en una fotografía, la historia se está contando. En estos momentos, todo mago de Gran Bretaña, sea un Mago de la Luz u Oscuro, sabe que Harry venció a Voldemort. He tenido que llevarlo a un lugar seguro, les prometo que estará a salvo, pero será peligroso que Harry esté con ustedes, debe de permanecer en el anonimato...

El ambiente se volvió pesado, era la magia de Lily, que acababa de dispararse― ¡NI PERMANECER EN EL ANONIMATO, NI PELIGROSO, ALBUS: TRAE A HARRY CON NOSOTROS, ¡AHORA!

Fin del Recuerdo

Lily Potter, casi siempre, miraba un recorte del periódico del 30 de Julio de 1980, la fecha de nacimiento de su hijo menor, Harry...

Bueno, en realidad, Harry era solo una forma cariñosa de llamarle, su nombre era Harrison Jonathan Potter Evans.

Aquel por el cual oraba día sí y noche también. Su hijo menor, su pequeño, un niño el cual Lily, creía que estaba en algún peligro, así que realizó un encantamiento, que debía de protegerlo, hasta que llegara el momento para que se encontraran y fueran una familia feliz.

Harry Potter y la Maldición de Caín.