"El admirador secreto"

.

.

.

.

.

.

Lado: Katsuki

Acto 6: Estoy roto

Debió haberlo sabido. Por todas las jodidas veces en que se lo dijo a sí mismo, no ilusionarse en vano, lo hizo. ¡Debió haberlo sabido, carajo!

Debió saber que Deku lo rechazaría. No, mejor dicho, ya sabía que terminaría siendo rechazado, porque era imposible que Deku se enamorara de él.

Tan pronto como huyó del aula de casilleros, se encerró en su dormitorio, se medio recostó en su cama, sosteniendo los regalos que le dio Deku.

Cómo pudo ser tan estúpido?!

Las lágrimas no paraban de salir de sus ojos nublados por la tristeza. Las cuatro paredes de su habitación eran como su muralla de protección, aquella que sostenía su privacidad, misma que se encontraba peor que rota.

Un río de lágrimas terminó formándose en su rostro, mojando incluso las sábanas de su cama. Su mano derecha se aferraba obstinadamente a la rosa roja, mirando su color, ingiriendo su aroma, sintiendo su textura húmeda sobre la palma de su mano. Llevó sus rodillas a su pecho, en forma de ovillo, temblando de pies a cabeza, temblando como si hiciera un frío terrible, pero era un frío terrible en su interior.

Creyó estúpidamente que todo saldría bien, que el dolor del rechazo no se sentiría tan corrosivo en el alma, que la tenue luz que cubría su habitación lo podría consumir lentamente, que su dolor lo carcomiera mientras él buscaba desgarrarse ese dolor de su cuerpo hasta desprenderse de el.

Katsuki estaba roto.

Y conforme lloraba sin parar, imágenes de Deku pasaban en su mente, pareciendo tener la intención de burlarse de su miseria. Imágenes de su sonrisa, de su risa, de sus pecas, de sus hermosos ojos, de su cuerpo, del calor que irradiaba su ser, de todo su esplendor.

Las imágenes no hacían más que provocarle más daño, lo quebraban en pasajes que tatuaban su piel, cambiaban del color blanco de su piel a un negro opaco.

Katsuki apretó los dientes, cerrando los ojos con todas sus fuerzas, conteniendo con cada onza de su voluntad no gritar, no gritar, porque si gritaba, sería admitir la derrota así sin más, sin dar esfuerzo, sin pelearla.

Katsuki apretó los dientes y vio la sonrisa de Deku en su mente, frente a sus ojos cerrados, pero esta vez supo que no podría parecerse al real, porque el Deku verdadero, lo había rechazado.

Ahora probaba el verdadero sabor de lo que era perder.


Acto 7: Dolorosa negación

Se cansó de estar sentado en su cama, y a pesar de encontrarse llorando todavía, optó por ir a su ventana y abrirla, pues el aire comenzaba a parecerle sofocante y ruin para su condición. Sin embargo, no supo si fue mala suerte suya o mal manejo del tiempo, pero llegó a ver a Deku sentado a lado de Todoroki, codo a codo, muy juntos.

Esa vista sólo sirvió para quebrarlo más de lo que ya estaba en esos momentos, y al ver aquello empuño las manos sobre el vidrio caliente de su ventana, descansando su frente sudada en el vidrio.

Cuál doloroso fue ver al hombre que amaba con otro hombre, y para hacer las cosas peor, era un hombre mucho mejor que él. Un hombre que le sacaba una sonrisa a Deku sin esfuerzos, algo que él nunca pudo hacer en años.

Si sus ojos estaban cansados de llorar, pues las lágrimas salieron gruesas y pesadas de sus párpados, agotándolo aún más.

Cómo es que las chicas pueden lidiar con esto? Se cuestionó, limpiándose las lágrimas que pasaban por sus mejillas con el dorso de su mano. Esto duele más que el dolor físico.

De pronto, vio que Deku y Todoroki se abrazaron muy fuerte, ambos sonriendo.

¡No! Pensó, sus ojos rojos reflejando un profundo dolor que se recorrió hasta el pecho, volcándose en una ruptura completa. Fue una cruel estocada directo al corazón.

Katsuki quería despertar de esa pesadilla, quería despertar y ver que todo fue un sueño momentáneo y que la realidad era mucho mejor que el sueño.

Pero esta era su realidad y tenía que resignarse a aceptarla, a vivir con el dolor en su pecho y el corazón roto.

Qué injusto ver a Deku feliz en los brazos de otro y él solo. Solo y sin ser correspondido. Solo y roto.

Qué era peor?

Katsuki no podía siquiera hilar esas dos conjeturas. Quizá, eran dos conjeturas que iban de la mano y que encajaban perfectamente en la misma página de su desdichoso destino.

Sus reflexiones no duraron mucho, porque alguien tocó la puerta de su dormitorio.

Quién podría ser?

Katsuki fue apesadumbrado a abrir la puerta, llevándose la desdicha de ver a Deku parado al otro lado de la puerta.

Maldición. Sus lágrimas existían en su rostro. Katsuki se limpió rápidamente con el antebrazo izquierdo, sintiendo la penetrante mirada del nerd, observándolo.

—Qué quieres?— Fingió frialdad, porque un nudo en la garganta surgió al ver sus hermosos ojos, combinados con unas pecas encantadoras y unos adorables pómulos sonrosados.

Joder, por poco se le olvida que fue rechazado por él.

—Necesito hablar contigo— Dijo Deku en suma urgencia.

—Qué?— Espetó molestándose. Katsuki dedujo que le hablaría que él era feliz con otro. No con él. —Fuera de aquí, Deku—

—¡No!— Exclamó urgido. —¡Tengo que hablar contigo, Kacchan! ¡Escúchame!—

—¡Pues yo no!— Gritó gruñón, frunciendo gravemente el ceño. —Yo ya hablé lo que tenía que hablar contigo—

Deku lo miró desesperado, queriéndosele acercar, pero éste le cerró la puerta de un portazo.

—¡Kacchan, espera!—

Katsuki no quería escuchar, no quería que le dijera que él era feliz con alguien más, que ya estaba con otro y que su tiempo de escribirle cartas de amor anónimas solo fue una mera fantasía absurda.

—Escúchame por favor—Suplicó.

—¡No quiero!— Gritó, pegándole a la puerta con los nudillos. —¡Lárgate Deku!—

Katsuki se tapó las orejas, esperando que cuando se quitara las manos que lo protegían de escuchar desgracias, no estaría Deku del otro lado de la puerta.

Todo se miraba tan oscuro y solitario.

Cerró con fuerza los ojos y se echó a llorar.


Acto 8: Las súplicas del nerd.

Esa misma noche en que le rompieron el corazón, sabía que tendría menos de una semana para empacar sus pertenencias, porque sería el viaje de graduación.

Katsuki no tenía ganas de ir de viaje, luego de lo sucedido, pero sabía de antemano que si se negaba a viajar, sus amigos lo obligarían a ir, aunque él se negara.

Lo que empeoraba su situación sentimental era ver a Deku con Todoroki en la sala viendo la televisión, en su interpretación, estaban muy juntitos y enamorados. Platicaban y se reían de cosas tontas que pasaban en la televisión, ignorando los comentarios ajenos que decían lo buenos amigos que eran, porque eso solo haría que el pecho le doliera y se oprimiera duramente.

Esos días se dedicó a estar encerrado en su dormitorio, comiendo bocadillos, leyendo y revolcándose en su tristeza.

Vaya manera de lidiar con un corazón roto, no?

Encerrado y siendo miserable.

Este era el punto más bajo que el joven Katsuki había llegado, un punto al que muchos denominan como: tocar fondo.

Tocar un fondo infinito, porque no alcanzaba a ver el punto en que llegaba al mismo final. El dolor puede llegar a un punto infinito que ni los ojos mismos podían imaginar, y que la mente no poseía la capacidad de describir.

Un punto tan bajo e inhóspito era lo que albergaba cautivo a Katsuki Bakugou, de dieciocho años, próximo héroe a debutar.

Salió una de esas noches por su cena a la cocina del dormitorio, usando unos pants cualquiera, su cabello puntiagudo, lucía enmarañado y descuidado, sus ojos rojos no brillaban y habían ojeras debajo de sus párpados.

Nunca se había visto tan mal.

Por azares del destino, se topó con Deku en la cocina, en compañía de Todoroki, quien conversaba a lado suyo, codo a codo.

Acaso esos dos tenían que reafirmarle su felicidad de una manera cruel?

Katsuki se preparaba ramen instantáneo, sabiéndose observado por un par de ojos verdes.

—Kacchan—

No, esa voz no.

Por qué le hablaba de repente?

—No me hables— Gruñó, sin mirarlo a la cara, sintiendo que esos ojos verdes lo observaban fijadamente su cada movimiento en la cocina.

—Tengo que hablar contigo— Dijo, tal como lo había estado haciendo toda la jodida semana. Por qué no lo dejaba sufrir en paz?

—Yo no— Sentenció desdeñoso, saliéndose de la cocina con un bowl de ramen instantáneo.

Cuando él huía del lugar, Deku lo miraba como si fuera a llorar y dejaba de insistirle, para que al día siguiente lo volviera a hacer, pero esta vez fue diferente, porque Deku lo siguió hasta su dormitorio y Katsuki al saber esto, cerró la puerta, pero Deku la detuvo en pleno acto.

—Tienes que escucharme, Kacchan— Pidió Deku en tono suplicante.

—Por qué no te largas, Deku?! ¡Deja de joderme!— Replicó.

Se percató que el nerd lucía agotagado, pues sus mejillas se miraban inusualmente muy rojas y su respiración era agitada.

Estará bien? No, Katsuki sacudió ese pensamiento de la cabeza, no debo preocuparme por ese idiota.

—No, Kacchan— Dio un paso al frente determinado en hacerse oír. Katsuki abrió los ojos, intimidado por la altura del nerd y su cuerpo fuerte plantado para que sus ojos rojos lo contemplaran. Katsuki se estaba distrayendo nuevamente, y era hilarante caer por los encantos de Deku, pero era imposible hacerlo.

Deku era jodidamente hermoso.

—Al menos escúchame— La voz desesperada de Deku lo sacó de su trance. De pronto, vio que el bastardo mitad y mitad estaba justo detrás de Deku y eso ocasionó que su sangre hirviera en cólera.

Herido ante aquella vista, empujó a Deku con su mano libre, apretando duramente los dientes.

—¡Aléjate de mi vida, Deku!— Gritó exasperado, conteniendo con todas sus fuerzas las ganas terribles de echarse a llorar ahí mismo. —¡Entiende que no quiero hablar contigo, entiende en esa cabezota tuya que no quiero! ¡No quiero ver tu cara! ¡Te odio!— Los ojos de Deku se abrieron en temor. —¡Te odio, Deku! ¡Muérete ya y salte de mi vida!—

Los ojos verdes de Deku se cristalizaron, sus facetas decayeron. En eso recibió una mirada fría de parte de Todoroki, quien parecía que no se quedaría callado ante lo ocurrido, por lo que Katsuki decidió huir y cerrar la puerta, que era lo mismo a deslindarse del dolor y de toda la verdad.

—Midoriya, estás bien?— Alcanzó a oír la voz del bastardo hablarle a Deku.

—Ah— Suspiró desganado. —Sí—

—Luces muy agotado y tu cara está muy roja— Comentó con un deje de concertación.

—E-estoy b-bien— Oyó un fuerte golpe resonar en los pasillos, haciendo que Katsuki pegara la oreja a la puerta.

—¡Midoriya!— Todoroki exclamó asustado.—Midoriya, estás bien?—

Le habrá pasado algo a Deku?

Katsuki no buscaba preocuparse, sentía que era irracional hacerlo, pero Todoroki nunca mostraba preocupación por motivo alguno, por lo que él depositó el tazón de ramen en el escritorio y lo dejó orearse, esperando seguir oyendo lo que sucedía del otro lado de la puerta.

—¡Bakugou!— Todoroki le gritó, tocando la puerta con un puño. —Ahora me escuchas—

—Quién querrá oírte, bastardo?— Inquirió retador.

—Midoriya está inconsciente, ayúdame a levantarlo— Pidió desesperado.

—No te creo— Manifestó desdeñoso.

—Bakugou, en serio?!— Todoroki sí que se cabreó. —Yo sé que tu eres el admirador secreto de Midoriya— Una sensación de pánico azotó contra Katsuki. —Lo sabía desde antes de que se lo dijeras a Midoriya, yo sé que te gusta, entonces por qué no lo escuchas? Es que eres tan cobarde para no escuchar que quiere remediar todo?—

—¡No soy cobarde!—

—Entonces escúchalo cuando despierte y ven a ayudarme a levantarlo— Condicionó cabreado.

—N-no quiero—

—Crees que Midoriya y yo estamos saliendo?— Dijo retador. —¡Serás idiota, Bakugou!—

—Qué me dijiste?—

—Estás tan encerrado en tu mundo que ni prestas atención a tu alrededor— Sentenció Todoroki, alterado. —Midoriya y yo somos mejores amigos, Bakugou, acaso dudas que Midoriya está dispuesto a darte una oportunidad?—

Qué? Abrió los ojos en sorpresa, una oportunidad?

Eso fue el detonante para que abriera la puerta y asomara la cabeza, siendo recibido por un Todoroki cabreado. Éste no tenía cara de alguien que esté enamorado, sino de alguien a quien defendía a su mejor amigo.

Se miraron unos segundos, en lo que la vista de Katsuki se dispersó al cuerpo inconsciente y tirado de Deku, tumbado en el pasillo.

La preocupación arrasó en su rostro.

—¡Deku!— Se abalanzó hacia él, poniéndose de rodillas, palpando su frente en busca de encontrar algo. —¡Ay, nerd estúpido! Cómo osas venir a verme si tienes fiebre?—

—Tiene fiebre?— Lo cuestionó Todoroki, acercándosele por sobre el hombro.

Katsuki asintió, tocando la frente del nerd y ruborizándose ante tal circunstancia.

—Ahora sí me vas a ayudar a levantarlo?— Inquirió Todoroki.

—Joder, por supuesto— Chasqueó la lengua, poniéndose de pie al lado de la cabeza del nerd. —Yo cargo la cabeza, tu los pies— Ordenó.

Todoroki sonrió complacido en segundos de oír su orden. Asintió y los dos llevaron a Deku a su dormitorio.

—Desde cuándo lleva así el nerd?— Interrogó a Todoroki, su voz sonaba preocupado y esto solo hizo que Todoroki sonriera de satisfacción.

—Desde esta mañana— Respondió. —Ahora si eres sincero?—Le sonrió picarón.

Katsuki soltó un gruñido, subiendo los hombros.

—¡Cállate, bastardo!—

—Sabes que tus ojos son como un vidrio transparente?—Dijo burlón, haciéndolo sonrojar. —De ahí supe que eras al admirador secreto de Midoriya—

—¡Agh!— Se quejó Katsuki, colocando sus manos en ambos costados.

—Fue pan comido— Presumió bonachón.

—Eres un tonto, bastardo— Insultó refunfuñando.

—Ese no serás tu?— Bromeó, mirándole mañoso. Katsuki bulló por dentro. ¡Cómo odiaba a ese bastardo!

—¡Jódete, mitad y mitad!—

—Al menos yo no malinterpreto a las amistades— Dijo de la misma manera. —Como otros— Enfatizó ojeándolo burlón, esto ocasionó que Katsuki lo tomara de la camiseta y lo amenazara con restregarle una explosión en la cara. —Ojo, yo no dije que fueras tu—

—¡Ay, cómo te detesto!— Agitó la cabeza en negación.

—Deberías de agradecerme por decirte la verdad— Dijo Todoroki. —De no habértelo dicho, Midoriya seguiría estando triste y a mi no me gusta que mi mejor amigo esté así por un idiota que no lo escucha— Otra vez le lanzó una indirecta muy directa a la cara. —Y si te preguntas si amo a Midoriya— .Se zafó de su agarre, con cierto disgusto. —No, no lo amo, pero lo quiero mucho, claro, como mi mejor amigo—

—Hm— Katsuki alzó la barbilla, en modo inquisitivo.

—Te dejaré a solas con Midoriya— Afirmó. —A ver si lo puedes cuidar bien, porque quien sabe si lo harás cenizas—

—¡Yo puedo cuidarlo más que perfecto!— Espetó Katsuki, indignado.

Todoroki sonrió, soltando una carcajada satisfecha.

—Esta vez, sí te creo— Mencionó. —Te dejaré con él para que aclaren sus malentendidos y sus dudas, espero que escuches a Midoriya de una buena vez—

—Como sea—

Después de eso, Todoroki salió de la habitación de Deku, dejándolo a él a solas con el nerd.

En menos de un segundo en que el silencio de la habitación lo acorraló, en un ambiente extrañamente ameno, en cierta forma, adecuado para la situación con la que lidiaría luego.

Katsuki juró que el retumbar de su corazón se escuchaba por todas las cuatro paredes, porque el nerviosismo pronto se apoderó de él y más cuando oyó a Deku toser y quejarse de la fiebre.

Significaba que o estaba consciente o que tosía dormido. Cualquiera de las dos.

Sacudió la cabeza, acercándosele con pasos extendidos, tratando de hacer ruido.

Deku tosió varias veces, comenzando de pronto a temblar.

—Em, Deku?— Asomó su cabeza cercana a la de Deku, notando que estaba inconsciente. Katsuki suspiró aliviado, indispuesto a hablar tan rápido de lo ocurrido aquella mañana.

La charla podía esperar.


Acto 9: Hablando

Katsuki se dispuso a cuidar de Deku durante toda la noche en la que éste estuvo mal. Katsuki echaba pestes al aire cuando sus dedos rozaban accidentalmente con los de Deku y la fricción del momento lo sacudía en una corriente eléctrica por todo el cuerpo.

Era muy difícil cuidar de Deku cuando sus sentimientos estaban enmarañados en su cabeza y sus pensamientos rebotaban contra la pared de su cerebro aprisionado.

Sus dudas se quedaron estancadas detrás de la puerta que cerró cuando se quedó encerrado con Deku, aunque ese estancamiento no le duró mucho, puesto a que al llegar el amanecer, Deku abrió los ligeramente los ojos. Katsuki entró en pánico, alcanzando los hombros en atados en pura tensión.

—K-Kacchan?— Enseguida lo reconoció, entreabriendo los ojos mucho más rápido a como lo estaba haciendo en ese momento.

El corazón de Katsuki dio un vuelco.

—Q-qué haces aquí?— Carraspeó, incorporándose en la cama.

—Cuidándote, estúpido— Musitó conteniéndose de arrimársele encima. —Qué otra cosa puedo estar haciendo aquí?—

Deku lo observó en sorpresa, su expresión cambiando a una cautivada.

—Kacchan— Pronunció cálido, provocándole un rubor en las mejillas al chico explosivo. —Quiero hab—

—Ya sé, bruto— Ladró Katsuki, gruñéndole con los dientes expuestos. —Haz estado jodiendo toda la semana que te escuche—

—Sólo quiero que me escuches— Katsuki creyó que Deku se quedaría callado, pero no fue así, tomó la palabra de inmediato. —Cuando termine, tu decides lo que quieres para ti, no me opondré en tu camino—

—Hah?— Articuló extrañado.

Deku no se inmutó, al contrario, lucía muy decidido en ser escuchado. Esa fue una vista muy atractiva para el chico explosivo, quien suavizó su dura expresión.

—De acuerdo te escucho— Aceptó con el ceño fruncido emplastado en su cara. —Pero si dices una estupidez, te mato—

Deku asintió de acuerdo con su advertencia.

—Entonces habla, idiota— Demandó a regañadientes.

—Lo siento, Kacchan— Se disculpó torpe, teniendo los dedos entrelazados de sus manos. —Te debo una disculpa por haberte rechazado de la forma en la que lo hice, porque me arrepentí de rechazarte— Arrugó las cejas, en gesto culpable. —Yo siempre dije que no te guardaba rencor por lo que sucedió entre nosotros en el pasado, pero te rechacé por la misma razón: por el pasado—Suspiró ancho. —Me hiciste mucho daño en el pasado, Kacchan, eso no se me olvidará nunca, pero se puede avanzar adelante sin resentimiento y eso fue lo que no tomé en cuenta cuando te tuve al frente, y perdona si fui cruel contigo, porque lo que en realidad no soporto es verte sufrir, Kacchan—

Katsuki se sonrojó, encogiéndose de hombros.

—Yo me enamoré de la persona que me escribió esas cartas— Confesó quieto.—Y no me importaba qué clase de persona sería el que me escribía esas cartas, y el hecho de que fuiste tu, no debió de importarme en el momento en que lo descubrí; además creía ser la persona que mejor te conocía y eso me hizo sentir mal, por esto te digo esto, Kacchan— Hizo una breve pausa, diciéndole en una expresión más suave:—Sigo muy enamorado de esa persona, y no me importa en absoluto que seas tus—

—Qué?— Katsuki respiró ansioso. —Deku, no te presiones, yo no quiero que estés conmigo con esa intención—

—No quieres estar conmigo, Kacchan?— Preguntó Deku entristecido.

—No es eso, nerd— Repuso sonrojado. —Me da la impresión que te estoy forzando—

—Claro que no— Deku se arrimó a tomarlo de los hombros, sobresaltando a Katsuki abruptamente.

—Q-qué haces?!—

—No te elijo por un capricho mío— Arguyó intenso. —Si no, no me daría asco hacer esto— Y diciendo eso, presionó sus labios con los suyos, paralizando por completo a Katsuki, que lo miró con los ojos abiertos, recibiendo todo el impacto.

Deku se separó, abriendo los ojos y viéndolo en ese mar verde que tanto le fascinaban a él.

—Te daré una oportunidad, Kacchan— Acercó ambas narices, haciendo fricción entre ellos. —La aceptas, Kacchan?—

No le cabía en la cabeza que lo que tanto soñó despierto, sucedía en carne y hueso, Obviamente, Katsuki no lo pensó ni dudándolo. Deku le daba una oportunidad y él gratamente la tomaría.

—Está bien— Aceptó la propuesta, tan rojo como un tomate, y con el corazón desbocado de alegría.

Katsuki se lanzó a los brazos de Deku.

—Deku— Pronunció conmovido, rodeándolo por el cuello con sus brazos. —Deku, Deku— Repitió embelesado.

Sintió los cálidos y estrechos brazos de Deku abrazarlo de regreso, rodeándolo de la cintura dándole la sensación de estar siendo protegido. Katsuki acurrucó su cabeza en el pecho de Deku, sin importarle que apenas se acababa de recuperar de la fiebre.

Apresó con sus manos la tela de la camiseta de Deku, aferrándose a su calor sin igual.

Deku le dio un beso en la cabeza, olfateando su cabello rubio.

—Me encanta tu aroma, Kacchan— Comentó suavemente. Katsuki asintió, soltando un gruñido, puesto a que se avergonzó por el atrevimiento del nerd. —Espero que nos podamos conocer mejor a partir de ahora, haré mi mejor esfuerzo por hacerte feliz, ok?— Colocó su mano entre sus cabello rubios, haciéndole arrumacos, que para Katsuki fueron muy placenteros.

Esos arrumacos era un pasaje directo al cielo.

—No necesitas hacer nada— Arguyó, dándole un codazo en el costado. —Con tenerte es más que suficiente—

Y dicho esto, donde el silencio reinó entre ellos, Katsuki levantó la cabeza y se inclinó a los labios de Deku, sellándolos con un beso suave y duradero, asimismo dándole inicio al romance que tanto quiso vivir él.

Katsuki por fin fue correspondido.

.

.

.

.

.

P.D. Kacchan fue correspondido, lo único que le faltaba era escuchar.

Espero que les guste este capítulo, y no, no es el final, seguiré con otros capítulos más.