Hola a todos, nos volvemos a encontrar con otro fic de One Piece. Es una idea que tengo en mente desde hace varios meses, pero que quería planificar con cuidado para no cometer errores ya que quiero que sea lo más semejante al manga. Claro que a medida que la vaya escribiendo, la historia de Eiichiro Oda continúa por lo que puede llegar a haber ciertas incongruencias. En fin, el fic es solo para entretener así que...

Si no están al día con el manga puede llegar a haber spoilers por lo que queda a criterio de cada uno.

Declaimer: One piece y sus personajes son propiedad de Eiichiro Oda.


El pequeño pueblo estaba en el extremo sur de la isla. La ciudad no era muy grande, pero tenía los suficientes negocios como para que Nami y Robin se perdieran en sus locales en busca de prendas modernas que sirvieran para los cambiantes climas del Nuevo Mundo. Sanji y Chopper se habían separado de ellas luego de que la navegante les pidiera ir en busca de alimentos y medicinas que necesitaban para continuar con su peligroso viaje.

En el muelle del pueblo, Franky terminaba de ajustar un nuevo invento en el Sunny y Jimbe aprovechaba la luz natural del sol para relajarse. Los últimos días habían sido una constante tormenta de lluvia y viento.

Y en el bar que estaba a pocos metros de la entrada principal al pueblo, yacía el resto de los Mugiwara. Luffy y Usopp no dejaban de engullir todo lo que una joven camarera traía a la mesa. Zoro había destapado la cuarta botella de sake y Brook recorría el lugar en buscar de las bragas de las camarares.

Todo parecía normal. Un tranquilo día en una isla donde rara vez sucedía algo y dónde los Mugiwaras habían anclado pensando que estarían un par de horas y ya. Pero un estrepitoso sonido alertó a sus habitantes. La gente comenzó a salir del bar con desesperación.

- ¿Qué fue eso? - Preguntó Usopp con la boca llena.

- ¿Qué fue que? - Luffy lo contempló con sorpresa.

- ¡¿Acaso no escuchaste ese ruido, idiota?! - El francotirador le dio un golpe en la nuca.

- Quizás es algún espectáculo - Comentó Zoro mientras estiraba su mano para agarrar uno de los panes rellenos que había en el plato de Usopp.

- ¡¿Qué no ves que la gente está asustada?! - Gritó Usopp mientras que con un tenedor intentó pinchar los dedos del espedachín.

- O quizás fue algún volcán - Brook se dejó caer en su asiento y tomó la taza de té que una camarera había dejado minutos antes.

- ¡No hay volcanes en esta isla! - Exclamó el francotirador casi al borde del llanto.

- O tal vez algo de lo que estaba trabajando Franky, explotó - Sugirió Luffy sin dejar de masticar.

- ¡En ese caso, el Sunny estaría en llamas! -

Usopp se puso de pie y tomó el pan antes de que Zoro se pudiera apoderar de eso. Sin siquiera esperar la reacción de sus nakamas, abandonó el bar junto con el resto de las personas. Una multitud se congregó en la entrada al pueblo, allí donde dos grandes arcos de madera abrían paso a la zona comercial y residencial.

- ¿Qué está pasando? - Oyó preguntar a una mujer.

- ¿Ustedes también sintieron el temblor? - Un hombre se acercó a la manada.

Usopp caminó entre ellos intentando llegar al muelle. Si su capitán tenía razón, el Sunny... El Sunny estaría destruído. Se arrimó lo suficiente como para notar que el barco estaba ileso y dejó escapar un suspiro, aliviado. Se pasó el brazo por la frente y se apresuró para poder llegar al barco.

- ¿Qué ha sido eso? - Preguntó Franky cuando lo vio - Fue una super explosión -

- No lo sé... - Usopp suspiró mientras subía al barco.

Por alguna razón, se sentía más seguro en la cubierta del Sunny.

- No me pareció una explosión común - Murmuró Jimbei sin quitar la mirada de la isla.

De repente, un extraño humo comenzó a salir del centro de la isla.

- ¡Miren, ahí! - Gritó un niño mientras señalaba la gran ola negra que subía a los cielos.

- ¡¿Qué es eso?! - Volvió a preguntar una mujer.

Una segunda explosión hizo que el suelo temblara. Incluso el agua sacudió el barco con brusquedad. Usopp se agarró de la baranda con desesperación.

- ¡¿Qué demonios está pasando en esta isla?! - Gritó.

Dentro del bar Luffy seguía masticando su comida mientras que Zoro daba un ligero trago a la botella. La segunda explosión les había llamado la atención, pero ninguno estaba dispuesto a abandonar ese lugar. Ahora que el resto de los comensales había abandonado el lugar, había más comida y bebida para ellos. Brook, en cambio, se puso de pie contempló a través del ventanal.

- Luffy-san, Zoro-san, creo que algo está sucediendo en el pueblo. Yohohohoho -

- ¿Sucediendo? - Luffy se giró para contemplarlo - ¿De qué hablas? -

- Pues... Verán... -

Pero antes de que Brook pudiera terminar la frase, lo sintieron. Luffy posó sus oscuros ojos en Zoro, pero él ya lo sabía. Haki. Y no cualquier haki, era el haki más poderoso de todos. Haoshoku no Haki. Ambos se pusieron de pie con tanta fuerza, que estuvieron a punto de tirar los platos y botellas al suelo.

- ¿Sucede algo malo? - Preguntó Brook con curiosidad.

Sin si quiera responder, abandonaron el bar. La mirada de ambos se posó en el grupo de personas que parecían contemplar algo horrorizados. Se giraron hacia el centro de la isla, allí donde había una ligera colina que no debía tener más de mil metros de altura. Sobre su punta varios destellos del haki del rey iluminaban los cielos.

- ¿Qué demonios está pasando allí? - Preguntó Zoro mientras apoyaba ambas manos en sus katanas.

- ¡Luffy! ¡Zoro! - Sanji apareció corriendo por una de las calles que conducía a la zona comercial del pueblo - ¡Parece que alguien está peleando! -

- ¿Alguien? - El peliverde frunció el ceño - Eso no es solo alguien -

Luffy se echó a correr colina arriba. Era obvio que, quien estuviera luchando, no era una persona cualquiera. La intensidad de ese haki no la había visto jamás. Incluso se parecía mucho a la de Rayleigh. El espadachín y el cocinero se echaron a correr detrás suyo. También sentían curiosidad y a juzgar por el aura de ese haki, era obvio que su capitán necesitaría refuerzos.

Una fuerte ráfaga de viento, los obligó a detenerse y cubrir sus rostros con ambos brazos. Y para cuando pudieron volver a tomar carrera, el haki desapareció. La presencia de las personas que están allí se esfumó por completo. No se detuvieron, llegaron hasta la punta más alta de la colina y contemplaron el desastre. Los árboles estaban en el suelo, como si hubiesen sido talados. Los arbustos habían sido arrancados de la tierra y estaban desparramados por la zona.

Sanji metió la mano en su bolsillo, sacó un cigarrillo y lo encendió. Dio un gran calada sin quitar la mirada de esa escena.

- El suelo está marcado -

Varias lineas estaban dibujadas en la tierra. Tenían la profundidad suficiente como para creer que habían sido echas con algún arma o algún poder equiparable al de una Akuma no mi.

- Es como si hubiesen desaparecido - Soltó Zoro mientras intentaba localizar a los causantes de aquel disturbio.

El capitán analizó la escena en silencio. Su ceño estaba fruncido. Todavía no podía quitarse de la cabeza que ese haki era similar al de Rayleigh. ¿Quién podría llegar a tener semejante voluntad? De repente, sus ojos se posaron en un arbusto. Sin emitir palabra, se acercó. Había algo extraño.

- ¿Qué sucede, Luffy? - Preguntó Sanji con curiosidad.

El morocho hizo aún lado el arbusto y abrió sus ojos con sorpresa.

- Oi, ¿Qué hay ahí? - Zoro avanzó con cierta impaciencia.

Palideció. Era imposible. ¿Cuántas posibilidades había de que un niño fuera el causante de semejante escándalo? Pero había algo extraño en él. Parecía estar inconsciente. ¿Era posible ser víctima de tu propio haki? Lo dudaba y mucho. Además ese niño no parecía tener ni un rasguño. Sus oscuros cabellos estaban algo marañados y sus prendas parecían estar sucias con tierra, pero nada de sangre. Si ese niño no era el causante de todo ese desastre, era un testigo de lo que había pasado.

- Tenemos que llevarlo con Chopper - Murmuró el cocinero - Él sabrá que hacer -

Luffy asintió serio. Lo tomó en brazos con cuidado y los tres comenzaron a caminar colina abajo. Tardaron mucho menos tiempo en regresar al pueblo, ir en bajada era una ventaja. Además las calles del pueblo estaban vacías ya que todos los ciudadanos se habían congregado en un solo lugar.

Los ojos de todos se posaron en ellos con curiosidad y en el pequeño niño que cargaban. Pero les abrieron el paso con temor. Nadie quería meterse en contra de una tripulación como la de los Mugiwara, no luego de todas las noticias que habían llegado. Era un grupo digno de temer.

- ¡¿Dónde demonios estaban?! - Gritó Nami desde el Sunny - ¡¿Qué no sintieron eso?! ¡Tenemos que salir de aquí cuánto antes! -

- ¡Les dije que algo estaba pasando! - Agregó Usopp, pero su expresión cambio cuando divisó el niño que era cargado por su capitán - Oi, ¿Quién es ese? -

Los tres subieron al barco de un salto. Luffy posó sus ojos en Chopper y apoyó el frágil cuerpo del niño en el suelo.

- Chopper... -

Pero no bastó nada más. El doctor del barco se acercó corriendo y el tomó los signos vitales. Ahora que lo contemplaba de cerca, parecía tener no más de cinco años. Era poco probable que estuviera involucrado en semejante pelea. Dio dos pasos hacia atrás y se dejó caer en el césped sin quitar la mirada del pequeño.

- Estará bien - Murmuró Chopper - No parece herido -

- ¿Quién es ese niño? - Preguntó Franky mientras alzaba las gafas para poder ver mejor.

- Estaba en el lugar de los hechos - Sanji volvió a dar una calada a su cigarrillo - Ya estaba inconsciente cuando lo encontramos -

- Es demasiado pequeño - Nami se arrodillo a su lado y le quitó una pequeña rama que había en su cabello - ¿Qué hacia un niño allí? -

- Quién sabe - Bufó Zoro mientras se apoyaba contra la baranda del barco.

- Podría ser el hijo de alguien del pueblo - Sugirió Robin pensativa - ¿No hay otro pueblo en esta isla, verdad? -

- No - Nami dejó escapar una mueca - Deberíamos preguntar. Quizás los padres lo estén buscando -

Se separaron en dos grupos. Por un lado, Nami, Robin y Franky recorrieron toda la zona este. Por otro, Luffy, Usopp y Sanji preguntaron por el oeste. Y mientras tanto, Chopper se quedó a monitorear la evolución del pequeño. Zoro, Jimbei y Brook se dedicaron a cuidar del barco hasta que los otros regresaran. Pero no tardaron mucho. El pueblo no era tan grande y los rumores habían corrido rápido. Todo el pueblo estaba al tanto del niño que había aparecido en las zonas de las explosiones, pero nadie parecía conocerlo. Nadie había reclamado nada. Los diez Mugiwaras se volvieron a reencontrar en la cubierta del Sunny a las pocas horas.

- ¿No es extraño que un niño aparezca y nadie sepa de dónde ha salido? - Nami se cruzó de brazos.

- Lo extraño es que estuviera donde fueron los estallidos - Dijo Zoro serio.

- También es sorprendente que haya estado allí y no haya resultado herido - Murmuró Chopper pensativo.

- Además estaba escondido detrás de un arbusto - Sanji suspiró - No sabremos nada hasta que despierte -

- No lo sé... - Usopp posó sus ojos en el niño - Es todo demasiado extraño. Estoy seguro de que ese niño no debería estar aquí -

- ¿Y qué pretendes? - Nami se hizo sonar los dedos - ¿Qué dejemos a un bebé tirado entre plantas? Nadie lo está buscando -

- ¡¿Pero y si fue ese niño quien causó esas explosiones?! - Gritó Usopp imaginando lo peor - ¡El Sunny volaría en mil pedazos! -

- ¿Crees que el Sunny sería destruído por una simple explosión? - Preguntó Franky molesto.

- Oi... - La voz de Jimbei captó la atención de todos - Creo que está despertando -

Los ojos de la tripulación pasaron de Jimbei al niño. El pequeño estaba realizando ciertas muecas con rostro.

- ¿Crees que esté bien? - Preguntó Brook compenetrado por la tensión del ambiente.

Finalmente, abrió los ojos. Los grandes ojos verdes del pequeño se posaron en el cielo con sorpresa y se sentó como si nada sucediera.

- ¡Me quedé dormido! - Gritó.

- ¡¿Cómo que te quedaste dormido?! - Exclamaron todos al unísono.

El niño se puso de pie y comenzó a buscar algo con la mirada.

- Oi, oi, oi - Usopp dio un paso atrás cuando el pequeño avanzó en su dirección - ¿Qué estás buscando? -

- A mi mamá - Soltó.

- ¿Tu madre? - Robin se agachó para poder estar a la altura del pequeño.

- Si, ella estaba peleando con unos tipos raros y me dijo que me esconda. Así que corrí a un arbusto - Dijo como si pudiera entender todo lo que estaba diciendo.

- ¿Peleando con unos tipos raros? - Preguntó Zoro.

- Es posible que sean lo que sentimos antes - Agregó Jimbei - Aunque es un poco extraño -

- ¿Qué clase de tipos eran? - Chopper dio varios pasos. Casi que tenían la misma altura.

El niño lo contempló con sorpresa, pero en su inocencia no parecía importarle que un reno estuviera hablando. O quizás no lo veía como nada extraño.

- Eran tres tipos altos vestidos de blanco - Se llevó la mano a la cabeza intentando pensar - Tenían unas extrañas mascaras muy graciosas en la cabeza -

Robin palideció. Su manos comenzaron a sudar frío.

- ¿El Cipher Pol Zero? - No podía ser. Tenía que ser mentira.

- ¡¿Qué el Cipher Pol estuvo aquí?! - Gritó Usopp mientras se mordía las uñas - ¡Podrían seguir aquí! -

- Tengo que encontrar a mi mamá - Susurró.

- Niño, tu madre no está aquí - Soltó Zoro con la voz reseca.

Los verdes ojos del pequeño se posaron en él con cierto temor.

- Entonces... - Su voz comenzó a acongojarse - ¿Se la llevaron? - Sin siquiera esperar respuesta, se puso a llorar.

- ¡Zoro, eres un idiota! - Gritaron Nami, Chopper y Usopp al mismo tiempo.

Robin dio un paso al frente y lo tomó en sus brazos con cuidado. El pequeño se aferró a su cuello y comenzó a lagrimear en su hombro.

- ¿Cómo te llamas? - Le preguntó con cierta dulzura en la voz.

- Haru - Susurró entre congojadas.

- Bien, Haru. ¿Cuántos años tienes? -

El niño alzó su mano y le mostró cuatro dedos. Era demasiado pequeño para entender la gravedad de la situación. Si era verdad que el CP0 había causado esas explosiones y se habían llevado a su madre, era porque algo grave estaba pasando. Respiró hondo, pero intentó apaciguar su voz. Lo que menos quería era asustarlo aún más.

- ¿Y por qué se llevaron a tu madre? -

Las miradas de todos se posaron en Haru con curiosidad.

- Ella dijo que esa gente la necesita -

- ¿Esa gente? - Robin alzó las cejas con sorpresa.

- Los que viven allá arriba - Murmuró.

(...)

Caminaba por inercia. El resto de su cuerpo había dejado de responder hacía varias horas. Las cadenas que sostenían sus muñecas estaban tan ajustadas que podía sentir como la piel se le salía poco a poco. Le costaba respirar, la bolsa de tela que había en su cabeza la impedía ver hacia donde iba. Pero los pasos de varios personas le indicaban que sería imposible escapar. Una poderosa mano le apretaba el hombro con tanta fuerza que pensó que se le rompería la clavícula. Era la guía. La mano decía cuando seguir avanzando y cuando detenerse. Trago saliva varias veces. Tenía sed y su garganta estaba reseca. Cuando se pasó la lengua por los labios sintió el gusto a sangre.

Ya no le importaba que le pasara a ella. Solo esperaba que Haru estuviera bien.

Los pasos se detuvieron y la mano le apretó el hombro con tanta fuerza que estuvo a punto de soltar un chillido.

- La hemos encontrado - Oyó una gruesa voz.

Alguien se acercó a ella y con violencia, le arrancó la bolsa de la cabeza. Sus largos cabellos color vino tinto se armontonaron en su rostro. Tuvo que resoplar varias veces para que los bucles se hicieran aun lado y le dejaran ver. Pero hubiese preferido no ver nada. Delante suyo, a escasos metros, esos ojos. Los ojos con los que había soñado una y otra vez. Rojos. Con unas extrañas alineaciones en su iris.


Bueno... Hasta aquí hemos llegado hoy. Espero que les haya gustado y pronto estaré subiendo una actualización. ¡Quedo atenta a sus comentarios!

Aprovecho para comentarles que he empezado a publicar un libro original que llevó años escribiendo. Son libres apoyarme si lo quisieran, en mi profile encontraran toda la información que necesiten. Obviamente, siempre pueden escribirme sin ningún problema.

¡Nos leemos pronto!