El castillo de la vampira ninfomana
Capítulo 1 La vampira ninfómana y el humano pervertido
Naruto Uzumaki no era un joven con mucha suerte pero en esta ocasión la vida le sonreía ya que se había ganado un viaje a un hotel precioso en medio de Transilvania. Siempre había sido pobre pero ahora tendría vacaciones gratis y no se la iba a perder por nada.
El lugar era muy solitario y el rubio tarareaba mientras esperaba un carruaje algo fúnebre que era tirado por caballos negros que daban mala espina y el conductor no parecía ser amigable.
—Naruto Uzumaki, súbase ahora—declaró el señor medio tenebroso.
—¿Sabe si hay tienda de autoservicio? Quiero algo de ramen—.
—No hay ramen en este país—.
—¡Nooooooooooo!—gritó al cielo el chico de forma exagerada.
Ya después de eso, el Uzumaki iba jugando con su teléfono pero se le fue la señal y mejor lo guardó para ver el paisaje de momento. Los árboles estaba secos y el camino era pedregoso, con un castillo grande en la cima del peñasco mientras que unos truenos caían al lugar.
—El noticiero del clima dijo que sería un día soleado, que estafa—.
En cuanto bajó del carruaje, vio la enorme entrada del castillo y llevó sus maletas hacia dentro del sitio. El lugar era alumbrados por enormes quinques y antorchas, mientras que todo tenía un estilo muy gótico y de fondo negro que a cualquiera daría miedo.
—Uuuh, que buen diseño—mencionó el joven tarado.
De la nada, se oyeron unos pasos y cuando el rubio volteó miró que una hermosa mujer joven vestida totalmente de negro llegó al sitio. Tenía cabello azul negruzco largo y sedoso, y ojos blancos malva sin pupila que le daban la impresión de ser ciega.
—Buenos días, señor Uzumaki. Disfrute su velada en el castillo de Transilvania—saludó la anfitriona.
—Buen día señorita, gracias por la estancia. ¿Dónde puedo ver la televisión?—.
—No hay energía eléctrica aquí, es todo a la antigua—declaró la mujer.
—Oh rayos, ni modos. Al menos traje y cargador portátil—.
—Sangre joven y fresca, hace años que no como comida japonesa—murmuró Hinata pero Naruto no escuchaba.
—¿Qué dijiste?—.
—Nada, te enseñaré el lugar—.
La mujer se presentó como Hinata Hyuga y era la dueña del castillo desde hace algunos años, desde que lo compró a un buen precio ya que su familia era rica y poderosa. Naruto tomaba fotos a cada rato del lugar de selfies.
—Señor Uzumaki, dígame cual es la comida que más consume frecuentemente—.
—Ramen—.
—Entonces la sangre me sabrá a ramen, que buena elección—murmuró ella para si misma.
—Oiga señorita Hyuga. ¿Por qué está tan pálida? Debería ir a la playa a broncearse—alegó el rubio.
—Odio el sol—.
—Ah, ya entiendo. Es alérgica, hay buenos bloqueadores solares—.
—¿Dónde está mi habitación?—preguntó el rubio sonriente.
—Sigame señor—.
La habitación de Naruto era espaciosa y con una cama gigante de diseño del siglo 18 pero estaba bien conservado. Con muchos libros para entretenimiento y a la disposición del invitado.
—Descanse aquí, mi señor. Mañana irá a un tour especial en Transilvania—se despidió la invitada.
—Nos vemos—.
A Naruto le cayó bien la señorita anfitriona pero se tapaba demasiado y estaba tan pálida como un muerto. Aún así era muy bonita, ¿debería coquetear con ella? Bueno, se iba a acostar y ver cosas en su teléfono ya que afortunadamente tenía a la disposición videos.
En la noche, Hinata era una con la oscuridad y tenía mucha hambre, así que se transformó en una vampiro. Ya se veía venir esto ya que había un humano sano y delicioso del cual alimentarse, y cuando fue a su habitación descubrió que no estaba dormido.
—¿Por qué no se ha dormido?—se preguntó la vampira.
Se acercó a ver al lugar y descubrió que el chico se la estaba jalando con un video porno, y Hinata se sonrojó tanto que huyó del lugar a toda prisa y se encerró en su sarcófago.
—¡Ya no tengo hambre! ¡¿Por qué a mí?!—se quejó ella chupándose el dedo.
Al día siguiente, Naruto se levantó temprano para el tour y Hinata estaba muy molesta con él porque no comió anoche y vio algo que quedaría grabado en ella para el resto de la eternidad.
—¿Se ve más pálida de lo normal?—.
—No hables más, iremos a recorrer el lugar—le dijo muy seca la Hyuga.
Habían varios lugares a donde ir en Transilvania, pero el más cercano era el bosque embrujado con los árboles que daban miedo ya que tenían caras de susto.
—Está es el bosque encantado, aquí viven brujas que practican ritos satánicos diarios—explicó la vampira.
—Eso no me gusta mucho—.
—No llegan hasta esta zona por un acuerdo de mutua no agresión. Se llevan mi cena—contó la vampira.
En ese momento, Naruto se cortó con una ortigas y el olor a sangre inundó el olfato agudo de Hinata que contrajo su mirada de forma brusca.
—Me corté, necesito una curita—.
En ese instante, Hinata tomó el dedo de Naruto como poseída por sus instintos y comenzó a chuparlo de forma tan lasciva que el chico se puso muy nervioso. Lo que el joven no sabía es que la sangre de los pervertidos era muy diferente a la normal ya que tenía ciertos químicos y feromonas especial es que hacían que los vampiros normalmente apáticos y asexuales, se convirtieran temporalmente en ninfomanos de primera.
—Rico, rico, más por favor—decía ella mientras lamia su dedo de forma pervertida.
—¡¿Qué le pasa?! ¡No es una película porno!—.
Los ojos de la vampira se inyectaron de rojo sangre y sus colmillos crecieron un poco, además de tomar una apariencia demoníaca más notoria que hizo que Naruto comprendiera la verdad.
—¡Aaaaah, un vampiro!—salió corriendo el chico.
Sin embargo, ella era mucho más rápida y no dejó que Naruto corriera más allá de dos metros, mientras que la peliazul se relamia los labios.
—Eres una vampira, así que esto debe funcionar. ¡Toma!—exclamó el rubio tomando dos tablas de árboles secos y formó una cruz improvisada, pero a Hinata no le pasó nada.
—Ja, si serás imbécil. Mis antepasados son judíos—alegó la vampira Hyuga.
—Ah si, pues toma. ¡Hail Hitler!—dijo el Uzumaki formando una esvástica negra improvisada.
—¡Kyaaaaaaa!—se evaporó la vampira debilitada.
El joven no se confío de que Hinata se haya muerto y se fue corriendo como pudo hacia cualquier lugar pero el camino hacia lejos del castillo se cortó y no había escapatoria ya que había un gran acantilado y un vacío.
—Lo siento, joven Uzumaki. Sólo la señorita Hyuga es capaz de abrir el camino. Vuelva a la mansión—.
El rubio volteó y había un mayordomo gigante que lo miraba sin muchas expresiones y tenía pinta de Frankestein.
—Mi nombre es Han, sígame—.
En ese momento, se escucharon risas de brujas por el sitio y Naruto se aterró por lo que fue de inmediato en compañía del mayordomo.
—Creí que este lugar era un sitio temático de Transilvania—murmuró el Uzumaki con miedo.
—De hecho si es la verdadera Transilvania—.
—¿Qué hay del conde Dracula?—.
—Hace años que murió, pero Hinata es una descendiente directa. Una japonesa fue una de sus draculinas favoritas—.
—Ah ya entiendo—.
—Su sangre al parecer es muy especial, señor Uzumaki. Tenga cuidado con la señorita Hyuga, va a actuar muy extraña ahora que ha bebido su sangre especial—comentó el mayordomo.
—¿Por qué Hinata perdió el control ahora? Debió morderme en cuanto me vio llegar—comentó el rubio.
—Ella siempre caza en la noche cuando sus víctimas se quedan dormidas. Lo extraño es que la señora Hinata tiene mucho autocontrol, pero apenas bebió algo de su sangre y se descontroló como una novata—.
—¿Una novata?—.
—Hinata es de la realeza en su especie y quien tienen más autocontrol en su sed de sangre. Si su sangre la hizo cambiar su personalidad no va a dejarlo ir, ha de ser tan sabrosa que se volverá adicta a usted como una droga humana—explicó el mayordomo.
En ese momento, entraban a la mansión y estaba Hinata parada en las escaleras. Sin embargo, la vampira había cambiado bastante su su look.
Aún seguía pálida pero tenía un poco de rubor en las partes fundamentales, sus labios estaban pintados de rojos sangre y su mirada era más animadas que antes. Pero lo que más llamaba la atención era que el vestido negro ahora estaba muy escotado delineando sus caderas, enseñando más sus piernas y sus pechos relucían más.
–Disculpe, señor Uzumaki. Tuve problemas técnicos pero su anfitriona se asegurará de que se sienta más cómodo. ¿Quiere algo de tomar?—.
El rubio quería salir corriendo pero fue interceptado por la no muerta que le hizo una mirada seductora e hizo que Naruto enfocara su vista en esos colosales pechos que ella cargaba.
–Hueles demasiado delicioso, estoy muy extasiada—se relamió la gótica.
—No me vayas a comer—.
—Ay Naruto, ya estoy muy llena con la sangre que me dices hace rato. No me he sentido así de satisfecha desde hace décadas, la sangre que tengo del banco del hospital no llena, es como si yo fuera vegana extremista—declaró la chica olfateando el aroma del sujeto.
—Mejor me voy a mi cuarto—.
—No iras a ningún sitio, tengo algo que deseo que contemples—sonrió la mujer tomando del brazo al humano.
En ese momento, ella llevó al Uzumaki a un sitio único en el castillo y era una sala de tortura que tenía artefactos para causar sufrimiento.
—¡Aaaaaah! ¡¿Qué me vas a hacer?!—balbuceó el joven en shock.
—No puedo permitir que mi familia te vea y quiera hacerte su almuerzo. Haré un ritual especial—sonrió con maldad la vampira.
—Ah no, no me vas a hacer nada. ¡No voy a hacer un pacto con el diablo!—.
—No me llevo bien con los demonios, es otra clase de ritual—.
En cuanto a Naruto, este fue atado con una máquina que jalaba las extremidades pero ese no era el verdadero propósitos de la vampira. Cuando hizo su cometido, rompió los pantalones del humano y luego sus calzoncillos, casi picandose un ojo con lo que vio en ese instante.
—Naruto, ¿no eres acaso un incubo?—preguntó la vampira en un tono medio curioso.
—¡Te voy a acusar por violación!—.
—Hablando de incubos y sucubos, ellos prefieren el semen para alimentarse. Yo en lo personal prefiero la sangre como mi raza pero el semen no nos alimenta, nos hace más poderosos en realidad o nos sirve para formar un vínculo irrompible. Mi comida jamás debe caer en manos equivocadas, no vas a morir hasta que yo lo haga, muajajajaja—.
La vampira comenzó a lamer el miembro de Naruto de forma bastante lujuriosa y masajeaba los testículos por la zona perineal, con el fin de hacer que su víctima se corriera pero el sujeto se resistía.
—Vamos, correte para mi. Bañame en semen, así el pacto estará sellado—.
—¡Nunca!—recalcó de forma furiosa el rubio.
—Ya veo, entonces voy a darte un buen estímulo—sonrió la vampira relamiendose los labios.
Ella se quitó el vestido hasta la cintura quedando sus hermosos y gloriosos melones al descubierto, cosa que puso involuntariamente al pobre humano más duro de lo que estaba y mandó al carajo el hecho de que estaba siendo violado.
—Guau, había oído de que los penes se ponían duros pero jamás pensé que tanto. Mira como se puso caliente y palpitante—le decía ella muy lascivamente.
En ese momento, la ojiperla metió tantito el dedo cerca del ano del chico y eso terminó de excitar al joven, mientras que salpicó bastante de semen a la vampira en la boca y sus pechos, además de su cara.
—Eso sí fue bastante semilla humana, guau. Muy bien, pacto cerrado—sonrió ella.
El semen brilló y parecía que ella lo absorbía como si fuera parte del ritual para después dar lugar a un círculo mágico que los unió para siempre.
—Listo, ahora me perteneces—.
—¡Maldita, te odio!—maldijo el ojiazul furioso.
—Tu enorme pene me dice otra cosa—le comentó la vampira señalando la entrepierna del joven.
La Hyuga lo desató y el pobre chico tenía todo roto por la parte de abajo, mientras que la criatura reía como loca por lo que estaba pasando. Era como un efecto de extasis en un ser humano y las inhibiciones de la vampira se habían roto por completo.
El chico se fue a bañar rápido porque se sentía bastante sucio y es que estaba todo sudado después de la felación y la rusa que le hizo… No, esos pechos le hicieron una Unión Soviética entera.
—Está perra está loca, no se como irme de este lugar—maldijo el chico.
Al día siguiente, el Uzumaki despertó y vio que un rayo de sol alumbró el sitio, cosa rara ya que según el mayordomo este lugar era oscuro y deprimente de forma eterna. Cuando miró por la ventana, ahora parecía sacado de un cuento de princesas.
—¡¿Pero que ha pasado?!—dijo el joven confundido.
Cuando bajó al salón, el sitio estaba más alumbrado y Hinata estaba más destapada, de forma que la luz del sol que la bañaba no la afectaba.
—Buen día, Naruto. Hoy vamos a salir a su tour—saludó la mujer.
—¡¿No que los vampiros se mueren con el sol?!—balbuceó el chico.
—Se supone que si, pero ahora no me afecta. Supongo que tu semen me alteró bastante—explicó lo que se le ocurrió la vampira.
—No se si eres una súcubo o una vampira—mencionó con algo de sospecha el Uzumaki.
—No exageres. Por cierto, quien te mandó aquí debe odiarte lo suficiente. Ibas a ser mi cena pero decidí dejarte con vida, no me agradezcas—alegó la mujer.
—¿No debería preocuparme eso?—.
—Si eres mu protegido lo único que debe preocuparte es hacerme sentir bien. Eres mi principal suministró de energía y placer. Algún día voy a convertirme en la Reina de los Sobrenatural y tú vivirás para siempre hasta el fin de los tiempos junto a mi—declaró Hinata sonriente.
—¡¿Qué?!—.
—Transferí algo de mi inmortalidad a la mía, no puedo quedarme sin comida—explicó la vampira con calma.
—¡Estas enferma!—.
—Lo sé pero te ganaste una novia vampira poderosa e independiente—declaró ella presumidamente.
—Si tanto eres poderosa e independiente, entonces déjame ir—.
—¿Y perderme de un festín contigo? No gracias—.
La chica le enseñó toda Transilvania con más calma y efectivamente las debilidades estándar de un vampiro no le afectaban en lo más mínimo.
—¿No deberías agregar algo de tecnología? La verdad es que me estoy aburriendo aquí sin Internet, si voy a ser inmortal no quiero estar en este agujero—alegó el chico.
—Con tal de que estés contento, voy a acceder a esa petición. A cambio quiero que me instruyas en el mundo moderno.? Por cierto, ¿qué es Internet?—pidió saber la chica.
—¿Cuánto tiempos has dormido?—.
—Desde que acabó la Segunda Guerra Mundial. Ese enano de Hitler estuvo molestando mucho con invocaciones y ocultismo. Odio a los nazis de verdad—alegó Hinata molesta.
—Ya veo, ¡Han, llévanos a la ciudad más cercana!—llamó Naruto al mayordomo.
Los tres fueron a un sitio alejado y llegaron a un poblado moderno donde Hinata veía que en los años que estuvo dormida cambió bastante el lugar.
—Y pensar que aquí Drácula se llevaba a sus víctimas—comentó la vampira.
Naruto fue de inmediato a donde instalaban Internet pero había otro problema. La red eléctrica no había sido instalada en el castillo y por ello tendrían que ir ingenieros hasta allá.
—La verdad es que odio tu casa, Hinata. Todo es muy viejo—reclamó el Uzumaki molesto.
—¿Cuánto le pago? ¿Aun manejan euros?—preguntó la Hyuga seria.
—Aceptamos tarjeta de crédito—.
—¿Es alguna clase de sello demoníaco?—.
—Mejor yo me encargo de esto—suspiró el rubio impaciente.
—O puede decir la cuenta de banco que tenga—explicó el encargado.
—La cuenta es 27121914—determinó la peliazul.
El sujeto se quedó en shock porque Hinata tenía bastante dinero en su cuenta de banco y es que la fortuna de ella se ha ido devaluando por las décadas dándole más valor y además en secreto sus padres que no habían dormido se aseguraron de que esa cuenta no expirara.
—Recomiendo que vaya a sacar su cuenta de banco en lo que está en el pueblo—aconsejó el encargado de la luz e Internet.
—Gracias, creo—asintió ella sonriente.
Más tarde fueron al banco y Hinata ya tenia oficialmente su tarjeta de crédito y sacó algo de efectivo quedando impresionada por los billetes actuales.
—¿Cuántos ceros tiene tu cuenta?—preguntó el Uzumaki curioso.
–No sé, está en euros—.
Naruto al mirar el estado financiero de la chica se atragantó ya que si estaba forrada de dinero como para comprar un país pequeño.
—¡Al centro comercial!–exclamó el rubio decidido.
Hinata estaba bastante impresionada por la moda de los vestidos de hoy en día pero se fijó más en la cultura gótica de hoy en día.
—Me llevo este y este, y este—aventaba la chica todo lo de su talla.
—No se olvide del maquillaje—aseveró el mayordomo.
—Cierto—.
Naruto por su parte fue a preparar los electrodomésticos más esenciales con la tarjeta de Hinata aunque el problema iba a ser como llevarlos hasta Transilvania.
—Ah, de eso no te preocupes. Para eso están los círculos mágicos—explicó la Hyuga y desapareció todo en frente de las personas.
—¡Idiota, no hagas magia enfrente de ellos!—reclamó Naruto dándole un zape.
—Ups, olvidé que los humanos de ahora ya no creen en la magia—dijo ella en una risa tonta.
Y así fueron pasando los días y el castillo de Transilvania se fue modernizando poco a poco para adaptarse a las nuevas generaciones y hacer la estancia del rubio más placentera por el resto de la eternidad. Sin embargo, muchas presencias sobrenaturales molestarían a esos dos bastantes veces.