«DDR» Inuyasha©Rumiko Takahashi.┃OC©Mia Liebheart.
«Advertencia» Lenguaje soez. Violencia. Lemon. (Leve).
Provócame.
Se había tomado unos días para descansar, al menos ese era el plan inicial, pero nada había salido como lo tenía previsto y recién era viernes, pasado mediodía.
—¿Qué mierda me pasa? —Se cuestionaba por enésima vez, un joven de estatura alta (1.85 metros), de cabellos rubios platinados al hombro y ojos color dorado, con su traje a la medida del diseñador «Alexander Amosu» se levantó airoso, casi solemne del amplio sillón tapizado vintage, no le gustaba ese sillón pero era uno de los pocos recuerdos que tenía de su madre, abrió la puerta con un gesto lleno de parsimonia y pasó a la terraza del amplio penthouse que tenía. Odiaba sentirse de esa manera: un completo perdedor.
Se detuvo en el pequeño pero surtido bar que tenía, meses atrás había adquirido tres de las marcas de vodka que le gustaban: Royal Dragon, Billionaire y Ruso-Báltico, para celebrar su triunfo al ganar la presidencia de la Corporación Taisho & Asoc. Esa era su meta desde el inicio, ganar al odioso, despreciable y vil hermano mayor que tenía, demostrarle a todos que él era el mejor, no solo en el ámbito laboral sino en lo personal, era su meta desde inicio de año y desde que aceptó competir por tan anhelado puesto.
—Imbécil… —Sin mirar agarró la primera botella de vodka que tenía a la mano, en un movimiento brusco abrió la botella y tomó el líquido directo de ella. Estaba frustrado; Temblando de la rabia que experimentaba.
El fastidioso timbre de su móvil lo sacó de sus cavilaciones. Ni siquiera saludo, sino que fue directo y cortante.
—Dime… es una treta más de ese idiota. —Él no estaba preguntando, sino afirmando lo que le parecía obvio.
Su humor se puso peor, al no escuchar nada del otro lado de la línea.
—Tu hermano dimitió porque… —Miroku, el joven abogado y su mano derecha vaciló en hacer sus comentarios— no solo lleva una relación «abierta» con la joven dra. Akiyama Rin hace más de diez años, sino que ella está embarazada. El rumor es cierto.
El sonido de una botella rompiéndose fue lo único que se escuchó de fondo.
—Eso es mentira. —Inuyasha no podía concebir que su hermano, «el maldito demonio blanco» como le llamaba, esté en una relación de tantos años, todos sabían que él tenía una aversión a la familia, matrimonio e hijos no entraban en su vocabulario.
En sus cuarenta años, el sujeto tenía una sola meta: hacer crecer su imperio económico, sin importar a quién se llevará por delante. Era un hombre de relaciones fugaces, ambiguas, nada serio, entonces no entendía cómo, por qué, desde cuándo, él tenía una relación estable, abierta pero estable, eso era inverosímil, y había dejado todo de lado por una mujer, incluso hasta el puesto que tanto anhelaba, ella era una joven psiquiatra que de seguro estaba tan mal como él, algo ahí no cuadraba.
—Aún no viven juntos, pero Sesshōmaru a comprado el condominio donde ella reside —comentó con nerviosismo, en su rostro se dibujaba una sonrisa impregnada de incredulidad—, él dejó claro que desea formalizar su relación con ella antes que nazca… —dudó si revelar lo que había averiguado— tendrán mellizos. La señora Irasue y tu padre están allá. Al inicio creí que era para persuadir a tu hermano que regrese, pero todo parece indicar…
Inuyasha estaba fastidiado por tanto suspenso.
—¡Maldita sean! ¡Deja el misterio! —espetó malhumorado.
—La familia «Taisho» se ha mudado cerca del edificio.
Inuyasha bufó fastidiado.
—¿Tan pronto padre se olvidó de mi madre y ahora andan jugando a la familia feliz? —La amargura era latente en su voz. Su madre había perdido la vida en un accidente aéreo, cada vez que se acordaba se sentía culpable por haber discutido antes con ella.
Miroku optó por guardar silencio, hablar de su madre era un tema muy delicado tratar con él, así que desvió la conversación y comentó en un tono completamente profesional:
—Aceptó colaborar con el departamento de Medicina Forense en Kobe. Va volver a ejercer, desconozco si la mujer con la que está influyó en su decisión, pero son afines, ya que ella fue nombrada directora del departamento de Psiquiatría del Kobe University Hospital y ambos departamentos colaboran en conjunto.
Dejar de lado los negocios por la ciencia e investigación, no era algo propio de su hermano, iba replicar en un tono mordaz cuando una imagen lo dejó sin palabras, en el condominio de enfrente, detrás de amplias cortinas veía una esbelta silueta, sus movimientos denotaban una gran flexibilidad, no alcanzaba escuchar la música pero se veía que ella tenía un gran ritmo, su mirada se perdió por completo cuando ella arqueó por completo su espalda y levanto una de sus piernas.
—¡Inuyasha! —espetó malhumorado del otro lado de la línea, Miroku había perdido la escasa paciencia que tenía— ¡Te estoy hablando! —reclamó fastidiado— ¿Escuchaste sobre lo que te dije del proyecto de Ciport? Sin tu herman… —Miroku se quedó mirando su móvil al sentir que la llamada se cortó abruptamente.
Inuyasha había dejado de lado la tensa conversación cuando se perdió en los sugerentes movimientos de la joven bailarina, su vecina sin darse cuenta le estaba dando todo un espectáculo que le hizo olvidar su malestar, los minutos pasaron y él aún seguía en el mismo lugar cautivado por aquellos movimientos.
No podía ver su rostro, ni su figura completa, lo que veía era sombras, así que se quedó en completo silencio para deleitarse con sus movimientos, su malestar quedó de lado cuando ella terminó su rutina y tomó su móvil, empezó a reír con nerviosismo al notar que se estaba quitando su malla, en un descuido ella había abierto las cortinas y no sabía qué se aplicaba en el cabello, en su rostro, pero estaba de color verde, las risas no se hicieron esperar. Relajando por completo.
La rutina la había dejado exhausta. Amaba bailar, y preparar una nueva rutina era algo que le daba una gran satisfacción. El timbre de su móvil la hizo detener su rutina, tomó una toalla de tamaño mediano para secar su sudor y contestó con cansancio:
—¿Qué son esas risas que escucho —bajo el zipper de su malla— Sango? ¿Estas ebria?
Mientras la escuchaba reír, se soltó el cabello y se limpió el rostro, después tomó un facial que tenía previamente preparado de aguacate y aloe vera, se aplicó una generosa cantidad en el cabello y su rostro.
Dejó de lado la malla y mientras escuchaba con atención las anécdotas de su amiga, con un paso suave pero firme propia de una bailarina se dirigió hacia el jacuzzi. Ella estaba desnuda.
—Esto es una delicia… —comentó relajada sin prestar a su entorno y con los ojos completamente cerrado— Fue una excelente idea alquilar este lugar.
—¿Te estas bañando desnuda? —rió a carcajada porque el alcohol estaba haciendo efecto en ella— ¿Y si te sale algun miron? Le estarías dando un espectáculo con lo deliciosa que eres Kagome.
—Eres una pervertida. —Se sonrojo notablemente pero no abrió los ojos, la conversación la tenía entretenida— ¿Quién me va a ver?
—Ejem! —Aquel carraspeo de garganta la hizo soltar el móvil abruptamente— Aunque me gustaría seguir deleitándome con el espectáculo —Inuyasha se inclinó sobre el barandal del balcón de su terraza mostrando una burlona sonrisa, la distancia de los condominios eran relativamente cerca—, no deseo que otros vecinos —enfatizó con maldad— disfruten del espectáculo. Me recuerdas a Sherk¹ con esas cosas verdes que tiene en la cara y en el cabello. Te ves horrible, sexy, apetitosa pero muy horrible.
—¡Maldito pervertido! —gritó con enojo y sin pensar se paro pero se arrepintió en el momento, ella no tenía ni una toalla a la mano, salvo la pequeña con la que había cubierto el cabello, intentó cubrir sus partes cuando un flash la sorprendió— ¿Qué hace?
—Un par de fotos para el recuerdo —guiñó el ojo de manera burlona—, soy un caballero mi lady así que le daré algo de privacidad.
Kagome quería recuperar sus fotos, así apenas el hombre le dio la espalda salió del jacuzzi con prisa para ingresar al estudio y tomar una toalla para cubrirse.
De la premura por salir, se tropezó y jalo una de las cortinas, cayendo al piso abruptamente.
Inuyasha inmediatamente se volvió al escuchar un potente ruido, quería preguntarle si estaba bien, pero las palabras no salían de su boca.
—¡Auchhhhh! ¡Maldita sea… Deje de reirse! —espetó con malhumor.
—Eres una torpe —rió con más gana y sin pensarlo le tomo otra foto, no las iba difundir, era para su deleite personal, después de tanto dolor, amargura, tensión, reír le hizo tan bien.
—¡Maldito pervertido! —envolvió la cortina como pudo— ¡Dejá de tomar fotos!
—No cuentes con ello preciosa —mandó un beso volado tan solo para molestarle—, pero si quieres recuperar las fotos podrias invitarme a cenar, es más pasaré por ahí a las 8 ó 9… mejor llevo la cena, porque con lo torpe que eres, seguro quemas la comida y no me quiero intoxicar.
—¡No cuentes con ello…! —gritó enojada.
—Entonces mandaré ampliar estas fotos... —comentó en un tono burlón, no lo iba hacer pero ella no tenía que saber, se deleito con su expresión impregnada de desconcierto— espera… —amplió una de las fotos que le había tomado de espalda sin que ella se de cuenta y empezó a reír a carcajadas, parecía que la diversión no terminaba para él— eso que tienes en una de tus nalgas es un tatuaje…
—¡Maldito pervertido! —gritó avergonzada— ¡No veas eso!
—Parece un... ¿ancla?... ¿sardinas con traje de marinero?² ¡Qué horrible! —Inuyasha se burlaba de ella abiertamente— La cena sigue en pie preciosa.
Kagome estaba sin palabras, congelada en su lugar.
Inuyasha sonrió con diversión, tenía una cita a la que se había auto invitado, una grata distracción para el momento tan tenso que estaba pasando, de lado quedó el asunto de su hermano, la empresa, el dolor que sentía por la muerte de su madre, por ahora se iba centrar en molestar a su pícara vecina, con un poco de suerte espera conocer el porqué ella tenía tan horrible tatuaje en una de sus nalgas.
La diversión recién empezaba.
Sherk¹ es una película animada estadounidense de 2001. Producida por DreamWorks Animation, el personaje principal es un ogro.
El tatuaje² que tiene Kagome en su nalga derecha es un ancla con dos sardinas vestidas de marineros, fumando puros y tomando cerveza. Es un tatuaje ridículo, producto de haber perdido una apuesta.
«N/A¹» Hi! Un poco de humor para distraerlos en esta cuarentena, tenía ganas de hacer algo sobre esta pareja, espero que hayan disfrutado de la lectura. Saludos desde Ecuador. ^^