Hola *w* os traigo una pequeña historia basada en el capítulo 200 del manga (se me olvidó subirlo y ahora ya es algo tarde, pero bueno)


Advertencia: Spoilers grandes hasta el capítulo 200 del manga


Shinigami

Tomioka Giyuu debería estar acostumbrado a perder. En su infancia siempre perdía a las cartas contra su hermana, más tarde perdería las peleas contra Sabito y años después la paciencia con Tanjiro. Aun así, no estaba acostumbrado a perder, en este caso de alguien preciado.

La muerte de su hermana dejó un vacío irreemplazable en su pecho y de solo pensar en como se sacrificó por salvarlo, comenzaba a llorar.

La muerte de Sabito lo rompió en mil pedazos, su compañero y amigo murió como todo un héroe para salvar a los demás niños. Desde ese entonces Giyuu se sintió un cascarón vacío, incapaz de sentir emociones.

Comenzó a creer que solo les traía dolor y muerte a sus seres queridos. Uso medio haori de su hermana y la mitad de Sabito para recordárselo a sí mismo, no debía acercarse a las personas o estas saldrían heridas por su culpa.

Pero nuevamente no lo pudo mantener, sin poderlo evitar, Shinobu comenzó a ser cercana con él, aunque no entendía porque los demás pilares lo miraban con lástima cuando esto ocurría. Pero al final su amistad con la chica también le acabó pasando factura.

Shinobu entregó su vida para poder derrotar a una de las lunas. Tomioka ni siquiera tuvo tiempo para pensar en como le había afectado la muerte de la chica, pero estaba seguro de que parte del dolor en su pecho no era debido a causa de sus heridas físicas.

Lo ultimo que Giyuu perdió fue su cordura, justo en el momento en el que vio a Tanjiro sentado en el suelo y le dijeron que no tenía pulso. Su corazón y respiración se habían detenido para siempre.

Giyuu creyó que después de la muerte de Sabito había quedado vacío, pero cuando Tanjiro falleció, sintió que su propio corazón dejó de latir con él. Tanjiro, que siempre sonreía da igual lo difícil que fuese la situación, el mismo Tanjiro que lo acosó durante días para ser amigos, el mismo chico que había dado todo de sí para salvar a su familia, el mismo por el que todos estaban llorando.

Giyuu no supo en qué momento había comenzado a llorar, ni tampoco cuando juntó su frente con la del joven, pero lo que, si sabía con certeza, es que su propia existencia era como la de un shinigami, uno que, al tocar algo preciado, lo reducía a cenizas.

- Sea lo que sea que estés pensando, te equivocas – dijo con dulzura una voz femenina

- Sé un hombre y sigue peleando – dijo otra voz infantil con cariño

- Tomioka será odiado todavía más si se da por vencido – dijo una voz de mujer con cierto tono molesto de burla

- Nosotros elegimos nuestro camino y aceptamos las consecuencias por ello, así que vive una vida larga y feliz hasta que seamos capaces de encontrarnos nuevamente – dijo una voz extremadamente amable

Giyuu siguió llorando, permitiéndose unos momentos de debilidad, porque en cuando se pusiese de nuevo en pie, tendría que seguir viviendo por sus amigos, al menos hasta el momento en el que se volviesen a ver y no tuviesen que separarse nunca más.

FIN


Espero que os haya gustado ^^