Siete cosas sobre ti

Rey despertó de sopetón. Sintió el rastro de una conexión en la fuerza con Kylo, sin embargo él no estaba ahí. La chica se giró y descubrió que en el lado vacío de su cama había un sobre negro, sabía perfectamente de quién era y porqué estaba ahí, era la respuesta de su querido y odiado Kylo Ren a su carta. Con nerviosismo, se incorporó en su cama, tomó el sobre, lo abrió con cuidado y desdobló el contenido:

Querida y sólo un poco odiada Rey de Jakku:

No sé cuál ha sido la intención de tu carta, pero creo que es muy curioso que ambos nos sintamos de forma… parecida. Yo tampoco puedo creer que tenga estas… sensaciones hacia ti. ¿Quién diría que alguien como tú podría sacarme de quicio? Porque, permíteme decirte que así es. Me desesperas, me sacas de mis casillas, me haces enojar y rabiar. Y dado a que veo que provoco ciertas cosas en ti, quiero que sepas que tú no te escapas de esto. Es por eso que te haré saber las siete cosas que más odio de ti, aunque debo confesar que son muchas más.

Número 1: Eres impulsiva. Te quejas de mis berrinches, pero, nunca quieres escuchar nada e interrumpes todo lo que quiero decirte. ¡Es imposible hablar contigo sin que terminemos envueltos en una pelea con los sables!

Número 2: Eres enojona. No puedo ni aparecer en la conexión cuando ya estás diciéndome serpiente asesina y regañándome por lo que sea. ¡Qué bendito carácter!

Número 3: Estás en el lado luminoso. No tengo nada que decir al respeto, sabes lo que pienso.

Número 4: Te crees la salvadora de todos. Es algo que me hace rabiar como no te imaginas. No Rey, NO PUEDES CON TODO, deja de querer resolverle la vida a toda la galaxia.

Número 5: Me quieres llevar al lado luminoso de regreso y… ¿quieres convencerme con porgs e ewoks? Debes saber que no soporto a los animales. Acá en el lado oscuro tenemos tecnología de punta, hasta tengo un droide que puede peinarme, aunque no lo ocupo mucho la verdad.

Número 6: No quieres que sea tu maestro. La verdad es que eso me ofende y me enoja. No hay nadie más calificado para entrenarte que yo. Entrené desde los 10 años hasta los 23 con Luke, después comencé a entrenar con Snoke con el cual ya llevo 6 años, soy el mejor piloto de la primera orden, sé innumerables tácticas de combate y me destaco en el uso del sable. Mi currículum me respalda y aún asi osaste en rechazarme. Error.

Pero hay otra cosa, la numero siete en esta lista, que, sobre las demás cosas, me desquicia, me hace perder la cabeza, que detesto y odio con todo mi ser es que ¡arg! ¡Maldita sea, Rey! ¡Estoy loco por ti! Y si, ¡Ya lo dije!

Aquí es donde reside mi dilema. Tengo tantas cosas, muchas más de siete para odiarte y acabar contigo, pero esa última, la que más pesa en este momento, me provoca una sensación extraña en todo el pecho. Cada vez que pienso en esto es así, exploto en enojo, pero después, pensar en ti, me calma y la claridad llega hasta mí. Me esfuerzo por negarlo, pero sé que es más fuerte que yo y entonces, como en este momento lo dejo salir todo, para confesarte que, también existen siete y más cosas que me gustan mucho de ti:

Número 1: Tu Sonrisa. La he visto muy pocas veces y quizás en un contexto de sarcasmo, pero la he visto en mis sueños también y es hermosa, eres hermosa.

Número 2: Tu valentía. Enfrentarte no sólo a mi, sino a toda una orden sin más que tus habilidades innatas y tus ganas de justicia, es algo digno de admirar para mi y que me gusta mucho.

Número 3: Tu estatura. Eres… perfecta, puedo imaginarte perfectamente en mis brazos y… bueno yo… mejor me paso al siguiente.

Número 4: Tus ojos. Son hermosos, a veces me gustaría contemplarlos más de cerca, por más tiempo. Tienen un brillo que nunca había visto antes…

Número 5: Tu bondad. Aunque ya dije que me molesta que quieras arreglar la vida de todos, llama demasiado mi atención que eres demasiado buena con todos los que te rodean y es algo natural en ti.

Número 6: Tu paz. Eso me transmites y hace tanto tiempo que yo no experimento eso, así que creo que es una de las cosas que más me gustan de ti.

Y por último, y aunque me sienta muy confundido, tengo que decirte que… ¿sabes qué, Rey? Iré a decírtelo en persona.

La chica terminó de leer aquella carta con caligrafía perfecta. Su corazón latía al mil y se asustó. ¿En verdad iría a verla? ¿Él sabía en dónde estaba?

De pronto, escuchó cómo tocaban la puerta y se sobresaltó. ¿Sería él? ¿La había encontrado? Eso la hizo sentir nerviosa, porque se encontraba en Naboo junto con la resistencia, si la encontraba a ella, encontraba a todos.

Rey, se acercó temerosa, abrió la puerta de la habitación y ahí estaba él. No llevaba su máscara y respiraba agitadamente. Ella se hizo para atrás y él entró a la habitación, cerrando la puerta con un movimiento de la mano. Los dos se veían, asombrados.

— Por favor, dime que no mataste a nadie para llegar hasta aquí…

— Ustedes los rebeldes tienen un serio problema con el asunto de su seguridad. Si hubiera venido a atacarlos, estarían muertos todos. Pero no he venido a eso, así que tranquila, no le hice daño a nadie.

— ¿Cómo es que sabías que estaba aquí? ¿ Y cómo es que llegaste en tan poco tiempo...?

— Ya tenía una pista de su paradero, tengo oídos en todos lados Rey, no lo olvides, y bueno, viajé mientras dormías... —respondió él encogiéndose de hombros.

— ¿A-A qué has venido? —se aventuró Rey con el corazón retumbándole en el pecho. Él tragó saliva.

— He venido a que me digas ¿Qué significa esto? —la mirada de Kylo era contrariada, estaba visiblemente nervioso y le mostró la carta en el puño, arrugada. Ella fue hasta la cama en donde había dejado la carta de él y se la enseñó. Ambos sentían la impaciencia y desconcierto del otro en su conexión.

— Pues también necesito saber eso que quieres decirme… —le mostró su carta perfecta.

— Tú empezaste, tu primero… —refutó el chico frustrado.

— ¿Estás aquí como Kylo Ren o Ben Solo?

— Rey, eres… — se acercó a ella, entre enojado y nervioso.

— ¿Soy qué? —lo retó.

— Esta es la número ocho, eres terca, demasiado terca…

— Y mi número ocho para ti es que…

— ¡Ya basta! —gritó él y la besó. Rey sintió los brazos de Ben aprisionarla y ella lo tomó del cuello fundiéndose en aquel contacto que ambos ansiaban. El beso fue apasionado desde el principio, nervioso, pero intenso. Sentía su corazón y el de él latir con violencia, rendidos ante el momento. Cuando se separaron, volvieron a mirarse y después de unos segundos ambos sonrieron.

— ¿Cuál es tu número ocho? —le preguntó él —ella se acercó a sus labios hasta quedar a milímetros de distancia y habló:

— Que besas muy bien —confesó, arremetiendo nuevamente su boca.


Jajaja y así quedó la respuesta! Si soy sincera no la tenía planeada, pero varias de ustedes me la pidieron cuando publiqué las siete cosas de Rey para Kylo. En un universo alterno esto hubiera pasado jajaja, a parte me gustan las diferencias entre sus cartas y que él fuera el que tomara la iniciativa de irla a ver y "aclarar" las cosas y me gustó cómo se dieron las cosas al final, muy al estilo de los dos. Espero que a ustedes también les haya gustado y divertido.