Los personajes de Castlevania no me pertenecen, ellos son de Sam Deats y Warren Ellis.
Capítulo Único: Pequeña Niña.
- Una vez más -le dice Trevor a su hija después de que ella evadió la patada de éste último y procedió a enviarla volando hacia atrás con una patada propia, asegurándose de disminuir su fuerza antes de conectarse con el torso más pequeño.
Esto es lo que hacen, todos los días frente a su Castillo desde que las hordas desaparecieron hace años: entrenan, entrenan y entrenan. Después de todo deben estar preparados, la paz nunca parece ser una opción; mucho menos para su familia.
Él mira a su hija ponerse de pie y resoplar con irritación, una mueca llena de disgusto que se asemeja muchísimo a la de su madre. Trevor no puede evitar sonreír ante la idea.
- ¡Solo espera hasta que te sobrepase! -su hija le grita, arrojando su trenza sobre su hombro antes de levantar sus manos en son de lucha, preparándose para el próximo golpe.
Trevor le sonríe, su perseverancia y terquedad.
Desde las escaleras del Castillo de Dracula, Alucard y Sypha se sonríen mientras los miran entrenar bajo un sol de invierno.
- ¡Nunca lo has golpeado ni un poco! -Alucard se burla mientras se apoya en el suelo con pereza.
- ¡Tú cállate, viejo! -le grita su niña con las mejillas nerviosas.
Trevor y Sypha se ríen de eso, las protestas indignadas del mitad vampiro ensombrecidas por su alegría.
Ella es su hija.
Ella tiene el cabello rojizo de Sypha, los propios ojos dorados de Alucard, pero todo lo demás es Belmont.
Trevor no podría estar más feliz.