Disclaimer: Los personajes de Ranma ½ no me pertenecen. Historia creada sin fines de lucro.


*Historia creada para el reto del grupo Ranma 1/2 latinoamérica a partir de la temática #MiPropioFinal, gracias chiquillas por hacer que gire mi hámster perezoso ;)

*Alerta de spoiler, historia situada en el tomo 38 del manga. Algunos diálogos son similares a la obra original.


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—Capicúa—

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Apuró a cubrir el cuerpo inconsciente de Akane acompañado de un constante temblor en sus dedos. Espero lo que parecía una eternidad antes de que su voz pudiera salir.

–Esto no hubiera pasado... si no hubieses sido tan tonta al querer salvarme... Akane –habló bajito– eres tan boba.

El boom boom de su corazón le aterraba porque no podía escuchar el de ella. Frotó con rudeza sus ojos intentando evitar llorar.

–Lo siento, no quise decir eso... lo que quiero decir... –su voz temblaba– En realidad quería darte las gracias. Perdón, soy una molestia... siempre termino hiriendo tus sentimientos.

El sonido acuoso de la camara de Saffron le provocó un escalofrío y apretó un poco más el cuerpo de Akane contra el suyo, para que no tuviera frío.

–Akane despierta, te... quiero decir algo... –susurró– Akane... me puedes oír ¿verdad?

Espero un movimiento, alguna señal pero nada pasaba... La desolación invadió cada fibra de su cuerpo, necesitaba decirle... necesitaba que ella lo supiera...

–Akane... ¡Déjame decirte que te amo! –su voz escapó en un grito potente y nítido, liberador.

Oyó un suspiro, el aliento tibio contra su piel... y sus suaves dedos, «ella... ¿podría ser?», quizás su mente le estaba jugando una broma.

–Ran... ma.

–Aka... ne –musitó sin atreverse a mirarla.

–Ranma –volvió a escuchar, esta vez no había duda.

Separó un poco el cuerpo y la contempló un instante. –Akane... ¡Estás viva! ¡Akane! –volvió a abrazarla, sintiendo como él mismo vivía otra vez.

–Lo siento... podía escucharte, podía escuchar todo, pero no podía moverme.

Él se separó abruptamente. –¡¿QUÉ?! ¿T-todo?

–Sip... –asintió con una tímida sonrisa–. Ranma, es verdad, todo lo que dijiste es cierto, tú... ¿tú me amas?

De nuevo el boom boom de su corazón lo turbaba, ¿qué decir? ¿qué hacer?. La había perdido y tuvo suerte en recuperarla. Fijó sus ojos en los de ella y asintió sin palabras, no las necesito.

Akane tomó con ambas manos la cara de Ranma para acercarlo y despositó un suave beso en el labio superior de él. Luego, se separó apenas unos centímetros pero Ranma se lo impidió, tomó valor de quién sabe dónde y la besó, primero despacio, adecuándose a ella, a su sabor, forma y calor.

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El resto los miraba con curiosa incertidumbre, ¿en verdad estaba pasando? ¿se estaban besando? Tal vez todos habían muerto en la batalla y eso solo era una ilusión.

Mousse limpió sus gafas por quinta vez, no lo imaginaba. –Ya vieron, se están besando –dijo lo obvio esperando una respuesta que nunca obtuvo–. Ryoga... ¿ya viste?

–¡Cállate Mousse! –gritaron al unisono Shampoo y Ryoga.

Mousse dió un respingo, definitivamente no era una ilusión.

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La montaña crujió potentemente desde sus entrañas, solo eso les hizo separarse.

–Yo... –hablaron a la vez.

–No, tú primero –volvieron a coincidir y la vergüenza se plantó en sus rostros.

–¡Hey, tórtolos! –gritó por tercera ocasión Mousse atrayendo por fin la atención de los chicos.

–¡¿QUÉ?!

–Hay que largarnos de aquí... –parpadearon en respuesta como si no entendieran nada–. ¡Ya, ya!

Otro estruendo sacudió a la montaña y por fin vieron el peligro inminente. Ryoga llevaba en la espalda al guía, mientras Shampoo hacía lo mismo con Plum y Genma iba tras ellas.

Ranma se levantó de un salto y extendió su mano hacia Akane, ella la tomó sin vacilar y antes de que pudiera reaccionar, él la levantó en brazos. Corrió con todas sus fuerzas sin mirar atrás. Cuando al fin alcanzaron a salir por una angosta grieta, el sol de la tarde cubrió sus cuerpos de una luz anaranjada que se fue mitigando tras una nube de lluvia. Corrió más, no pararía, de ser necesario, hasta llegar a Japón.

Las gruesas gotas de lluvia cayeron en tropel cambiando sus formas y aún seguían corriendo.

–Ranma… –intentó Akane llamar su atención– Ranma –volvió a decir, pero seguía sin escucharla.

Akane se removió entre los brazos de Ranma y logró zafar su brazo. Llevó su mano hasta la barbilla y le hizo mirarla.

–¿Qué? ¿Te duele algo? –preguntó fijando la vista en ella.

Akane sonrió. –Yo también te amo.

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Fin


Gracias por leer.

11-04-20

Revontuli.