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Y a veces tan irónica puede ser la vida que terminas siendo totalmente aquello que alguna vez no comprendiste.
Terminas cayendo en algo que pensaste que no pasaría para ti jamás.
Terminas en los zapatos de quien no pensaste
¿Cómo llegamos aquí?
¿Cómo llegue hasta aquí?
A.P.S
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Arnold miraba una pequeña fotografía de cuando habían rescatado a sus padres, de eso ya hace 6 años, ahora era un chico de 16 años, un adolescente, y como todo adolescente tenía problemas de adolescente.
Seguía siendo el buen amigo y samaritano pero con más altura, así es ya no era el chico enano como decía Helga.
Pero las cosas sí que cambiaron.
Gerald seguía siendo su amigo, eso no había cambiado.
Casi toda la pandilla iba en la misma escuela, menos Lila que se fue de nuevo a su ciudad natal, como Eugene que fue cambiado de escuela y de ciudad por el trabajo de sus padres.
Helga se había distanciado un poco de él, posterior de la búsqueda de sus padres y su aventura que había terminado con un beso entre ambos, ella comenzó a alejarse, no comprendía ¿Por qué? ¿Qué hizo mal?
No entendía, pero ¿Quién entiende realmente a las chicas?
Después de eso se encerró.
Realmente guardo en su ser lo que sentía por la rubia.
Pero ya eran años de callar, de mirar a la rubia desde lejos, de mirarla sonreír y que no era para él.
Estaba obsesionado con la duda de ¿Por qué? ¿Por qué se alejó? Cuando él le estaba correspondiendo ¿Cómo porque se alejó?
¿Por qué?
Se sentía tan mal.
Al principio pensó que quizás se le pasaría pero ya con el paso de los días se dio cuenta que no se iría ¿Por qué?
Estaba maldita y jodidamente enamorado de Helga Geraldine Pataki ¿Cómo sabia? Fue un idiota al tardarse de dar cuenta.
Siempre había sentido algo por la rubia
No sabía si era consciente y solo estuvo en negación todos esos años, o quizás solamente intentaba ignorarlo por su propio bien, o por miedo aunque ahora si tenía miedo por eso callaba…porque ¿Qué pasaría si Helga no sentía ya nada por él?
Suspiro mirando la fotografía, se veía tan bien la rubia ahí tomada de la mano de él, sonrojada y con una sonrisa tierna al sentir el tacto del rubio, él sonreía dulcemente y feliz con un rostro de igual forma sonrojado, detrás de ellos sus padres y al otro lado sus amigos.
Fue el momento más feliz de su vida.
Pero se fue rápido.
Bueno solo se fue Helga, pero se percató lo importante que era en su vida.
Ahora él era quien la miraba desde la distancia, quien suspiraba y callaba su amor por ella desde lejos, sin dañarla y sin molestarla, bueno siempre y cuando que ningún hombre se le acercara, ya habían sido 4 los que tuvo que alejar de la rubia y apenas iban a primero de preparatoria, la secundaria fue difícil pero 2 de ellos habían aparecido en menos de un mes y apenas iniciaba.
Tuvo que aprender
¿Cómo no hacerlo?
Helga era su estrella, su musa, su todo, tal vez ella era inalcanzable en ese momento para él, pero no la dejaría a merced de nadie.
Y fue así como los papeles se invirtieron casi completamente, ahora quien buscaba la atención de Helga era el, y se sorprendió viéndose insultando y colocando apodos que le molestaran a la rubia.
¿Quién era de quien su bully personal ahora?
-¡Arnold!
-¡Ya voy mama!
El rubio suspiro tomando su mochila y dejando de lado la fotografía que había estado observando.
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Helga.
La vida realmente no había sido justa para mí cuando era niña, sufrí el desapego demasiado pronto de mi familia, pero en cierto modo funciono de manera positiva a mi vida, me hice independiente y totalmente autosuficiente, no necesitaba de mis padres para poder sobrevivir y eso me ayudo a mi personalidad y a forjar mi carácter fuerte y diferente a mis compañeros de clases y de toda la vida.
Aprendí a enfrentar y defenderme en la vida.
Pero eso cambio
Mis padres decidieron separarse porque juntos no podían estar "estables" emocionalmente para poder hacerse cargo de mí. O eso me dijeron.
Me quede con mama y Olga, aunque Olga casi nunca estaba porque iba a estudiar algo en el extranjero o a trabajos en otros países, aunque ahora estaba planeando su boda, después de mucho encontró a alguien, aparentemente es bueno.
¿Mi padre? Bien pues él vive a unas calles en un hermoso departamento, como cuando se divorciaron era aún más pequeña de lo que soy ahora, el juez dictamino que con mi padre pasara los fines de semana y vacaciones, fue cuando regresamos de San Lorenzo cuando nos dieron la noticia y como estaba tan enojada con todo no quise…no quise arrastrarlo.
Él no tenía la culpa de mi disfuncional familia.
Ni de la envidia en mi ser.
Porque ¡Sí! Envidiaba su familia tan dulce y perfecta, algo que no supo que era, odiaba que sus padres fueran el ejemplo perfecto del amor verdadero, ese que tanto anhelaba y que nunca tendría porque ella terminaría como sus padres ¿Cómo ser diferente? Era la perfecta imagen de Bob Pataki.
Fea y con un carácter terrible.
Pero en fin, aunque haya sido terrible ver que tus padres ya no se amen y se divorcien, no estuvo tan mal, su padre paso mucho tiempo con ella esos días en fines de semana y vacaciones, Bob no trabajaba todo era para estar con ella, por un momento era incomodo pero ahora era algo más tranquilo, no estaba esa constante tensión de no saber cómo tratarse porque hay que ser honestos, no se conocían.
Con Miriam fue más simple, tal vez el hecho de que ambas eran mujeres hacia más fácil las conversaciones, aunque para mí también me costó, no estaba acostumbrada a tener una mama.
Pero ahora…
Baje las escaleras para encontrarme con mi mama preparando el desayuno.
-Hola pequeña dama –Me sirvió jugo –Espero que te guste
-Gracias mama
-Si te apresuras puedo llevarte a la escuela camino al trabajo
Casi me ahogo con el jugo
-No…no está bien, tomare el autobús.
Miriam me vio algo sorprendida pero ¿Qué esperaba? Soy una adolescente que no quiere llegar en el coche de su mama para que medio mundo se burle de mí, ya suficiente tenía con las burlas de Harold cuando fue el primer día.
Mama había insistido en llevarme a la escuela el resto de la primaria, la secundaria y parte de lo que llevo en la preparatoria, no más ¡No podía más!
-Creí que te gustaba, además es un tiempo más entre nosotras, recuerda que ahora estoy llegando más tarde –Dijo triste ante esa realidad
Me sentí mal, pero…
Rayos y yo que decía que Arnoldo era un buen samaritano
-Bien mama vamos
Miriam me sonrió dulcemente
Bien de cualquier forma ¿Qué tanto es poquita humillación? Al final ver feliz a tu madre lo vale ¿no?
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Arnold miraba hacia la puerta esperando ver a Helga, amaba verla a primera hora, esos días donde su primera clase era compartida con la rubia eran los mejores.
-Hola Hel
-Brainy –Dijo la rubia saludándolo con un beso
Arnold sintió su sangre arder
-¿Hoy película? –Pregunto Brainy sonriéndole algo sonrojado
-No Brainy, hoy debo irme con Bob lo sabes y a él no le gusta verme con mis amigos lo sabes.
-¿A qué hora ira por ti?
-A las 8
-Podemos ir saliendo y estar a tiempo a las 6
-No lo sé –Se acercó hacia donde estaba Arnold y el rubio no pudo evitarlo
Se levantó para chocar con ella.
-Lo lamento… -Susurro el rubio mirándola
-¿Por qué no te fijas cabeza de balón? –Pregunto la rubia un poco molesta pero no llegaba a lo de antes realmente.
-La que viene entretenida con su novio eres tú, Geraldine, tú deberías de tener más cuidado a menos que olvides como caminar
Si quizás haya exagerado un poco pero no le importaba.
-Arnold –Susurro el moreno intentando que le rubio volviera a la realidad pero estaba en esos momentos en que solo existía Helga y sus celos.
-Bien mejor nos sentamos Helga ¿Vamos?
La rubia asintió pero antes de que siguiera al rubio, Arnold la tomo
-Recuerda que somos compañeros de trabajo y será mejor que no te vayas tan lejos por si necesitamos…
-Sí, si ya entendí –Dijo malhumorada regresando sobre sus pasos para dejar sus cosas frente al pupitre de Arnold.
Arnold sonrió triunfante.
-Bueno entonces ¿Si? –Pregunto Brainy sonrojado y esperanzado
-No lo sé Brain, te mando un mensaje.
Brainy asintió tomando asiento también al igual que los rubios.
"Controla tus celos" Leyó el rubio el mensaje de Gerald
"Creo que me voy a volver loco, no puedo si la veo con alguien más" respondió suspirando al percibir el aroma del shampoo de Helga, fresas con jazmín. Al menos así olía
"Pues hazlo, si no quieres que toda la escuela se dé cuenta"
Arnold rio ante esto
"Todo mundo ya sabe Gerald. La única que no se da cuenta es Helga"
"No estés tan seguro, a veces pienso que Helga sabe y solo disfruta la atención"
Arnold miro hacia al frente y observo a la rubia mirando su cuaderno entretenida.
¿Estaría escribiendo? Pero hace mucho que no lo hacía.
"Espero que sí"
Miro su cuaderno donde había escrito minutos antes otro poema para Helga.
Habían cambiado muchas cosas sí.
Pero algunas no fueron para mal y otras sí, no lo sabía solo sabía que Helga ahora era su musa hermosa, su ángel, su todo….tan inalcanzable pero a la vez y con suerte…tan cerca y al alcance de sus manos…