Miyuki week-Day 5 Tea/admiration
[Abril 1967, Oxford Inglaterra]
En 1963, la Universidad de Oxford estableció la enseñanza del idioma y la cultura japonesa dentro de su Instituto Oriental, dentro del departamento de estudios asiáticos y medio-oriente.
En 1965, después de estudios especializados y maestrías en historia y política, el profesor Miyuki Kazuya de 26 años, como parte de su proceso para adquirir su doctorado, fue elegido para impartir clases en la prestigiosa universidad inglesa.
Durante estos dos años como profesor, Miyuki adquirió la reputación de ser una persona pulcra y ejemplar reflejando la disciplina y humildad de la cultura que representaba. Sus colegas lo consideraban una persona en la que se podía interactuar y conversar temas diversos no solo basados en Japón, sino también en las ciencias e historia universal.
Kazuya, ante las buenas referencias de sus cofrades, mantenía una actitud cordial y amistosa, pero al mismo tiempo, si se prestaba atención a los detalles, se podía distinguir cierto nivel de distancia entre el japonés y los demás docentes; era como si una pared invisible los dividiera sin que nadie lo notara, excepto el mismo Miyuki, quien ha creado dicho muro con el uso de sus habilidades sociales y políticas para proteger su persona.
Él era poseedor de varios secretos; cada cual más incriminatorio que otro. Por lo tanto, haría todo lo posible para mantener una imagen integra; una máscara de sonrisas y 'aparente' amistad y respeto con las personas a su alrededor, sean estudiantes o compañeros de trabajo.
Irónicamente, la resistencia de dicha fachada comenzó a ponerse a prueba un dia común y corriente de primavera.
Kazuya se encontraba en su oficina corrigiendo unos ensayos. El sonido de la radio informando las últimas noticias relacionadas con el parlamento era lo único que acompañaba el movimiento de la pluma contra el papel.
Esta rutina se mantiene intacta por unos minutos, hasta que el ritmo de tres toques contra la puerta llama la atención del profesor. El coloca su utensilio de escritura a un lado del escritorio, reduce el volumen de la radio a un tono casi inaudible, e informa a quién está detrás de la puerta que podía pasar.
La puerta se abre y un hombre de mediana edad, denotada por algunas hebras grises en su cabellera y ligeras arrugas en la comisura de sus párpados, entra a la oficina. Su nombre era James Curt, parte del profesorado superior de la facultad.
—Buenos días profesor Miyuki—saluda el inglés.
—Buenos días profesor Curt, ¿En qué puedo ayudarle?—pregunta Kazuya indicando con un ademán que tome asiento.
James hace un gesto en dirección a la puerta que aún se mantenía abierta, y un hombre de obvias facciones asiáticas toma un par de pasos hacia delante. Un solo vistazo es suficiente para que Kazuya comience a sentir los sintomas que habia ocultado por años.
Pulso acelerado, respiración entrecortada, una calidez en su pecho y una sensación intensa en la parte inferior de su cuerpo. Todas estas cosas le indican lo que temía que descubrieran sobre él; su atracción hacia el sexo masculino.
Gracias a sus años de experiencia en ocultar su preferencia, Miyuki es capaz de actuar como si nada estuviera afectando su cuerpo en esos momentos. El intenta enfocar su vista en James, pero este está en proceso de presentar a la causa del despertar de sus sensaciones inoportunas.
—Este es el profesor Eijun Sawamura, o como recuerdo que ustedes se presentan; Sawamura Eijun—introduce Curt—Él estará a cargo de las áreas de artes y literatura a partir del trimestre Michaelmas (octubre-diciembre) debido a que ya comenzamos nuestro trimestre Trinity (abril-junio) hace dos semanas—explica—es importante que el profesor Sawamura este familiarizados con las instalaciones y metodologías de enseñanza antes de impartir sus conocimientos al alumnado—
Kazuya tenía sospechas sobre las intenciones de James y sus explicaciones, y no sabía cómo sentirse ante la posibilidad que su mente estaba comenzando a imaginar.
—Por lo tanto, durante este trimestre, el se mantendrá a su lado en función de asistente—dice James—Como persona de la misma nación, el departamento considera que esta es la mejor manera de guiar al profesor Sawamura en el camino de la enseñanza—expresa James con un toque de determinación en su rostro—Se que suena algo abrupto, pero esto era algo que ya se había decidido que se le iba a informar en la próxima reunión a realizarse a final de esta semana—
Miyuki asiente como forma de entendimiento hacia el inglés, el cual sonríe satisfecho.
—Los dejo para que conversen y pauten las cosas— se despide James colocando su mano en el hombro de la persona a su lado, la cual Kazuya había ignorado de manera sutil para no causar sospecha, y lo guía hacia uno de los asientos colocados frente al escritorio del historiador.
—Pasen buen dia caballeros—
Con esas palabras, James sale de la oficina, dejando sin ninguna excusa a Miyuki. Este toma un respiro fortalecedor, y dirige su vista al hombre sentado frente a él, solo para sentir a su corazón dar un vuelco, ante la intensa mirada que este le dirigía.
Ojos ambarinos poseedores de determinación, y si Miyuki leía bien sus emociones, podía captar una especie de admiración que causaba que las reacciones que había podido controlar momentos atrás resurgieran con mayor fuerza. Las facciones denotaban que era un poco más joven que él, tal vez dos o tres años de diferencia, lo suficiente para graduarse y tener una especialización...o eso era lo que Kazuya intentaba enfocar sus pensamientos, no en la idea de que era lo suficientemente mayor para aceptar una que otra propuesta, dependiendo de sus interacciones futuras.
Miyuki aclara su garganta y se pone de pie, Sawamura imita sus movimientos, el historiador se dispone a dirigirle la palabra, pero se detiene al ver la reverencia de respeto que el otro realiza. Un eco de nostalgia se anida en su ser ante este gesto.
—Es un honor conocerlo Miyuki-senpai—expresa Sawamura aún en dicha posición—¿senpai?—inquiere Kazuya.
Esta pregunta provoca que un ligero rubor se hiciera presente en el rostro de Eijun—Tuve la oportunidad de leer varios de sus ensayos durante mis años de estudio, y estuve presente en uno de sus coloquios cuando debatía una de sus teorías relacionadas a su especialidad en historia—Explica el futuro docente con ojos llenos de entusiasmo—realmente admiro la manera en que defendió su punto de vista aquella vez y...
Por un instante, Miyuki siente la inmensa tentación de extender su mano y rozar las mejillas del otro con sus dedos, solo para sentir la calidez que emanaba de estas, pero logra contenerse al apretar el borde de su escritorio con sus manos e inclinando su mirada de forma que Sawamura no se percatara de dicha acción. Este solo sigue expresando su fascinación por los trabajos y proezas del historiador, y Kazuya sufre el conflicto de sentirse halagado por las palabras de Eijun, o estar un poco celoso de que su retórica provocará más atracción que su persona.
«Miyuki Kazuya, ¿de verdad deseas que tu alma sea condenada aún más?» se pregunta el profesor de forma irónica con una pequeña sonrisa, sin percatarse de que esto había causado que el rojo en las mejillas de Sawamura sea más prominente «solo enfocate en tu deber como docente, y no en ser incitado por un rostro atractivo y ojos cautivadores» Kazuya se escarmienta mentalmente antes de dirigir su mirada nuevamente hacia el otro.
—¿Desea un poco de te?—Pregunta Miyuki, interrumpiendo las palabras de Sawamura, el cual pestañeó perplejo un par de veces, antes de sonreír agradecido al computar las palabras del historiador.
—Si es tan amable—accede Eijun sonriente, observando como Kazuya se dirige a un rincón de la habitación, abre un pequeño compartimiento y de este presenta instrumentos tradicionales de preparación de té, los cuales provocan que las facciones del otro se iluminaron de alegría al ver los objetos familiares de su cultura.
Al ver esta reacción, Miyuki se muerde el labio para no reciprocar la sonrisa que se mantenía presente en el rostro de Sawamura« ¿Como una sonrisa puede ser más deslumbrante que el sol?» se pregunta el historiador mientras aplicaba un poco más de fuerza a su mordida aprovechando que Eijun no podía ver su rostro. Sabía que si bajaba la guardia su expresión delataba los pensamientos no del todo puros que poco a poco comenzaban a surgir con cada minuto que se mantenía en la presencia del otro, pero al mismo tiempo, no podía evitar querer compartir más tiempo con el.
Durante este debate mental, Kazuya logra percatarse de la intensa mirada que Sawamura le dirige; específicamente a sus manos, las cuales de manera experta mezclaban los ingredientes necesarios y utilizaba las herramientas de preparación con naturalidad—¿También tiene conocimiento de la disciplina de la ceremonia del té?—Cuestiona Eijun intrigado, apretando ligeramente el puño que se mantenía entre el asiento y su pierna para controlar el impulso de tomar las manos del historiador en las suyas, y confirmar su gracia de manera táctil e insistente.
—Es una tradición familiar—informa Miyuki—y por lo tanto soy un poco susceptible a la hora de tomar té, y necesito asegurarme de que cumpla con mis gustos—expresa de forma amena, mientras batía tranquilamente la mezcla que compone la formulación de un té verde tradicional.
Eijun observa el proceso completamente embelesado; no podía negar que en el poco tiempo de interacción con Kazuya, cada faceta que este mostraba era simplemente fascinante, y por lo tanto agradeció mentalmente el tener la oportunidad de charlar y compartir con el historiador.
Pasa un momento antes de que Miyuki terminará la preparación del té, donde ambos intercambian datos triviales sobre sus vidas y estudios, mientras intentaban disimular como cada intercambio de palabras alimentaba el creciente interés por el otro.
Kazuya vierte el té en sus respectivas tazas tradicionales y se dirige hacia Eijun an entregarle su bebida correspondiente; este se pone de pie, y con una ligera reverencia, recibe el té con ambas manos de forma respetuosa. Esto provoca que los dedos de ambos hombres rozaran levemente contra el otro. Miyuki nota como el solo contacto con Sawamura provocaba sensaciones en su cuerpo que de forma forzosa logra controlar, pero al mismo tiempo se percata de que no era el único afectado; Eijun portaba un sutil rubor en sus mejillas que estaba ausente instantes atrás.
Ambos toman asiento; esta vez realizan el ritual acostumbrado para tomar el primer sorbo, el cual hacen sin romper contacto visual con el otro. Sus miradas eran intensas y llena de curiosidad con un toque de fascinación, que Kazuya, más que Eijun, detectaba sin problema; lo cual causaba que ciertos vestigios de un anhelo que pensaba olvidado, comenzarán a surgir nuevamente en el historiador.
«La pregunta sería...¿permitir que se aviven estas flamas o extinguirlas por completo?» Se pregunta Miyuki, observando como una sonrisa llena de alegría se hace presente en el rostro de Sawamura, y como este le agradece de forma entusiasta por permitirle experimentar un sabor familiar en tierras extranjeras, lo cual el historiador sólo sonríe de forma amena ante los halagos del otro, pero siente una pizca de deleite al notar una emoción destellante en los ojos de Sawamura y el regreso de ese tentador sonrojo en sus mejillas.
Esto ocurrió solo por unos instantes, antes de que Eijun aclara su garganta, y la notoria muestra de sus emociones se viera resguardada bajo la cortesía característica de la cultura de la que ambos provenían. Sin embargo, esos indicios eran ya suficientes para tomar una decisión.
«Tal parece que la flama se ha convertido en una llama por si sola. Ya no hay marcha atrás...irónicamente, en vez de temer lo que pueda pasar...» piensa el historiador; sintiendo como una sensacion nostalgica comienza a retornar a su ser «...estoy completamente cautivado»
Kazuya coloca su taza en el escritorio; se pone de pie, y se acerca al otro, el cual sigue los movimientos del historiador curioso. Miyuki esboza una sonrisa más sincera y extiende su mano hacia Sawamura — Espero que mi guía le sea útil para que podamos crear una relación amena que ayude a fomentar aún más lo que es el arte de la enseñanza de nuestra cultura en esta tierra extranjera—expresa el historiador, viendo como Eijun se levanta rápidamente para hacer una reverencia, pero Kazuya lo detiene extendiendo su mano en forma de énfasis.
Con una risa nerviosa, Eijun imita los movimientos del otro y extiende su mano— Prometo esforzarme y cumplir con sus expectativas. Estoy seguro de que con perseverancia y decisión juntos lograremos hacer realidad lo que ahora son solo pequeñas posibilidades—asegura Sawamura sonriente, maravillado mentalmente ante las palabras y el contacto físico con Miyuki, el cual ladea un poco la cabeza para escuchar algunas palabras dichas en la radio, antes de responder la sonrisa de Eijun asintiendo la cabeza de forma respetuosa.
El apretón de manos se extiende por un momento, antes de que de forma un poco renuente separan sus manos, no queriendo admitir que por unos segundos se habían perdido en los ojos del otro.
Así es como comienza las interacciones entre ellos dos, uno sin sospechar cómo su vida cambiaría por completo en tan solo unos meses con su admiración poco a poco tornándose en algo más, y el otro permitiendo que sus emociones vuelvan poco a poco a hacerse presente en su ser, al mismo tiempo que sigue fervientemente movimientos políticos que podrían ser la solución a una soledad que creía certera, pero que tan solo con una determinada mirada ambarina, y una brillante sonrisa que podría remplazar al mismo sol, podía ver una la luz en la oscuridad de su vida llamada...esperanza.
Fin