¡El cuarto episodio de la historia!
Ahora enfocaré más el cumpleaños de Fuutarou ya que el día 15 de abril es su cumple.
Bueno, ahora veremos cómo las Nakano tratan de hacerle saber a Fuutarou su amor.
Veremos si el cabezota de este tipo realmente se lo toma en serio.
Sin más, comencemos…
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14 de abril.
Las quintillizas estaban como locas haciendo los regalos para su tutor que al día siguiente estaría en su cumple número 17.
Mientras tanto, la menor de las Nakano, Itsuki, estaba buscando en algunas revistas algún regalo para Fuutarou.
- ¡No lo hallo! – dijo la peli roja mientras solo se acostaba en su cama – realmente no entiendo cómo se le puede dar un regalo a un chico sin que se considere amor.
Itsuki pensaba en eso, realmente ella no estaba enamorada de Fuutarou a diferencia de sus hermanas.
Ella era más… normal.
- ¿Qué has hecho con mis hermanas Uesugi-kun? – dijo mirando hacia el techo mientras pensaba en todo este tiempo que habían convivido juntos.
Desde que se conocieron, pensó que se llevarían mal siempre, pero ahora que habían pasado meses, casi el año desde que se conocieron, realmente cambió su forma de verlo.
Ahora lo veía como su adorable y respetuoso tutor, que de vez en cuando se le iba la mano con sus enseñanzas.
Itsuki se profundizó en sus pensamientos mientras solo trataba de imaginar que regalo le gustaría a una persona como Fuutarou.
- ¿Qué le podrá gustar a Uesugi-kun? – se volvió a preguntar la peli roja mientras seguía viendo el techo – conociéndolo, tal vez es como dijo Miku, a veces llegue a ser aburrido, pero realmente se esfuerza para que estudiemos y avancemos a nuestros sueños.
- ¿Al fin lo entendiste? – dijo una voz al lado de ella.
- Aun no, no lo comprendo del todo – dijo Itsuki antes de darse cuenta de que alguien estaba a su lado y saltar de su cama del susto - ¡¿Quién es?!
- Tranquila Ramírez… digo, Itsuki – dijo la chica.
- No me asustes así Nino – dijo la menor de las Nakano – sabes que soy muy asustadiza.
- Vamos, no es para tanto, además, te escuché hablando de mi Fuu-kun.
- ¿Tu Fuu-kun? – dijo con ironía la peli roja – no me lo creo Nino, has cambiado mucho.
- Pues sí, la verdad es que desde que Fuu-kun sabe de mis sentimientos, he hecho todo lo posible para estar cerca de él y mira, lo he logrado y ya he declarado guerra.
- ¿D-Declarado guerra? – dijo Itsuki confundida - ¿a quién?
- Pues a quien más, a las demás.
- Entonces… ¿era cierto que todas estaban enamoradas de Uesugi-kun?
- Así es Itsuki – dijo Nino - ¿Qué pensabas?
- Pensé que solo era mentira – dijo – pensé que solo era una cuestión de gustos o una pelea para ver quien conquistaba más rápido un chico.
- Itsuki – Nino miró fijamente a la menor - ¿en serio pensaste eso?
- S-Sí – Itsuki desvió la mirada algo avergonzada.
- Realmente eres despistada en algunas cosas.
- N-No digas eso.
- Bueno, en fin, ¿de qué hablabas sobre el regalo de Fuu-kun?
- De eso… no sé qué darle a Uesugi-kun y ya mañana es su cumpleaños.
- Imagina yo – dijo Nino – no encuentro el mejor sabor de pastel para darle de cumpleaños.
- ¿No se supone que ya lo tenías controlado?
- Tu lo dijiste Itsuki, se supone.
- ¿Qué hiciste entonces?
- Estoy aun en eso, si no me decido en el sabor, creo que al final simplemente le haré de chocolate, aunque creo que sería más que obvio.
- ¿Por qué simplemente no le preguntas que sabor le gusta? Después de todo, ambos trabajan en la misma pastelería ¿no?
- Pues… - la segunda hija se quedó callada al escuchar eso de la menor de las hermanas y realmente sintió como el mundo le daba vueltas en ese momento. ¡¿Cómo demonios no se le ocurrió?
- ¿N-Nino?
- ¿Por qué no lo pensé? – dijo la segunda Nakano.
- ¿Estás bien?
- ¡¿Por qué mierda no lo pensé?! – dijo con fuerza la segunda Nakano asustando a la menor.
- M-Me das miedo Teresa… digo, Nino.
- Debí pensar en preguntarle a Fuu-kun disimuladamente que sabor es su favorito.
- ¿N-Nino?
- Y tu tuviste más cabeza que yo para pensar en eso… ¿Por qué tu cabeza hueca tuvo más pensamiento que yo?
- ¿M-Me estás halagando o no?
- Bueno, me retiro – dijo Nino retirándose en pose dramática.
- E-Espera Nino, ¿Qué hay de mi…? – sin terminar la frase, Nino dejó sola a Itsuki – genial, ¿y ahora que le regalaré a Uesugi-kun?
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Mientras las dos hermanas estaban en el apartamento, otra de las quintillizas se hallaba saliendo de un estudio.
- ¡Buen trabajo Ichika-chan! – decían algunos señores saludando a la peli rosa.
- Gracias, los veré después.
Ichika iba caminando por las calles mientras miraba algunas tiendas en las cuales vendrían regalos para darle a distintas personas.
- ¿Qué no hay algún regalo para darle a una persona que ames? – dijo la peli rosa mirando las vitrinas.
- ¿Qué buscas señorita? – dijo un señor mirando hacia la actriz de cabello rosa.
- L-Lo siento, es que no hayo el regalo perfecto para una persona.
- ¿Para quién es?
- E-Es para… - la mayor de las hermanas se sonrojó – e-es para… un amigo, si, un amigo.
- Pues esa cara no convence señorita, por lo que escuché, es para la persona que ama ¿cierto?
- Y-Yo… - Ichika ya no tenía que discutir, es más, ya la habían descubierto.
- No te preocupes, tu secreto está a salvo conmigo.
- G-Gracias.
- Ven, a lo mejor encuentras lo que buscas.
Sin más que perder, Ichika ingresó a aquel local en el que trataría de buscar el regalo para su amado.
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Mientras que, con las últimas hermanas, Miku y Yotsuba, estaban juntas buscando el regalo perfecto para su tutor.
- ¿Qué buscamos exactamente Miku? – preguntó la de cabello naranja.
- No lo sé, si Nino no hubiese agarrado el pastel en primer lugar – dijo con un puchero la tercera Nakano.
- Jeje, Nino realmente se puso las pilas con esto.
- ¿Y tú que le darás Yotsuba?
- Es un secreto – dijo la peli naranja sacando la lengua, cosa que a Miku no le gustó para nada.
- No me gusta esa sonrisa.
- Vamos Miku, yo no me robaría a tu hombre – dijo Yotsuba para luego desviar la mirada – por ahora.
- ¿Qué dijiste?
- Q-Que por ahora me voy a aguantar el hambre.
- Bueno.
Las dos pasaron un momento de silencio mientras Miku solo pensaba en que regalo debería darle a su querido Fuutarou.
- ¿Qué tal si unos auriculares como los míos? – pensó en voz baja – así podríamos combinar, además, se le verían padrísimo.
- Miku.
- Pero si le disgustan a lo mejor me termine odiando por eso, es más, podría odiarme ya que no sé si el escucha música como yo, solo sé que estudia mucho de historia como yo, pero si su género de música es diferente al mío, realmente me habré disparado en el pie por idiota – Miku se atormentaba con pensamientos que ignoraba el llamado de Yotsuba.
- ¿Miku? – Yotsuba estaba extrañada del comportamiento de su hermana.
- Pero un momento, si él tiene un género distinto a como yo creo, entonces puede significar que también él podría gustarle el mismo género de música mío.
- ¿M-Miku?
- Será mejor que me arriesgue en todo, si, ese sería un gran regalo de mi parte, ja, Miku Nakano, eres tan lista, hasta me asusto de mi propio ingenio.
- C-Creo que mejor voy yo sola – dijo Yotsuba con algo de miedo ya que su hermana mayor estaba riéndose de forma malvada por lo bajo – bueno, más pastel para mí.
La peli naranja fue hacia donde estaba un tipo regalando pastel de chocolate, junto a mucha gente que estaba queriendo un pedazo.
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Horas más tarde en la pastelería…
- ¡Sale un orden de pastel de frutas!
- Sale – dijo Nino sacando el pastel del refrigerador.
- Gracias Nakano – dijo el encargado mientras llevaba el pastel al cliente.
- Y creo que ese fue el último – dijo Nino recargándose en una silla.
- ¿Ya te cansaste? – dijo Fuutarou a su lado.
- Aun no Fuu-kun, aún tengo energías, no soy como Miku o Itsuki.
- ¿A poco son tan malas en ejercicios?
- Miku corre rápido a veces, pero solo es cuestión de segundos para que el combustible se le apague.
- Estamos iguales – dijo el peliazul – creo que en cuestiones así, siento que me parezco más a Miku de las 5.
- ¿Eh? – Nino encorvó una ceja - ¿a Miku? Pero ni cocinar sabe.
- Igual que yo.
- … - eso fue como un bloque de cemento gigante cayéndole en la cabeza de la segunda Nakano.
- ¿Qué te pasa?
- N-No es nada – las rayas de pesimismo pasaron en la frente de la peli roja – dejando eso a un lado, dime Fuu-kun, ¿Qué sabor de estos pasteles prefieres?
- ¿Por qué la pregunta?
- P-Pues… - la peli roja debía pensar en una excusa creíble para que Fuutarou no sospechara – e-es que, siempre hemos hecho pasteles y quería saber que sabor preferías.
- Pues… - el chico lo pensó un poco ante la atenta mirada de Nino – aunque no lo parezca me gusta el chocolate.
- ¿Chocolate?
- Sí, me gusta bastante, para mi cumpleaños Raiha normalmente hace uno de ese sabor y de vez en cuando como un poco del chocolate de aquí de la pastelería.
- Ya veo – eso dibujó una sonrisa en el rostro de la peli roja.
- Bueno, creo que debemos continuar con nuestro deber.
- Sí.
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Llegó el 15 de abril y era el cumpleaños del peliazul.
Fuutarou no le tomaba mucha importancia a su cumpleaños, ya que normalmente se dedicaba a estudiar y esos días no les tomaba mucha importancia.
Pero las quintillizas no dejarían ir este suceso por alto, ya que las chicas se llevarían al chico al apartamento para festejar, cosa que ni él sabía.
- ¿P-Para que vamos a estudiar hoy? Se supone que hoy es día libre.
- ¿Lo olvidaste Fuu-kun? – dijo Nino - ¿sabes qué día es hoy?
- P-Pues… - el chico lo pensó un poco - ¿a poco hoy hace más de 100 años se hundió el Titanic?
- No es eso…
- Pero si es cierto Nino – dijo Ichika.
- Bueno, sí, pero a lo que, me refiero es que hoy es un día especial.
- ¿Cuál?
- Pues… - cuando las quintillizas entraron al apartamento, Fuutarou no lo creyó.
El lugar estaba adornado como el del cumpleaños de alguien, cosa que el peliazul comenzó a entender.
- ¿C-Chicas?
- Fuutarou, agradece por lo menos que hicimos esto para ti – dijo Miku.
- B-Bueno, es que me sorprendió ese detalle.
- Eso sí Fuu-kun, yo hice la mayoría.
- Nino, se supone que todas hicimos algo.
- Pero la verdad es que yo terminé haciendo todo – la segunda Nakano se hizo más énfasis.
- Dejemos eso a un lado – dijo Ichika calmando a las demás.
- Claro, como tú no hiciste nada – recalcó Nino – te la pasaste durmiendo todo el día.
- S-Solo festejemos – dijo la mayor muy nerviosa.
La cosa se dejó pasar y Fuutarou junto a las quintillizas celebraron el cumpleaños del chico.
Desde la comida, habladurías, hasta Nino imitando a Gloria Trevi con su canción "Me solté el cabello", cosa que las demás cantaron con ganas, aunque Fuutarou no se sabía la canción.
Luego de todo, se vinieron los regalos.
Miku en su lado, le había regalado un par de auriculares como los suyos, solo que, de color negro, para que se pudieran diferenciar de los suyos.
Ichika le dio una tarjeta de regalo con algo de dinero en él, simple, pero efectivo.
Itsuki por fin pudo entregar el regalo, es más, se esforzó por encontrarle eso. Se trató de una nueva mudada de ropa varonil, cosa que se dejó llevar ya que una parte de esta era como para un rockero.
- ¡Ya traje el pastel! – dijo Nino llegando con un pastel de chocolate bastante bueno – y mira que me costó mucho hacerlo, pero fue fácil una vez que lo dominas.
- ¿Tu lo hiciste?
- Obvio Fuu-kun, sabes que yo siempre hago lo que puedo – Nino dejó el pastel en la mesa y sin previo aviso, besó a Fuutarou en los labios - ¿ves? Lo que puedo.
- ¡Nino! – exclamaron las demás quintillizas.
- ¿Qué? Dije que hago lo que quiero, así que yo voy con todo.
- E-Este… - Yotsuba notó como el ambiente estaba tenso – s-sacaré el obsequio mío.
- ¿Y qué es?
- ¡Ta da! – la cuarta Nakano sacó una botella de como una bebida envuelta en un moño rosa.
- Yotsuba, ¿Qué eso no es vino?
- Claro que no Uesugi-san, esto es juego de uva.
- Yotsuba, eso es vino.
- Claro que no, el dueño de la tienda me dijo que era jugo de uva – dijo la peli naranja – es más, me dijo que las personas que toman dos copas juntos quedan unidas para la eternidad.
- ¿Eh? – las demás quintillizas hicieron eso y cuando menos acordaron, todas estaban con copas en las manos.
- ¿Qué hacen?
- Q-Queremos jugo de uva – dijeron las demás.
- Yotsuba, no estoy seguro de esto – dijo Fuutarou.
- Vamos Uesugi-san, solo es un poco de jugo de uva.
- No estoy seguro.
- ¡Fuu-kun! – dijo Nino acercándose al chico – solo bebe.
- ¿Segura?
- Sí.
- Además, ¿Qué podría pasar?
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Al día siguiente…
- ¡Mi cabeza! – dijo el chico peliazul despertándose mientras se sobaba un poco la cabeza - ¿Qué pasó ayer?
Cuando Fuutarou se levantó y miró a su alrededor… la cabeza se le trabó.
Estaba en una habitación con 5 chicas… todos… completamente desnudos.
Notó eso ya que cuando se levantó, notó que no traía nada de ropa y, además, las quintillizas estaban sin nada de ropa alrededor. Sus vestiduras estaban esparcidas alrededor de la habitación.
- ¿Q-Que mierda pasó ayer?
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Continuará….