Capítulo 1

Comienzo


.

.

.

La primera vez que lo vi, él estaba sentado en un banco leyendo un libro. Yo estaba comiéndome un sándwich y me acerqué con curiosidad. Di un mordisco a mi comida y un poco de mayonesa salpicó en las páginas, a lo que él se molestó frunciendo el ceño. Sin siquiera voltear a verme, se largó cerrando su libro.

Las primeras palabras que escuché de él mientras se alejaba fueron bonitas, no porque supiera el significado de ellas, sino porque la voz con la que las dijo me gustó; era elegante y sofisticada.

"Qué asco".


La segunda vez que lo vi fue en la escuela de anti-hadas. Estábamos en el pasillo, a él se le cayó un lápiz, y yo dispuesta a ayudar lo tomé del piso para dá nuestras miradas chocaron noté que sus ojos eran verdes y me quedé hipnotizada por ellos; jamás había visto a un anti-hada de ojos con otro color que no fueran los típicos rojos. Él tampoco quitó la mirada de mí por un largo rato, luego parpadeó y arrancó el lápiz de mi mano yéndose rápido.

pude escuchar lo que decía caminando a paso veloz.

"Qué asco".


La tercera vez que lo vi fue en nuestra boda. Nuestras contrapartes se casaron, así que por obligación nosotros también teníamos que hacer lo mismo. La ceremonia fue corta, seca y aburrida, en cuanto terminó nos largamos de inmediato. Me sorprendió saber el gran castillo en el que vivía mi esposo (qué palabra tan rara), él tenía un gusto inusual por lo anticuado y medieval.

Dormimos en habitaciones separadas, y en todo ese día, a excepción de la boda, no cruzamos ni una sola palabra entre nosotros.


Pasaron los años y nos comenzamos a llevar bien, incluso tuvimos un hijo juntos. Por lo general él es muy inteligente y yo soy muy tonta, él siempre está muy ocupado y yo siempre estoy jugando.

Pero hay veces en las que ambos tenemos más privacidad, y él me permite quererlo. Aprovecho eso cada vez que le abrazo o le beso, a lo que él sólo me responde con un típico "qué asco".

Y yo sé que es sólo por su forma de ser, que se asquea porque muy en el fondo sabe que también me ama a mí. Así es nuestra especie, incapaz de procesar bien el afecto cariñoso y torpe en todo lo amoroso.

Pero, ¿de qué otra forma un anti-hada demostraría su anti-amor?

.

.

.


Notas del autor: hice esta historia porque siento que el fandom necesita más fanfics de Anti-Cosmo y Anti-Wanda. Esos personajes están muy infravalorados, además de que quería aportar algo al fandom de mi serie favorita de infancia.