Como siempre mis mas sinceros agradecimientos a Regina Alba Blosson, no se que hubiera sido de mi sin tu ayuda.
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Vendetta
Mirar como los demás la pasaban bien en familia se convirtió en un pasatiempo más divertido de lo esperado. Le gustaba ir a la casa de Neji y observar por la ventana como su madre le servía comida caliente y como el hermano de su padre lo tiraba por los aires para luego atraparlo en la seguridad de sus brazos nuevamente; desde donde se ocultaba no podía escuchar los sonidos, pero nada le impedía imaginárselos. Se imaginaba la dulce voz de la mujer tarareando mientras cocinaba una gran cantidad de apetitosa comida y también el grueso timbre de voz del hombre cuando llegaba del patrullaje, saludando con un beso a su compañera y revolviéndole los cabellos castaños cuando Neji salía a recibirlo con los brazos abiertos. A veces su pequeña mente le jugaba una mala pasada porque en repetidas ocasiones el cuerpo de Neji era reemplazado por el de ella misma.
No podía negar la envidia que sentía en eso instantes, nunca tuvo nada de eso.
No entendía que había hecho mal para no ser querida ni por su propia madre. Ella era una buena niña, era obediente, sabia ir al baño sola, podía vestirse sin ayuda y estaba aprendiendo a atarse las agujetas ella misma, sin embargo, jamás en su corta vida recibió una muestra de cariño por parte de la loba que le dio la vida. Su pequeño instinto le pedía constantemente estar cerca de ella, buscar su cariño, protección y olor; pero siempre que lo hacía era alejada con miradas frías y palabras malsonantes.
Y ahora, su corta vida había dado un giro inesperado.
De un día para otro, luego de llegar de otra manada, su madre se puso bastante violenta e intento atacarla mientras dormía, por suerte su abuelo estaba cerca e impido cualquier cosa que ella quisiera hacerle. El macho la miraba de una forma que no podía identificar, no podía percibir odio en su mirada, aun así, él jamás volvió a intervenir en las reprimendas físicas que le propinaba su mami cada vez que creía que hacía algo mal.
A partir de esa noche algo cambio; se volvió más violenta con ella, siempre que buscaba acicalarse era repelida con una palmada en la cara. La situación llego a ser tan critica que la loba intento ahorcarla mientras ella miraba jugar a unos animales del bosque. Todo paso muy rápido, tan rápido, que cuando estuvo consiente otra vez ya iba de camino a un nuevo lugar. Nadie le pregunto si quería ir allí o no, simplemente fue movida como un objeto sin ningún tipo de valor.
Su padre-Hiashi- solo la miro una vez y la dejo en esa enorme casa que tanto miedo le producía. Todos allí la miraban mal y ningún niño se atrevía a jugar con ella. Los adultos no le permitían estar cerca de sus cabañas, cada vez que buscaba comida, la cocinera le servía sobras del día anterior; nunca obtenía comida caliente.
El macho no le daba ninguna muestra de cariño, a penas y le dirigía la palabra, rehuía de su presencia y no le daba de comer. La comida era muy importante, demasiado, si se saltaba una su cuerpo se sentía débil. Del plato que la cocinera le servía terminaba la mitad en el suelo porque sus manos torpes le impedían comer con cubiertos como cualquier otro niño lo haría. De buena o mala manera, mamá-Hana siempre se encargaba de alimentarla todos los días. Cuando se lo pidió a la cocinera esta le dijo dos palabras que se quedaron grabadas en su mente "Bastarda retrasada" no sabía el significado de ninguna, pero sonaban muy mal, así que jamás se lo volvió a pedir.
Por eso se entretenía mirando a otras familias idílicas, anhelando una muestra de cariño.
Se la pasaba sola gran parte del tiempo, observando a todos en silencio, sin intervenir. Era como un ser invisible, pasado un mes pensó en que quizás ese era su destino. No ser relevante para nada ni nadie.
Sin embargo, todo cambio repentinamente cuando al clan llego una nueva y hermosa loba que, según muchos, se convertiría en su nueva "mamá".
Nada más alejado de la realidad.
Hiashi espero una semana para explicarle que esa sería su compañera y la madre de sus siguientes hermanos. Un mal presentimiento se instaló en su pecho en el instante que las dejo solas por primera vez, Kurenai-como se llamaba- Fingió interés en ella solo hasta que no pudo captar el aroma de Hiashi en los alrededores, solo entonces le apretó los brazos tan fuertes que sus pobres huesos protestaron. No le dijo nada, solo presiono hasta que no aguanto más y empezó a llorar. Su padre llego unos instantes después, pero para entonces la hembra la abrazaba contra su pecho simulando un abrazo protector. Así fue como empezó todo.
Kurenai la trataba como una mascota, no, sabía que los humanos trataban bien a sus mascotas. La peli-negra no la trataba bien, de ninguna manera. La golpeaba constantemente y la obligaba a limpiar la casa todos los días hasta que sus manitas sangraban. No podía hablar delante de ella porque era castigada severamente dejándola sin comida hasta tres días seguidos; solo una vez intento decírselo a Hiashi, pero cuando Kurenai la descubrió, le tumbo dos dientes de leche de un solo golpe. Si hacia algo mal era obligada a pasar la noche a la intemperie y nadie en el clan se atrevía a hacer algo por ella, de echo podía ver que algunos encontraban cierto placer en la crueldad a la que era sometida. Las cosas solo se ponían más oscuras con el pasar de los días. Solo un pequeño rayo de luz ilumino su existencia encontrar una pequeña cueva en donde podía refugiarse cuando no podía dormir en su habitación. Por lo menos así no pasaba tanto frio.
Kurenai la dejo en paz por un tiempo luego de que su primer hermano nació, él bebe acaparo su atención, aun así, había muchos otros en el clan que la hacían sentir de lo peor, con sus palabras y miradas desdeñosas. Cuando nació la segunda hija de su padre la peli-negra volvió a centrar su atención en ella y se volvió más cruel que de costumbre. Una vez fue especialmente brutal cuando pensó que la pequeña Hanabi se había roto un brazo por su culpa.
La llevo lo más alejado que pudo, se transformó y utilizo toda su fuerza para estamparla contra una roca gigante cerca del rio. Despertó sin saber cuánto tiempo había pasado, en el mismo lugar y en la misma posición en la que había caído, tenía muchos huesos rotos, una de sus piernas se doblaba en un ángulo extraño y la herida en su cabeza termino de sangrar dos días después de recobrar la conciencia. Ahí aprendió la lección de no estar nunca cerca de sus hermanos.
Tuvo que refugiarse unas semanas más en su pequeña cueva para poder sanar correctamente, al salir nadie se acercó a preguntar por su bienestar, el brazo de su hermanita ya estaba bien, pero aun así acaparaba toda la atención.
Siempre fua así, siempre estuvo sola… únicamente cuando la peli-roja entro en su vida empezó a ver el mundo menos tenebroso, menos hostil. Saber que todo había sido mentiras, que nada de lo que salió de la boca de Kushina fue real, saber eso dolía mucho, mucho. Llevo una de sus manos hasta donde su corazón parecía querer detenerse de tanto dolor. Sentía tanto dolor que su loba gimoteaba internamente, no podía recordar haberse sentido así ni siquiera cuando vio a Naruto besar a otra. Todos sus músculos estaban tensos, la lluvia caía a cantaros y sus sentidos parecían haberse reducido a nada. De repente una arqueada recorrió su cuerpo seguida de otras más, vomito todo lo que tenía en el estómago, sabía que su cuerpo estaba tratando de expulsar lo que había malo en ella, no obstante, no podía deshacerse del dolor tan fácilmente.
Se limpio la boca luego de vomitar un poco de bilis amarilla, elevo la mirada al cielo y solo entonces su mente se aclaró un poco. Dejo que las gotas de agua limpiaran cualquier rastro de debilidad que hubiese quedado en su rostro. Miro a su alrededor y noto que había llegado al mismo lugar en donde estuvo a punto de ser asesinada y, que, la misma roca permanecía inamovible. Camino hasta recostarse y dejarse caer, si cerraba los ojos podía sentir lo mismo que ese día, el sonido de los huesos rompiéndose y de la sangre saliendo por lugares que no debía, era algo que conocía muy bien. Ese día aprendió por primera vez como acomodarse un hueso para que este sanara correctamente. A lamerse las heridas.
No fue consiente del tiempo que permaneció allí sentada. Dejo que la lluvia fluyera libremente por su cuerpo. Todo a su alrededor parecía haberse detenido. Trato de recordar un instante, un solo momento de felicidad en su infancia, nada vino a su mente. Lo más parecido que encontró fue aquella vez que Kushina le regalo una vieja cámara de video. Nunca nadie le había dado nada jamás. Aprecio y atesoro ese aparato como nada en el mundo. Solo tenía una cinta, así que la utilizaba y borraba el contenido una y otra vez. Fue lo más parecido a un juguete que alguna vez tuvo. Su pequeño tesoro. Le costó mucho dejarlo en esa cueva antes de huir. Al comienzo tenía miedo de no saber cómo regresar a su manada, tenía miedo de ser rechazada por los humanos, dejo pistas para que su padre pudiese encontrarla con facilidad, sin embargo, eso jamás paso, Hiashi no la busco, no quiso encontrarla.
Pensar en eso hizo que sus ojos se llenaran de lágrimas. Se limpio rápidamente. No quería llorar. No quería ser débil nunca más, ninguno merecía su llanto, ninguno era digno de su dolor.
- ¿Hinata? – Tan distraída estaba en sus pensamientos que no noto que el día ya se había ido dándole paso a una negrura profunda, sus ojos cambiaron parcialmente para poder ubicar a la persona dueña de esa voz, con su nariz estropeada por la lluvia era de lo único de lo que podía valerse. Minato estaba de pie a unos cuantos metros de ella, con esa expresión serena que siempre mantenía en su rostro – ¿Puedo hacerte compañía? – Levanto los hombros – ¿No tienes frio? Es verdad que somos de sangre caliente, pero…-
- ¿Qué quiere? –
- Quisiera hablar contigo sobre algo muy importante – Levanto una ceja, incrédula – y no, lo que sea que hayas dialogado con Kushina no me concierne, eso es asunto vuestro. De lo que quiero hablar o, mejor dicho, de quien quiero hablarte es de una hembra a la que conocí hace muchos años. Alguien igual a ti – Aquello elevo su curiosidad-
- ¿Quién es? –
- Konan- Minato sonrió con nostalgia- Ella es una loba que, igual que tú, no nació de una pareja destinada- El rubio camino hasta quedar a unos pasos de ella. El parecido que tenía con Naruto era innegable, casi podían pasar por gemelos – Hay una pequeña cueva cerca de aquí ¿Qué tal si vamos y allí te cuento todo lo que se de ella? Además de explicarte unas cuantas cosas que te podrían interesar acerca de los "otros"- Hizo unas comillas en el aire y luego le tendió la mano. Dudo unos segundos antes de aceptarla -
- ¿Otros? – Pregunto, empezando a seguirlo-
- Los que son como tú-
Naruto caminaba por toda la sala de forma desesperada, Hinata había desaparecido unas horas atrás luego de sentir el aroma de Kushina y no todavía no regresaba. Konohamaru estaba entretenido viendo televisión y Hiwa aun descansaba en la habitación. Hiashi despareció al poco tiempo que Hinata, dejándolo a cargo de los dos cachorros y sin oportunidades de salir a buscarla.
Estaba nervioso y no podía negarlo.
Aun no entendía los motivos de Kushina para venir a visitarla. No tenían de que hablar. El pasado no se podía cambiar, Hinata no necesitaba verla ni mucho menos oír sus mentiras. Él conocía bien a su madre, sabía que no era una hembra honesta. El no convivía mucho con ella, de hecho, casi que se había alejado completamente de ellos en el instante en que se resignó a no volver a ver a Hinata. Solo pasaba de vez en cuando por la cabaña de sus padres a verificar si seguían vivos, la otra parte del tiempo se la pasaba adormitando en una pequeña cabaña que había construido casi en los límites de la manada. Alejado de todo y de todos. Sacudió la cabeza, alejando esos pensamientos. Lo importante en esos instantes era saber el paradero de su compañera. La lluvia afuera no parecía menguar ni por un instante. No es que le preocupase que fuera a pescar un resfriado o algo parecido, porque era casi imposible que eso sucediera, le preocupaba más lo que le pudo haber dicho Kushina y como reaccionaria.
-Señor Naruto, tengo hambre – Miro en la dirección del más pequeño – ¿Puede prepararme algo de cenar? – Un suspiro casi imperceptible se escapó de sus labios. El que Hinata le hubiera encargado a su hijo lo hizo sentir medianamente mejor; eso significaba que aún tenía esperanza de recuperar a su hembra –
- Claro, niño ¿Qué te apetece? – Llego hasta la cocina y abrió la puerta del refrigerador- Hay pizza congelada-
- Mamá solo me da pizza los fines de semana- Eso era un problema, de lo único que tenía ganas era de salir en búsqueda de la oji-perla-
- ¿Y si fingimos que hoy es viernes? – Konohamaru dudo unos instantes- Mamá no tiene por qué enterarse-
- ¿Usted no se lo dirá? – Negó con la cabeza – Entonces eso sería… seria… ¿Cómo un secreto entre los dos? – No entendía muy bien la excitación del cachorro, pero termino asintiendo-
- No se lo diré, si tu no le dices nada – Un brillo de felicidad apareció en los ojos del pequeño – Claro que si no quieres…-
- ¡Será nuestro secreto! – lo interrumpió, corriendo a su lado - Pero tiene que hablar muy bajito, señor Naruto, o Hiwa podría escucharnos y ya no será un secreto de los dos sino de tres – Soltó una risa ronca, le causaban gracia las ocurrencias del niño –
- Esta bien- Susurro, agachándose a su altura y revolviéndole la melena castaña. El niño se dejó hacer- Ahora sube y lávate las manos, mientras yo preparare todo-Obedeció casi de inmediato, corriendo escaleras arriba y perdiéndose entre los pasillos. Metió la pizza al microondas y la puso a calentar, no era conocedor de los gustos del cachorro, así que opto por calentar tres de diferentes sabores, hizo lo mismo con las latas de soda. Los pasos torpes del niño resonaron justo a tiempo. – No sabía cuál era tu sabor favorito así que…
- ¡Es increíble señor Naruto! - Sonrió complacido -
- Come todo lo que gustes-
Cenaron en relativa tranquilidad. Konohamaru no hablaba mucho, pero parecía estar bien con su presencia. Luego de terminar, recogió los platos, lavo todo y cuando regreso a la sala se encontró con la tierna imagen del niño durmiendo en uno de los sillones. Lo tomo en brazos, subió a la habitación, le quito los zapatos y lo acostó en medio de la gran cama. El niño se removió suavemente, acomodándose en una mejor posición. Estaba a punto de salir de la habitación cuando la voz del pequeño sonó en medio de las penumbras.
-Usted puede ser…mi…-
- ¿Qué cosa? – No dijo nada más, encendió la luz y lo vio dormir profundamente. Se encogió de hombros, restándole importancia al asunto, quizás él era de los que hablaba dormido-
Bajo las escaleras y se sentó en el sillón más grande de la sala. Tenía muchas cosas en las que pensar. Al comienzo si consideraba al niño como un medio para llegar a un objetivo, sin embargo, todo estaba cambiando, o todo ya había cambiado. Era agradable pasar tiempo con el cachorro, no era una molestia y disfrutaba de sus breves enfrentamientos verbales, además, necesitaba descubrir porque el lobo de Konohamaru parecía odiar a Hinata.
Aquello no era normal, en definitiva, sonaba como si ese no fuese su primer cambio. ¿Por qué situación horrible habría tenido que pasar esa criatura para cambiar antes de los diez años? El cachorro se veía realmente asustado esa mañana, luego de oír por primera vez a su parte animal. Eso tampoco era normal. Eso de las voces era difícil de explicar, en teoría, tanto bestia como humano, eran un solo ser. Todos los cambiantes eran plenamente conscientes en su otra forma, de no ser así, estaba seguro de que no abrían podido avanzar como civilización. Él jamás había sentido miedo de su otra mitad, a decir verdad, era un buen compañero en la soledad.
Suspiro.
No conocía a nadie que tuviese problemas mayores con su contraparte. Al parecer, nada en el niño era normal, pero eso no significaba que fuera malo, solo diferente y lo diferente no siempre era malo. Un claro ejemplo era su Luna, como secretamente la llamaba. No podía encontrar ninguna imperfección en ella, ¿Era un poco gruñona? Si, pero ¿Qué hembra que valiera la pena no lo era? Era una luchadora desde la cuna y eso lejos de molestarlo lo tenía encantado. Su cuerpo era magnifico, bien proporcionado en las partes correctas, tenía caderas anchas que prometían buenas camadas de cachorros (los suyos) Además sus senos grandes podrían almacenar bastante leche materna para alimentar a todas sus crías. Si alguien le pidiese una calificación él le daría un once de diez sin pensárselo dos veces. De solo pensarlo sintió un fuerte tirón en sus pantalones. Su temperatura corporal incremento paulatinamente a medida que su polla crecía. Joder. Lo que faltaba; una erección incomoda y palpitante cuando su hembra estaba a fuera, haciendo, quien sabe que cosas.
Unos leves golpes en la puerta llamaron su atención. Se levanto rápidamente, y casi que corrió a abrir la puerta, sin embargo, no fueron unos ojos perlas los que le dieron la bienvenida, todo lo contrario, una Kushina llorosa y empapada estaba de pie en la entrada.
-H-Hijo, tenemos que hablar-
No habían pasado ni cinco minutos y Hinata ya se arrepentía de haberlo seguido. Minato había hecho una fogata y ahora estaba calentado unas latas de atún. No quería ser grosera, pero detestaba el pescado en cualquiera de sus presentaciones. Ese animal en específico le recordaba aquella época en donde, siendo una niña, tuvo que aprender a pescar con sus propias manos para no morir de hambre y no le quedaba más remedio que comerlo crudo. Incluso sentía el rechazo de su loba frente a las latas que el macho estaba calentando.
-Veo que no le puedes quitar la mirada de encima- Pego un leve salto ante la repentina interrupción del silencio – Solo hay que dejarlos unos minutos más y estarán listos para comer- Trato de negarlo, pero la mirada bondadosa del reprimió cualquier tipo de protesta – Dime Hinata, ¿Te gusta el atún? –
- No me molesta del todo- Rehuyó de la mirada azulada, mirando hacia el interior de la cueva –
- Lamento si no es de tu agrado, no pensé en una reunión a la intemperie a mitad de la noche con mi nuera – Sus mejillas se calentaron casi al instante, era estúpido tener una reacción así, pero ninguna persona la había aceptado tan rápido -
- Naruto y yo no somos pareja…-
- Todavía- La interrumpió – Y eso también es mi culpa, por eso, antes que nada, quiero pedirte perdón, no ha pasado un solo día en que no me arrepienta de mi decisión- Mordió su lengua sin saber que responder, no era muy común que le ofrecieran disculpas, ni siquiera Naruto -
- ¿Por qué lo hizo entonces? - La pregunta salió de sus labios casi sin querer-
- Podemos hablar después de cenar, no es mucho, pero te aseguro que te gustara- Trago saliva casi ruidosamente-
Comieron en silencio. A pesar de todo, pudo disfrutar de la cena sin muchas complicaciones, su loba lloriqueaba con cada bocado y ella tuvo que recordarle que habían comido cosas peores en el pasado. Puede que estuviera mimada, sin embargo, eso no le daba derecho de rechazar lo que le estaba ofreciendo, comida gratis era comida gratis. Minato junto las latas vacías en una bolsa negra, asegurándole que se desharía de ellas adecuadamente. Ella estuvo de acuerdo. Luego de eso se sentaron uno frente al otro, observándose atentamente. El parecido no dejaría de sorprenderla nunca, la única diferencia era que Naruto tenía el cabello casi al ras de la cabeza y no tenía una musculatura tan desarrollada como la de Minato. Sus ojos eran del mismo color al igual que su cabello. En el mundo humano podrían pasar como hermanos sin problemas.
-Estoy aquí para responder todas las dudas que tengas, siempre que sea conocedor de la respuesta, no dudes que te diré la verdad- Asintió-
- Lo que Kushina me dijo, todo fue…-
- Verdad- Completo – Mi compañera no te mintió Hinata- Trago saliva, aguantándose las ganas de llorar-
- No ahora- Pero si en el pasado, cada cosa que le dijo era mentira. Le mintió cuando le dijo que le agradaba su presencia- ¿Por qué no dejo que Naruto…? -
- ¿Sabes? Cuando Naruto llego al otro día de haber estado contigo me dio una de las mejores noticias del mundo, había encontrado a su compañera. Yo espere tantos años por encontrar a la mía que lo apoye en todo lo que quería hacer contigo, tenía planes muy buenos, como de construirte una gran cabaña. Eso sí, me dijo que tenía que estar cerca del rio porque a ti te gustaba nadar. Además, se aseguró de que el espacio fuese suficiente para que los futuros cachorros pudieran correr libremente por todo el lugar- Eso hizo que el corazón se le encogiera. A su mente llego la imagen de muchos niños y niñas rubios y de ojos azules, jugando y riendo mientras eran perseguidos por Naruto– La idea me pareció maravillosa, Kushina se opuso rotundamente, yo me imagine que no accedería de buenas a primeras, que eran celos de una madre por su único hijo, pero terminaría por aceptarlo. Se de buenas fuentes que lo único que desea una madre es la felicidad de sus cachorros – Asintió dándole la razón. La lista de sus prioridades estaba encabezada por la felicidad de Konohamaru, incluso si eso significaba ciertos sacrificios-
Cuando amenazo con irse, todo mi mundo se derrumbó. Ella se encargó de ponerme en contra de mi hijo, mi propia sangre. Naruto lucho por ti, solo tenía dieciséis, pero eso no logro detenerlo. Peleo hasta que no me dejo otra opción de noquearlo en frente de todos. Recupero la conciencia preguntando por ti, solo quería correr a tu lado y yo se lo prohibí. Desde ese día Naruto dejo de vernos como sus padres, se dirige a mi como "el Alfa" y a Kushina como "la compañera del Alfa" se mudó a una cabaña a las afueras del clan y desde que desapareciste solo sale por ocasiones especiales. - Dejo que esa información se asentara en su cabeza. Naruto siempre se comportó muy frio con ella, no sabía que él también sufría, siempre pensó en que quizás lo de ellos no significo nada para él- Ahora, respondiendo a tu pregunta te diré que en ese entonces Kushina significaba todo para mí, mi mundo empezaba y terminaba en ella, sentía que no había nada más importante que estar a su lado, cuando amenazo con irse y no volver, me di cuenta del poder tan grande que una hembra podría llegar a ejercer en un macho, además sentía que siempre estaría en deuda con ella
- ¿Por la amante que tenía antes de conocerla? –
-Exactamente- Sonrió- Veras, la manada de mis padres era muy desordenada, no tenían un buen líder y yo sentía que con sus acciones lentamente nos estaba llevando a la ruina, por lo que cuando tuve la edad suficiente lo rete y termine ganando- Eso era sorprendente- Pero yo no quería a los cambiantes que pertenecían a esa manada pues sentía que ya estaban lo suficientemente corruptos, así que decidí disolverla e iniciar una nueva lejos de allí. Invite a unos cuantos, de confianza, a mis padres y salimos rumbo a lo desconocido, así empezó todo y si te soy sincero, jamás imagine que algo tan pequeño pudiera crecer tanto en tan poco tiempo. Al inicio eran diez cabañas y en poco tiempo ya había cien, aprendimos a vivir de lo que la tierra nos daba y teníamos grandes cantidades de ganado. Yo escogía a cada uno de los miembros, no cualquiera podía pertenecer y un día, de la nada, llego Konan-
- ¿La que era como yo? - Sus ojos se llenaron de expectativa. Jamás había visto u oído hablar de alguien como ella. Todos los lobos que vivían con los humanos eran criaturas rechazadas por sus propios clanes, ladrones o asesinos. No era muy común encontrarse con bastardos como ella, ni siquiera estaba segura de que Konohamaru fuese uno. No conocía nada de sus orígenes y el niño tampoco recordaba mucho sin ponerse nervioso-
-Así es, Konan era igual que tú en todo Hinata. La primera vez que la vi era una cosita pequeña y desnutrida que parecía romperse si la tocabas con poca fuerza. Me sorprendió cuando me dijo que tenía dieciséis años, cualquiera que la viese pensaría que no era más que una niña de doce años. Los de mi clan se opusieron rotundamente a aceptarla, no solo por verse débil sino también porque ella jamás oculto lo que era, recuerdo que me dijo algo como "Soy una bastarda, no tengo padres y hace mucho que no tengo una comida decente, no robo y se cazar, ¿soy lo suficientemente buena para pertenecer a tu manada?" – Hinata sintió pena por ella- ¿Cómo le dices que no a eso? – Minato rio- La acepte de inmediato bajo mi tutela, mis padres no dijeron mucho, tenían pensamientos más liberales que la mayoría y la trataron como un miembro más de la familia. – Le costó imaginarse aquello, nunca nadie los aceptaba. Incluso en la ciudad, donde nadie era dueño de nada, los lobos solían mirarla con desdén- Konan tenía un carácter fuerte, no dejaba que nadie cuestionara sus orígenes, recordaba poco de su infancia además de ser abandonada por su madre a la mitad de un bosque. Recuerdo que era un poco torpe con cosas simples como comer y peinarse el cabello, pero toda su falta de habilidades las compensaba con fuerza y determinación a no ser dejada de lado. –
- Yo no podía comer sola, no tenía coordinación en mis manos, de niña mamá solía alimentarme todos los días- Era bueno saber que no era la única con ese "defecto" -
- Konan jamás lo hubiera permitido. Era muy independiente, pero creo que es porque la vida le enseño a ser así- Hinata dio una fuerte afirmación con la cabeza, un poco tarde pero ella también aprendió a no depender de nadie- Resulto imposible no encariñarme con ella y, a medida que su cuerpo se recuperaba, resulto muy tentadora, sabía que no era mi compañera, algo en mi interior me decía que ella no era la indicada, no obstante, eso no se convirtió en un impedimento para amarla y desearla. Nos hicimos amantes cuando ella cumplió veinte años, yo estaba cerca de mis veintisiete, la pasábamos muy bien juntos, y luego de muchos años a su lado me resigne a no buscar a mi compañera. Llegue a pensar en marcarla, era consciente de lo mucho que me dolería si alguna vez mi compañera apareciera, sin embargo, era lo suficientemente feliz con Konan como para que eso no me importara. De una u otra manera Konan llenaba ese vacío, pero no totalmente-
- Puedo entender eso- Admitió con un susurro- Quiero decir, conocí muchos machos allá afuera, pero nunca he deseado a nadie que no fuese Naruto.
- ¿Y él lo sabe? – Se encogió de hombros, restándole importancia- Deberías decírselo-
- ¿Acaso tiene derecho a saberlo? – Se mordió la lengua para no decir más- Hábleme de como llego Kushina a su vida, ¿Como supo que era la indicada? ¿Qué hizo con Konan después? –El macho se removió incomodo con esa última pregunta- ¿La expulso? -
- ¡Claro que no! – Era la primera vez que levantaba la voz y por algún motivo su loba se encogió como un pequeño cachorro – Disculpa no quería intimidarte, es solo que cuando Kushina llego al clan puso mi vida de cabeza, sabía que yo era su compañero pero también era consciente de que yo no podía dejar de lado los sentimientos que tenía por Konan, hizo de todo para llamar mi atención hasta que lo consiguió, la atracción sexual era tan fuerte que yo no pude resistirme por mucho tiempo, sentía que había engañado a Konan y que además había traicionado todo lo que teníamos.-
- Pudo intentarlo mejor- lo acuso -
- ¿Qué sentiste tu cuando descubriste a tu compañero? – Esa pregunta logro pillarla con la guardia baja. Desvió la mirada sintiéndose avergonzada, recordando que ella se entregó a Naruto la primera vez que entro en calor estando cerca de él - Eso pensé-
- Es una atracción muy fuerte- Admitió entre dientes- Decía amar a Konan, ¿Qué paso con ella? – Insistió-
-Es verdad que estaba enamorado de ella, no lo puedo negar, pero mientras más tiempo pasaba con Kushina me di cuenta del poder de los compañeros. Poco a poco el amor y la pasión se fueron diluyendo hasta que simplemente quedo un cariño fraternal. Konan no lo tomo mal, sin embargo, Kushina…-
-Déjeme adivinar- Interrumpió- ¿Intento sacarla definitivamente de tu vida? –
- Exactamente, mi compañera quería retarla por su estadía y lugar en el clan, a pesar de que yo ya la había marcado como mía, eso no fue suficiente para dejarla tranquila. Konan no quiso luchar-
-Tenía miedo-Dedujo. Minato se rio de ella, eso elevo su temperamento- Quizás temía estar sola por ahí sin protección y…
- Konan no le tenía miedo a nada ni a nadie, no quería pelear con Kushina porque era consciente de que en cualquier escenario ella ganaría.
- ¿Kushina? -
- Konan no quería lastimar a Kushina- Aclaro pacientemente- ¿No eres consciente de tu propia fuerza Hinata?
- ¿Acaso bromea? Hokuto me hizo mierda en la única pelea que he tenido con una cambiante-
- ¿Como era tu vida en el pasado? ¿Kurenai te alimentaba todos los días? ¿Alguien alguna vez se preocupó por tus necesidades? Incluso para un cambiante "normal" crecer en esas condiciones es algo muy malo. – Le dio la razón. – Quizás esa es una de las razones por las que ustedes son odiados sin ningún motivo, tienen miedo Hinata, de tu fuerza y de lo que puedes llegar a hacer con ella.
-No lo entiendo-
-Hinata, Konan podía derribar a un macho adulto con facilidad. Ninguna hembra se atrevía a retarla porque le tenían miedo, no es que ella fuese por ahí maltratando a cualquiera, pero no permitía insultos ni malos tratos hacia su persona o a los que consideraba más débiles. Era muy poderosa, incluso mi lobo se intimidaba a veces cuando se enojaba, por eso cuando Kushina intento retarla ella decidió que lo mejor era marcharse, no quería lastimar a mi compañera-
- Eso que me está diciendo no puede ser cierto, es verdad que me he recuperado, pero eso no quiere decir que…-
- No puedo obligarte a que me creas, lo dejare a tu criterio, sin embargo, quiero que te pongas en contacto con ella.
- ¿Después de todo aún se mantiene en contacto con ella?
-Si, yo le encontré un nuevo clan y allí encontró a su compañero, tienen varios cachorros- El macho sonrió con tristeza- Su compañero se llama Yahiko y es un gran amigo mío, su manada está lo suficientemente lejos, pero eso no impide que estemos en contacto-
- Me alegro que Konan encontrara la felicidad- Lo decía en serio- ¿Kushina lo sabe? Que se mantienen en contacto-
- Al comienzo no quería hacerla enojar, así que opte por no hablar con Konan, no obstante, me enteré que nacería su primera camada y realice un viaje a escondidas para conocerlos- Los ojos del macho brillaron con algo que no supo identificar – Verla rodeada de tanta felicidad hizo que me sintiera en paz conmigo mismo, pues aún no estaba convencido de haber tomado la decisión correcta- Esto último lo dijo con una voz más profunda de lo normal y ¿Acaso eran celos lo que podía distinguir en el tono de voz? -
- ¿Acaso usted todavía la amaba? - Por la mirada que le dirigió supo que se había equivocado-
-Por supuesto que no- se apresuró a negar- No sentía celos de él sino de ellos, yo quería lo que Konan y Yahiko tenían, muchos hijos, ya sabes quería ver a mis propios cachorros corriendo a mi alrededor, moría por tener eso-
- ¿Por qué Naruto no tiene hermanos? - Siempre le había parecido curioso, siendo que los cambiantes eran criaturas muy sexuales y del único método anticonceptivo del que se valían era del natural – Kushina no quiso tenerlos o…-
-No, el que se negó rotundamente a no tenerlos fui yo. No permitiría que Kushina tuviese ese control sobre mi-
- ¿Control? -
-Así es, tal vez no lo sepas porque ninguna mujer se tomó el tiempo de compartirlo contigo, pero entre más cachorros tiene una hembra más dependiente se vuelve el macho de ella, no me preguntes el origen porque nadie tiene una explicación para esto- Respondió su pregunta antes de que pudiera formularla- Yo no lo creía, pero luego del nacimiento de Naruto los deseos de Kushina eran órdenes para mí, quería cumplir hasta el más absurdo de sus caprichos, ella se aprovechó de esto en muchas oportunidades, obligándome a hacer cosas que no quería; como enviar a mi único hijo a una manada por mucho tiempo para mantenerlo lo más alejado de ti. También se ponía cada vez más y más celosa de Konan. Peleamos varias veces porque yo siempre me negué a darle más cachorros, estuve a punto de ceder, pero ver lo que le había provocado a nuestro propio hijo con sus acciones, me hizo desistir- Lo miro sin entender esa última parte- Que confabulara con la sobrina de Kurenai contra ti, fue la gota que derramo el vaso, ese día perdí a mi hijo y la oportunidad de ampliar mi descendencia y eso es lo peor que le puede pasar a un Lycan.- Trago saliva, sin saber que decir- Por eso tendemos a tener tantos hijos, no queremos que nuestro linaje se pierda en el olvido.-
- Entiendo- En verdad lo hacía, también entendía un poco mejor la situación de su padre, si lo que decía Minato era cierto; Kurenai lo tenía comiendo de la palma de su mano desde hacía mucho tiempo- ¿Alguna vez se ha arrepentido de no elegir a Konan? Disculpe que se lo diga, pero su relación con Kushina suena como si hubiese sido un infierno- Minato la miro seriamente unos instantes antes de responder-
-Y lo fue- dijo al fin- Estoy seguro de que todo hubiera sido peor sin la presencia de Karin- Ese nombre no lo había oído jamás. Observo al rubio en busca de respuestas- Esa parte de la historia no me pertenece, si quieres saber cómo se salvó nuestra relación deberás oír todo lo que mi compañera tiene que contarte – La mención de Kushina le revolvió el estómago, no quería verla – Karin llego de un día para otro y la adoptamos como si fuera nuestra propia hija, tienes más en común con ella de lo que te puedes imaginar. Karin es como Konan y tu- Eso despertó su curiosidad, era muy extraño oír hablar de dos bastardos en una misma conversación-
-Si todo lo que me dijo es verdad ¿Si peleo con Kurenai mañana, eso no significara un problema para mí? – Quiso desviar el tema de la conversación, sí que sentía ganas de saber más sobre la otra loba, no obstante, no hablaría con Kushina, no por ahora. Además, jamás había luchado con todas sus fuerzas, no es como si en el mundo humano tuviera que pelear físicamente todos los días, sí que había puesto en su lugar a varios lobos, pero esto era completamente distinto. Lo de Hiwa no contaba porque Kurenai estaba tan concentrada en matar a su propia hija que no la vio venir hasta que fue demasiado tarde. El factor sorpresa jugo de su lado en ese momento.
- ¿Pelear? El rumor que corre por el clan dice que solo se le impartirá un castigo-
-Muy fácil- Murmuro lo que su loba le repetía constantemente en su cabeza. Ella quería jugar, castigar a Kurenai mientras estaba de rodillas resultaría demasiado insulso para su gusto- Mi loba no quedara satisfecha y yo tampoco- Minato abrió la boca para decir algo, pero al final opto por el silencio- ¿Y bien? Kurenai es una perra alfa ¿Tengo alguna oportunidad de matarla? -El rubio cerro los ojos e inspiro profundamente.
-Ella no será un rival para ti- Eso la hizo sonreír- ¿Crees que Hiashi lo permita?
- No podrá interferir, ¿Las reglas siguen siendo las mismas? –
- Si, pero, si te soy sincero, jamás hubiera permitido que Konan retara a Kushina, ni viceversa, la loba de Konan posee una fuerza brutal, además, de una velocidad incomparable – El rubio se llevo una mano al mentón- Solíamos entrenar, a ella le gustaba afilar sus habilidades semanalmente, no es que lo necesitara de todas formas- Minato hizo una mueca de dolor- ¿Te imaginas? Cuando llego a mi clan parecía que en cualquier momento se fuese a romper, comía con las manos y era muy descoordinada, no obstante, consiguió la suficiente masa corporal para iniciar con sus entrenamientos. Al comienzo me negué, no quería lastimarla de ninguna manera-Tuvo la osadía de reír- Konan se encargó a base de golpes de demostrarme lo contrario, y créeme, que solo iniciando sus golpes ya dolían mucho, lo peor era cuando se enfadaba, los moretones no desaparecían sino hasta la mañana siguiente- Minato saco un teléfono móvil del bolsillo delantero de su pantalón, encendió la pantalla y se lo lanzo. El rostro redondeado de una niña sonriente y muy peli-roja ocupaba todo el fondo de pantalla. La niña estaba sonrosada, como si la foto hubiese sido tomada luego de terminar algún tipo de juego, tenia los ojos cerrados, por lo que no podía distinguir su color, pero el parecido con Kushina era algo innegable. – Ella es Karin, esta por cumplir los trece años- Explico como solo un padre orgulloso lo haría- Cambio al cumplir siete años y ningún niño de su edad se atreve a molestarla, por el contrario, la respetan y le temen por partes iguales. Solo un pequeño es capaz de aguantar su temperamento, y me temo que eso se debe a que se convertirá en su compañero cuando ambos tengan la edad suficiente – Dio un suspiro sobreactuado- Rezo todos los días para que eso no suceda demasiado pronto, Karin es nuestra beba, no quiero separarme de ella en un largo periodo de tiempo. –
- Es muy hermosa- Susurro para sí. A su mente llego la imagen de una pequeña peli-azul casi esquelética, mugrienta, que se paseaba de arriba a bajo por las calles buscando un poco de cariño o un refugio en donde nadie pudiera volver lastimarla. Sintió envidia de toda la felicidad reflejada en el rostro de Karin. La niña se veía tan… ¿Satisfecha?... no… ¿Saludable?... no encontraba la palabra – Ella es tan diferente a mi…- No pudo evitar recordar que mientras crecía más odiaba su reflejo. Una parte de ella siempre le susurraba que su cuerpo nunca sería suficiente para Naruto y que era por eso que él se negaba a marcarla-
- Creo que tienes muchas cosas en las que pensar y yo tengo que regresar a casa- Dio un leve asentimiento e hizo el ademan de entregarle el celular, pero Minato negó con la cabeza y salió de la cueva – No es mi teléfono, es el de Kushina, tendrás que entregárselo personalmente- Abrió la boca para protestar, pero el macho arranco a correr a una velocidad increíble. Cuando salió del estupor fue demasiado tarde. Ya no quedaba rastro alguno que seguir. Regreso al interior de la cueva, maldiciendo internamente por la trampa tan estúpida en la que cayo- De tal palo…- Mascullo entre dientes. A Naruto también se le daba bien escapar de situaciones incomodas. – Malditos rubios oxigenados-Se dejo caer de lleno en el piso, se sentía muy cansada y tenia hambre, pero tampoco se sentía lo suficientemente lista como para verle la cara a Naruto. No sabia que hacer con él, ahora que sabía la otra parte de la historia una estúpida brecha de esperanza se encendió en su interior- Tal vez… no es demasiado tarde…-
- "Por supuesto que no lo es"-
-Por fin te dignas a hablar… animal estúpido- La muy traicionera no mencionaba nada desde la discusión que habían mantenido- ¿Qué fue esa patética escena de "quiero a mi compañero"? - Utilizo la voz aguda que tanto le disgustaba –
-Quiero a mi compañero-
-Y yo quisiera no haberme comido esas latas de atún, pero ¿Adivina qué? No siempre obtenemos todo lo que de queremos-
- Es comida para gatos- Sintió como hacia un gesto de disgusto - Quiero a mi compañero- Repitió- En estos instantes puedes estar llevando sus crías- Inconscientemente se llevo la mano al estómago – Tienes que dejar que te muerda, tendríamos cachorros adorables- Le envió la imagen de un pequeño rubio con ojos azules – No hablabas en serio cuando dijiste que lo separarías de nuestras crías ¿Me equivoco? No después de saber en carne propia lo que es crecer sin un padre – Maldita loba manipuladora-
- Numero uno, aun es muy pronto para saberlo y numero dos… -
- Lo estas considerando, ¿verdad? – Bufo, no respondería esa pregunta. Se dio la vuelta para quedar de medio lado, tantas emociones la habían dejado agotada -
- ¿Crees que le ganaremos? – Pregunto luego de pasar un rato en silencio. Pensando únicamente en lo que ocurriría al amanecer-
-La destrozaremos – Respondió instantáneamente. Le gusto la confianza que desprendía su voz –
- ¿Cómo estas tan segura? La única vez que peleaste con otra loba te pateo el trasero-
-Te pateo el trasero a ti, niña estúpida- Ataco- Y eso paso porque en ese entonces no te alimentabas correctamente, al final solo comías lo que podías pescar con tus manos, y de nuevo, ESO ES COMIDA PARA GATOS-
-Te has convertido en un gran perro berrinchudo ¿No te parece? –La sintió bufar- Olvídate de la comida y dime la verdad ¿Tendremos, aunque sea una oportunidad de ganarle? – Espero una respuesta que nunca llego, su loba se volvía muy silenciosa con algunos asuntos. Estaba a punto de quedarse dormida cuando una voz profunda taladro su cerebro –
- ¡Perderá la cabeza! –
Con ese ultimo pensamiento se quedo profundamente dormida. Despertó unas horas más tarde, la lluvia se había detenido y el sol aun no se asomaba por el horizonte. Calculo que aun tenia tiempo para pasar por la cabaña por un pequeño bocadillo y un cambio de ropa. Tomo el teléfono y salió corriendo a toda velocidad. Aún tenía muchas dudas con respecto a Naruto, no sabía que pasaría mañana, de lo que si estaba segura era que la cabeza de Kurenai colgaría en sus manos antes del mediodía. Ese pensamiento le acelero el corazón. Aumento la velocidad hasta detenerse a unos metros de su cabaña, dio una fuerte inhalación, pero no encontró ningún aroma sospechoso. Haciendo uso de sus habilidades, ingreso por la puerta trasera con todo el sigilo del mundo, el reloj de la cocina marcaba las cuatro menos diez de la mañana, y eso significaba que todavía no era necesario despertar a Konohamaru, Hiwa o el idiota de Naruto.
Subió las escaleras a toda prisa, dándole una leve mirada al gran cuerpo del rubio, quien dormía plácidamente en uno de los sillones. Ingreso al cuarto de Konohamaru y parte de la tensión que venia acumulando desapareció en cuanto lo vio dormir en la enorme cama. Sus manos picaban por acariciarle el rostro, pero no quería interrumpir el descanso del pequeño. Le envió un beso desde la distancia y entro al cuarto de baño. Se desnudo rápidamente y tomo esa ducha caliente que tanto necesitaba.
Sus músculos se relajaron de manera instantánea. Alejo cada uno de los pensamientos que la atormentaban, lo mas importante ahora era idear una estrategia, algo simple y efectivo para ganarle a Kurenai. Salió de la ducha diez minutos mas tarde, en su cabeza solo existía un objetivo. Konohamaru seguía en la misma posición, pero ahora estaba envuelto en una frazada, el leve aroma a pizza caliente inundo la habitación y supo que Naruto, además de dejarle una muda de ropa seca en la cama, se tomó el trabajo de arropar al pequeño y de calentarle comida.
Desconfiaba de sus intenciones, sin embargo, Konohamaru estaba ileso.
Se vistió rápidamente y bajo hasta a la primera. Naruto la esperaba en el comedor, con un semblante casi igual de serio que el de ella y con dos pizzas calientes servidas esperando por ella.
Tomo asiento, mastico cada rebanada en silencio, con la mirada centrada en la comida. Naruto no dijo ni una palabra y ella lo agradeció, todavía no se sentía preparada para confrontarlo. Devoro todo en un par de minutos, sentía mucha hambre, el atún no había servido para calmar su apetito.
-Comida para gatos-
- ¿Quieres callarte de una vez por todas? –
- ¿Disculpa? - Maldijo entre dientes cuando noto que había dicho eso en voz alta-
-No es contigo, mi loba se pone intensa con algunas cosas –
- Entiendo- Era la primera vez que le hablaba de su lado salvaje, él nunca había preguntado sobre ella- Siempre sentí curiosidad por tu loba-
- Pero jamás te atreviste a preguntar- Le hizo un ademan con la mano para que no respondiera nada- Ahorita no quiero hablar del pasado, ya tuve suficiente de esa mierda. Hablaremos de ello cuando estemos mas tranquilos-
- ¿Eso significa que te quedaras aquí? –
- Si lo que hicimos resulta con un par de cachorros corriendo por allí- Tomo aire, costaba mas decirlo en voz alta. Naruto contuvo la respiración- Nos quedaremos definitivamente, no sería justo ni para ellos…- Trago saliva- Ni para ti… -
- ¿Y si no…? –
- Si no hay cachorros, será Konohamaru quien decida cuando nos iremos de aquí –
- ¿Y si él quiere quedarse para siempre…? –
-Nos quedaremos para siempre- Él dio un fuerte asentimiento-
- ¿Qué hay de nosotros? – Sintió ganas de llorar con esa pregunta – Podemos irnos de aquí cuando quieras, Kurenai no será una molestia nunca más. Viviremos en un lugar donde su maldad jamás nos alcanzará –
-Tenemos mucho tiempo para descubrir si todavía existe un "nosotros" entre tu y yo-
- Eso es una mierda, te amo Hinata siempre lo he hecho, viviremos juntos tú, Konohamaru, yo y nuestros cachorros – Eso le apretujo el corazón. Miro sus ojos en busca de respuestas y quedo cautivada con esos ojos azules que siempre la habían perseguido – Nosotros, siempre nena-
-Dame tiem… - Sus labios fueron silenciados por un beso que no vio venir. Intento contenerse, pero los labios de Naruto la sedujeron hasta que no le quedo otra que responder. Enredo sus manos en el cabello para unirlo mas a ella, necesitaba todo lo que él quería darle. Sus lenguas hicieron contacto y mando toda la logia al diablo, ella lo quería e iba a tenerlo. Las manos de Naruto se posaron en su cintura y la levantaron hasta sentarla en la mesa del comedor.
Naruto estaba en las nubes, llevaba deseándola toda la noche e iba a tenerla allí, sobre la mesa, como si fuera su comida favorita. No perdió el tiempo y le levanto la blusa blanca que llevaba, solo despegando sus labios unas milésimas de segundos, deberían ser muy silenciosos, no quería despertar y de paso traumar al niño o a Hiwa. Se le hizo agua la boca cuando noto que ella no tenía nada debajo, había oído que las humanas usaban algo que llamaban "Brasier" para cubrir sus senos y agradecía a todos los dioses que su hembra no hubiese adoptado esa costumbre. Definitivamente ella podría alimentar una camada entera, sus senos eran un poco más grandes de lo que recordaba y estaban adornados con unos picos rosados que lo tentaban a cada segundo. Despego sus labios unos instantes para probar la intensidad de sus sonidos, rozándole los pezones con la punta de los dedos. Hinata dio un leve gemido que hizo que las bolas se le apretaran, listas para vaciarse en su interior. Le mordió el lóbulo de la oreja y aquello la hizo gemir un poco más fuerte-
-Shh nena, o nos van a descubrir- Ella asintió, posando la frente entre la unión de su cabeza y cuello. Aquello lo puso a mil, era una clara señal de sumisión. Apretó sus manos y ella lo mordió sobre la ropa, no con sus colmillos, pero si con los dientes planos. Bajo una de sus manos hasta el interior de sus bragas y casi cae de rodillas al descubrir la tibia humedad de su coño– Te voy a lamer hasta que te corras en mi boca y luego te follare, pero tienes que hacer mucho silencio nena, o podríamos traumar a los jóvenes de por vida ¿Entiendes? - Asintió sobre su hombro- Dímelo- Ordeno, dibujando lentamente el contorno de sus labios inferiores. Hinata tembló entre sus brazos- Dime que tienes que ser muy silenciosa mientras te como entera, dímelo- Evito el clítoris a propósito, quería hacerla enloquecer de placer –
-Por favor- Dijo temblorosamente- Cómeme entera- Mas que una súplica, sonó como una orden, pero poco le importo. La recostó sobre la mesa, se deshizo de sus molestos pantalones, y dejo caer pesadamente sus rodillas sobre el suelo. La vista del coño mas hermoso del mundo le dio la bienvenida. Inhalo el perfume de su hembra y sintió como una gota preseminal se escapaba de la punta de su glande. Dos décadas de abstinencia le estaban pasando factura. Sacudió la cabeza alejando esos pensamientos. Utilizo dos dedos para separar, dejando a la vista aquel agujero que el destino había preparado únicamente para él -N-Naruto d-date prisa- No se hizo rogar más. Poso sus labios en aquella protuberancia y chupo, el sonoro gemido femenino fue su recompensa-
-Shh…-
-L-Lo lamento – Espero unos segundos antes de continuar, agudizo su audición, pero lo único que podía captar era el sonido de sus respiraciones agitadas- D-Dame tu camisa- No le pregunto nada, se la quito tan rápido que los botones salieron disparados, Hinata se incorporo y la tomo con los dientes, iba a recostarse, pero se lo impido-
- No, mírame mientras de devoro- Sus ojos se pusieron rojos de deseo. De forma rápida le separo las piernas y enterró la cabeza en su paraíso personal.
Hinata mordió tan fuerte la tela que su mandíbula protesto. Naruto chupo y lamio su clítoris tan duro que a los pocos segundos ya la tenían lloriqueando de placer. La lengua cálida le acariciaba de arriba a bajo y luego sus labios se cerraban alrededor del capullo. Era demasiado, sus caderas se movieron solas pero las manos de Naruto al interior de sus muslos no le dieron mucho espacio. El rubio gruño sonoramente y eso fue suficiente para hacerla explotar en mil pedazos. Grito y, si no hubiera sido por el beso del rubio, estaba segura que hasta su padre los habría oído. Se sintió avergonzada por lo rápido que había llegado.
-Te dije que guardaras silencio nena, me has desobedecido y eso no se hace- El tono ronco logro encenderla de nuevo - ¿Quieres tu castigo? – Asintió, hipnotizada por ese aspecto seductor que nunca había visto él – Tu lo has pedido - En un parpadear la hizo girar y ahora estaba bocabajo, bajo el control absoluto de un macho que parecía expulsar testosterona por cada uno de sus poros.
Naruto se alejo lo suficiente como para desabrochar sus pantalones y su polla salto libre, hinchada y húmeda. Pensó en los preservativos que tenia en uno de los bolsillos de su bolsillo trasero, pero desecho la idea de inmediato. A Hinata no le desagradaba la idea de tener muchos hijos y a él tampoco. Con una mano la mantuvo abajo mientras que con la otra se agarro la base de la polla. Busco el agujero correcto y la sintió temblar. Lo encontró de forma rápida y decidió que jugaría un poco con ella. Esparció los fluidos que desprendían su coño de arriba hacia abajo, desde el agujero prieto de su ano, hasta el clítoris y de vuelta. Lo hizo un par de veces antes de sentir como su coño convulsionaba y ella se tensaba ¿Acaso se había…? ¿Sin penetrarla? Eso Elevo su ego por las nubes.
Si antes estaba avergonzada ahora no podía levantar la cabeza de la mesa. Era patético que se corriera dos veces en menos de cinco minutos. En su defensa, sentir el glande del rubio paseándose por toda su zona intima, fue demasiado para su hipersensible cuerpo. Mordió su propia lengua para evitar cualquier sonido que quisiera salir de su garganta. A penas se estaba recuperando cuando noto como su coño era invadido por algo grueso y caliente.
Naruto espero unos segundos antes de tomar su polla y acomodarla en el lugar correcto. Empujo lentamente, dejando que ella se acostumbrara a su anchura. Estaba muy estrecha e hinchada. Tenía que ir despacio, aunque todos sus instintos le incitaran a penetrarla de un solo embiste. Su interior lo envolvió como un guante de seda y se sintió entre el cielo y el infierno. Salió uno centímetros y la volvió a penetrar. Hizo esto varias veces hasta que estuvo asentado en el interior. Le estaba tomando todo su autocontrol no correrse antes de dar la primera envestida. Dio un par de respiraciones profundas, tratando de recuperar un poco de autocontrol, sin embargo, algo sucedió. El coño alrededor de su polla empezó a convulsionar y solo eso basto para que sus bolas se tensaran. Ahogo en lo más profundo el gruñido que broto de su garganta tras vaciarse en su interior.
Joder.
Tres.
Ese número la perseguiría para siempre.
En su defensa su época de sequía había durado dos décadas. Cuando llegaba esa época del mes, un consolador y mucho tiempo a solas eran la perfecta compañía. Cada vez que un macho se le acercaba con esas intenciones inconscientemente los repelía o de llano no levantaban en la más mínimo su curiosidad. Además, no es como si tuviera muchos pretendientes por ahí. ¡Es más! En cierta ocasión Shino le menciono que su olor no resultaba tan atractivo como el de cualquier otra hembra. Antes de golpearlo por atreverse a insultarla de esa manera, le explico que ella siempre olía como si llevara follando con el mismo macho todos los días.
Lentamente la neblina sexual se disipo. Naruto permanecía inmóvil, todavía dentro. Algo curioso teniendo en cuenta que de joven nunca dejaba su semilla se mezclara con ella. Tampoco usaba preservativos, pero siempre tenía la sensatez de terminar por fuera. Sensatez que había perdido en sus últimos encuentros.
- ¿Sigues viva, nena? Porque yo siento como si mi cerebro se hubiese ido junto con mi semilla – La sexy voz ronca provoco un escalofrió placentero en toda su columna vertebral- Tres veces ¿eh? –
Hinata inflo los mofletes.
-Has tenido tiempo para practicar, es normal que hayas mejorado, después de todo han sido muchas después de yo ¿Me equivoco? - Se mordió la lengua en cuanto hizo la pregunta. No es como si le importase con quien había estado revolcándose durante las dos últimas décadas ¿O sí? -
- ¿Son celos lo que alcanzo a distinguir en tu tono de voz? – Tuvo el descaro de reírse- Tal vez han sido unas cuantas ¿Quién lleva la cuenta en estos días? –
- ¿Cómo te atreves? – Hinata movió el cuerpo hasta que pudo sacarlo de su interior. Naruto miro el interior de los muslos femeninos y quiso aullar de felicidad. Llevaba muchas décadas imaginando como se vería su semilla marcando el interior de su hembra. Hinata se sentó hasta quedar frente a él, lucia molesta, muy molesta en realidad, pero pudo notar que parte del odio había desaparecido – Dime con cuantas- La exigencia le sorprendió- Quiero sus nombres- Quería jugar un poco con ella, sin embargo, todo el cuerpo femenino permanecía tenso, listo para atacar e ir a por su garganta en cualquier momento-
-No juegues con una hembra que está en celo-
Trago saliva ante la advertencia.
- Me ofende que si quiera lo dudes nena, solo has sido tú, siempre has sido tu – Acuno el rostro femenino y unió sus labios, creía que lo iba a rechazar, pero empezó a responder el beso lentamente- Dime tu con cuantos – Se atrevió a preguntar luego de separar sus labios unos instantes – Quiero sus nombres- Hinata bufo y ahora fue ella quien inicio el beso, espaciosamente, saboreándolo, reconociéndolo-
- Cero- La oyó murmurar- Los otros hombres…- La interrumpió, devorando su boca con avidez- Olían a vomito para mí – Se situó entre sus piernas- ¿Y tú? – Hinata soltó un suspiro tembloroso en cuanto sintió como su polla respondía, poniéndose dura al instante -
- ¿Vomito? - Rio entre dientes – Las hembras se convirtieron en un trozo de mierda, jamás pude ponerme duro de nuevo. Solo cuando soñaba contigo volvía a sentirme vivo – Bajo sus caderas, empujándose hacia adelante, perdiéndose en el cálido interior. Ni siquiera tuvo que guiarse, parecía que su miembro conocía cuál era su lugar favorito en el mundo – Trata de no hacer ruido – Advirtió antes de empezar con esa danza tan antigua como el tiempo. No le tomo mucho tiempo terminar a ambos, imaginaba que tantos años de "sequia" también le estaban pasando factura a ella; solo habían bastando un par de embestidas profundas y ya temblaba entre sus brazos –
- Tenemos que parar, ya casi es hora – Gruño con disgusto, quería quedarse así para siempre –
- ¿Tienes que ser tú? Es obligación de Hiashi repartir el castigo a cualquiera de sus miembros-
-Sabes que el lobo de Hiashi no lastimaría a Kurenai de ninguna manera- Hinata le dio un leve empujón. Captando la indirecta, salió de su interior, se puso los pantalones y se sentó en una silla, siguiéndola con la mirada mientras ella se vestía - Además, no voy a castigarla de esa forma – Esto lo puso en alerta – Seria muy poco para lo que ella se merece –
- ¿A qué te refieres con eso? -
-La voy a retar…- Respondió secamente- La voy a humillar en frente de todos y cuando llegue el momento le arrancare la cabeza-
Hinata miro a Naruto, dejando sus palabras en el aire. Las marcadas ojeras y el cuerpo demacrado solo confirmaban lo que le había dicho antes; él también sufrió con su ausencia. Le sorprendió mucho que reconociera que él tampoco había podido seguir con su vida. En ocasiones se sentaba a imaginar como seria la vida de Naruto y siempre lo veía rodeado de cachorros al lado de una hembra hermosa. Un gran peso se levanto de su interior al saber que no fue así.
-No lo vas a hacer- La voz de Naruto la trajo al presente - ¿Me estas prestando atención? Te prohíbo siquiera pensar en retar a Kurenai- ¿Él no estaba diciendo eso verdad? - Tu papel es simple, solo tienes que ir y castigarla, ella no podrá defenderse-
-¿Y luego que?- Interrumpió, con la mandíbula apretada- ¿Cortarle la cabeza con un simple golpe? -Negó- Muy fácil-
-Explícate- Algo en su interior le grito que no tenia porque hacerlo-
- Toda esta gente estará reunida en el mismo lugar ¿Eso no te trae recuerdos? – Soltó una carcajada amarga – Estaremos rodeados de las mismas personas, así como la última vez que te vi-
-¿De que estas hablando? Si esto tiene algo que ver con lo que te dijo Kushina…-
- ¿Quieres saber lo que tu madre me dijo? – No lo dejo responder- Bien, simplemente me conto que ella es la causante de gran parte de la mierda por la que pase- Eso logro aturdirlo- Estoy tan enojada que la idea de matar a Kurenai de esa manera me parece tan… ¿Insulsa? Si esa es la palabra- Naruto palideció- Iré hasta allí y la retare, no solo por Hiwa, también por mí. Hoy, por primera vez en mi vida, pude reflexionar con claridad y llegué a la conclusión de que yo no merecía nada de eso, toda esa mierda por la que pasé- Negó con la cabeza – Yo no lo merecía, ni tu tampoco. Alguien tiene que pagar, en el mundo tan cruel en el que nacimos la sangre se paga con sangre ¿Verdad? – No espero a que respondiera- y Kurenai ya derramo mucha de la mía, así que ahora es mi turno. Una muerte tan rápida suena casi como una recompensa comparado con todo lo que me hizo-
- ¿Y entonces qué? -Dijo después de un rato- Iras allí y la retaras ¿Acaso has enloquecido? Kurenai es la perra Alfa, la más fuerte, no tendrás oportunidad – Sus palabras dolieron como si una barra de acero la hubiese atravesado por la mitad -
- ¿Tan poca fe tienes en tu jodida compañera? – Aunque Naruto tenia un punto, ni siquiera ella misma sabía si podría salir viva -
- Nena, no estoy diciendo que no seas fuerte ¡Ya me has pateado el trasero! Pero Kurenai es totalmente diferente- El hedor de la preocupación llego a sus fosas nasales. Naruto estaba preocupado por ella, por su seguridad- Si algo te pasa yo…- Lo vio tragar saliva y corrió a abrazarlo. Una fuerza en su interior le obligo a hacerlo. No podía soportar la idea de que Naruto sufriera; ese pensamiento le hizo entender que tal vez él estaba sintiendo lo mismo que ella – No lo soportaría, no soy tan fuerte- Naruto enterró la cabeza en su cuello -
-Minato me conto algo acerca de mí, algo que yo también desconocía – El rubio levanto la cabeza, uniendo sus frentes-
- ¿Sí? ¿Qué te dijo el líder del clan Namikaze? – Acaricio su corta cabellera, Naruto casi ronroneo entre sus brazos -
- Es una historia larga, me temo que no tenemos tiempo- Beso quedadamente su mejilla- En resumidas cuentas, dijo que yo podría ganarle sin muchos inconvenientes – Naruto soltó un gemido lastimero – Y yo le confió en él-
-Pero yo no-
- ¿Y en mí? ¿Confías en mi Naruto? ¿Confías en mi fuerza? – Lo miro a los ojos – Se que puedo ganarle, tengo confianza, pero si tu no… si tu no confías en mi –
-Lo hago nena, siempre lo hare – Lo abrazo con fuerzas renovadas, era lo único que necesitaba- Se que vas a ganar, no tengo dudas, confió en tu palabra, pero si Kurenai hace algo sucio yo mismo saltare sobre ella y le arrancare la cabeza -
-Naruto si algo malo me pasa, quiero que…- La beso para acallar cualquier inquietud. No quería ni siquiera pensar en malos escenarios – Por favor… cuida de Konohamaru- Naruto abrió desmesuradamente sus ojos- Se que aun no estoy lista del todo para este asunto de los compañeros, pero se que puedo confiar en ti- El rubio no supo que responder en ese instante, por lo que opto por abrazarla hasta sentir sus brazos entumecidos –
-Es un buen chico- Dijo con voz ronca, tratando por todos los medios de no delatar lo mucho que sus palabras significaban para él – No me tomara mucho tiempo amarlo como si también fuese mío- Confeso- Lo cuidare con mi vida, pero eso no significa ni de cerca que tengas permitido perder ¿Entiendes? –
-Mi mami no perderá- Konohamaru miro entre divertido, y fastidiado como su madre, y aquel sujeto, se ponían tan pálidos como una hoja de papel- No importa quien sea, mi mami ganara- Arrugo su pequeña nariz cuando un olor nauseabundo le llego desde la cocina- ¿Mami porque huele tan mal? ¿El señor Naruto ha quemado el desayuno? –
-No huele a mal Konohamaru- Su tía hizo acto de presencia, dejando al par de adultos aún más pálidos – Ellos simplemente estaban…-
-Horneando pastel jajaja- El macho rio nerviosamente. Abriendo la ventana de la cocina- y tienes razón Konohamaru, se ha echado a perder-
-¿Los humanos lo llaman así?- Le pregunto Hiwa a una Hinata que literalmente se había quedado de piedra en el mismo sitio - Hornear el pastel…-
-¡Yo también quiero hornear el pastel!- Grito Konohamaru, sacándola del limbo en donde había caído –
-¡Aun eres muy joven para hornear el pastel! – Se llevo una mano a la boca tan pronto lo dijo –
-Pero tú lo has hecho con el señor Naruto- Las mejillas de Hinata se colorearon- ¡Yo quiero hornear el pastel con ustedes! –
- Nadie horneara pasteles Konohamaru- Oculto su rostro entre sus manos – y Hiwa ¡Él es muy pequeño para saber sobre esas cosas! –
-Perd…-
-¡Yo ya soy un niño grande mamá! ¡y quiero hornear el pastel! –
-¡Ya te dije que no…!- Naruto soltó una enorme carcajada. Trato de contenerla, pero la situación era tan ridícula que no pudo hacerlo al final. El ambiente tan familiar le calentó el corazón, eso era lo que llevaba anhelando desde décadas atrás; una cocina ruidosa llena de cachorros de todas las edades gritando y parloteando por todo el lugar-¡No te rías! ¡Tienes que ayudarme! -
-Si… como digas nena…- Por primera vez en muchísimos años pudo decir que finalmente estaba en casa, en su hogar- Lo que quieras-
Hiashi miro a todos y cada uno de los presentes desde la entrada principal de su casa, alrededor de doscientos cambiantes estaban reunidos en ese lugar con el único fin de ser testigos del castigo que se le impartiría a uno de sus miembros. Era una regla inquebrantable, así nadie se osaría a cuestionar sus decisiones, por eso los visitantes también eran obligados a participar.
A lo lejos pudo observar a Minato y Kushina, y aún más a la distancia pudo observar a Hinata con Naruto que, para sorpresa de muchos, cargaba en brazos a un pequeño castaño. Sus hijos menores permanecían en las plantas superiores viendo el panorama desde las ventanas bajo el cuidado de Hanabi, solo Sota permanecía al lado de Kurenai en una postura protectora. Hiwa, quien había llegado con Hinata, estaba a su lado, removiéndose incomoda; consiente de que todas las miradas recaían sobre ella.
-Bien, creo que ya estamos todos- Hablo fuerte y claro – Como sabrán, siempre que se reúne a todo cambiante presente en la manada es porque un miembro infringió las normas y necesita ser castigado- Escucho varios gruñidos de aprobación- No estamos aquí para juzgar a nadie porque yo mismo soy fiel testigo de todo lo que paso, así que el veredicto ya esta dictado, el acusado, o la acusada en este caso, deberá asumir las consecuencias de sus actos como cualquier miembro de la manada ¡No hay excepciones!-
- ¡Sin excepciones! - Gritaron al unísono-
- Bien- Asintió complacido- Ahora bien, comentare lo acontecido; el día de ayer una loba no solo desobedeció una orden directa, sino que intento segar la vida de una de mis hijas- Sonaron varios murmullos de desaprobación ¿Quién en su sano juicio se atrevería a atacar a una de las hijas del Alfa? – Hiwa fue atacada de manera brutal por alguien aquí presente- Miro a su compañera escondida en la espalda de su hijo mayor- Kurenai como ya dije; esto no es un juicio, da un paso al frente y enfréntate a tu castigo – La peli-negra obedeció, actuando sospechosamente sumisa, pero fue retenida por su hijo-
-Con todo el respeto que te mereces, padre, estas cometiendo un error, mamá nunca lastimaría a ninguno de sus hijos, así que yo tomare su lugar- Eso no lo sorprendió, era algo que ya esperaba-
- Esta vez no será un simple castigo, hijo mío, atentar contra la vida de otro sin justificación alguna, solo tiene una condena- La manada entera quedo en silencio
- ¡No puedes estar hablando en serio! ¡Es tu compañera!
- ¡Trato de matar a mi hija! ¡A tu hermana! –
- ¡Tiene que haber un error! - Miro a Hiwa- ¡Di la verdad! Te ordeno que lo hagas ¿Acaso vas a hacer que tu nuestro padre cegué la vida de nuestra madre en frente de todos? – Ella se encogió, temblando de miedo- Eres una mentirosa, retráctate de tu palabra pequeña perra mentirosa –
- ¡Suficiente! – Solo un gruñido ensordecedor – Yo no cegare la vida de nadie, aunque me duela en el alma las acciones de tu madre deben tener una consecuencia –
- ¿Entonces quién? Si no eres tú, soy yo y ten por seguro que jamás…-
- No te pediría algo así- Eso alivio una pequeña parte de la tensión – De igual manera eso es algo que no te corresponde-
- ¿De que estas hablando? ¡Yo soy tu primogénito! –
-Eso no es verdad- Las facciones de Sota se endurecieron- Gústele a quien le guste, ese título no te corresponde-
Hinata estaba cansada de todo y de todos, por fuera mantenía un semblante tranquilo y hasta dócil, pero la ira bullía en su interior. El intercambio de palabras entre machos solo sirvió para aumentar su temperamento; ella no necesitaba nada de eso. Lo único que necesitaba era ir hasta Kurenai y arrancarle la cabeza de una vez por todas, y lo iba a hacer de un modo u otro.
-Quédate con Naruto cariño, es el único en el que puedes confiar, no te separes de él- Miro a Naruto y este le dio un leve asentimiento de aprobación- Volveré enseguida- No dijo más, camino ignorando las miradas solo concentrándose en su presa. Sentía a su loba ir y venir, tan ansiosa como ella misma.
-Te reto… - Saboreo las palabras, tantas veces sin poder decirlas. Tantas veces conteniéndose-
- ¿Disculpa? – Kurenai salió de su escondite, con una sonrisa pintada en el rostro - ¿Qué te hace pensar que tienes ese derecho? –
- ¿Tienes miedo de perder contra una bastarda? – Ella bufo – Olvídate de la sentencia, olvídate de Hiwa, tú y yo, gana la última que quede en viva – Aquello fue suficiente para alentarla, se imaginó que su muerte era lo que ella siempre había deseado. Hiashi no podía interferir entre un reto donde solo el vencedor saldría con vida –
- ¿Después de que acabe con tu existencia quedare libre? Sin repercusiones…- Miro a Hiashi – ¿Lo prometes? – El macho no respondió -
- Yo era tu verdugo, yo te cortaría la cabeza- Camino hasta quedar frente a ella- Pero decidí que eso sería muy fácil, no mereces una muerte tan idílica-
- Puedo decir lo mismo- Parecía muy confiada- Acepto tu reto niña, pero no tendré ningún tipo de piedad, te arrancare la cabeza y luego disfrutare del sufrimiento del pequeño bastardo que está en brazos de Naruto- Que se hubiera fijado en Konohamaru puso todos sus sentidos en alerta-
- ¿Piel o pelaje? – Pregunto con un gruñido –
- ¿Te sientes generosa? – Kurenai no era tonta, su loba era fuerte pero no había podido contrarrestar el ataque de Hinata – Elijo piel, así tendré la satisfacción de verte sufrir más -
- Bien, lo haremos ahora mismo. Nadie tendrá el derecho de intervenir –
- ¿Por qué? ¿Eso te trae recuerdos? - La estaba provocando, lo sabía. Sin embargo, no caería en sus juegos –
- ¡Kurenai ya ha hecho su elección! – Grito para que cada uno de los presentes oyera – ¡Abrid un círculo! – Curiosamente todos obedecieron. De forma rápida fueron rodeadas por cientos de miradas curiosas – Da la orden cuando quieras- Miro a su padre –
- Las reglas son simples, dientes y garras. Nada de cambios, si alguien cambia el combate se detendrá y saldrá como vencedora la otra, a menos que esta también decida cambiar – Bufo, sentía que era mucha burocracia para un combate que al final de cuentas seria todo menos limpio – Comiencen cuando quieran, y que gane la me…-
Kurenai no lo dejo terminar, corrió con todas sus fuerzas hasta propinarle un puño que la hizo retroceder unos metros. A penas y pudo esquivar el siguiente golpe, agachándose justo antes de impactar en su mejilla. Aprovecho el leve descuido para desenfundar sus garras y darle un golpe en el mentón con la palma semiabierta, haciendo que el cuerpo de Kurenai se elevara unos cuantos centímetros del suelo, obligándola a retroceder.
La sangre de la loba se escurrió entre sus dedos. Vio la herida en su mentón y no le sorprendió en lo más mínimo que esta empezara a cerrarse casi de forma instantánea. Sonrió ladina, llevándose los dedos a los labios, en un claro gesto de provocación. Kurenai lleno sus expectativas lanzándose de lleno otra vez contra ella, permitió que le diera un puño de lleno en la cara solo para comprobar que tan fuerte se había vuelto con el pasar de los años. Su cuerpo retrocedió, algo que logro desestabilizarla por lo que fue tomada del cuello. Sintió otro golpe en el estómago seguidos de muchos más, su zona inferior fue la que se llevó la peor parte; Kurenai no tuvo piedad clavándole las garras una y otra vez en el abdomen. Solo se defendió cuando sintió como sus dedos se hundían y revoloteaban en su carne, buscando ocasionar daños internos que tardarían más tiempo en sanar. Le tomo la muñeca que aún permanecía en su parte baja y apretó tan fuerte, que sintió como los huesos se partían en varios pedazos. Kurenai gruño, retrocediendo instintivamente por el dolor.
- ¡Pagaras por esto! – Sabia que no le permitiría sanar. Era una loba que jugaba sucio-
- ¡Ven! - Era su turno de atacar. Kurenai la envistió por tercera vez, pero contrario a las dos primeras, esta vez permaneció en el mismo lugar, apretó cada uno de sus músculos, el impacto no logro moverla ni un centímetro. Haciendo uso de su fuerza le enterró las garras en la cintura y la clavo contra el piso. La loba callo boca abajo, valiéndose de esto, se puso de pie y le piso cabeza con todas sus fuerzas. Ejerció tanta presión que Kurenai se retorció de dolor. Sonrió satisfecha, dando unos pasos hacia atrás, permitiendo que se levantara. - ¿Te has cansado? – Casi soltó una carcajada al verla escupir tierra revuelta con sangre y saliva –
- ¿C-Como te atreves? – Otra vez ataco, pero no le permitió ir muy lejos, logro esquivarla antes de que sus cuerpos colisionaran, sin embargo, Kurenai giro rápidamente, agarrándola por sorpresa en un abrazo de oso. Ahora fue su cuerpo el que se elevó por los aires. Con el pasar de los segundos sintió como sus órganos eran aplastados por una fuerza brutal, eso era malo, muy malo. Se removió en busca de oxígeno. Empezó a ver todo borroso y justo cuando creyó que se iba a desmayar pudo liberar uno de sus brazos, sin perder tiempo, y haciendo acopio de todas sus fuerzas, apoyo la mano libre en uno de sus hombros logrando encestar un buen cabezazo en el puente de la nariz. El golpe fue tan fuerte que un hilillo de sangre escurrió por su frente, pero no lo suficiente para que la liberar. Kurenai gimió de dolor y ella aprovecho el aturdimiento para darle un cabezazo más, seguido de otro y de otro hasta que por fin pudo ser libre.
En el instante en el que sus pulmones se llenaron de aire nuevamente decidió que ya era tiempo de dejar de jugar. Kurenai aún estaba tratando de recuperar el aliento cuando se le lanzo encima. Sonrió con satisfacción en el instante en que sus garras desgarraron la parte blanda de uno de sus hombros, la herida era honda, pero no lo suficiente, por lo que la ataco otra vez, esta vez asestando un buen golpe en el estómago. No la dejo tomar otro aliento antes de desgarrarle arriba de los senos, para después impactar con una de sus garras el rostro de la loba más vieja. Kurenai no podía hacer nada para defenderse, las heridas sangraban escandalosamente y sabia por experiencia que tan rápido se debilitaba un cambiante cuando la hemorragia era tan profunda que no podía ser contenida. Sin embargo, ella se merecía eso y mucho más, por lo que opto por desangrarla en frente de todos antes de darle el golpe de gracia.
-Creí que una perra Alfa sería la más fuerte de todas – Se limpio la sangre en la ropa – Veo que me equivoque- Ataco tan rápido que no le dio tiempo a reaccionar-
Kurenai intento esquivar el siguiente ataque, pero su puño logro impactar de lleno en el estómago. El cuerpo de la loba se dobló por el impacto y ella le propino un buen rodillazo en el mentón. Sonrío con autosuficiencia cuando la peli-negra cayo de espalda a unos metros, sin poder levantarse. Camino hasta ella y se dejó caer a ahorcadas sobre su pecho. Kurenai profirió un sonido ahogado. Se levanto un poco para permitirle tomar aire, no quería que todo terminara tan rápido.
-Dime, Kurenai ¿Qué se siente tener a alguien encima tuyo tratando de asesinarte y que tu no puedas hacer nada? – Ejerció más presión sobre su cuerpo, el rostro de Kurenai rápidamente adquirió un tono rojizo – Ahora entiendo un poco porque te gustaba tanto torturarme, no puedo negarlo, es divertido tener a alguien más débil sangrando bajo tus garras, la sensación es casi tan placentera como follar con tu compañero – Otra vez le permitió tomar una bocanada de aire- Eres una mala hembra Kurenai y hoy por fin pagaras por todo lo que me hiciste y por todo lo que le has hecho a tu hija – Golpeo repetidamente el rostro de la loba hasta dejarlo tan ensangrentado como una bola de carne – Te concederé un último deseo Kurenai ¿Cómo quieres morir? – Rio dándole un último puño - ¿Asfixiada? - Apretó su cuello por varios segundos, luego la soltó - ¿Desangrada? Paso sus garras muy cerca de la yugular – ¿O decapitada? – Enterró las garras en la base del cuello de Kurenai-
- ¡S-Suel…tame! – Kurenai se movió desesperadamente bajo su cuerpo, sabía que no podía hacer mucho para sacársela de encima-
- Respuesta incorrecta- Se puso de pie y la obligo a quedar sentada, lentamente camino hasta que sus rodillas hicieron contacto con la espalda de Kurenai – Vaya, quien diría que lo último que ibas a ver era el rostro impotente de uno de tus hijos y la mirada fría e indiferente de tu compañero- Se dejo caer de rodillas – Últimas palabras – No la dejo decir nada, rodeo su cuello en un agarre mortal antes de que pudiera tomar aire. Sintió como la tráquea se aplastaba bajo sus brazos, Kurenai pataleo, le clavo ambas garras, pero eso no sirvió de mucho, de echo solo sirvió para apretarla tanto que sintió como sus propios músculos se desgarraban por el esfuerzo- Serán los segundos más largos de tu miserable existencia- Solo un poco más, poco a poco la loba se iba quedando sin fuerzas, sintió como las garras de Kurenai se desprendían de su carne y los brazos caían inertes a su costado. No la soltaría hasta estar segura de que ya no vivía, le importaba una mierda la mirada suplicante de Sota, no había nada en el mundo que…-
- ¡Mamá! ¡Noooo! ¡Suéltala por favor! ¡No la lastimes más! – De la nada enfrente suyo apareció un pequeño castaño de ojos perlas - ¡Es mi mamá, por favor detente! – Debía ser uno de sus hermanos, el menor de todos porque tenía la misma complexión que su propio hijo. El crio lloraba desesperadamente pero no se atrevía a dar un paso hacia adelante, consiente de su propia fuerza-Es mi mami… por favor- Soltó un resoplido, los ojos del niño estaban llenos de lágrimas, por un breve instante la imagen de Konohamaru apareció en su lugar. Aquello la hizo aflojar el agarre que mantenía-
-¡Ko detente, no puedes intervenir! – Hinata busco con la mirada a la dueña de esa voz. Sabia que no era Hiwa porque la hembra allí de pie era unos centímetros mas alta, sin embargo, parecían dos gotas de agua. Estaba al lado de su gemela, pero no se atrevía a dar un paso –
-¡Mocoso! te ordeno que regreses, no vale la pena– Detrás de Hiashi se asomo un cachorro de unos catorce años. Este, a diferencia de otros cambiantes, mantenía un corte de cabello moderno, casi que rebelde. Su cabello era tan oscuro como la noche y sus ojos eran blancos como la nieve. Tampoco se le acercaba –
-¡No quiero que mami muera!-
-Si… ya lo sé…- Estaba segura de que se arrepentiría de eso, muy segura, no obstante, algo dentro de su ser le impidió dar el último golpe – Solo por eso vivirá – Libero del todo la presión que mantenían sus brazos, se puso de pie y el cuerpo de Kurenai cayo con un golpe sordo hacia atrás – No deberías estar aquí- Camino hasta quedar frente a él – Esto es un asunto entre ella y yo… - Un rugido sonó a sus espaldas, todo sucedió tan rápido que lo único que pudo hacer fue interponerse entre el pequeño cuerpo y la gran garra que se dirigía hacia ellos. El sabor cobrizo de su propia sangre inundo su boca cuando sintió como su costado era atravesado por las filosas uñas, muy cerca de su corazón-Maldición ¡Corre niño! – Por suerte el niño obedeció antes de ser arrojada unos metros por el aire, el golpe seco fracturo unas cuantas costillas, pero eso era lo de menos, ahora si estaba enojada -
Cambio rápidamente, la loba de Kurenai ataco, pero no era rival para ella. Estaba tan mal herida que solo basto un golpe seco en la garganta para tumbarla en el suelo. Ya había decidido que no la mataría, pero tenía que dejarla inconsciente al menos. Le pateo la cabeza tan fuerte que los huesos de su cráneo crujieron ruidosamente, casi de forma instantánea Kurenai cayo inconsciente perdiendo de una vez por todas el control sobre su transformación.
Solo cuando estuvo totalmente segura de que no volvería a atacar le quito la mirada de encima. Movió la cabeza y noto que nadie se atrevía a hacer un movimiento, incluso Naruto parecía congelado en su lugar, tanto así que a Konohamaru no le tomo ningún esfuerzo salir de sus brazos y correr adonde ella. Un jadeo general se escuchó por todo el lugar al agacharse y tomarlo entre sus peludos brazos. Los bracitos del niño se apretaron alrededor de su cuello y ella regreso a la normalidad.
Camino con el niño en brazos hasta donde Hiashi permanecía incrédulo.
-Tu compañera ha desobedecido- Gruño- No la matare, pero quiero sentar un precedente- Se giro y le hizo frente a toda la manada – Este es mi hijo- Dijo orgullosa- Si alguien se atreve a pensar en dañarle un pelo no dudare en partirlo en pedazos - Tal vez era su imaginación, pero varios lobos agacharon la cabeza en señal de sumisión- Si alguien se atreve a dañar a uno de mis hermanos no dudare tampoco en hacerlo trisas- Un silencio absoluto reino después de eso, le dio una leve mirada a Hiwa y está la siguió cuando empezó a caminar en dirección de Naruto. Se abrió paso entre la multitud que curiosa se estaba acercando para ver el estado deplorable en el que había dejado a Kurenai. Justo antes de llegar a donde el rubio una hembra se interpuso entre los dos- ¿Hima? -
-Hinata, eres mi hermana mayor… - No entendía la emoción en esos ojos carmesíes – Lo que hiciste allí fue tan asombroso…- Antes de poder reaccionar, su hermana agarro los mofletes de Konohamaru y empezó a hacerle morros como si fuera un bebe – ¡Oh pero que mono eres! ¡Tan apapachable! ¡Cuando padre me hablo de ustedes esto fue lo primero que quise hacer! – Dejo de hacerle mimos para centrar toda su atención en ella – No me alcanzara la vida para agradecerte lo que hiciste por Hiwa –
-¡Hima te extrañe tanto!- Las gemelas se sumieron en un profundo abrazo, como si llevaran meses sin verse –
-¡Por fin puedo abrazarte!- En cuestión de segundos eran una bola de amor fraternal. Busco con la mirada a Naruto, quien tampoco parecía entender nada de lo que estaba pasando-
-Cualquiera diría que llevan meses separadas…- El comentario hizo que se separaran al instante. Ser observada por dos rostros idénticos resulto mas perturbador de lo esperado- Lo lamento es solo que…-
-No te preocupes hermana, quizás no lo entiendas ahora, pero Hiwa y yo no hemos podido permanecer juntas por mucho tiempo…-
-Kurenai- Gruño entre dientes. Las gemelas saltaron ante su tono de voz y se obligó a calmarse – Me contaran todo más adelante, ahora solo quiero ir a mi cabaña y descansar-
-Debes estar muy cansada- Comento Hima- Pero hay algo que estas olvidando- Levanto una ceja confundida –
-¡Oh, es verdad! – Grito Hiwa, quien parecía haber recobrado bastante confianza en tan solo unos pocos minutos - ¡Ahora eres la Loba Alfa! Tienes que presentarte con todo el clan-
-Lo lamento, creo que estoy un poco mareada porque no te oí muy bien- Estaba segura que su rostro estaba más pálido de lo normal -
-No te preocupes Hinata- Hima le rodeo los hombros con un solo brazo- Yo te explicare todo lo que necesitas saber sobre ser la que manda, aunque no es algo muy difícil de hacer-
- No creo que…-
-Eres la loba mas fuerte- Dijo una voz desde la multitud - ¡Tú eres la más fuerte! - Proclamo y mas voces se sumaron-
-Wow… no se emocionen, yo no…-
-Hinata Hyūga, has retado a la loba Alfa y resultaste victoriosa- La voz de Hiashi trajo silencio en el lugar - ¿Existe alguna hembra que quiera retar a la nueva loba Alfa por su título? – Todas agacharon la mirada, incluso Kushina lo hizo, no… no… eso estaba mal… muy mal – Muy bien, esta decidido… A partir de este momento y hasta que una mas fuerte llegue, yo Hiashi Hyūga, te nombro a ti Hinata Hyūga como La Loba Más Fuerte de Todas-
Mierda…
¿En que lio estaba metida ahora?
–"Tks, cachorra estúpida"
Y ya ta… 27 hojas de Word, 14500 palabras y 26 hojas uwu todo un record para mí.
No tengo mucho mas que decir, solo que ya saben, un review equivale a una sonrisa. Nos estaremos leyendo dentro de poco.
No quiero hacer más extenso el capítulo, por lo que la zona sexy de reviews se quedara en una mención y en un ¡GRACIAS TOTALES POR TODO SU APOYO!
Gracias especialmente a estas personitas por tomarse el tiempo de leer y comentar.
amriajor, Lady Maring, norki04, Karmina, Alinita28, drako lightning, Katia, Regina Alba Blossom, NHur-chan, Lady anonimus, Emperor92, lasombralottusgmailcom, Luna Aino, Le Sofia, Llyl, mnavarrorest, Hakudoshigle, sele17, Lila, Irina Akashira, Akime Maxwell, Solo Otra Mas, Uzumaki Tsuki-Chan, eliuska20.
Los amo con todo mi corazón, estaré respondiéndoles por interno, o quizás suba un mini capitulo plus respondiéndoles, todo puede pasar.
Nos estaremos leyendo, y dejen su hermoso review; eso hace que todo el esfuerzo valga la pena.
¡Matta ne!