¡Amigos, aquí el ninja más mera onda de todo el mundo!
Chicos, aquí les traigo un fic de Saint Seiya algo inusual.
Esta vez, quiero hacer como un remake de la serie de Saint Seiya, pero esta vez incluyendo a las Saintias y los eventos del Saintia Sho.
Antes que nada, los que no lo conozcan, les recomiendo seguir el trabajo del autor "javipozos", que es un gran autor en estos temas de Saint Seiya.
Javi, si lees esto, te mando un gran saludo y espero que Athena te dé un buen hombre y si no te gustan, aun así, lo vas a disfrutar XD.
Bueno, sin más, comencemos…
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Se dice que, desde la era Mitológica, Athena, la Diosa de la Guerra y la Sabiduría, ha estado protegiendo la Tierra de posibles amenazas que la destruyan. Pero no lo hace sola.
A su lado, posee a sus 88 leales Caballeros del Zodiaco. Valientes y nobles guerreros que luchan en nombre de la justicia, arriesgan su vida para evitar que su amado planeta caiga en manos malignas.
Pero de entre todos estos, hay dos guerreros que sobresalen de estos. No son Dorados ni mucho menos de Plata. Se trataba del más bajo rango de Caballeros, los de Bronce.
Estos guerreros, que visten las Armaduras de Pegaso y Equuleus, fueron desde tiempos mitológicos los más devotos y los más valiosos para Athena, cosa que ella agradeció siempre ya que ella disfrutaba pasar tiempo de calidad con sus dos guerreros más leales.
Pasaron los siglos y nos remontamos hasta la era actual.
El siglo XX sería la oportunidad para que la Diosa Athena reencarnara nuevamente.
La niña, de nombre Saori Kido, era "nieta" del millonario Mitsumasa Kido y este tenía un orfanato donde se escogieron a 100 niños para ser Caballeros.
Aunque Saori era una niña muy egoísta y egocéntrica, maltrataba a todos los niños del orfanato, pero por alguna razón, no le hacía nada a Seiya.
Esto era extraño para los demás niños, el hecho de que la nieta de Mitsumasa Kido no le hiciese nada a Seiya ya era algo que planteaban.
Seiya, por otro lado, también notó eso cuando los demás le reclamaban esto, pero él también comenzó a sentirse extraño. Saori por algún motivo no era mala con él, todo lo contrario, era el único huérfano al que la pequeña trataba con normalidad.
Una noche, Seiya de tan solo 7 años decidió salir a dar una vuelta y en el camino se topó con la chica que había estado pensando.
- ¿Esa no es…?
- Justo al que estaba buscando.
- ¿Saori? ¿Qué haces aquí?
- Quería hablar contigo Seiya.
- Que coincidencia, yo también quiero hablar contigo.
- Vaya.
Ambos niños fueron a hablar.
-Saori, no me andaré con rodeos. ¿Quiero saber porque me tratas así?
- ¿Qué?
- Sí, a los demás los tratas bastante mal, pero por alguna razón no me haces nada.
- E-Este…
- Quiero saber por qué.
- P-Pues… - la pequeña peli lila no tuvo más opción que contarle la verdad – no sé porque, pero algo o, mejor dicho, alguien me dice que no te haga daño.
- ¿Quién te lo dice? ¿Acaso es tu abuelo?
- No, es una voz de mujer.
- Pero si no hay mujeres aquí.
- No lo sé, es una voz que viene de la nada que me dice que por ningún motivo te haga nada.
- ¿Por qué solo a mí?
- No lo sé.
- ¡Señorita Saori! – se escuchó un grito proveniente de lejos.
- Oh no, me encontró – dijo Saori.
- ¿Te fugaste?
- Sí, es que estaba aburrida mientras tomaba mis clases de piano y decidí fugarme.
- Sabes que solo harás que tu abuelo y el cabeza de mamón de Tatsumi se preocupen.
- ¡La encontré señorita Saori! – dijo el mayordomo llegando al lugar.
- ¿Tatsumi?
- Señorita, la he estado buscando todo este tiempo – dijo el señor para luego mirar a Seiya - ¿y tú qué haces aquí?
- No me mires con esa cara.
- ¡¿Qué?!
Antes de que Tatsumi agrediera a Seiya, Saori lo detuvo con un misterioso poder.
-Tatsumi, Seiya no tiene nada que ver en esto, yo misma me fugué de la Mansión.
- S-Señorita.
- Tatsumi, lo diré una última vez. Él no tiene nada de culpa – esto último lo decía con un tono de voz que inspiraba miedo, pero no era así en Seiya, esa voz realmente le hacia recordar algo, pero no sabía exactamente el que.
- L-Lo comprendo señorita.
- Bien – la voz de la niña volvió a hacer la misma y antes de irse, solo se dirigió hacia el castaño – adiós Seiya.
- A-Adiós Saori.
- ¡Es señorita Saori para ti! – regañó Tatsumi que solo se marchó junto con la jovencita.
Pasaron los días y por alguna razón, Saori y Seiya comenzaron a convivir bastante, esto era visto por Mitsumasa Kido quien al parecer se le veía algo feliz de que su nieta estuviese conviviendo con uno de los huérfanos.
Los demás chicos miraban esta escena algo rara ya que sabían cómo era Saori con ellos, pero siempre tuvieron ese pedo de que porque trataba a Seiya diferente.
Luego de que la peli lila se fue con su abuelo… o al menos eso parecía.
Resulta que Saori olvidó una de sus muñecas y cuando fue a buscarla cerca del orfanato escuchó a los huérfanos hablar.
- ¿Qué demonios te traes con la señorita Saori? – dijo un niño de nombre Jabu.
- Es cierto Seiya, es muy raro tu actitud con ella – dijo el pequeño Shun.
- No me gusta mucho esa actitud – volvió a decir el futuro Unicornio.
- Esa niña es un demonio, alguien que prácticamente nadie quiere a su lado.
Saori escuchaba todos estos insultos que venían hacia ella y muchas lágrimas se formaron en sus ojos. Tenía ganas de llorar, hasta que…
- ¡Ya basta! – dijo Seiya callando a todos – Saori no es así, se equivocan.
- ¿Por qué dices eso? – dijo el pequeño Hyoga - ¿no ves cómo nos trata? De seguro dices eso porque…
- Porque he conocido a la verdadera Saori – dijo el castaño ganándose la mirada de todos, en especial la de Saori quien miraba escondida en unos arbustos.
- ¿De qué hablas?
- Saori es alguien fuerte, que no llega a demostrar sus verdaderos sentimientos por miedo a cómo será tratada. Ella en verdad es alguien muy linda y alguien que prácticamente admiro por la vida pesada que tiene que llevar.
- ¿La vida que tiene que llevar?
- Sí – fue lo último que dijo Seiya antes de marcharse.
Saori escuchó todo y solo atinó a sonrojarse mientras pensaba las palabras del castaño.
Él la había defendido y, es más, había dicho que era linda.
Nadie en su vida le había dicho linda.
Sin querer, sus mejillas se tornaron rojas y su corazón comenzó a latir con fuerza.
La chica finalmente encontró la muñeca que había perdido, pero aun así no dejaba de pensar en las palabras del castaño.
El tiempo que se llevaban conociendo, nunca le dijo esas palabras que la hacían tener esas nuevas emociones.
Llegó donde su abuelo y durante el camino no dijo nada, pero en sí, no dejaba de pensar en Seiya por alguna razón.
Pasaron los días y llegó el día que más odiaría Saori por el resto de varios años.
La Fundación Graad mandaría a todos los huérfanos a distintas partes del mundo para su entrenamiento como Caballeros.
Saori fue muy afectada emocionalmente, no precisamente porque los chicos se fueran del lugar, sino porque el único chico que consideraba su amigo, se iría lejos por muchos años.
De hecho, todo el tiempo que convivieron juntos, jugaron bastante, hablaron de muchas cosas, incluso Seiya le habló de su hermana Seika.
Incluso llegaron a considerarse mejores amigos.
Pero Saori, no quería eso.
El lugar escogido para Seiya había sido Grecia, más específicamente en el Santuario de Grecia, lugar donde desde hace milenios los Caballeros nacen.
La noche antes de irse, Seiya y Saori se reunieron una vez más en un parque cercano.
Obviamente la peli lila estaba muy triste de que su mejor amigo se fuese de repente por varios años.
- ¡No quiero que te vayas! – le dijo la niña mientras se abrazaba a él y lloraba - ¡No quiero que me dejes sola!
- Lo lamento Saori, pero es mi deber.
- S-Seiya, hay algo que quiero decirte.
- ¿Qué quieres decirme?
- Seiya… - Saori dudaba si decirle o no esto a Seiya, pero era su último día juntos - … yo en realidad… no soy humana.
- ¿Qué? – Seiya se impresionó por esta noticia - ¿Qué quieres decir que tú no eres humana?
- B-Bueno, si soy humana.
- ¿Qué me estás queriendo decir? – dijo ahora un confundido Seiya.
- E-Es que… - Saori le contó todo lo que le dijo su abuelo.
Saori ya se había dado cuenta de su origen divino, de hecho, Mitsumasa Kido fue listo de explicarle a Saori sobre su verdadero origen. Desde cómo había sido salvada por Aioros de Sagitario, hasta donde estaba la Armadura Dorada y los planes futuros del torneo galáctico.
-Seiya, ¿tú me crees? – preguntó temerosa ya que pensó que mejor amigo no le entendería.
- Te creo – dijo simple y sencillo.
- ¿P-Por qué me crees? – preguntó extrañada Saori – podría estar mintiéndote y…
- Saori, tu no me mentirías con algo así.
- ¿Cómo puedes estar tan seguro?
- Sencillo, no eres de las que dicen mentiras – eso hizo ver a Saori lo templanza que tenía el joven en sus palabras.
- V-Vaya – en eso, las mejillas de la diosa se tornaron rojas – S-Seiya.
- ¿Qué pasa?
- H-Hay algo que quiero que sepas.
- ¿Y qué es?
- V-Verás, hemos vivido mucho este tiempo, aunque fueran varias semanas, fueron las mejores de mi vida.
- S-Saori.
- S-Seiya… yo…
- ¿Yo?
- Y-Yo… - Saori no pudo decírselo en palabras, más en acto lo hizo a la primera. Se lanzó al chico y unió sus labios con los de él.
Seiya quedó completamente congelado con esto, pero por alguna razón los labios de Saori eran dulces, y lentamente comenzó a corresponder el beso.
La chica pasó sus brazos alrededor del cuello del joven y este pasó sus brazos por la cintura de la chica acercándola más y profundizando más el beso.
Al cabo de un rato, ambos niños se separaron y solo se miraban fijamente y con sus rostros sonrojados.
-¿S-Saori?
- Seiya… t-te… quiero… - decía la chica mientras se le iba la voz.
- ¿Q-Que has dicho?
- Me gustas Seiya… v-vi cuando me defendiste… de los demás.
- T-Tenía que hacerlo… hablaban mal de ti y no lo iba a permitir.
- ¿P-Por qué?
- Porque… - el castaño tomó un poco de aire – t-también me gustas… Saori.
- Vaya – varias lágrimas comenzaron a caer de los ojos verdes de la chica – me hace muy feliz saber que sentimos lo mismo.
- Sí – ambos niños se volvieron a dar un pequeño, pero tierno beso.
- Seiya… ¿volverás sano y salvo?
- ¿Qué?
- Mañana te vas a Grecia… y-yo… no quiero que mueras.
- Saori – el chico solo se atinó a abrazar a su amada – te prometo que haré todo lo posible para convertirme en Caballero, volveré a Japón y vendré a verte.
- ¿M-Me lo juras?
- Sí, ante las estrellas que nos miran en el firmamento, juro que en 6 años volveremos a vernos – dijo Seiya.
- Te esperaré entonces – le dijo la niña para luego darse otro beso mientras en el cielo se miraba a la constelación de Pegaso resplandeciendo con todo su brillo.
Al día siguiente, los huérfanos partieron a sus respectivos centros de entrenamiento en el que estarían por 6 años hasta que se convirtieran en Caballeros.
Aunque Seiya llevaba otro objetivo en mente, y era el volver a salvo con su amada Saori Kido.
Pasó el tiempo y Saori perdió un poco de sus sentimientos humanos debido a su origen divino.
Pero eso sí, el único sentimiento que jamás olvidó, fue el amor que le tenía a su amado Seiya, rezando cada día para que él volviese sano y salvo a su lado.
Al año de que los huérfanos partieron, Saori sufrió una gran pérdida cuando su abuelo Mitsumasa Kido falleció. Pero antes de morir, le dejó otro cargo en ella, que era un proyecto especial de Caballeros femeninos que serían su guardia personal.
Estas serían las famosas Saintias de Athena, que eran desde la era mitológica, la guardia personal y damas de compañía de la diosa Athena.
Se formarían en la Real Academia de Caballeros ubicada en Suiza, donde se formaban a los Caballeros que protegerían a Athena.
La primera en venir fue la italiana Alicia Mii, una chica de cabello rubio y ojos azul pálido, que se convertiría en la Saintia de la constelación del delfín, además de ser la maid personal de Saori.
Mii se encargó de la educación de Saori, incluso la amistad entre ellas creció mucho, pero para Saori no era lo mismo.
La cantidad de amigos que tenía la peli lila era exagerada y aunque agradecía sus gestos tan bonitos, ella realmente solo tenía en su corazón a su querido castaño.
Incluso Mii desarrolló sentimientos especiales hacia la peli lila, cosa que se avergonzó un poco al saberlo, pero ella realmente se sentía segura de que tal vez sería correspondida.
Que equivocada estaba.
Y de eso… pasarían 6 años.
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Continuará…
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Hasta aquí el prólogo.
Muchas me dirán que parece la historia de "Athena, Pegaso y Equuleus" de javipozos. Y quiero decir que me basé en ese fic tan genial para hacer como mi propia versión, solo que no será lo mismo.
Bueno, sin más, díganme sus opiniones para saber si debo continuar este fic o no.
Será más un Seiya x Saori, aunque tal vez meta a Shoko en un futuro.
Quién sabe.
Sin más, tengan Feliz año nuevo y nos vemos en la próxima.
Bye.