Hola atodos aqui El Redentor 777, ahora les traigo un fic de Fate, los que esperan a Shiro si saldra pero sera mas adelante toda via, no habra referencias a las sagas de Fate y entre otras, incluida la novela visual, lo del Santo grial si sera incluido y algunos personajes canonicos de Fate como algunos heroes, reyes y conquistadores de la historia mundial que no estan incluidos en ninguna saga de fate.
sin mas que decir comencemos.
disclaimer.
los personajes de fate no me pertenecen, este fic sinpmemente es escrito para fines de entretenimiento puro, algunos personajes del fic tienen vocabulario bulgar se recomienda discrecion, tambien habra ecenas de sangre y muertes, no es para publico infantil.
los que no leyeron esto y quieren seguir el fic adelante pero no lo borrare por comentarios a referencia a esto, simpkemente los ignoraré o los borrare.
La mañana de un hogar de Japón se encontraba alguien alistándose para la academia, de echo la persona tenía ganas de no despertarse.
Sin embargo a pesar de la cuidado donde estaba, tenía una gran diferencia, que no era japonés.
cabello café oscuro ojos del mismo color grandes y pestañas chinas, piel muy blanca, lo primero que pensarían las personas es que el joven es americano pero no lo es, nació en el continente americano pero no en los Estados Unidos.
-tanto tiempo viviendo aquí y aun no me adapto al horario-dijo en voz alta mientras salía de su cama, sin embargo al hablo tropezó con varios libros.
Varios eran de la tercera cruzada, la batalla de Ain Jalut, el campo de batalla de Tours.
-otra vez me quede leyendo-dijo mientras los recogía y los guardaba en un cajón donde tenía más de estos libros.
Se alistó para dirigirse a su academia, prendas que constaba de un saco negro con camisa blanca de botones y pantalones del mismo estilo que el saco.
Mientras se dirigía a la academia el joven se sentaría por un momento en una de las bancas para la espera del camión.
El joven se tallo los ojos unos momentos para tratar de estar lo más despierto posible.
Minutos después llegarían alumnos diferentes y también estos estaban en el colegio del muchacho, algunos de ellos ya que otros tenían uniforme de diferentes academias.
-¿estudiaste para la clase de historia de hoy?-un alumno le pregunto a uno de los que estaban ahí presentes.
-eh, no la verdad era muy difícil aprenderse los nombres de alguno de los generales-dijo otro alumno.
-eh, ya veo, últimamente el profesor de historia ha sido bastante estricto con todos nosotros-
-sus clases han sido muy complicadas últimamente-dijo otro chico.
-pero al menos tenemos al genio de historia con nosotros, ¿cierto Carranza?-
El joven meo de reojo al chico y él se exaltó un poco.
-eh…si el viejo me la repela-dijo mientras sonreía un poco.
-eh, vamos al menos sé un poco considerado con los profesores-
El castaño ignoraría eso último de lo que comento, sin embargo mientras el autobús aún seguía en la espera de llegar por los muchachos, se escucho un ligero escándalo del otro lado y el joven al igual que otros alumnos varones mirarían por el otro lado de la calle en donde había otra parada de autobus.
-¿no es muy linda?-dijo un chico con tono enamorado.
En frente de ellos estaba una chica de cabello negro corto hasta los hombros, ojos del mismo color que su cabello, vestida con un uniforme de marinera de preparatoria color blanco con falda azul y un moño rojo.
-¿oye Carranza que opinas?-dijo un chcio dandole un par de codazos.
El mexicano miro por unos segundos hasta responder.
-está muy baja, su cabello es muy corto y demasiado plana para mi gusto-en eso el chico recibió varios golpes-¿por qué fue eso?-
-¿cómo puedes ignorar cierta lindura por físico?-dijo uno de los chicos.
-¿como sabemos si ese cuerpo es pura maldad?-cuestionó el joven a los chicos y luego la charla ahí terminaría.
En una academia en la ciudad de Tokio se podía apreciar en cierto salón de segundo año a varios alumnos, todos ellos eran varones, la academia era masculina, la cual era una academia en donde los alumnos se apegaban al reglamento de la academia con gran respeto.
-¡joven Carranza!-la voz del maestro de historia le llamó la atención al notar que el joven miraba distraídamente por la ventana.
El chico suspiraría de irritación.
-¿si profesor?-dijo el levantandose de su asiento.
-¿reina de la tribu céltica-británica conocida como icena?-
-Boudica la Rosa celta-el maestro gruño de irritación.
El joven simplemente se volvería a sentar luego de eso, en historia tenía la mejor calificación de su salón incluso se atrevía a decir que también en la academia completa, el amante de historia mundial no solamente tenía que aguantar eso, ya que las demás clases no era el mejor peor tenía buen promedio, pero jamás ha bajado del 100.
Luego de eso el timbre sonaría.
-¿oye Carranza?-el joven volteo para ver al maestro con desinterés.
El maestro era un hombre de alrededor de los 40 años de edad, piel amarilla y ojos negros con ojeras negras, con cabello negro medio con un gran fleco cubriendo su frente, vistiendo con un saco formal color café y pantalón del mismo color.
-¿Qué?-dijo él con voz irritada.
-¿esa la forma de contestar a un maestro en tu país?-dijo el señor.
-¿Qué señor?-dijo en el mismo tono.
-hm, últimamente has estado en las nubes e ignorando mis clases-
-es normal, no necesito clases de su historia si ya se bastante-dijo el chico-sabiendo que en realidad el que usted lo que nos dice viene en el libro y nisiquiera puede dar clases sin tenerlo a mano-
El hombre gruñiría en la forma en que el chico le contestaría.
-muy bien, veamos si tan bueno eres, quiero que mañana hagas una clase sobre la conquista del nuevo mundo, si no lo haces no te dejaré entrar a clases muchacho-
El peli castaño solamente rodó sus ojos, el origen del nuevo mundo y el nombramiento de América y Nueva España era su especialidad.
-muy bien, a cambio usted tendrá que exentar en la materia que yo quiera-
-¿por qué?-dijo confundido.
-bueno si escojo historia sería un error de mi parte, ya que siempre saco cien y nunca bajó del promedio, si escojo otra materia la tendré pasada y habrá peso menos encima mi opinión-
El hombre río en voz baja.
-muy bien acepto, pero el trabajo tendrás que sacarlo de libros de la biblioteca de la academia-el chico frunció el ceño al escuchar eso.
-como sea, no se librará de esta vergüenza-dijo mientras se retiraba.
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Después de unas horas regreso a la academia vistiendo diferente, consistía en una camisa color gris y un saco abierto de color negro con gorro, pantalones de color azul marino y tenis blancos con negros, de accesorios traía un Cristo de plata y un reloj de funda negra en la muñeca izquierda.
El joven ingreso de nuevo a la academia mostrando su ID de estudiante.
Cuando llegó a la biblioteca se dio cuenta de que l lugar estaba completamente solo, también que en el lugar la luces estaban apagadas.
-vemos si hay electricidad-dijo el joven tratando de prender las luces.
Sin embargo estas no lo hacían.
-muy bonito, cuando pagan de colegiatura los padres aquí, lo bueno es que soy becado-dijo el chico mientras encendía su celular para prender la lámpara de este-tendré que usar las pilas-
El chico se dirigió a la sección de historia para encontrar algún libro de la conquista del nuevo mundo y el chico leía los títulos.
-este libro dice mentiras de la esclavitud de los nómadas, este libro dice que los españoles no nos dieron nada, este libro también es inútil, por dios, enserio los japoneses no saben nada-
El chico no podía encontrar algún libro bueno.
Sabiendo que en la historia decía que los españoles asesinaron a las personas es como decir que Saladino destruyo Jerusalén, el chico sabía que la razón por la que los latinos eran morenos es por qué se casaban con ellos, no eran ingleses después de todo que ellos si apartaron y esclavizaron a los nómadas de las tierras de las trece colonias, sin embargo encontrar algo como ello era casi imposible.
En eso miro un libro algo viejo y interesado en el lo sacaría, el libro, no tenía título y le daría vuelta, entre las viejas hojas caería algo al suelo.
-¿eh un separador?-fue lo primero en decir ya que era bastante común que se quedarán separadores entre los libros de la biblioteca.
El joven alzaría a la cosa que había caído al suelo.
-¿esto no es un separador?-dijo mientras lo recogía con su mano libre y miraba ambos lados de la cosa, era extraño parecía de las cartas del juego de Yugi-oh, pero esta estaba completamente negra por ambos lados.
En eso sintió algo extraño, no podía moverse para nada, sin embargo su entorno cambiara de inmediato y el chico se hallaría en un extraño panorama.
El lugar tenía miles de calaveras y cráneos en el lugar, de echo a donde volteara se encontraba con ellos, sin embargo al mirara al techo más bien se encontró con un cielo negro y tenebroso.
-ok…soy yo o aparecí en un extraño mundo que nisiquiera se si es real o feik, o será consumí drogas sin darme cuenta-dijo con sarcasmo.
-no lo hiciste esto es real-el chico escucho una voz infantil y miro hacia la voz.
Lo que vio fue una pila más grande de esos esqueletos, también había tres sujetos más ahí, dos de ellos no los apreciaba bien por las capuchas, pero uno llamó la atención, en la montaña ahí sentado estaba un niño de casi nueve años, vestido de una especie de sacerdote, cabello verde oscuro y ojos del mismo color.
'Ese niño tiene la mirada muerta'penso el chico al notar esa mirada sin vida del niño quien de echo sonreía con naturalidad.
-¿Alfonso Carranza?, ¿del imperio maya actualmente colonizado por España cierto?-el niño dijo sin quitar esa sonrisa de su cara.
El sentado ya hacia en su trono de cadaveres le hizo una seña de que se acercara, el chico vio por unos segundos y sin quitar la mirada de ambos encapuchados camino hacia el niño hasta quedar cercas de el.
-si soy yo, sin embargo por qué utilizaste términos de las antiguas civilizaciones de México y casi toda hispano América-
-bueno tengo una tarea para ti-dijo el sonriendo a un y el chico frunció el ceño.
-¿adelante?-dijo con duda y mirando rápidamente a los encapuchados.
-he estado buscando a alguien que ama la historia como tú y veo que realmente lo conseguí-
-me halaga, me gustaría que fuera usted mi maestro de historia-dijo sarcásticamente sabiendo que no aceptarían a un niño como maestro y menos que viene de un extraño mundo como en el que se encontraba actualmente.
-sin embargo creo que te meterás en un par de aprietos-
'Ok eso ya no me gusta para nada'pensó el joven-¿en qué clase de aprietos?-
-pero antes necesito que escojas una de estas cartas-el niño en eso hizo que levitaran varias cartas frente de él.
El castaño casi se apartaba de la sorpresa, lo que vio fue cinco en total, cada una de ellas con un símbolo, pero en eso flotarían cartas, uno tenía un emblema de escudo, otro de espada, el siguiente de arco, el cuarto de lanza y el último de un centro.
El joven al mirarlas sin dudarlo un segundo tomo la e tenía forma de espada.
-oh, un saber eh, interesante-dijo el niño mientras del lugar se emprendía un extraño humo negro y dejaba al joven sin mirar y también tosiendo.
-¿que fregados?-dijo mientras veía que regresó a la biblioteca, sin embargo en sus dedos tenía ahora una carta, lo extraño es que atrás tenía la espada aún pero abajo un emblema a de un toro, sabiendo algo-¿España?-el chico miro en la portada de la carta-comandante Saber de España Hernán Cortés, el colonizador del nuevo mundo-
El chico miraría la foto del hombre, cabello negro con barba casi canosa, una armadura negra con detalles de bronce con protección en la cinturas, unas botas largas metálicas y en su cinturón un estoque.
-¿Qué diablos? esta foto no estaba cuando la agarre-
El chico miro a su alrededor notando que no solamente el humo se dispersó, el libro desapareció también del lugar.
-bueno, acabemos el trabajo entonces-dijo mientras guardaba la carta en uno de los bolsillos de su chamarra.
El joven volvería buscar de nuevo y tomo lo que se pudiera del lugar y empezó a hacer unos resúmenes para entregarlos al maestro.
-tanta por quería de falsa información hay aquí, como sea luego hablare de un par de cosas que ni la clase sabrá-dijo mientras seguía escribiendo.
Un extraño sentimiento le inundó, siempre ha admirado a todos los reyes y conquistadores que han existido en la historia.
Historias tras historias y también muchas muertes, sin embargo trajeron paz al mundo esos heroes, el joven saco la carta mirando la foto.
-si no hubiera tanto ignorante hubieran sabido que lo que ustedes hicieron fue cambiar las costumbres de mis ante pasados-dijo mientras se pasaba una mano en su cabello.
-¿esa voz?, ¿eres tus Carranza?-la voz que lo llamo sonaba burlesca pero no necesito mirarlo para saber quién era.
-si soy yo profesor-dijo sin emoción alguna y guardando la carta.
-eh…-dijo mientras alía de lo oscuro y el joven ya apreciaba al maestro.
-¿por qué se está riendo?-dijo mirando con molestia al maestro.
-nada, simplemente me sorprende que seas también un master-
'¿Master?'penso el joven extrañado.
-dime ¿quién es tu servant?-
'¿Servant?'el chico rodaría sus ojos cansado-usted dígame, ¿de qué color es la droga que consumió hoy?-dijo sarcásticamente.
El hombre molesto de la nada apuntó hacia el chico.
-¡corta su cabeza!-el hombre gritaría y el chico extrañado simplemente volteo atrás.
-¡no mames!-el se tiraría al suelo llevándose la silla con el también, en eso una ráfaga se llevaría un par de hojas del trabajo del chico.
El chico al levantar su vista miraría a alguien, un samurai con armadura roja y negra con su katana, con un bigote con perilla negra y ojos negros, traía una bandera en su espalda color rojo y su casco tenía tres puntas ya la del medio era más larga.
-¿Qué es eso?-dijo aún asustado por el repentino ataque.
-lo llaman el espirito del bushido-
El joven al escuchar el apodo se sorprendería.
-es una broma, ese sujeto…acaso es Kusunoki Masashige, el samurai del siglo XIV que lucho junto al emperador Go-Daigo en la guerra genkō-El maestro de historia reiría al escuchar eso
-así es, ahora será mejor que me escuches antes de que te matemos, danos a tu servant y te dejaremos libre-el hombre estilo su mano hacia el chico.
-número uno, no sé de qué me estás hablando, número dos, cualquiera puede empuñar una katana y vestirse de samurai fingiendo ser algún héroe como Kusunoki-
El hombre frunció el ceño bastante molesto.
-muy bien enseñémosle entonces, ¡acaba con el saber!-mando el maestro.
El samurai miro al joven y este hizo que su sable brillara de morado.
-¿esto no es nada bueno?-dijo mientras caminaba atrás.
-¡Shichisei Hōkoku!-el hombre con su katana ahora teniendo un color morado atacó al joven quien rodó para evitar el ataque, el miraría la enorme grieta que dejó ese ataque.
'¿Esto es un sueño no?, esta clases de cosas jamás suceden'penso mientras miraba al samurai que atacó de nuevo mientras gritaba.
El joven volvió a girar y esta vez pateo una rodilla del samurai haciendo que se tambaleara.
El joven se fue hacia los estantes de los libros y de inmediato miro a los lados ocurriéndole algo, el samurai camino con el maestro de historia hacia los estantes y de la nada estos empezaron a caer en hileras como si se tratara de un domino.
-¡apartalas del camino!-ordenó el maestro y Kusunoki las partiría inmediatamente.
-¿A dónde fue?-dijo el maestro y vio una puerta abierta-¡bastardo, no lo dejemos escapar!, ¡seria perder el santo grial!-dijo mientras salía del lugar con Kusunoki.
Cuando salieron el joven entre los estantes saldría, en uno de ellos había formado el famoso triángulo de la salvación y ahí se había oculto entre ese hueco del estante del suelo y el que callo encima de este, además con lo oscuro del lugar era más fácil.
-será mejor marcharme antes de que me asesinen en este extraño sueño, pero porque no puedo despertar-se dijo así mismo.
El joven corrió hacia el otro extremo en donde estaba la otra puerta de la academia, de echo lo bueno y lo malo era que ahora que tenía un pretexto para no asistir a clase posiblemente el resto de su vida, lo que escucho del santo griel le llamo la atencion, que tenia que ver algo biblico con todo este sueño extraño.
El joven llegaría al piso inferior hacia la salida pero cuanto trato de abrir la puerta se estaba estaban atascadas.
-¿pensaste que te escaparías de nosotros?-dijo una voz macabra atrás de él y esta vez el ataque de Kusunoki dio pero con una honda de choque hacia el chico quien caería rodando.
Difícilmente estaría tratándose de levantar del suelo y vio que ahí a estaba su carta, el joven miraría fríamente al hombre.
-¿Qué diablos está haciendo?, atacar a un alumno y aparte dejarle trabajos, ¿que clase de maestro es usted?-
-mira niño, ¡durante años que he dado clases siempre he odiado a los mocosos!-dijo gritando con locura-¡todos los malditos días, quisiera el ordenarle a Kusunoki que arranque sus cabezas!, llenos de energías, van a fiestas, van con chicas jóvenes e incluso tienen sexo, ¡son de lo peor!-
El samurai atacó al chico quien tomaría su carta y luego salto hacia aún lado para evitar el ataque y entraría aún aula de donde dejaban los de intendencia sus cosas de limpiezas.
El chico miro a todos lados mirando su única salida que era una ventana, el joven metería su cuerpo para salir del lugar aún que se llevó una caía algo insegura cayendo de espaldas y golpeándose un poco su cabeza que no alcanzó a cubrir bien con su brazo.
En eso la pared sería destruida y un par de escombros cayeron sobre su cuerpo lastimándolo ligeramente, el miraría con un solo ojo abierto y el joven vio a Kusunoki quien apuntó la punta de su katana en el cuello del chico.
-¿ultimas palabras?-dijo el samurai y el joven había tomado un par de respiraciones.
-si, esta-dijo sacando la carta y poniéndola en frente del samurai quien miro al joven extrañado por esa acción.
-¿Qué tiene que ver esa carta?-dijo pero noto el samurai que brillaba.
En eso la carta se iluminó mucho más y en eso en frente de ellos estaba el hombre que colonizó casi el continente americano.
-la colonia comienza ahora-dijo el hombre con acento Español.
Kusunoki estaba algo sorprendido al ver eso, de echo el maestro que alcanzó a ver la escena también lo estaba.
-¿un servant salió de una carta?, ¿Qué diablos?-dijo el hombre-como sea, ¡acaba con ambos saber!-
El samurai gritaría para atacar al joven pero el chico al ver eso y no poder moverse ya cerraría sus ojos, un metal chocaría con otro haciendo el efecto del ruido, el joven abrió su ojos para notar que Hernán Cortés lo había defendido.
-no tocarais a mí maestro mientras estoy en frente tuyo-dijo mientras apretaba a Kusunoki.
-¿Quién te crees que eres?-dijo el samurai.
-soy un general que dominó un mundo nuevo, el general Hernán Cortés de España-dijo el hombre mientras le empuntaba con su estoque.
-¿Hernán Cortés?-dijo el maestro soprendido y Kusunoki estaba confundido.
-así es maestro, será mejor que se largue, no quiero problemas-dijo levantándose con algo de desequilibrio.
-¡jamás yo ganaré esto!, atácalo saber-dijo el maestro ordenándole a su comandante atacar al chico quien volvería a iluminar su sable de morado.
Cortés con su sable iluminado de naranja bloquearía el ataque del samurai quien se apartaría después del bloqueo del joven.
-¡imposible!-dijo el maestro al ver esa acción.
En eso el samurai retrocedería pero Hernán dio de inmediato tes estocadas en el pecho de su oponente quien retrocedió a dolorido.
-¡saber utilízalo!-el samurai brillaría su sable con más intensidad.
-¡maestro haced aún lado!-dijo el saber del chico.
-¡Shichisei Hōkoku!-el samurai atacaría pero ambos se hicieron a un lado aun que el impacto del ataque les afectó a ambos.
-carajo, lo que faltaba, ¿oye general?, ¿sabes cómo usar esta habilidad?-preguntó Alfonso a su saber.
-es muy fácil, mira-dijo el general apuntando a ambos sujetos, noto que su maestro emanaba un aura de color morada al igual que Kusunoki, pero parecía que recibía tal energía.
-¿pero como le hago?-
En eso el samurai atacó al general pero esta vez el samurai estaba superando al Español.
-¡necesito que estés sincronizado conmigo!-dijo el mientras trataba de evitar las cortadas a zonas críticas.
El joven miro algo inquieto eso y de inmediato cerraría sus ojos y se tranquilizaría, pensaría un poco para mantenerse sin mucho estrés, en eso empezó a emanar un pequeño aura de color naranja como el de sable de Cortés.
-¿Qué diablos?-dijo mirándose los brazos y el resto del cuerpo.
-perfecto manda tu energía hacia ami-dijo bloqueando la katana del samurai a duras penas.
El joven desesperado estiraría su brazo y apuntaría su mano hacia el general, sin embargo no pasaba nada.
-por favor, vamos pedazo de mierda, ve con el-dijo al aura mientras trabaja de mandarla aun.
En eso el maestro reiría fuerte mente al ver que sus esfuerzos eran totalmente inútiles.
-eso ya no importa, Kusunoki acabalos-dijo mientras el samurai apartaba el sable para que Cortés estuviera idefenso.
El samurai dio un tremendo ataque al español y el hombre caería al suelo con una cortada en la zona abdominal que atravesó la armadura abdominal.
-¡gerenal!-dijo el chico asustado al ver como el hombre estaba sangrando.
-maestro…hulla-
-estas cabron, de ninguna manera-dijo agachándose hacia el hombre y tratando de cargarlo.
-que estupido eres-dijo el maestro dándole una patada en la quijada haciendo que cayera unos pocos centímetros atrás.
-vete a la chingada viejo de mierda-dijo el joven quejándose y tratándose de levantar peor en eso el maestro piso el esternón del joven quien trataba de quitarlo de encima, pero ya estaba muy débil como para hacerlo.
-ahora sí, terminemos con esto-dijo mientras acaba un cuchillo el hombre y lo clavaba en la zona abdominal del joven quien dio un grito ahogado y tenía un poco de sangre en su boca.
El general al ver eso trato de levantarse de donde estaba pero en eso el hombre quien estiró su mano de la nada caería por culpa del samurai usen lo atacaría de nuevo.
-¿a donde crees que vas bárbaro occidental?-dijo el samurai encajando su katana en su ante brazo y al suelo.
El general se quejó simplemente del dolor.
El maestro sacaría la navaja del abdomen del chico y el miraría con una sádicamente sonrisa al joven y luego cargaría otro navajazo.
-¡muere!-exclamó al los aires.
-¡Lion Heart!-cuando la navaja dio en algo sólido esta se quebraría.
El maestro se vio bastante impresionado ante esto y miro hacia al joven bien, ahora tenía una especia de campo de color azul celeste cubriéndole el cuerpo, el joven aprendas tenía fuerzas para abrir sus ojos.
-¡quien mierda hizo eso!-dijo el hombre.
El chico no pudo observar nada más ya que había quedado inconsciente.
-¿Quién se atreve a interrumpirme?-dijo el maestro mirando alrededor.
-¡crusader ax!-en eso una enorme hacha atacaría a Kusunoki.
-maester debemos irnos de aquí-dijo el samurai al maestro.
-¿Qué?, estas loco-dijo el maestro-acaba con el servant de este mocosos ya-
En eso el samurai asistiría pero por alguna razón el general desapareció del lugar.
En eso el samurai distraído recibió un ataque directo en su espalda.
-mierda, está bien vámonos-dijo el hombre mientras el samurai se levantaba y escapaba del lugar con el maestro.
Cuando los dos se habían ido del lugar el campo de energía que tenía Alfonso se quitaría, el joven estaría prácticamente dormido aún.
En eso dos siluetas saldrían de la oscuridad, una de ellas era gigante casi dos metros de alto y corpulento, la segunda era delgada y de la estatura del chico.
-why did you order me to help this kid master?-(¿por qué me ordenó el ayudar a este niño maestro?)dijo una voz británica y de un hombre mayor.
-we need him after all, maybe he will help us in this thing-(lo necesitamos después de todo, tal vez nos ayude en esta cosa)dijo una voz femenina en tono americano.
-ok but he is really hurt, that man want him death-(ok está bien pero está muy lastimado, ese hombre lo quería muerto) el sujeto corpulento se agacho hasta el joven castaño.
-we need to take him to our place, he doesn't have letal wounds, I have some medicine and others things to take care of the wounds and injuries-(necesitamos llevarlo a nuestro lugar, no parece tener heridas letales, pero tengo medicina y otras cosas para encargarme de las heridas y lesiones) dijo la voz femenina-shielder pelase take care of him-(shielder encargate de el).
El sujeto grande puso el cuerpo del joven en su hombre y comenzó a caminar hacia otro lado siguiendo a la fémina.
Después de eso.
El joven castaño se había despertado sin embargo no de una manera bastante agradable, si no con algo de dolor, el chico cuando pudo enfocar su mirada al ver el techo de madera se quedo por un tiempo mirando el lugar.
-¿Dónde estoy?-se dijo así mismo el giro a los lados la cabeza para mirar.
Piso de madera, puertas que se abren arrastrando a un lado, un par de inciensos, también había una especie de piso con alfombra verde y una mesa tradicional para sentarse en el suelo.
-¿Cómo acabe aquí?-dijo así mismo mientras trataba de levantarse pero el dolor no lo dejo hacerlo, el chico puso su mano en la zona y sintió algo que no era parte de el.
Alfonso de inmediato se quitó la cobija de encima dando se cuenta que estaba en un futon para dormir y al verse que estaba cubierto en la zona abdominal de vendas y un parche en una cierta zona se sorprendería y a la vez se asusto un poco.
-no fue un sueño, carajo-dijo mientras volvía a ver el lugar completamente y luego al techo-¿Qué diablos está sucediendo aquí?-
El joven trato de levantarse poco a poco de donas estaba, sentía muy pocas fuerzas y aparte el dolor era incomodo.
-yo que tú no lo hiciera-dijo una voz femenina a un lado de Alfonso.
El joven caería de donde estaba sentado y el miro hacia la voz.
Ahí se encontraban las dos figuras que lo habían salvado, un hombre y una chica de alrededor de su edad.
La chica tenía cabello rubio en una cola de caballo larga que le llegaba hasta la espalda y con flequillos en su frente, ojos azules grandes y sus pestañas poco notables por qué eran del mismo color que su cabello, venía vestida con una blusa color blanca, con un saco de estilo bleiser color verde, un short corto de mezclilla y botas cafés, tenia un pecho y fisico muy prominentes.
A su lado estaba un hombre corpulento con un bigote grueso color negro y ojos verdes, traía una corona en la cabeza, traía una armadura de plata con hombreras de oro, traía protegidos hasta la zona de su cabeza a excepción del rostro que lo traía desprotegido, en la zona de su cuerpo encima traía una prenda roja con un símbolo de los cruzados de color amarillo pálido que le llegaba hasta los pies, en su brazo izquierdo traía un escudo con símbolo de leon y en su otra mano traía un hacha de oro.
El joven a mirar ambas personas supo inmediatamente por sus facciones y el resto que eran anglosajones, sin embargo el hombre de armadura sabía que era de esas cosas que él había invocado como Cortés.
-¿quiénes son ustedes?-dijo el chico en japonés ha que la chica le había dicho lo anterior en ese idioma.
-sentimos que estés confundido-dijo la chica disculpándose mientras caminaba hasta llegara una considerable distancia al chico pero no tanto para incomodarlo y el sujeto de armadura se quedó atrás de ella-me llamó Cindy Smith, él es mi servant Ricardo I-
El joven al escuchar el nombre del sujeto puso un rostro de sorpresa.
-Ricardo I, corazón de león, el rey de Inglaterra-dijo el chico.
-exactamente muchacho, soy yo-dijo el hombre en japonés perfectamente-¿nos gustaría saber tu nombre también muchacho?-
-me llamo Alfonso Carranza, es un honor tener en frente al rey que tuvo un papel importante en la tercera cruzada-dijo el con respeto a Ricardo.
-¿Alfonso, sabes por qué estás aquí no?-dijo Cyndi al chico.
-no…simplemente no tengo idea de que eta sucediendo aquí-dijo el chico y Cindy cerro sus ojos.
-ya veo…bien siéntate, tenemos que contarte algo-dijo ella mientras miraba al joven.
Fin del capítulo.
Alfonso Carranza.
Servants.
Hernán Cortés, tipo: saber.
Cyndi Smith.
Servants.
Ricardo I, tipo: Shielder.
en memoria a Hernán Cortés, Ricardo I y Kusunoki Masashige, que descancen en paz los tres.