Tatuajes.

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El timbre de la puerta resonó en el local, llamando la atención del dueño, un joven de piel pálida y marcada por la tinta de sus tatuajes, -Bienvenida de nuevo Alice-, Dijo el joven con una sonrisa de oreja a oreja, -¿Cómo has estado Cheshire?-, Le respondió la joven con una pequeña sonrisa.

Cuando Alice entro en el local, Cheshire bajo las cortinas, cerró la puerta con candado y coloco el letrero de cerrado.

Estaban casi a oscuras si no fuera por el traga luz del techo, Cheshire hubiera tenido que encender las luces, pero con la luz que proporcionaba era más que suficiente para poder hacer su trabajo.

Alice ya se había desvestido, quedando únicamente en bragas, con sus manos cubriendo sus pechos, Cheshire se tomó un momento para contemplar su belleza, esta no era la primera vez que la veía así, pero siempre quedaba hipnotizado por su extraña belleza.

Su piel cubierta por cicatrices de los injertos de piel por las quemaduras, los extraños rasguños y cortes auto infligidos que adornaban sus brazos y muñecas, y casi todos cubiertos por los tatuajes de Cheshire.

Líneas negras, formando extrañas imágenes de un gato sonriente, un conejo con un reloj, dos reinas luchando por un trono, y hoy Cheshire iba a grabar en su piel una oruga fumando.

Él nunca le pregunto que significaban estas imágenes, simplemente las grababa en su piel.

Cuando Alice tomo asiento de espaldas a él, Cheshire la rodeo con sus brazos, su relación empezó sin una palabra de amor, simplemente un día Cheshire le levanto la falda a Alice y Alice le bajo los pantalones a Cheshire, e hicieron el amor febril y rápido.

Estuvieron por un momento en esa posición, y entonces Cheshire poso sus labios sobre el hombro derecho desnudo de Alice, y ella simplemente se dejó consentir de él.

Alice nunca le dijo nada del incendio, nunca le dijo nada de Rutledge, nunca le dijo nada del "accidente" de Bumby, ya que él lo sabía todo, su relación siempre fue silencio.

Y antes de comenzar con el tatuaje, Cheshire poso sus labios sobre una de las cicatrices en su espalda, y Alice simplemente sonrió suavemente ante el gesto, con Cheshire simplemente todo era más fácil.

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