¡Hades! Tiene un casco, cuando lo usa no pueden tocarlo… ¡Hades!
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RinMakoto. Esperanza se lanzó a todo y ahora las cosas se pondrán calientes. Eso sí, la tipa ha sufrido con sus sentimientos por Joan, pero ni modo, aprovechó que no estaba Tsukumo, aprovecha el bug XD. ¡Saludos!
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El Redentor 777. Ahora que lo dices, me he imaginado una relación entre ellos, más por el one shot que publicaste, me has puesto en jaque. El final como tú dices no sé cómo será, pero ni modo, a lo largo del fic lo iré investigando.
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Sin más, comencemos…
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Flashback
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- ¡Ven Esperanza! – gritó un chico de cabello castaño que iba acompañado de otros chicos.
- E-Espérame Carlos, aun no termino de cambiarme.
- Te dejaremos atrás.
- Ahí voy.
Joan y Esperanza se hallaban en un viaje en el cual no estaban solos, de hecho, iban varios jóvenes.
Ambos estaban en su sexto año de primaria y ambos chicos de 12 años se hallaban festejando su despedida de fin de año ya que se graduarían de la primaria.
- ¡Hasta que llegas! - dijo Joan mirando a la joven.
- Lo lamento, es que me costaba ponerme mi traje de baño – dijo la peli verde - ¿Qué opinas? ¿Cómo me queda?
- Te ves bien – dijo el chico y no mentía. Esperanza a pesar de tan corta edad, ya se estaba desarrollando bastante bien. En esos momentos llevaba un traje de baño de color rojo, que le resaltaba mucho su figura.
Muchos chicos estaban idos viendo a la morena que, a pesar de tener tanta buena figura, no era presumida como muchas otras chicas y a veces era envidiaba por algunas, pero siempre así tenía a sus amigas y todo.
Unos minutos después, la mayoría de los chicos se pusieron a jugar en el agua. Estaban en las playas de Acapulco, lugar favorito para muchos bañistas.
Esperanza se quedó en la arena relajándose, con su sombrilla tapándola del sol y acostada en una manta.
Mientras la peli verde jugaba, Joan estaba con los demás chicos jugando en el mar, aunque era más de competencias de natación, eso sí, siempre vigilados por el respectivo maestro.
- ¡El que llegue es el mejor de México! – dijo uno de los chicos.
- ¿A poco? – dijo Joan.
- Vamos Joan, no me digas que no tienes las agallas para vencer a Oliver.
- No es eso, solo que no creo que sea seguro.
- Vamos amigo, no creo que sea algo que debas tomar tan serio – dijo otro de los chicos - ¿a poco te acobardas Joan?
- No es eso…
- ¿O necesitamos llamar a Esperanza para eso?
- ¿Qué tiene que ver ella?
- A lo mejor ella te seduce para que lo hagas.
- Oye, ella no hace eso.
- Entonces, si no compites contra Oliver, diremos que eres seducido por Esperanza.
- ¡Ella no hace eso! – exclamó el mexicano muy enojado - ¡Bien, lo haré! Defenderé el honor de Esperanza, Oliver, compitamos.
- ¡Así se habla!
Mientras que los chicos hacían la competencia de nado, algunas chicas iban donde estaba Esperanza descansando.
- ¿No jugarás con nosotras Esperanza? – dijo una chica de cabello negro y ojos del mismo color.
- Por el momento no Serena, solo quiero descansar un poco.
- Vamos Esperanza, no creo que te quieras quedar a quemarte.
- Bueno, es más porque soy de piel morena.
- E-Esperanza.
- ¿Eh? – la morena vio como una chica de cabello café y ojos carmín se acercaba a ella - ¿Adriana? ¿Qué pasa?
- H-Hay algo que quiero preguntarte.
- Bueno, pregunta lo que quieras.
- E-Este… - la chica se miraba nerviosa – q-quería saber que tienen tú y Joan.
- ¿Joan y yo? – eso confundió a Esperanza - ¿de qué hablas?
- Q-Quería saber si… - la chica se sonrojó un poco.
- ¿Me pueden decir que le pasa a Adriana?
- Bueno Esperanza, no solo ella, de hecho, todas queremos si es cierto que tú y Joan andan.
- ¿Andan?
- Lo que queremos saber es que si tú y él son novios.
- ¿Qué? – después de pensarlo un momento, la cara de la española se puso roja como un tomate - ¡Q-Quién te dijo eso, no le creas!
- Tranquila Esperanza, solo pensamos que así era.
- ¿Por qué lo pensaron? – Esperanza aún tenía la cara algo roja.
- Bueno, desde que nos conocemos, siempre andas con él, van juntos a muchos lados, siempre pensé que eran novios, solo que no lo decían.
- N-No, no somos novios, solo es mi mejor amigo, nada más
- Es que esa relación que tienen ustedes es como la de novios, son muy cercanos.
- V-Vamos chicas, solo es que nos llevamos bastante bien, somos amigos desde kínder.
- Mucho mejor aún – dijo Serena – no me sorprendería que se hicieran novios.
- ¿N-Novios?
- Sí.
Más chicas, amigas de la española comenzaron a venir y la plática se agrandó, más por el hecho de que le preguntaban a Esperanza por su relación por Joan, aun sabiendo que ella decía que solo eran mejores amigos.
- ¿Por qué no lo admites de una vez Esperanza? – dijo otra chica de cabello rojo y ojos del mismo color.
- Y-Ya les dije que yo no…
- Esperanza Cortés del Rio – dijo Serena – ya no tienes que esconder tus sentimientos, vamos, desde que te conozco has estado viendo muy atenta a Joan, ¿crees que no he notado como lo miras?
- Y-Yo no…
- Les dirás tu o les diré yo.
- N-No les digas Serena…
- ¿De qué hablas Serena?
- Pues que Esperanza me confesó que está enamorada de Joan.
- ¡Serena! ¡¿Qué narices te pasa?!
Aunque luego de eso…
Joan se acercaba a sus cosas que habían quedado al lado del lugar en el que Esperanza se había acostado.
- ¡Ya volví!
- ¿C-Como te fue Carlos?
- Gracias a Dios bien, aunque por lo menos defendí tu honor.
- ¿Qué?
- No quieres saber los demás detalles, pero créeme, tuve que correr por ti.
- ¿Eh? – la cara de la peli verde se puso roja al escuchar eso.
- Veo que deberías dejarlos solos – dijo Serena yéndose con las demás chicas dejando sola a Esperanza y a Joan.
- ¿Qué les pasa a tus amigas?
- E-Están locas, ya sabes, la pubertad.
- Ni modo, creo que a las chicas les pega eso que ustedes tienen… no sé cómo se llame.
- Ni yo quiero saber sobre eso.
- ¿Qué dices Esperanza? ¿Nos echamos un clavado?
- No tengo ganas Carlos, ahora solo quiero broncearme.
- Vamos Esperanza, no me digas eso, ¿a poco la sangre española es débil al mar?
- ¿Qué has dicho Carlos? – algo que molestaba a Esperanza era que dijeran que los españoles eran débiles – repite eso.
- Ups, lo lamento, pero es que dicen, por ahí, que los españoles son pésimos nadadores y que solo se saben hundir.
- ¿A poco crees eso? – la chica se levantó – te mostraré como nosotros somos buenos nadadores, no por nada la sangre española tiene rasgos fuertes y habilidades que ustedes los mexicanos no tienen.
- Si quieres demostrarlo, hazlo.
- Bien.
Ambos chicos fueron al agua a nadar, incluso a hacer competencias de nado.
Muchos chicos veían la interacción de Esperanza y Joan, la cual era envidiada por muchos chicos ya que el castaño, al tener de mejor amiga a una chica tan bella como la española, era un premio que todos querían tener.
Aunque las chicas, amigas de Esperanza, realmente a veces sentían envidia de la chica ya que Joan era alguien muy guapo y que estuvieran siempre juntos les daba la indicia a los demás de que eran pareja.
Volviendo con Joan y Esperanza…
Los dos habían estado haciendo muchas competencias de nado para demostrar quién era mejor.
Aunque conociendo como estaban las cosas, era más que obvio quien sería el ganador.
- ¡Gané de nuevo! – dijo Joan llegando primero a la orilla.
- N-No es justo… Carlos – dijo la morena llegando a la orilla e inhalando fuerte – diste una vuelta… al final.
- Nunca dijimos que no se podía.
- ¡Malo! Eres un gilipolla.
- Vamos, vamos, no me digas así – dijo el chico calmando a la española - ¿Qué tal si hacemos una vuelta un poco más larga?
- ¿Una más larga?
- Sí.
- No lo sé Carlos, a lo mejor es peligroso.
- No te preocupes, yo te protegeré si algo pasa.
- B-Bien.
Ambos jóvenes se pusieron en posición y acto seguido se lanzaron al mar a nadar.
Joan siempre llevaba algo de ventaja sobre la morena, pero esta no se daba por vencida ya que luchaba contra todo lo que tenía.
Cuando llegaron al lugar en el que debían dar la vuelta, Esperanza sintió un dolor agudo en su pierna derecha, cosa que la hizo detenerse.
El castaño no se dio cuenta de esto y solo siguió nadando.
La morena solo se detuvo en medio mientras sentía como no podía continuar con su nado.
- ¿Q-Que cojones es esto? – se preguntó mientras intentaba mantener la compostura, pero el dolor pudo más con ella y no se puso mantener a flote.
Joan se dio cuenta pocos segundos después de que Esperanza no estaba y supo que algo había pasado.
- ¿No me digan que…? – sin más, el castaño se lanzó de vuelta al agua a nadar y buscar a su amiga.
Esperanza solo sentía como las fuerzas se le iban del cuerpo, se hundía cada vez más y más en el agua.
"¿Acaso… moriré así? ¿Nunca Carlos… sabrá sobre mis sentimientos por él?"
Los últimos pensamientos de Esperanza eran esos, hasta que…
Joan llegó a tiempo y logró encontrar a Esperanza y sacarla del agua mientras él la llevaba como una princesa siendo cargada por su príncipe.
Los demás notaron eso y se comenzaron a acercar, incluso el maestro que los acompañaba se dio cuenta de eso y también se acercó.
- ¿Qué pasó con Esperanza? – preguntó el docente.
- Al parecer mientras le daba le dio un calambre o algo – dijo Joan poniéndola en el suelo.
- ¿Estará bien?
- Yo me encargo – dijo el castaño mientras se acercaba a los labios de la peli verde y le hacía respiración de boca a boca.
Esto dejó a más de alguno callado ya que el atrevimiento de Joan por eso era algo digno de ver.
Joan lo hizo varias veces para que su amiga reaccionara, cosa que al final funcionó.
Esperanza comenzó a escupir el agua que se le había ido a los pulmones y logró despertar.
- ¡Esperanza! – gritaron sus amigas yendo directamente a la morena para ver cómo estaba.
- ¿Q-Que pasó?
- Joan te salvó – dijo una de ellas con lágrimas en los ojos.
- Me preocupaste Esperanza – dijo el docente – de suerte Joan te ayudó y te dio primeros auxilios.
- ¿Carlos? – la española miró hacia su mejor amigo - ¿me ayudaste?
- Sí, me diste el susto de mi vida – antes de que continuará, la morena se abalanzó sobre este y le dio un fuerte abrazo - ¿Esperanza?
- ¡Mil gracias Carlos! – le decía la chica no aguantando el llanto, más porque estuvo a punto de morir ahogada.
- No te preocupes, recuerda lo que dije, dije que te protegería.
Los demás solo miraban con distintos sentimientos la escena, pero siempre con el mismo pensamiento…
Qué bueno que Esperanza está a salvo.
Desde ese día, los sentimientos de Esperanza por Joan crecieron mucho por este acontecimiento.
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Fin Flashback
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Volviendo al tiempo actual…
Esperanza hizo la jugada maestra en el tema de las declaraciones, pero pensaba incluso que había ido muy lejos.
La española había soportado todos estos años de esconder sus sentimientos por el mexicano de cabello castaño, pero esta vez, no soportó más y solo lo liberó.
La morena, impulsada por los instintos, saltó a los brazos del joven y unió sus labios con los del chico.
Al cabo de un rato se separó y solo miró a los ojos al mexicano.
- ¿E-Esperanza? – fue lo único que salió de los labios de Joan.
- A-A eso me refería Carlos… me gustas desde hace tiempo.
- ¿Q-Que has dicho? – el mexicano pensó que tal vez todo era producto de su imaginación, que su mente le estaba haciendo una mala broma.
- Lo que escuchas Carlos, que estoy enamorada de ti de hace tiempo.
- P-Pero…
- Lo sé – la española no hizo que siguiera – sé que ahora estás feliz con Tsukumo-san, que ella es la chica con la que te estás viendo. Solo quería que lo supieras.
- Esperanza.
- Es mejor que nos vayamos, vamos tarde para volver a los apartamentos.
- E-Espera Esperanza – la española se adelantó dejando al mexicano atrás.
La chica iba adelantada ya que tenía la cara completamente roja por haber hecho eso con Joan.
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Con las chicas del club de béisbol…
- ¡Estoy exhausta! – dijo Nozaki mientras suspiraba fuerte.
- No te preocupes Nozaki-san, este fue el último entrenamiento antes del juego contra Kogetsu.
- Espero que podamos hacer un buen juego – dijo Hiiragi – el primer equipo de Kogetsu es fuerte.
- Así Kotoha-chan – dijo Honjou para luego acercarse a Nishimura – aunque después de todo tenemos a Nishimura-san para aconsejarnos.
- E-Este… H-Honjou-san, te he dicho mil veces que no te me arrimes así.
- ¿Por qué? Además… - sin previo aviso, la peli vino tinto le agarró su entrepierna – esto solo es de Shinonome, aunque podemos compartirlo.
- ¡Suéltame ahí Honjou-san! – reclamó Nishimura tratando de quitarse a la inglesa de las joyas de su familia.
- Vamos, no creo que Shinonome se vaya a enojar.
- Honjou – la voz tétrica de la peli azul se hizo presente – O mae wa,mo shindeiru?
- Nani?
Acto seguido se oyó una explosión en el lugar.
Segundos después…
- ¿No crees que fuiste algo ruda Ryo-san?
- Claro que no Yoshimaru, se lo merecía.
- E-Está bien.
Las demás solo asistían a Chikage que estaba en el piso, bueno, en medio de un cráter que había causado Ryo.
Unos minutos después, aparecieron algunas personas que iban caminando juntos mientras hablaban, cosa que algunas de las chicas notaron. Aunque el entrenador de las chicas supo quiénes eran.
- ¿Acaso no son aquellos Rafael y Ramón?
- ¿Qué? – algunas chicas miraron hacia donde el entrenador decía y efectivamente resultó ser cierto.
- ¿Ramón-san? – Nakano miró a su quedante que no iba solo, iba acompañado de su amigo mexicano, pero también iban dos chicas.
- ¿Quiénes son esas chicas con las que van? – preguntó Kurashiki que por alguna razón no le despegaba mirada al peli negro mayor.
- ¿Q-Quien es esa chica? – la periodista miraba fijamente a la chica de cabello azul oscuro, como el de Shinonome, que iba platicando con su amante.
- Y esa chica que acompaña a Alférez-san… ¿Quién es? – Kurashiki no despegaba la mirada de la joven que hablaba con el peli negro, la cual era de cabello castaño oscuro.
- ¿Acaso… son amigos? – dijo Tsubasa mirando la escena.
- Espero que no sean lo que estoy pensando - dijo Shinonome imaginado que tal vez los latinos tenían otras intenciones.
- Nakano-san, no vayas a… - Akane trató de evitar que la peli verde hiciera una tontería, ya que, sin más, la periodista fue junto a Kurashiki a donde se encontraban los latinos.
- Esto no me gusta nada – dijo Kondo.
- Kurashiki-Senpai – Nozaki vio cómo su amiga iba hacia el mexicano mayor.
Mientras que con los dos chicos…
- Ahí es – dijo Rafael – el edificio blanco es el complejo de apartamentos en el que están.
- Bueno, gracias por guiarnos – dijo la chica de cabello castaño.
- No hay de que – respondió el menor de los dos – solo ayudamos.
- No pensé que hubiera chicos caballerosos – dijo la otra chica de cabello azul con cierta timidez.
- No hay de que – respondió el hondureño.
- Muchas gracias… este…
- Rafael Alférez para servirles.
- Ramón Maldonado, para servirle a mi amada, a Athena y a ustedes.
- Bueno, gracias por todo, soy Rin Namiki.
- Y yo soy Misa Aoi.
- Que la pasen bien – dijo el mayor mirando como ambas chicas se iban del lugar.
Mientras miraban como las chicas se iban del lugar, ambos latinos no notaron como dos chicas se acercaban a ellos.
- Ramón-san / Alférez-san – dijeron ambas chicas al mismo tiempo.
- ¿Eh? – ambos chicos voltearon hacia atrás.
- ¿Ayaka-san?
- ¿Kurashiki-san?
- Ramón-san, ¿podemos hablar?
- Tu también Alférez-san, quiero hablar contigo.
- ¿D-De que trata esto?
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Esperanza y Joan llegaron a su complejo de apartamentos, en el cual cada quien iba a su habitación.
- ¡C-Creo que ya llegamos! – dijo la española en japonés.
- S-Sí… bueno, q-que pases buenas noches.
- I-Igualmente.
Ambos ingresaron a sus respectivos hogares mientras solo pasaban varios pensamientos en las cabezas de cada uno.
Con Joan…
El chico se acostó en su cama mientras miraba al techo y solo pensaba en cómo había estado todo.
Esperanza lo había besado y le había confesado sus sentimientos en un momento en el que él se estaba viendo con otra chica.
- ¿Qué mierda haré ahora?
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Con Esperanza…
La morena solo no se movió de su lugar y solo se recostó en la puerta de su apartamento.
Sus instintos fueron más fuertes que su consciencia, pero realmente no pudo más y solo soltó lo que sentía.
- ¿Por qué hice eso? – la peli verde solo sintió como las lágrimas luchaban por salir de sus ojos, pero hacia un esfuerzo por hacer que no salieran.
Pero luego solo pensó todos los momentos que vivieron juntos desde que eran muy pequeños hasta que se mudaron a Japón.
Ahora que su mejor amigo estaba viéndose con otra chica, no podía sacarse ese dolor de su corazón, más porque sabía que ahora no podía estar con el castaño de la forma que quería.
- ¿Por qué me enamoré de ti Carlos? – finalmente las lágrimas salieron de los ojos amarillentos de la chica, la cual solo atinó a ir a su cama y esconder su rostro en su almohada - ¡Perdóname Carlos! … snif… ¡Pero te amo mucho! … snif… lo lamento.
La relación entre ambos cambiaría a partir de ahí.
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Continuará…
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Y hasta el capítulo de hoy.
Ni modo, la cosa se complicó para ambos y esto afectará mucho su relación.
Por ahora, solo espérenlo y se viene el juego contra Kogetsu y una que otra sorpresa.
Sin más, este ninja se despide.
Bye.