Disclaimer: Love Live y sus respectivos personajes pertenecen a su respectivo autor.

Disclaimer 2: Star Wars. Catalyst: Una historia de Rogue One pertenece a su autor James Luceno.


Hola a todos y todas las personitas que lean esto.

Bueno, pues ya pasaron las dos semanas y mañana tengo examen, entonces quiero ponerme a estudiar de aquí a que me vaya a dormir, entonces por eso decidí hoy actualizar un poquito más temprano que de costumbre, espero que no incomode a nadie.

Pasando a la historia, en este capítulo veremos que fue de nuestra pareja favorita tras el fin de la guerra, y que fue de Maki-chan después de que terminara la guerra. ¿Habrá ganado Honoka o la habrán superado Nozomi y Eli? Les dejo eso para que lo descubran en este capítulo, con el cual también estaremos dando por terminada la primera parte de esta historia "Los tiempos de la guerra". La siguiente parte se llamará "En busca de la paz" y no sigo porque si no aquí les cuento toda la historia. Sin más, por favor, lean, y espero que disfruten la lectura tanto como yo disfrute escribir el capítulo.


Catálisis

Por más de tres años, la guerra civil por la separación de las prefecturas ha sacudido a Japón. Ahora, con el proyecto secreto del Imperio del Japón, el fin de la guerra es inminente, pero más allá del amanecer de esperanza y de paz, la noche más oscura comienza a deslumbrarse.


Parte 1: Los tiempos de la guerra

14

La persuasión con los cristales celestiales


Directo desde los astilleros de Kanto, un crucero destructor del Nuevo Imperio revirtió desde la velocidad sub-sonido hacia el espacio interior, tan sólo a cinco kilómetros de la estación de combate. Debido a su carga invaluable de pasajeros, la nave tenía permiso de viajar de Tokio a Okayama sin pedir autorización de la Base Centinela, a kilómetros de distancia de otra prefectura. Se decía que, a bordo del crucero, la recién nombrada Sentaku Honoka Kousaka se recuperaba de heridas que sufrió en una confrontación con Iluminados desleales.

Una nueva añadidura a la corte viajaba junto con la Sentaku (nombre que recién se le había dado a la Emperatriz tras las reformas de reinstauración del orden tras la guerra); se le conocía como la Migite Takami, la Renacida. Iba ataviada siempre con una capa negra, la eterna armadura negra, y una máscara que cubría el lado derecho de su cara, que aun así se veía mejor que el lado izquierdo, que todavía quedaba al descubierto. Aunque oficialmente no tenía ningún cargo dentro del Imperio, tenía el favor de la Emperatriz, y eso bastaba para que impusiera respeto entre todos. Era su mano derecha, y se corría el rumor que pronto la presentarían oficialmente. Se decía que era formidable, pero Maki se cuestionaba si era capaz de competir con el nuevo aire de grandeza que daba la actual Regente Suprema de Japón, Kotori Minami.

Aun así, a Maki le importaba más saber si Umi Sonoda era parte de la tripulación que iba codo a codo con la mismísima Honoka. Sospechó que el escape de Eli había sido la razón por la cual a ella misma la habían dejado fuera de la lista de pasajeros de élite; pero, al parecer, la general Ayase no había logrado más de un par de hazañas desde que se le escapó de las manos. Sin embargo, entre esas hazañas había estado el ataque a Tokio en el que incluso habían conseguido secuestrar a la Emperatriz, la conquista de toda la zona norte de Japón, la reconquista de Okayama y las heroicas defensas de Shizouka. Se decía que la guerra se había ganado de milagro, pues sólo se logró la victoria gracias a la operación en Wakayama en la que la Migite Takami y las fuerzas especiales habían conseguido salvar a la Emperatriz y neutralizar a los líderes de la CEPI en un solo movimiento. Se sospechaba de colaboración de los Iluminados con la Confederación, por lo que casi tan sigilosamente como acabó la guerra, todos ellos fueron desmantelados por el mismo escuadrón que había salvado a Honoka de las garras de Nozomi. Los generales Iluminados desaparecieron de la faz del universo, junto con sus túnicas caseras, sus proyectores celestiales y su Chikara. No había habido ejecuciones públicas, pero todos en el Imperio ya sabían que los habían rematado con el mismo puño de hierro con el que unos días antes habían acabado con Nozomi, Eli y todos los líderes de su CEPI.

Maki seguía observando los movimientos del crucero desde la bahía del centro de control y de comando. Por lo menos había logrado instalar el reflector parabólico de nuevo antes de la visita de la Emperatriz.

Observó una capsula emerger de uno de los hangares principales del crucero. No era cualquier cápsula, era la única capaz de surcar por los cielos con la gracia de un ave de presa. Umi efectivamente estaba con la Emperatriz, pero seguro que pronto estaría en el mismo centro de mando que ella.

La guerra se había ganado sin la necesidad de la estación de combate, pero ahora la emplearían para infundir temor en los corazones de quien se atreviera siquiera a pensar en amenazar la integridad del Imperio. Maki sospechaba que gente como Kotori o como la misma Umi Sonoda eran conscientes de que la guerra acabaría antes de que la estación estuviera lista, pero no podía detenerse a pensar en eso. Por el momento, era consciente de que seguía faltándole el ingrediente especial, que la transformaría en el arma que debía ser, y que, como consecuencia, subiría a Maki como la espuma al lado de Honoka, hasta lo más alto del poder: Todavía le faltaba Hanayo Koizumi.


Aiko Kurosawa perdió una extremidad durante la batalla final de Numazu y su secretario ejecutivo estaba herido de gravedad; Aiko podría costear una prótesis de piel sintética, pero el joven abogado no era tan fácil de reemplazar. Hanayo sintió empatía con Kurosawa y su actual sufrimiento. Había sido víctima de su propia necedad, ceguera y falta de inteligencia, pero eso no era su culpa. Se decía que había sido despedida, y que se había ido a una bahía cerca de Numazu con su hermano.

Los recuerdos de la confrontación con los androides la perseguían todo el tiempo.

Comunicaciones Cocoa le pidió a Hanayo que considerara reemplazar a Kurosawa, pero sabía que no tenía lo necesario para ser administradora y tampoco quería hacerlo. Anhelaba regresar a la investigación pura. Pero, por otra parte, con la guerra terminada, toda la familia se había encariñado con la población local y la propuesta era tentadora. Hanayo le dijo al presidente de Comunicaciones Cocoa que necesitaba tiempo para pensarlo y pidió una breve temporada libre.

Iban camino a Tokio para meditar la decisión, cuando Maki llamó para pedirles que se desviaran un momento hacia la recién conquistada Aomori, donde prometió verlas. Le aseguró a Hanayo que los gastos adicionales del viaje serían pagados por el Nuevo Imperio.

El Nuevo Imperio.

Es cierto que el cambio había sido de una sola palabra, pero se había notado un enorme cambio en política. El país entero seguía intentando digerir los eventos de los meses anteriores: terminó la guerra, los Iluminados se dispersaron (estaba el rumor de que habían sido erradicados), se expandió la cobertura del ejército hacia todas las zonas que aún quedaban dominadas por la CEPI y la emperatriz Honoka Kousaka decidió disolver todas las instituciones y proclamarse la autoridad suprema de Japón, la elegida por la misma Chikara, la primera Sentaku.

Hanayo, Rin y Hanamaru esperaban en el majestuoso atrio del Hotel Orona en Aomori (de lo poco que quedó intacto tras la guerra), cuando Maki llegó caminando con paso firme, vestida de uniforme blanco completamente impecable, gorra de comandante, insignias que gritaban su rango desde su túnica y un pequeño contingente de soldados imperiales como estela detrás de ella. Llevaba en la mano izquierda un portafolio de metal. Hanayo vio desde lejos que tenía una luz parpadeante, esto quería decir que abriría sólo frente a Maki y nadie más.

Una vez que intercambiaron saludos, los condujeron hacia una habitación privada. De camino, pasaron enfrente de un muralque tres artesanos grababan arduamente. Directo a la lujosa piedra pulida, los tres artesanos copiaban cuidadosamente un dibujo. Se estaba grabando la historia completa de Japón, desde su nacimiento con el sol hasta la época del Nuevo Imperio, con una figura en el centro de la Sentaku Honoka siendo coronada.

Maki las invitó a pasar. Los soldados imperiales se quedaron estoicos fuera de la habitación, haciendo guardia.

Dejaron a la pequeña Hanamaru curiosear por el luegar para prestarle atención a Maki, que puso despreocupadamente el portafolio sobre la mesa. Se agachó un poco para que su ojo se alineara con el escáner parpadeante y con un ligero clic, los seguros del portafolio se retiraron, aunque Maki prefirió mantenerlo cerrado.

—Escuché que Comunicaciones Cocoa te ofreció una posición permanente con ellos —le dijo a Hanayo.

—Lo estamos pensando muy seriamente, sí.

—Pues recházalos —le soltó de inmediato.

Rin frunció el ceño

—¿Por qué? Tendríamos una vida muy decente nya. Más que decente, de hecho…

—¿Desde cuándo les interesan los yenes? —Maki rio, viéndolas a ambas. A nadie más que a ella le dio risa. —En fin, porque tengo algo mil veces mejor para Pana.

Hanayo y Rin intercambiaron miradas de cansancio.

—No, déjenme explicarles. Ahora que la guerra se está calmando…

—¿Calmando? ¿No ha terminado nya? —Rin interrumpió.

Maki negó con la cabeza.

—La CEPI ha dejado de existir, pero un par de sus prefecturas independientes han opuesto mucha resistencia. Particularmente Okinawa y el norte están oponiendo más esfuerzo del que se esperaba. Nuestras tropas han intentado… varios ejercicios de pacificación, digamos, para instaurar un verdadero armisticio. La Sentaku ha establecido como prioridad reparar y reconstruir, y una forma de lograrlo es proveer energía sustentable a prefecturas que han sufrido en ambos lados del conflicto. Senboku está incluida, Pana.

Rin alzó una ceja en señal de duda.

—¿Estamos hablando de la misma inútil que no hizo nada como Emperatriz?

—Te recuerdo que venció a la CEPI, Rin.

—Con muchísima ayuda nya.

Maki ignoró el comentario, molesta.

—Como Sentaku y Suprema Líder de Japón, puede lograr todo lo que las instituciones corruptas no permitían. El proyecto Brillo Eterno es su visión, su sueño.

—¿Y cómo planea implementar este "Brillo Eterno"? —preguntó Hanayo con notoria curiosidad.

—Para empezar, destinó una impensable cantidad de fondos expropiados al banco separatista de los Verde para construir un centro de investigación precisamente cerca de Numazu. La bahía de Uchiura, frente al Monte Fuji, ya ha estado siendo ajustada a estas nuevas condiciones.

—¿¡Qué!? ¿Qué no ese lugar había sido por decreto imperial dado a perpetuidad como maravilla del Borde Medio nya? Había por allí un lindo templo —Rin estaba sorprendida.

—El estatuto se ha puesto en duda por decreto de la Sentaku, además, según tengo entendido, no todo el pueblo está siendo demolido, sólo una parte del mismo.

—¿Este centro de investigación es la mejor oferta de la que me hablabas? —interrumpió Hanayo viendo al piso.

—Lo es. ¿Qué opinas?

—No lo sé, supongo que dependerá del esquema, de cómo encaje por allí —Hanayo exhaló.

—¿No lo entiendes? ¿Encajar? —Maki sonrió de oreja a oreja, riendo un poco. —Pana-chan, La Sentaku Honoka quiere que seas directora de investigaciones. Es justo lo que me habías propuesto antes, incluso me di la libertad de tomar el boceto que me mostraste. En base a ese mismo hemos estado construyendo en Uchiura. Es tu trabajo ideal.

—¡Kayo-chin! —Rin dijo, sorprendida. Ambas se miraban con incredulidad.

—Maki-chan, ¡no sé qué decir!

—Di que sí. Sabes que es lo mejor para las tres— Maki extendió los brazos para darle un ligero abrazo por detrás. Luego, despegándose, con una sonrisa pícara dio un golpecito al maletín que había dejado en la mesa. —Tengo algo que sospecho que será un muy buen incentivo. Adiós a los límites de Zaofu… —Abrió el maletín, y lo giró hacia Rin y Hanayo para que ambas pudieran ver su contenido.

Rin se llevó las manos a la boca con asombro.

—¡Imposible nya! —dijo sorprendida— ¿Esos son…?

—Cristales celestiales —dijo Hanayo casi carraspeando, con una enorme dificultad para decir siquiera una palabra.

—Y hay mucho más de dónde salió eso. Ahora que los Iluminados han sido… desmantelados, el Nuevo Imperio tiene acceso ilimitado a lugares que por muchos siglos fueron restringidos exclusivamente para la Orden. No sólo hay muestras como esta; hay cristales enormes, Hanayo, incluso del tamaño de peñascos, según me dicen. Tal vez incluso más grandes.

Hanayo tomó uno de color violeta y lo sacó del maletín con más cuidado del necesario. Lo sacó del protector de espuma y lo puso en sus manos, acurrucándolo como si el cristal brillante fuera un niño. Lo giró para observarlo en todos sus ángulos. El precioso cristal violeta reflejaba la luz de sus ojos que comenzaban a destellear de la misma manera. Hanamaru llegó a toda prisa para verlo más de cerca, y le dijo a su mamá que quería uno de esos.

—Quizá algún día puedas tener el tuyo propio nya —le dijo Rin, y la alejó con cuidado del portafolio.

Maki estaba a punto de seguir explicando más a detalle cuando uno de los soldados la llamó y tuvo que excusarse. Rin esperó a que Maki saliera para decirle a Hanayo en voz baja:

—Kayo-chin, sabes de dónde salió esto, ¿verdad?

—Seguramente de algún lago escarchado en Hokkaido, o tal vez de una caverna oculta en Okinawa, de las islas remotas quizá —contestó casi sin ponerle atención ensimismada por los destellos del cristal

—No, no de qué lugar provienen, de dónde vienen nya.

—Por su color sé que es raro, sólo había visto uno violeta antes…

Rin casi la sacudió

—Mira su forma, su tamaño…

En cuanto entendió, volteó a verla con los ojos bien abiertos.

—Son cristales de proyectores celestiales. Esto se lo arrancaron al cadáver de un Iluminado.

Fin del capítulo


Y bien, ¿qué les pareció este capítulo? Parece que Honoka y sus amigas le ganaron a Nozomi, tal vez cuando por fin termine con esta historia escriba otra para hablar un poco más de toda esa parte, la he pensado como detalles que no escribo y de hecho en mi cabeza suena bastante bien… Pero bueno, esta primera parte de la historia ha terminado, y creo que ustedes aquí pueden ver, Hanayo finalmente ha caído en la trampa de Maki. Tengo que admitir que resistirse casi la mitad de la historia es un mérito, después de todo Maki fue bien inteligente para manipularla… Pero ahora que Hanayo estará trabajando con Maki, ¿cuánto tiempo le llevará descubrir qué es realmente ese "Brillo eterno"? ¿Podrá Rin abrirle los ojos a su Kayo? ¿Obtendrá Hanamaru conseguir su cristal? Dos de tres preguntas son bien importantes, descarten la que se vea más ilógica.

Creo que no es necesario mantener oculto que la nueva personalidad de los altos mandos junto a Honoka es Chika, ¿de dónde habrá salido? No se preocupen, en esta historia ella será igual de inexistente que Honoka. Me gusta mantener a las más poderosas sin aparecer directamente para darles precisamente ese aire de poder. Después de todo, podrá ser una eminencia, pero Hanayo, que es la protagonista, es solamente una investigadora más.

Tampoco profundicé demasiado en los Iluminados, pero su desaparición es equivalente a la orden 66 en Star Wars, así que acabo de ejecutar a varias personalidades importantes con su desaparición. Ni se diga de las cabezas de la CEPI, la verdad es que me dolió que acabaran con ellas de ese modo, pero es importante para el avance de la historia.

Por cierto, en avance al siguiente capítulo, será el regreso de otra chica que ha estado desaparecida por varios capítulos, ¿de quién se tratará?

Y bueno, pasando a los caprichos de la vida real de la autora, les confieso que he llegado a la conclusión de que abril es un mes bien feíto, siempre me pasan cosas bien feas en abril, pero bueno, no me puedo andar tirando que tengo mucho trabajo en la escuela y aparte todavía le estoy ayudando a mi mamá, entonces pues ya me llegará mayo para poder hacer berrinche tranquila. Por lo mientras me las arreglé para traerles este capítulo y tengo el último que adelanté preparado para dentro de dos semanas, así que tengo esta historia para una quincena más.

Y por cierto, casi se me olvidaba, casualmente hoy es cumpleaños de la mismísima Maki-chan. Démosle de regalo esta victoria sobre Umi, por fin consiguió tener en sus garras a Kayo.

Y bueno, pasando a otra cosa mariposa, ya no los molestaré que supongo que les robo más su tiempo con este rellenazo. Sin más por el momento, como siempre les agradezco por haber llegado hasta esta parte. Yo soy Aramaru, los quiero, y ahora sí me toca decirles… ¡Oyasuminassan!