Capítulo 1.
Milán, Italia. 06 de Octubre.
Campos de entrenamiento del equipo de fútbol Milán A.C.
El equipo juvenil de Italia se encontraba en el último día de un campamento de entrenamiento especial, en donde los jugadores del Milán A.C. de la Serie A, habían accedido de buena gana a entrenar personalmente a cada uno de los jóvenes que conformaban la selección Sub-19, todo con el único objetivo de que dominaran el estilo de juego "Defensa en Zona", el cual era la especialidad del equipo milanés.
Las dos estrellas de la Selección Juvenil Italiana, el portero Gino Hernández y el defensa Salvatore Gentile dominaban a la perfección no solo la "Defensa en Zona" sino también el estilo de Juego "Catenaccio" por lo que tanto profesionales como integrantes de la selección se encontraban esperanzados de que, con estos dos chicos en el campo de juego, la Escuadra Azzurra tuviera una gran participación en el próximo Mundial Juvenil que se celebraría dentro de algunos días en Japón.
Gino Hernández, portero titular y capitán de esta selección, tenía la esperanza de saldar cuentas y reivindicarse del lamentable resultado que tuvieron en el Campeonato Mundial Sub-16 que se celebró en París hace cuatro años en donde, a causa de un lamentable accidente, la selección italiana no había obtuvo buenos resultados, por lo que, a pesar de que el frío de principios de otoño comenzaba a calar en los cuerpos de los jugadores, él no dejaba que los ánimos decayeran pues no permitiría que el equipo se rindiera tan fácilmente, había un objetivo que cumplir y él debía guiarlos hasta él.
Después de una larga práctica en donde los jóvenes aprovecharon lo más que pudieron las enseñanzas de los mayores, por fin dieron por concluido el entrenamiento del día; una vez que los profesionales les desearon suerte a los seleccionados y se retiraron a los vestidores, el entrenador concentró entonces a su equipo para dar algunas instrucciones finales de lo observado en este campamento, así como también para informarles algunas noticias de último minuto.
Y por último, como recordarán.- comentó el entrenador Santoro, después de concluir con los detalles técnicos-. La directiva de la Federación Italiana de Fútbol convocó hace un par de meses a estudiantes y pasantes de fisioterapia o medicina de rehabilitación para elegir a tres integrantes que nos acompañarán en una estadía especial durante el Mundial Juvenil; pues bien, la directiva ya escogió y a partir de hoy los ganadores se integrarán con nosotros y apoyarán al Dr. Lucchetti en su trabajo.
Un murmullo general se comenzó a escuchar en el campo de entrenamiento; todos los jugadores hacían comentarios con sus compañeros más próximos sobre la noticia que acababan de recibir pues si bien ya la conocían, no habían creído que en verdad se fuera a llevar a cabo este proyecto. La murmuración por parte de los chicos era tal que el entrenador no podía hacerse escuchar para continuar.
- ¡Hey!.-exclamó Hernández, en voz alta, para que todos lo escucharan-. Dejen que el entrenador termine de hablar.- pidió, en un tono de voz autoritario pero al mismo tiempo cortés, a lo que el resto del equipo obedeció al instante.
- Gracias, Gino.- le agradeció el entrenador, antes de continuar-. Como les decía, a partir de hoy se integrarán a nuestro equipo de trabajo dos pasantes de fisioterapia y un estudiante de medicina.
El entrenador entonces procedió a llamar, uno a uno, a los recién ingresados al equipo; el primero en presentarse fue uno de los fisioterapeutas que era un joven de aproximadamente unos veintidós años de edad y quien provenía de Roma, el cual se llamaba Alessio; el segundo en las presentaciones fue el otro fisioterapeuta, quien procedía de Génova, era de la misma edad que el anterior y respondía al nombre de Fabio; finalmente tocó el turno de presentar al estudiante de medicina que había sido seleccionado en el equipo, y quién según palabras del entrenador, provenía de la misma ciudad de Milán. El técnico entonces hizo un gesto para llamarle y acto seguido una hermosa joven de larga cabellera ondulada de color castaño claro y ojos verdes se situó junto a él, presentándose con todos.
- Mucho gusto, mi nombre es Erika Shanks, tengo diecinueve años y soy estudiante de medicina en prácticas de rehabilitación.- comentó la joven, ante la mirada inquisidora de todos los jugadores.
La joven se encontraba en su segundo año de la carrera de medicina; sin embargo, desde un inicio, ella se había mostrado muy interesada en el campo de la rehabilitación, especialidad que pensaba realizar una vez que concluyera sus estudios básicos de medicina; cada vez que a la joven le tocaba realizar algún tipo de práctica en esta especialidad, ella demostraba su gran interés siendo de las mejores de su clase. Además, tomaba cuanto curso podía realizar, por lo que cuando uno de sus profesores le había sugerido que participara en la convocatoria emitida por parte de la Federación, no quiso perderse la oportunidad de formar parte de esta estadía.
Por un instante reinó el silencio total, todos estaban concentrados en mirar fijamente a la chica pues habían quedado muy sorprendidos ya que nadie esperaba que hubiera una mujer dentro de los seleccionados a formar parte del cuerpo médico del equipo. Sin embargo, el que parecía más sorprendido entre todos era Gino, quien permanecía inmóvil y en estado de shock, con la mirada clavada en la recién llegada pues sus ojos no daban crédito a lo que veían en ese instante, él creía estar soñando y no podía articular palabra alguna. ¿Era acaso un sueño o era real lo que veía?
Al final, Gentile fue quien rompió el silencio, lanzando el primer comentario sarcástico.
- No sabía que ya aceptábamos mujeres en un equipo de hombres.- comentó, con acidez-. ¿Qué sigue? ¿Qué juegue también en el campo con nosotros?
Todos lanzaron una estruendosa risa y comenzaron a murmurar al respecto, lanzando también protestas por lo bajo que hicieron que Erika se sintiera algo cohibida pero luego decidió ignorar el comentario del defensor pues se dijo que se había ganado su lugar limpiamente, luchando como todos los demás hasta obtenerlo y que el tiempo demostraría que ella estaba ahí por una buena razón.
El entrenador entonces cortó de tajo los comentarios de sus jugadores y los despachó a las regaderas, el día siguiente por la tarde, viajarían finalmente a Japón, por lo que tenían que ir a preparar sus equipajes y descansar para el gran día. Pronto todos comenzaron a retirarse y sólo quedó Gino, quien había permanecido en el mismo estado desde que la vio y ahora que todos se habían retirado ya, ella por fin lo miraba directamente.
- Hola.- sonrió Erika, con cierta timidez-. Hace mucho tiempo que no nos veíamos.
Gino por respuesta, le devolvió la sonrisa y la invitó a caminar un rato por los jardines de las instalaciones; como había dicho ella, había pasado mucho tiempo desde que se habían visto por última vez y él deseaba con ansias saber un poco más sobre lo que había sido de la vida de ella.
- ¿Así que medicina?.- preguntó Gino, después de un rato de caminata.
- Sí.- respondió la joven, con una actitud divertida-. Pero pretendo especializarme en rehabilitación en cuanto termine la carrera.
- ¿Y por qué esa especialidad y no otra como cirugía plástica, neurología o qué sé yo?.- inquirió, riendo.
- Así como a ti te gusta ser portero, a mí me gusta el área de rehabilitación.- respondió Erika, con tono decidido-. La verdad, es que siempre quise estudiar algo que….- ella suspiró, pues no pudo terminar la frase debido a que no se atrevió a decirle que él había sido una de las razones por las que ella había tomado la decisión de estudiar medicina de rehabilitación.
- ¿Al final qué?.- preguntó el portero, al ver la duda en la joven.
- Nada.- respondió Erika, y en seguida cambió el tema-. Mejor dime una cosa, ¿tú piensas igual que los demás? ¿Que una chica no merece estar en una estadía como ésta?¿En un equipo de hombres?
- ¡Por supuesto que no!.- respondió el portero, de inmediato-. Si tú estás aquí en lugar de cualquier otra persona, es seguramente porque te lo has ganado y en ese caso lo mereces.- sonrió, y luego de un momento de silencio, él suspiró para luego continuar-. Me da gusto volver a verte.
- A mí también.- le respondió ella, con una sonrisa.
Notas:
* Gino Hernández, Salvatore Gentile, Karl Heinz Schneider, Genzo Wakabayashi, Aoi Shingo y Tsubasa Ohzora son personajes de Captain Tsubasa y le pertenecen a Yoichi Takahashi.
* Erika y Elieth Shanks son personajes de Elieth Schneider.
* Lily Del Valle es un personaje de Lily de Wakabayashi y se usa con su consentimiento.
* Tanto el nombre de los jugadores de la selección italiana como el del entrenador son creaciones mías debido a que no se especifican en el manga.
* El resto de los personajes que aparecen en la historia son creaciones mías y me pertenecen.