Bien, vamos con algo cortito pero necesario. Aunque realmente los capítulos no están enlazados en sí, pero a veces sí xD.
El número
Todo aquel que tiene un crush sabe que hay algo que sucede en cuanto a temas de oído. De algún modo evoluciona para mejorar su recepción en todo lo que tenga que ver con esa persona en especial. Sabes cuando algo lo nombra antes que a ti. Conoces su color favorito, su comida favorita y hasta la serie favorita justamente porque lo has oído —o espiado—, así que esos secretos están curtidos.
Así que no es de extrañar que cuando escuchas su nombre levante las cabeza como si acabasen de llamarte a ti mismo y pongas la oreja. En este caso, nuestro querido Naruto Uzumaki, quien a veces hay que chillarle para llamar su atención estaba totalmente inmerso en la conversación en la que habían nombrado a "su" Hinata.
Fue Kiba, quien tenían clases distintas cuando hacían biología y él prefería lenguas muertas. No le importaba. Sabía que ellos eran amigos desde niños y que eso no iba a cambiar, especialmente porque Kiba no cesaba de buscar otros intereses amorosos.
—Hinata —nombró con toda la familiaridad del mundo—. He cambiado de móvil porque el otro se me ha roto. ¿Me pasas tu número?
—¡Claro! —aceptó Hinata tomando el móvil de su amigo para escribirlo.
Fue ahí donde algo explotó en la cabeza de Naruto. Algo que le hizo levantarse de sopetón y casi gritar. Hasta Shikamaru que estaba medio dormido en el escritorio de al lado dio un respingo y recibió una patada de Sasuke cuando su silla golpeó contra su escritorio, provocando que escribiese mal una palabra.
Pero el caos era más grave que eso. Naruto Uzumaki acababa de darse cuenta de algo.
¡NO TENÍA EL NÚMERO DE SU CRUSH!
¡Era el fin del mundo! ¿Cómo no se había dado cuenta hasta ese momento de que no lo tenía? ¡Lo seguía —acosaba— por face! ¡Tenía su Twitter —que usaba poco— y hasta su dirección (tras seguirle una vez)!
El pánico comenzó a aparecer y tuvo que respirar diversas veces para calmarse.
Bien. La idea era conseguir su número. Ir y preguntárselo directamente quedaba descartado. ¡Se moriría de vergüenza de sólo imaginarlo! No, incluso capaz decía alguna barbarie que lo arrastrara más a la profunda línea del amigo.
Así que lo suyo era idear otro tipo de plan. Uno más reservado que no le delatara. Uno que sólo él podría llevar a cabo.
Comenzaría durante la clase de gimnasia. Hinata siempre dejaba sus cosas menos la llave de la clase en su escritorio tras cambiarse. Naruto ideó el quedarse rezagado, coger su móvil y hacerse una llamada. Así que esperó a que los demás chicos salieran y cuando finalmente pudo, se acercó al bolso de Hinata. Podía ver el móvil sobresalir con aquel muñeco de Kurama, un personaje de la televisión, colgando.
Por un instante tuvo un momento de "Ay, qué mono, me lo quiero comer", hasta que la puerta se abrió repentinamente.
—Chicos, habéis terminado. ¿Verdad? —Sakura enarcó una ceja al verle—. ¿Naruto? ¿Qué haces ahí?
—Sakura, no has vuelto a llamar a la puerta —regañó poniéndose en pie—. Estaba atándome el cordón. ¿Qué haces tú? ¿Volver a intentar espiar a Sasuke?
—¿¡Qué!? ¡No, claro que no! —negó avergonzada—. Traía esto.
Le entregó unos cuantos folios.
—Déjaselos a Hinata. Él los repartirá luego.
Asintió y los puso sobre el escritorio, intentando hacer tiempo. Sakura no iba a marcharse hasta que él saliera, así que el primer intento fue completamente chafado.
El segundo fue un intento en las duchas. Hinata solía dejar el móvil en su taquilla y la confianza no le hacía cerrarla. Pensó que podría aprovechar esa situación, pero cuando llegó la loca idea de ver a Hinata en la ducha eclipsó cualquier pensamiento coherente. Aunque en lugar de ver a Hinata terminó viendo a Sasuke y vomitando por un buen rato.
Y después fue imposible. Hinata se lo metió en el pantalón y no hubo forma de llegar a él.
A fin de clases estaba ya agotado y frustrado. Se estiró sobre la mesa sin cesar de rumiar. Shikamaru se quitó los cascos que llevaba para mirarle con una ceja alzada.
—¿Qué diablos has estado haciendo todo el día? Mira que eres Stalker, pero hoy te has pasado.
Naruto sintió sus ojos aguarse. Se incorporó y dio una palmada sobre la mesa.
—¡Porque quiero el teléfono de Hinata!
Jadeó y miró a Shikamaru, quien sacó su móvil tranquilamente.
—Ah, eso. Me lo hubieras pedido. También lo tengo.
Volvió el móvil para que lo viera. Naruto quería matarse. ¡Una solución tan simple! ¡Y delante de sus narices! ¡Qué idiota era!
—¿El qué necesitas, Naruto?
Resbaló por la silla sin prestar atención. Porque, aunque uno tenga el oído listo para escuchar cuando llaman a tu Crush, a veces lo tiene atrofiado para sí mismo.
—Tu número —respondió Shikamaru por él.
—Ah, puedo dártelo.
—No, gracias —espetó con desinterés.
Shikamaru se quedó con la boca abierta.
—Ah… vale, entonces no…
Dio un respingo y levantó la cabeza. Con la boca abierta, quedándose de piedra. Shikamaru no pudo aguantar las carcajadas.
—¿Eres imbécil? —cuestionó dándole un golpe en la nuca.
Naruto pensaba a veces que sí. Era la sexta vez que enterraba su destino por estar pensando en las musarañas y no darse cuenta de que era Hinata. ¡Su Hinata!
—¡Quiero moriiiiiiiiiiiir!
—Vale, vale, te pasaré el móvil, pero deja de mancharme la ropa —protestó Shikamaru—. Espero no enamorarme nunca, por dios.
Naruto regresó a su casa en lágrima viva, dándole besos al móvil. Al menos, algo era algo.
Y ya tenía una nueva forma de Stalkear…
¡Y punto!
Este capítulo es una entrada, creo, para el comic que está haciendo Procrastinación del mismo fic y que no deberían de perdeeerse.
Porque ver a Naruto sufriendo por amor es divertido escrito, pero en viñetas es hermoso (l)
¡Nos leemos!