Disclaimer:
Los personajes, trama y detalles originales de Naruto son propiedad de Masashi Kishimoto, Shūeisha y Shūkan Shōnen Jump (manga), Hayato Date, Pierrot y TV Tokyo (anime).
Advertencias:
La clasificación indica temas que no son propiamente para menores o personas sensibles a asuntos relacionados con la violencia física, psicológica, y contenido de índole sexual en determinado momento, además de uso de lenguaje vulgar. Queda a discreción del lector el contenido.
Notas introductorias:
No sé cómo llegué a esto. No sé de dónde salió. No sé ni porqué no lo mandé al fondo del barril con otras ideas que abandoné. Pero empezó a crecer y crecer y pues… aquí estamos.
OoC a borbotones, quizás, y una línea algo torcida del canon.
Naughty Boy
Ino estaba segura de que el orgullo de una mujer, era la fuerza más avasalladora del universo, y haría que Neji lo descubriera, solo que no estaba preparada para el poderoso contraataque.
Kiss Kiss
—Entonces, simplemente salió ¡y juro que no era mi intención!
Naruto había empezado a reírse al punto en que se le entendía poco. Kiba, por su parte, solo se llevó una mano a la cara, tratando se controlar su propia expresión de vergüenza.
—Jamás había visto tanta irreverencia en un combate formal —interrumpió Neji, aunque su voz no tenía el tono severo de siempre, e Ino Yamanaka aguzó el oído enseguida. Lo adjudicó a la cerveza que Kiba le había obligado a destapar, y aunque era la única que llevaba en toda la noche, estaba segura de que, al igual que Lee, su tolerancia al alcohol era muy baja. Arqueó una ceja viéndolo dar un trago, siguiendo el movimiento de su perilla.
Neji era mayor que todos, se conocieron por la coincidencia de los exámenes a chūnin, y en subsecuentes misiones en las que alternaban unos con otros o unían equipos. Con el tiempo, se creó un tipo de vínculo que había convertido a su equipo en uno más de la camarilla de novatos, como los llamaban pese a los años. No obstante, a ella siempre le pareció curioso que ese vínculo no se hubiera formado con otros ninjas de su generación.
Los había visto alguna vez, se trataban con toda la formalidad esperada en las personas educadas, pero eran más como extraños, como si todos los años que pasaron juntos en la academia, no hubiesen existido. Incluso ella trataba con más familiaridad a sus compañeras que se rezagaron en la promoción, y salía de fiesta o compras con alguna que otra, porque Sakura era demasiado aguafiestas como para pasar los fines de semana en clubes de la capital, y ni siquiera se imaginaba invitando a Hinata. Bastaba con esa noche para reafirmar su punto, estaban en un establecimiento respetable que no vendía nada adulterado ni servicios indecorosos adicionales, y Sakura se había ido cerca de las ocho, Hinata no duró más, y Tenten llegó tarde, solo para irse unos minutos después, disculpándose con que tenía una misión temprano.
—Creo que nunca me van a dejar olvidarlo ¿verdad? —preguntó Kiba, proponiendo, de nuevo, un brindis, en honor al chico del cumpleaños, Naruto.
Todos accedieron levantando lo que estaban bebiendo en ese momento.
Teniéndolo al lado, Ino se pregunto ¿qué pensaría el Neji de ese entonces sobre el hombre que sería en el futuro? Sentado entre los novatos, bebiéndose una cerveza a la salud de lo que consideraba un perdedor problemático salido de la nada.
Ese chico frío, emocionalmente entumido y prisionero de sus terrores e inseguridades, seguramente rabiaría al ver la escena.
Frunció levemente el ceño recordando que había otro evento humillante en esos exámenes, una deuda que no estaba saldada.
Neji Hyūga era posiblemente el único hombre en la aldea que no la consideraba atractiva.
¡Y pensar que, en el bosque de la muerte, estaba dispuesta a convertirlo en su primer beso, desplazando a Sasuke!
—¿Sucede algo? —preguntó, mirándola.
Ino hizo un mohín. De verdad no le pasaba inadvertido nada.
Dejó escapar un suspiro, entrecerró los ojos y se acabó lo que le quedaba en el vaso de un solo trago, luego se puso de pie para sacar del bolsillo de su cadera el minúsculo monedero y poner sobre la mesa su parte de la cuenta.
—Ya me voy —dijo —, una dama conoce sus límites.
Dio un paso hacia atrás dando un ligero traspié.
—Espera —dijo Shikamaru estirándose perezosamente—, te acompaño.
Ino se apresuró a ponerle un dedo en la frente, volviéndolo a sentar.
—Estoy perfectamente —repuso con una sonrisa pícara—, acaben la noche entre chicos. Ya que me voy, pueden hablar de cosas sucias.
—¿Pero qué clase de hombres crees que somos? —preguntó ofendido.
Ino volvió a empujarlo por la frente, haciéndolo levemente hacia atrás.
—No te hagas el inocente, todos los hombres están cortados por la misma tijera.
Shikamaru se giró hacia los otros buscando algo de apoyo, pero en lugar de eso, Kiba levantó la mano a la altura de su cara, como si estuviera pidiendo permiso para hablar en clase, solo que no esperó a que alguien le preguntara.
—Yo si quiero llevar a Naruto a un club, por eso le dije a Hinata-chan que se fuera temprano.
—Le dijiste a Hinata-sama, ¿qué? —preguntó Neji inclinándose al frente.
—Tranquilo, no le di detalles, no quería matarla de la impresión.
—Fue su idea y no pidió consenso— se defendió Shino, con la voz trémula.
—¡Ah, chicos! —exclamó Naruto tomando por el cuello a Kiba —¡Este cumpleaños se pone cada vez mejor, dattebayo!
Ino puso las manos en su cadera, inclinándose hacia Shikamaru, dejando que su pelo hiciera una cortinilla, con lo que evitaba que le leyeran los labios. Algo que sabía, incluso borrachos, todos en la mesa podían hacer.
—Mientras no pida a Sasuke saliendo de un pastel, creo que todo va a salir bien.
Shikamaru escupió lo que tenía en la boca, y estaba seguro de que incluso le salió un poco por la nariz, lo que había sido doloroso, pero provocó las carcajadas de Naruto, Kiba y Chōji, mientras que Lee apenas había tenido tiempo para moverse chocando con Neji.
—Me voy muchachos —repitió la rubia —, no me cuenten los detalles.
Les lanzó un beso a todos y se movió por entre las mesas del ruidoso sitio bastante concurrido, por lo mismo, hacía bastante calor, así que recibir el aire frio de la madrugada, aunque le erizó la piel, fue gratificante. Se sacudió el pelo, respiró profundo y emprendió el camino hacia su casa sin tener prisa.
Levantó la vista al cielo. La noche estaba despejada, no había luna, solo las farolas de la calle encendidas, iluminando en tonos amarillentos.
—¿Tienes algún plan en especial o solo te lanzarás encima? —preguntó Ino mirando sobre su hombro al sujeto que la había estado siguiendo desde que salió del bar. Se dio la vuelta, dejando las manos a la espalda, balanceándose con elegante dejadez, de modo que su pelo se meció suavemente.
—Vamos dulzura —susurró él con la torpeza que solo el alcohol podía proporcionar —, estás ahí con todos esos niños y ¿vas a desaprovechar la proposición de un hombre de verdad?
—No estoy de humor para una conversación lasciva de parte de un idiota.
Ino hizo unos sellos y el hombre cayó al suelo de rodillas.
—Realmente no estás ebria —dijo Neji acercándose.
—Me sorprende que tú tampoco— repuso ella.
—¿Quién se pone ebrio con solo una cerveza?
—Lee —respondió con total seguridad.
Neji pareció dudarlo solo un instante antes de proferir una risa apenas perceptible, tanto que Ino creyó que se la había imaginado.
Simplemente era incapaz de imaginarse al Neji que conoció en el bosque de la muerte ahí frente a ella.
Se pasó las manos por detrás del cuello, levantándose el pelo para sacudirlo. Se trataba del mismo movimiento que había hecho en aquella ocasión en que no solo la ignoró por completo, la mandó a volar, incluso insinuó que bien podría pelear sin tenerle consideraciones. A ella misma sí pudo imaginarse. Sin duda se daría una reprimenda por la poca naturalidad de sus movimientos, y no culparía a Neji por no fijarse en su belleza.
—Lo perfeccionaste.
La voz de Neji la sacó de sus pensamientos, pero fue el roce de la punta de sus dedos en la piel de su cintura lo que la hizo estremecer. En algún momento había caminado hasta quedar frente a ella, tan cerca que tenía que levantar la cara para mirarlo a los ojos. Lentamente bajó los brazos, recargando las manos en los antebrazos del muchacho, y constatando con ello, que no estaba imaginándose nada.
—Me refiero a que, es difícil ignorarte cuando lo haces.
Ino se puso en puntas de pie dándole un beso en los labios, apenas un roce. Esperaba que, en el mejor de los casos, él simplemente se hiciera para atrás, rechazándola, para lo que el plan era reírse y decirle que era un miedoso. Regresó a su sitio, sin tener en absoluto la sensación de haber cobrado la deuda que tenían pendiente, aunque no por eso era menos extraño el hecho de que estuvieran ahí.
Contuvo un jadeo, sujetándose con fuerza de las mangas de la chaqueta mientras recibía un ligero empujón y la boca de Neji atrapaba sus labios, cerrándole la vía de escape al sujetarla con firmeza de la cintura.
—Definitivamente estás borracho —dijo entre jadeos cuando por fin consiguió un poco de espacio.
Comentarios y aclaraciones:
¿Qué dice el público? ¿Consideran que vale la pena seguir?
¡Gracias por leer!