Cinco.

Blueberry y Papyrus caminaban de un extremo a otro con energía, como dos vigilantes se desplazaban formando un cuadrado perfecto rodeando a sus hermanos y doppelgangers. No se detuvieron a pesar de las miradas de extrañeza que algunos de los presentes les dedicaban con su trayectoria, pues mientras Blue hacia gestos de observación al norte, Papyrus prestaba atención a la zona sur de donde permanecían. Edge hubiese querido unirse pero poco después de ver cuan ridículos se veían aquellos dos se abstuvo de ser un tercer retrasado. Stretch y Sans sólo se limitaban a vigilarlos desde sus posiciones al centro del cuadrado, aunque Sans mantenía distancia con Stretch debido a lo desagradable que era la sensación prolongada del humo del tabaco que Carrot no dejaba de fumar. Pronto la hiperactividad de ambos esqueletos de menor edad terminó por hastiar a Red, quien no pudo evitar levantarse de golpe del suelo y permitir que toda la cólera reunida bajo sus costillas finalmente explotara en contra de ellos.

—¡Ya basta, ustedes dos! —exclamó, apenas logrando su objetivo de que Papyrus y Blue le prestaran atención, pues realmente ninguno había dejado de custodiar los alrededores. Edge se extrañó por la falta de paciencia de su hermano—. ¿Se puede saber por qué demonios están haciendo este estúpido recorrido? ¡No tiene sentido!

—Para tu información, estimado Red —contestó Papyrus adoptando una postura pedante—. Este "estúpido recorrido", como tú lo haz llamado, es en realidad un trabajo importante de supervisión. No sabemos en qué momento aparecerán nuestros otros yo o en qué dirección vendrán así que el Magnifico Blue y el Gran Classic Papyrus hemos decidido no descansar hasta tener a todos a salvo aquí con nosotros.

—Puedes considerar que somos oficialmente los centinelas del equipo —agregó Blue con obvia satisfacción, crispando aún más los nervios ya alterados de Red; verlo tan molesto por el comportamiento de alguien más consiguió arrancarle una sonrisa a Edge.

—¡Eres Sansacional, Centinela Blue! —elogió Stretch colocando ambas manos a cada costado de su dentadura para formar una bocina. Classic Sans se echó a reír.

—Gracias, Papy. Pero me gustaría más que evitaras hacer bromas —reprobó Blueberry.

—No me opongo a la idea de que cada miembro del grupo posea un trabajo concreto —dijo Raspberry después de un bufido—, aunque... la cuestión aquí es si ustedes dos serán capaces de sobrellevar la responsabilidad —agregó dedicándoles una sonrisa malvada a Blue y Papyrus, cuyos rostros al instante se mostraron preocupados. Rasp no se abstuvo de reír con enferma diversión—. La vida de todos dependería de su vigilancia en ciertos casos, incluidas las de sus presuntos hermanos. Caso que aplica en nuestra situación actual. Créanme, no querrán asumir la culpa cuando esta llegue. Muchos mueren en el camino.

—Oye, deja en paz a los chicos —replicó Carrot con gesto fastidiado.

—Sea que haya cierta dificultad o no en tomar esta actividad, no viene al caso. Me parece de muy mal gusto que molestes a nuestros hermanos de esta manera —comentó Sans, en apoyo a su compañero de bromas.

—¿Oh? —Raspberry mantuvo la burla en su acento mientras los miraba—. Discúlpame por ser realista. No tenía idea de que un par de nosotros considerara una ofensa romper la ignorancia de quienes la poseen. Pero no se preocupen, es comprensible, debieron tardarse más de una vida en forjar la venda con la que cubren las pupilas de sus hermanos pequeños.

Slim prestó atención a su hermano menor al comprender el sentido de aquellas palabras, devolviendo su mirada a los dos cuyos gestos habían sido intercambiados por una expresión que -aunque serena- representaba el peligro y amenaza más pura que cualquiera con experiencia en batalla podría reconocer enseguida, pues si el intercambio de palabras entre Raspberry y aquellos dos era el adecuado pronto daría inicio una pelea.

—Veo que tienes vertebras venenosas, amigo —comentó Sans eliminando su enojo bajo una coraza de calma mientras se ponía de pie y miraba a Rasp con aquel semblante despreocupado de siempre—. Si te hace sentir bien, admitiré que parte de tus calumnias pueden ser ciertas, pero también me tomaré la libertad de expresar que tu tono me está incomodando, y mucho.

—No pienso disculparme —aseguró.

—No quiero que lo hagas —declaró al instante—, sólo te pido que moderes un poco tu ego, nadie está aquí para ser humillado por un señorito.

Rasp dejó emerger de las profundidades de su alma una risa tranquila y melodiosa mientras veía distraídamente hacia la nieve y jugueteaba con el pelo de la capucha que cubría el cráneo de Slim, el cual no apartaba la vista de Classic Sans en ningún momento, como si se preparara para atacar, y de esto Honey se dio cuenta así que tiró la colilla de su cigarrillo pensando en un método efectivo para disminuir la tensión del ambiente, más fue Classic Papyrus quien se apresuró intervenir.

—Está bien, Sans. No me molesta que Rasp exprese su opinión. En realidad debería agradacerle por conscientizarnos a Blue y a mi sobre lo que significa ser un centinela en nuestra postura.

—Paps... —Sans estaba anonadado por la reacción de su hermano menor.

—Si queremos ser miembros de la guardia real debemos prepararnos física y mentalmente así que esta información nos será de gran utilidad —afirmó Blue asintiendo efusivamente. Stretch sonrió orgulloso mientras Sans se relajaba y retiraba de vuelta a su lugar. Classic Papyrus suspiró discretamente, aliviado de que las cosas se calmaran y su gesto fue percibido por Edge quien cruzado de brazos inclinó el cráneo y bufó con fastidio.

—Que sujetos tan simples —musitó para sí mismo, alertando a Red sin querer.

—¿Jefe?

—Ahora no, Sans —replicó enseguida, Red no tuvo otra opción más que resignarse.

Unos instantes más el único sonido que reinaba en el ambiente era el de ventiscas lejanas, el viento tan despiadado que lograba torcer considerable las ramas muertas de los arboles de alrededor, cuando Blue divisó a dos figuras en la lejanía, advirtiendo sobre ello al resto, quienes miraron en la dirección señalada con rapidez y comprobaron que efectivamente dos figuras se aproximaban. Sin embargo, estas a su vez cargaban a dos siluetas más cuales costales. Sans y Papyrus las desconocieron enseguida, mas asumieron debía tratarse de sus dos dobles faltantes, aquellos que los Horror aseguraron intentarían persuadir de no pelar. Mientras se acercaban, Horror Sans y Red compartieron miradas, pues la intensidad con la que Red les había acuchillado había hecho ensanchar la eterna sonrisa sádica en el rostro de Horror, transmitiéndole la desconfianza que comenzaba a sentir por ellos.

—Hey, Horror. ¿Sucedió algo? —cuestionó Classic Sans avanzando hasta los recién llegados. Horror Papyrus había soltado a su doppelganger sin ninguna delicadeza sobre la nieve, al igual que su hermano mayor quien se tomó la libertad de mirar al resto de esqueletos de uno en uno igual que una bestia hambrienta rodeaba por fuentes de alimento.

—No mucho pero nuestros amigos no nos facilitaron sus huesos —comentó—, así que decidimos noquearlos y traerlos ante ustedes para terminar con la tarea.

—Hasta en tu versión grotesca eres un desperdicio de espacio, Red —espetó Edge despreocupadamente a su hermano quien balbuceó de la impresión sin llegar a formular una replica en contra de su jefe, pues había sido tomado por sorpresa.

—Ustedes y ellos son los últimos, ¿uh? Esto es... extraño —Stretch se frotó la nuca con inquietud mientras miraba a los esqueletos vestidos de purpura.

—¿No tienes la impresión de que poseen mucha similitud con nosotros, Papy? —cuestionó Blue con intriga, las pupilas brillantes creciendo dentro de sus hondas cuencas.

—Si... es por eso que me está incomodando.

—Sus tácticas de batalla son una verdadera molestia —Horror Sans prosiguió—. No se hubiesen detenido de no ser por... —Horror Sans se negó terminar la frase y esto Sans lo notó—. Oh, no importa. De cualquier manera será difícil mantenerlos tranquilos una vez despierten. ¿Alguna idea?

—Antes que nada, te agradecería que nos explicaras sus razones para pelear —intervino Edge, Horror Sans lo miró de forma inquisitiva.

—¿Qué quieres decir?

—Algunos de nosotros peleamos por motivos de territorio, ya que creímos continuábamos en Snowdin. ¿Qué hay de ellos?

—Oh —Horror Sans lo comprendió luego de pensarlo en silencio unos momentos—. Si, nos atacaron porque deseaban subir de nivel con nuestra muerte —Los presentes reaccionaron con sus palabras—, al menos por parte del pequeño. El otro incluso me propuso fingir una lucha debido a que no le apetecía cansarse.

—Ya veo —Edge asintió con expresión satisfecha—. Entonces nuestro objetivo a convencer es "Sans" pues, por lo que dices, "Papyrus" no necesita explicaciones para estar tranquilo.

—También mencionó que es avaricioso así que bastaría que alguien le diera dinero para portarse bien, eso creo —agregó.

Papyrus se había precipitado a hurgarse los bolsillos al igual que Blue una vez escucharon ese dato.

—Dicho esto, les cedo el derecho de hablar con él, yo estoy fuera —declaró Horror Sans haciendo un gesto con la mano, Edge y Blue se mostraron inconformes con su actitud. Sin embargo, un alargado gemido interrumpió la quietud del ambiente, logrando que algunos de los esqueletos se sobresaltaran antes de mirar a Money quien comenzaba a levantarse del suelo con una mano sujeta a la parte delantera de su cráneo, completamente aturdido.

—Bienvenido de vuelta a la vida, amigo —le saludó Stretch, colocándose justo enfrente de él. Money abrió su cuenca libre visualizando con escepticismo los tenis sin agujeta color naranja antes de alzar la mirada con expresión recelosa a su solicitante, descubriendo que realmente un reflejo suyo estaba hablándole.

—Oh, que curiosa alucinación —dijo formando una sonrisa en su quijada—. ¿Debo tomarlo como una advertencia para dejar la marihuana? ¿O tal vez la cocaína? —Stretch se alzó de hombros con cierto desinterés, antes de que Money mirara al resto de monstruos ocupando espacio en aquella zona. —Todos ustedes deben ser... vaya, son demasiados. Ahora en verdad me estoy sintiendo preocupado.

—Tranquilo, colega. No somos alucinaciones, se podría decir que somos "tú" y "tu hermano" pero diferentes, ¿entiendes? —anunció Classic Sans.

—¿Oh? ¿Son los amigos que mencionaste antes, chico del cráneo roto? —Money se dirigió a Horror Sans quien desvió la mirada sin disimular la burla en su acento.

—Algo así, pero los miembros han aumentado. Tenemos un serio problema de mantenimiento en cada uno de nuestros universos, como verás.

—Lamentable —admitió Money conservando la calma—. ¿Y? ¿Qué quieren de nosotros?

—Queremos que tú y tu hermano se abstengan de pelear, ya que ahora mismo necesitamos de la mayor cantidad de ayuda posible para que cada uno vuelva a su respectiva dimensión antes de que sea demasiado tarde —resumió Stretch, consiguiendo que la expresión amenazadora de su doppelganger se disipara, intercambiada por una nueva capa de tranquilidad—. Lo que quiero decir es que estamos reclutando, ¿te nos unes?

—Humm, no lo sé —replicó distraídamente—, sería fácil aceptarlo pero hasta ahora no me han dado más que explicaciones y yo soy un esqueleto que requiere motivaciones reales más que palabras de salvación, ¿entienden? ¿Conocen los tributos? No soy barato.

—No estoy seguro cuál sería la cantidad apropiada para comprar tu lealtad —comentó Papyrus luego de revisar su cartera, Sans le dedicó una mirada llena de incredulidad, antes de volverse a Money, incapaz de creer que estuviese hablando en serio.

—Sorprendanme —replicó con simpleza.

—¿Qué te parece... 20G? —ofreció Blue rápidamente.

—¿Dónde estamos? ¿En un bazar de cosas inservibles? Puedo obtener esa cantidad y más rompiendo los huesos de cualquiera de ustedes —replicó, casi ofendido. Blue hizo una mueca infantil frente al rechazo. Stretch suspiró con cansancio; esto iba a ser más complicado de lo que imaginó en un principio.

—¿Te satisfacen 50G? —ofreció Papyrus con timidez.

—Por lo que escucho, todos tienen ánimos de ser perforados por mis huesos.

—Está bien, escuché suficiente —espetó Raspberry avanzando hasta Money mientras se cruzaba de brazos y lo observaba desde arriba ya que este último no se había levantado del suelo. Money le devolvió la mirada, curioso por las llamativas ropas que aquel esqueleto vestía, no era como si estuviera interesado en observar cuidadosamente a otros esqueletos además de su hermano pero este soldado se veía afeminado—. Establece la cantidad mínima que estas dispuesto aceptar antes de que afile mi magia.

—¿Sin rencores? —quiso saber dedicándole una sonrisa maliciosa al segundo al mando de la guardia real, Slim no tardó en colocarse tras su hermano en señal de amenaza.

—Ladra —insistió Rasp con creciente impaciencia.

—Ohoho, alguien tiene muy mal húmero —comentó con diversión—. De acuerdo, ya que tienes la amabilidad de pedirlo con tanta delicadeza, abramos la subasta con 2600G. —Tal cantidad no tardó en impactar con dureza sobre la mitad de los esqueletos presentes a excepción de los caídos*, pues Horror Papyrus ni siquiera lo comprendió. —Me parece un precio razonable, ya sea que lo traspasen o no.

—... Bien —Raspberry se giró hacia los demás con Slim cuidando su espina dorsal—. Tenemos la suma. ¿Cuánto oro están dispuestos a ofrecer? —cuestionó sin reparos.

—Para evitar conflictos, creo que lo más conveniente sería aportar de forma equitativa, es decir, que cada uno de nosotros junte la misma porción —opinó Papyrus.

—Mi cartera cuenta con la pobre cantidad de 5G, dudo que pueda serle fiel a esa ley —dijo Stretch en acento desganado, Blue lo miró con reproche.

—¿Es en serio? ¿Entonces qué tienes dentro de los bolsillos, hermano?

—Dos cajetillas de cigarrillos, un encendedor y un pequeño envase de miel —enumeró.

—¡Ugh! —Blue se tomó la cabeza adoptando una postura irritada—. ¿¡Cómo puede un sólo esqueleto ser tan vago e irresponsable!? ¡Para avanzar en esta vida lo mejor que un monstruo puede hacer es anticiparse a toda clase de emergencias! —regañó señalando con dureza a su hermano—. ¡Aún si dicha emergencia es ser transportados a otra dimensión!

—¿Cómo podría saber que necesitaría dinero para sobornar a un doble mío?

—¿¡Cómo es posible siquiera salir fuera de casa sin suficiente oro dentro del bolsillo!?

—Espero que tengas más que empaques de ketchup en tus pantalones, Sans —Papyrus le dedicó una mirada de sospecha a su hermano mayor, el cual se alzó de hombros con una sonrisa relajada adornando su cadavérico rostro.

—No te preocupes, hermano. Por suerte tenía planeado pagarle a Grillby mi cuenta durante uno de mis dos descansos antes de ser tragados por la neblina.

—¿De verdad? —cuestionó Papyrus completamente inconvencido.

—No. Sólo hay empaques de ketchup en mis bolsillos. Hey, tendrás que pagar mi parte.

—¡Lo sabía! —exclamó Papyrus incapaz de reprimir un gesto de rabia potenciado. Red se permitió la libertad de reír por la escena que aquel cuarteto estaba montando antes de que la voz de su hermano lo obligara prestarle su absoluta atención.

—Sans.

—¿Si, jefe? —Red respondió al llamado con obvio nerviosismo.

—Tu cartera. —Edge extendió el brazo hacia el sudoroso esqueleto quien fastidiado introdujo sus huesudas manos en los bolsillos, sacando el objeto que momentos después entregó a su hermano menor. Edge hizo una mueca de asco en cuanto se percató de los residuos de mostaza adornando la fina pieza de cuero que le había dado de obsequio antes, liberando un suspiro resignado—. Encantador como siempre, no podía esperar más de un perezoso buenoparanada como tú. —comentó para posteriormente tomar la mitad de lo que contenía, juntandola con su propio dinero, y posteriormente devolvérsela a Red sin siquiera mirarlo—. Ofreceremos 1205G pero no me quejaré en vista de que muchos de ustedes carecen de efectivo competente.

—Aunque en nuestro universo el oro sigue funcionando, Snowdin es la región más pobre así que no podemos ayudarles más que con 74G —advirtió Horror Sans—, lo cual me temo es todo lo que tenemos encima.

—¡Blue y yo logramos reunir 293G! —comunicó Papyrus entusiasmado.

—Entonces nosotros completaremos los 1028G faltantes —determinó Raspberry rápidamente, permitiendo que Slim se acercara a cada pareja para reunir el oro dentro de un frasco de cristal que había encontrado dentro del bolsillo de su chaqueta para entregarlo a su hermano menor, quien se dirigió nuevamente al esqueleto que ni siquiera había hecho el intento de levantarse—. Aquí está —Rasp le mostró a Money el frasco repleto de oro—, tendrás lo que quieres y un poco extra de parte nuestra pero a cambio de esta porción suplementaria quiero que seas dócil, casi sumiso, con cada uno de nosotros.

—Todo sea por el oro que tienes entre los falanges —asintió Money con gesto infantil, muchos se sorprendieron por aquel cambio tan brusco de actitud, pues al principio lucía bastante amenazador, lo suficiente para inspirar un poco de miedo.

—... Buen chico —dijo Raspberry con una sonrisa tensa, producto de la ligera satisfacción que aquella reacción le provocó, mientras trataba de ignorarlo. La expresión de Puppy se volvió sombría al darse cuenta de la atmósfera entorno a su hermano menor; sabía cuanto le agradaban los monstruos obedientes a su lord después de todo. Entonces un nuevo quejido se lanzó sobre la dimensión.

—¿Qué... qué fue lo que... ? ¿Papyrus? —preguntaba Purple adormilado, con las cuencas entreabiertas logró ubicar la figura de su hermano mayor a su lado, percatandose de la felicidad que este desbordaba mirando aquel puñado de oro brillante, devolvió la mirada a su alrededor y al fin notó al resto de monstruos. —Ustedes... —Al pensarlo detenidamente unos segundos más, Purple abrió las cuencas de golpe, levantándose y desplazándose hacia atrás con un par de movimientos sencillos, esta reacción puso en alerta a los demás esqueletos, preparados para afrontar al pequeño monstruo —¡Papyrus! ¿¡Qué mierda crees que haces!? ¡Prepárate para obtener puntos de EXP! ¡Hay diez objetivos frente a nosotros!

—¿Perdón? —Money apenas se percató de la consciencia de su hermano menor—. Ah, lo siento, hermanito. Ellos me dieron oro así que no estoy obligado a romperles los huesos.

—¿Ah? ¡Infeliz traidor! —espetó Purple desde su posición sin disimular ni un poco su rabia.

—Sería bueno que te tranquilizaras y mejor habláramos, chico —intentó convencer Classic Sans, evitando encender su pupila de batalla—, en estos momentos todos estamos afrontando problemas mayores que la adquisición de AMOR, territorio y esas cosas. No es necesario pelear cuando ni siquiera estamos en nuestro Universo de origen.

—Me importa un comino lo que tengas que decirme al respecto —Purple declaró convocando su gasterguadaña y preparándose para luchar mientras les señalaba—. ¿Acaso crees que el Grandioso Sans no se percató de la anomalía gobernante en esta dimensión? Mwar har har, ¡te equivocas! Por supuesto que lo he notado pero no pretendo unirme a un escuadrón de inferiores canallas como ustedes. Quédense con el inútil de mi hermano, no lo necesito para convertirlos en polvo.

Sans hizo una mueca de cansancio que lentamente se tranformaba en irritación, comprendiendo que este doble suyo podría fácilmente ganarse el titulo del más terco habitando entre los universos; y algo le decía que sería un dolor de cabeza inmenso si es que lograban convencerlo. De pronto, y sin previo aviso, Raspberry avanzó varios pasos delante de los demás con Slim acompañando fielmente su andar, intrigando a muchos de quienes habían estado ocupados pensando en argumentos que podrían serles de utilidad.

—Por lo visto esto no funcionará de forma pacifica —comentó rebosante de calma.

—Si es del tipo de monstruo que necesita quien le enseñe modales —secundó Edge colocándose en sincronía con Raspberry mientras Red hacia lo mismo que Puppy desde el otro extremo—, con gusto nos ofrecemos voluntarios.

—Está bien si eso quieren —admitió Stretch alzándose de hombros—, pero traten de no hacerle mucho daño, después de todo no importa su actitud sigue siendo un Sans, lo que significa que una herida suya podría afectarnos a todos.

—Vamos a intentarlo —comentó Slim con cierta timidez.

—Pero no lo prometemos —agregó Red sin mirarlos—. En la guerra por la acumulación de AMOR, la mínima muestra de compasión suele convertirse en una condena eterna. Además —añadió mirando por un breve momento a su hermano menor con cierta alegría, siendo espectador de la sonrisa ansiosa que se dibujaba en la dentadura y quijada de este sin disimulo—, hemos jugado a los pacíficos mucho tiempo. Es hora de que esta dimensión reciba una cucharada de nuestra propia hospitalidad.

Terminada su frase Red se teletransportó y al instante siguiente Slim recibió las ordenes de Raspberry para embestir al esqueleto que tenían enfrente. Anticipando los ataques, Purple agitó su gasterguadaña con la intención de golpear a Slim pero, cuando lo tuvo a centimetros de su posición, Puppy se teletransportó y Purple se vio obligado a crear un muro de huesos a su alrededor para evitar los ataques sorpresa de Red y Slim quienes se vieron obligados a retroceder cuando su plan no surtió efecto. Los huesos purpuras desaparecieron y entonces una lluvia de huesos mágicos color rojo lo obligaron deslizarse fuera del rango para ser nuevamente interceptado, pero esta vez por un gaster blaster cuyo disparo color azul esta vez lo obligó quedarse quieto antes de que todo un arsenal de huesos lo capturaran igual que un ave. Gruñó mientras buscaba algún punto ciego pero la serie de huesos que daban forma a su prisión se estructuraban a la perfección, era imposible que pudiese escapar así; en realidad, de haber sido atacado a matar por ellos ya hubiese sido hecho polvo. Volvió a gruñir esta vez mirando a los cuatro esqueletos de vestimentas oscilantes entre rojo y negro, sintiendo a la envidia hervir dentro de su cuerpo. Maldito fuese su hermano por no estar a su disposición cuando realmente lo requería. Pero más maldijo la sincronización de esos sujetos que eran lo más fuerte a lo que había llegado enfrentarse en la vida. Por otro lado, el resto de esqueletos estaban maravillados por la destreza de sus doppelgangers; no cabía duda que sus universos eran letales. Classic Sans podría reconocer entonces que sería una terrible idea tenerlos como enemigos.

—Tú pierdes —señaló Raspberry a Purple quien no se evitó gruñir una vez más—, ahora te conviene detener tus ataques si no quieres que tu poder sea nuestro. Y créeme que esta no es una oferta que le hago a cualquiera, si estuviéramos en mi mundo esto no terminaría así.

—¡Tampoco en el mío! —exclamó Purple levantando el brazo.

—Ten cuidado con eso —comentó Edge y dos huesos filosos en posición de tijera amenazaron el cuello de Purple quien sintió un escalofrió descender por su espina dorsal, el movimiento mágico a sus espaldas había sido fácil de percibir después de todo—, si conjuras algo más mi magia te cercenará el cráneo y no quieres eso... ¿o, si?

Purple miró a su costado cuando un par de pasos perezosos se acercaron relativamente a su posición, descubriendo a Red quien le indicó con un gesto burlón que mirase hacia arriba, y así lo hizo, sólo para descubrir que otra serie de huesos punzocortantes bloqueaban su salida aérea. Más tampoco podía confiarse de la nieve bajo sus botas, pues suponía que el esqueleto a su otro costado estaba preparado para hacer emerger otra serie de huesos filosos del suelo congelado con el menor paso en falso. En este punto no le quedaba nada mejor que las palabras así que inspiró profundo aire antes de hablar.

—Deben estar muy ansiosos porque acceda unirme a ustedes, mwa har har —se dejó reír bajando el brazo y adoptando una postura de rendición total, pretendiendo que con esto rompieran sus defensas para hacerlos confiarse y enseguida atacar a traición pero esto no sucedió así que se relajó todavía más—. Hasta ahora ningún fan habia llegado tan lejos para obtener mi maravillosa presencia de su lado.

—¿Fan... ? —Rasp así como Edge y sus hermanos se desentendieron por aquellas palabras.

—¡Pero no se preocupen, mis fanáticos! ¡Sus insanos movimientos no serán desperdiciados! Tendré la bondad de unirme a ustedes, cosa que nunca hago, para rellenar sus huecas y desafortunadas existencias con mi maravillosa figura caminando a la par!

—Ese sujeto... ¿es estúpido? —cuestionó Horror Sans en voz alta, Horror Papyrus continuaba sin comprender lo que estaba sucediendo así que no hizo más que ladear el cráneo con confusión; Stretch y Sans hubiesen estado de acuerdo si la emoción que minutos después expresaron sus vislumbrados hermanos menores no les hubiera sorprendido.

—¡Wowie! ¡Que espíritu! —exclamó Papyus cubriéndose los dientes.

—¡Wowzers! ¡Ese es un verdadero guerrero! —le secundó Blue de la misma manera, con sus cuencas volviendo a formar dos grandes estrellas. Rasp y Edge se habían quedado callados observando con expresiones fastidiadas la pose de Purple, pues en ese momentos se estaban arrepintiendo de perdonarle la vida y en cambio deseaban perforar su alma ahí mismo, ignorar la promesa que le habían hecho a sus "dobles pacíficos".

—Pero, bueno, ¿van a dejarme ir o tendré que felicitarlos más? —cuestionó Purple un tanto impaciente. Red y Slim compartieron miradas entre sí y luego con sus hermanos, recibiendo el asentimiento que esperaban para deshacer sus huesos mágicos sin desprevenirse aún. Al sentirse libre, Purple avanzó un par de pasos con sigilo para enseguida recuperar la confianza del principio—. Vaya situación, ¿uh? Primero compran la lealtad de mi hermano y luego me atacan tan apasionadamente. Debo gustarles mucho.

—Ya quisieras, escoria —replicó Edge rápidamente—, no hacemos esto porque queremos pero al existir una posibilidad de vinculación no podemos permitir que pequeñas molestias como tú quieran iniciar una pelea tan peligrosa.

—¿Vinculación? —Purple repitió, intrigado, más no fue el único en prestar atención a este detalle ya que Money había dejado de admirar el oro entre sus falanges para mirar a quienes tenía de frente en busca de una respuesta.

—Bien, esto puede ser largo pero se los explicaremos —afirmó Sans avanzando hacia Money quien optó por guardarse su reciente adquisición en los bolsillos antes de ponerse de pie para recibir a este esqueleto. Por otro lado, Purple había denegado sus oscuros planes anteriores para acercarse también a escuchar lo que tuvieran que decirle.

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Un segundo de meditación, sólo un instante necesitó Murder para reanimar sus demonios internos y aceptar lo que estaba a punto de ocurrir. Era cierto que todavía desconocía los mecanismos de esta misteriosa dimensión donde había caído junto a su hermano pero comprendió que no existían motivos reales para temerle a sus cambiantes zonas. Abrió las cuencas activando su ojo de combate, convencido de iniciar antes de que la niebla volviera así que avanzó sin temor por el indiferente terreno blanco. En su cuello la bufanda roja onduló con el soplo del viento y a su espalda el espectro de su hermano le animó a continuar mientras la sonrisa en su rostro crecía. Finalmente estaba preparado.

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Después de escuchar la explicación de sus otros yo, Purple y Money permanecieron en silencio, ninguno intentó resolver las dudas que lentamente se formaron dentro de sus cráneos, pues pronto se dieron cuenta que tenían mucho en qué pensar antes de atreverse a formular palabras. Sans estaba sorprendido por la reacción de sus otras contrapartes, ya que había esperado algún tipo de escándalo por lo que habían demostrado en un principio, y cuando miró hacia el resto comprendió que no era el único que pensaba así. Edge y Red se mantenían en guardia al igual que Rasp y Puppy, mirando a los esqueletos vestidos de purpura con una insistencia que casi era palpable. Horror Sans y Horror Papyrus yacían alejados de todos, conversando entre sí con señas, las cuales podrían considerarse graciosas de no tratarse de ellos. Sans los observó y sospechó que actuaban extraño, al menos más de lo habitual, pero se limitó quedarse en su sitio en espera de otra actitud por parte de los integrantes recientes; Money aún estaba sentado en el suelo cuando volvió a mirarlo pero Purple ya se había puesto de pie y ejecutado un par de pasos lejos de ellos sin intención de parar.

—Oye, amigo —Stretch fue el primero en reaccionar—. No creo que sea buena idea que vayas por tu cuenta, como ya mencionamos.

—No soy un experto pero transportarse en grupo no me parece la opción correcta en estos casos —declaró girándose para delatar un gesto severo en su rostro—. Ahora que he escuchado sus versiones de los hechos opino que moverse de este modo sólo entorpecerá la búsqueda del susodicho glitch. —Stretch apretó el cigarrillo entre sus dientes con desconcierto pero no formuló palabra contra el argumento de Purple—. Yo no sé ustedes pero yo necesito volver lo más pronto posible a mi universo. Me parece más atractivo que quedarme aquí conviviendo con un montón de huesos sin voluntad para vivir.

—¡Nosotros también queremos volver a nuestras dimensiones! —replicó Blue con fuerza, desanimándose en el proceso—. Pero apresurarse sólo hará más posible cometer errores graves ¡y no podemos permitirnos perder a cualquiera de nosotros!

—Ya escuché sobre la posible conexión pero, acaso ¿han intentado herirse para comprobarlo? ¿Qué si no nos afecta la muerte de otro?

Sans se tensó, esta conversación no debía avanzar si querían que la armonía entre ellos continuara intacta. Desde el principio esta posibilidad había sido una treta muy simple para controlar la sed de sangre de los universos violentos, y aunque fue un dato excesivamente obvio -carente de pruebas y bases- nadie se había atrevido a mencionarlo y eso había servido como una defensa aceptable para mundos pacíficos como el suyo. Que Purple se atreviera a romperlo como si nada era una muestra más de la terrible decisión que había sido siquiera intentar integrarlo a la pequeña comunidad. Edge pareció notar el dilema que Stretch y Classic Sans estaban cruzando así que consideró conveniente tomar la palabra.

—¿Significa que te ofreces voluntario? —Purple se tensó con la sugerencia y Money no tardó en lanzarle una mirada de advertencia al guerrero de armadura negra quien adoptó una postura pretenciosa, sabiéndose victorioso con su pequeña movida y esto lo incitó eclipsar una sonrisa de orgullo—. Eso pensé —dijo burlón—. Ninguno está dispuesto arriesgar su esqueleto para ahondar en el tema así que más vale te conformes con cerrar los dientes antes de que pierda la paciencia.

—Hay que escucharlos, huesos cortos —sugirió Money a su hermano pequeño.

—¿Ah? —Purple lo miró con clara irritación.

—Vamos —insistió tomando la colilla del cigarrillo con las yemas de sus falanges para proseguir a triturarla con indiferencia—, esto será como el juego típico de ordena y obedece con el que estamos tan familiarizados. No es una deshonra formar parte del equipo ganador... por ahora.

La última oración de su hermano ayudó a Purple considerar detenidamente la sugerencia pese a que seguía sin causarle el menor placer unir fuerzas con los sujetos que acababan de arrinconarle durante una batalla y con un suspiro arqueó los brazos a sus costados denotando absoluta rendición. Sans y Stretch se convencieron de que eso serviría por el momento.

—Entonces, ¿qué hacemos? —cuestionó Raspberry tan impaciente como lo había estado desde que escuchó la historia de su situación por tercera vez en el tiempo que llevaban juntos.

—Podríamos simplemente caminar por ahí —comentó Horror Sans despreocupado.

—Te ves muy ansioso por aventurarte al peligro, amigo —observó Red con suspicacia, en respuesta Horror Sans se alzó de hombros mientras desviaba la mirada—, ¿qué es lo que nos estás ocultando? —La sonrisa del interpelado ensanchó.

—Red, esa es una fuerte declaración y lo peor que podemos hacer es comenzar a lanzar acusaciones —espetó Classic Sans, pues al parecer no había sido el único en notar que Horror Sans estaba teniendo un comportamiento esquivo—. Te pido que pares.

—Como digas —asintió Red con un bufido rencoroso, retirándose a lado de su jefe quien apartó la vista también en cuanto cruzó miradas con su hermano mayor.

—¿Quieren iniciar con la exploración? —quiso saber Stretch en un vano intento por ignorar la tensión que volvía alzarse en el entorno.

—E-Es mejor que quedarse aquí —comentó Slim recibiendo unas palmadas en la parte superior de su cráneo por el apoyo que había ofrecido a la ansiedad de su hermano menor por empezar a moverse—. Además necesitamos buscar provisiones también... —agregó claramente halagado.

—No se diga más —Money se levantó sacudiéndose distraídamente la nieve que se había pegado a su ropa—. A donde quieran ir nosotros los seguimos ¿verdad?

Purple se alzó de hombros con desdén, negándose a devolverle la mirada a Money. Estando de acuerdo, todos emprendieron un camino señalado por votación popular donde las arboledas secas parecían cortarse cada cierta distancia. La niebla a sus alrededores creaba cortinas que dificultaba la visión pero por suerte no fue tan densa para interrumpir el vigilante andar del grupo. Blue y Stretch caminaban tomados de la mano en la parte media de la fila formada por las parejas de hermanos mientras a su lado andaban Purple y Money, este último masticando la colilla del último cigarrillo de hierva que su hermano le había permitido fumar. La retaguardia estaba siendo conformada por Raspberry y Slim, quienes mantenían su atención fija en los hermanos Horror al quienes se adelantaban por varios pasos, pues consideraban sospechoso que insistieran andar detrás de todos como depredadores en busca de un descuido de sus presas. Encabezando la fila yacían los hermanos Classic, Papyrus admirando el repetitivo paisaje y Sans manteniendo una pupila en las figuras de Edge y Red que se adelantaban a ellos con aquella fiereza que los tenía tan caracterizados, especialmente con el mal humor que había comenzado a mostrar Red con todo el misterio que se guardaba Horror Sans bajo sus huesos.

—Todo esto es una verdadera mierda —profirió pateando la nieve.

—Cállate, Red. No toleraré una queja más —le cortó Edge.

—Jefe, estoy seguro que tú también lo sabes. Hay algo muy raro con esos estúpidos Horror, desde que llegaron no han hecho más que eludir preguntas sobre lo que vieron antes de llegar. Deben estar planeando algo.

—¿Si? ¿Y qué sugieres que hagamos? —interrogó Edge con un bufido—. ¿Quieres iniciar una batalla en esta situación? Si peleamos enfrente de todas estas escorias pacifistas lo único que provocaremos será que se unan contra nosotros.

—Lo sé, ¡lo sé, carajo! Pero no creo resistir estar sin hacer nada cuando podrían estar ocultando información valiosa.

—Entiendo tu inquietud, aún así debemos esperar el momento oportuno si queremos iniciar cualquier ataque. Ya pensaré en lo que hay que hacer, tú sólo cállate y espera.

Red gruñó por debajo, sometiéndose con facilidad a las demandas de su hermano menor, después de todo se había acostumbrado a reprimir sus impulsos, intercambiados por la confianza que le tenía al otro en la toma de decisiones sensatas, pues si él se encargara de estructurar un plan estaría poniendo en riesgo todo aquello que le importaba. Al notar la extraña reducción en el caminar tenso de Red, Sans comenzó a tener sus sospechas sobre lo que estaba ocurriendo allá, cada vez se convencía más de lo distorsionada que era la relación de sus dobles en esos universos aparentemente temibles aunque todavía no estaba seguro qué era lo que le turbaba de estas insignificantes interacciones.

—Sans —la voz de su hermano lo sacó abruptamente de sus pensamientos, pero apenas tuvo tiempo de asentir al llamado cuando Papyrus continuó—, ¿alguna vez intentamos explorar el bosque de Snowdin por nuestra cuenta?

—Ah... no que yo recuerde, bro. ¿Por qué la pregunta?

—Bueno... he notado que realmente no me inspira temor estar en esta dimensión, o lo que sea, porque... en realidad no estoy seguro cómo decirlo, pero se siente como si nada malo fuese a pasar realmente, me siento seguro, extraño por nuestro encuentro con nuestros otros yo pero seguro, no sé si me doy a entender...

Sans lo miró, incapaz de estar de acuerdo con su perspectiva pues para él todo estaba de cabeza, todo estaba muy mal. Estos encuentros no habían sido para nada gratos, sin mencionar el peligro que significaba el menor movimiento en falso, las constantes disputas entre universos, los secretos de Horror Sans, la aparición de un doppelganger que no había hecho el intento por reunirse con ellos y esos senderos infinitos de niebla que no podrían diferenciarse por más que quisieran o avanzaran. Sin embargo, ahí estaba su hermano menor para hacerle ver el lado positivo de las circunstancias, esos comentarios tan fuera de lugar e inútiles eran más preciados que cualquier cosa antes vista en el trayeto, mucho más que el glitch que pudiese llevarlos de vuelta a casa. Estaba convencido que sin única su familia cerca habría perdido toda esperanza y se sumergería en un abismo sin retorno de locura infinita, un eterno sufrimiento carente de cura.

—Es bueno escuchar eso, Paps —dijo con sinceridad, pues lo era en todos los sentidos.

—... Perdóname —suplicó Murder extendiendo un brazo.

Entonces varios rayos escupidos en distintas direcciones destruyeron el camino que el grupo había formado en su tranquilo caminar. Cada uno de los esqueletos no tardó en reaccionar esquivando los disparos y conjuraciones mágicas que habían saturado el lugar de un momento a otro. En medio de su ocupada tarea Sans logró ver entre los arboles muertos una silueta cuyo brillo en su cuenca izquierda le recordaron la razón por la que había temido a este espectro con su rostro más de lo que temió a cualquiera, pues un repentino brote de visiones danzaron frente a sus pupilas tan lentamente que el mundo pareció sufrir un importante colapso de tiempo. En ese momento Sans se dió cuenta que él y Horror Sans eran diferentes al resto de doppelgangers que se habían encontrado en esa dimensión.


*Me olvidé en mencionarlo antes pero aprovecharé y lo escribiré por fin: con "caídos" me estoy refiriendo a los "fell", los cuales vendrían siendo los universos violentos, incluyendo a horrortale aún si el nombre del AU no contiene esa descripción.