Kendall observo la delicada rosa que encontró posada con suma delicadeza sobre el marco de su ventana, la cual recordaba haber dejado entre cerrada al irse a sus clases vespertinas.
Sonrió mientras la olía, intentando no formarse falsas esperanzas, a un que ese regalo significaba un paso en la dirección correcta ¿no?, quizás antes se viera vuelto loca ante ese pequeño detalle de san valentine, pero ya no era una chiquilla deseosa de experimentar el amor.
Dejo la rosa en su tocador, dispuesta a dormir, cuando un ligero golpecito en su ventana la saco de su ensoñación.
— — Clarence — susurro mirando al castaño del otro lado del vidrio— ¿que haces aquí? — pregunto nerviosamente, al momento que el chico abría sin mucha dificultad la ventana, entrando en la habitación segundos después — no es obvio — sonrió el chico mientras se recargaba sobre el marco de la ventana — no — inquirió la chica retándolo con la mirada, quizás fuera obvio para todo mundo, pero por una vez quería que kick fuera el que diera el primer paso, a un que nunca espero, el paso que daría el chico, sintiendo a un segundos después el cálido calor que sus labios recién besados, mientras un apenado castaño, intentaba no tartamudear, al pedirle ser su novia.
Quizás y solo quizás, el próximo san valentine no la pasara sola otra vez.