Binario

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Temari observó los zapatos deportivos que se probaba en esos momentos y sonrió, satisfecha, para después desatar los cordones y volver a calzarse sus zapatos. Unos botines grises la obligaron a levantar la mirada y se encontró con su apática vendedora, que le miraba fijamente, con esos ojos azules que parecían tan aburridos, que daba la impresión que la muchacha podría morir de ello.

—¿Cómo te quedaron?

Sonrió y le entregó el par de zapatos. —Me los llevo.

Samui asintió y tomó los zapatos de mala gana, sin quitar su mala cara y tomó una pequeña libreta en la que anotó un número, el cual le tendió a la muchacha.

—Te los entregan en mostrador con ese número.

—Gracias —dijo, ya un poco malhumorada por el mal trato.

La miró fijamente a los ojos, inflando la goma que mascaba; Temari observó la pompa morada esconder el rostro de la muchacha y desinflarse pronto. Los ojos azules volvieron a ser visibles y seguían tan aburridos y desinteresados como antes. Se echó el bolso al hombro y dejó que su semblante se contrajera un poco en un gesto de incomodidad y se despidió de la muchacha con un gesto de la mano, recibiendo a cambio un escueto "ajá".

Se giró, para alejarse, pero volvió a mirar a la rubia a la que había atendido. —Oye.

—¿Eh? —se detuvo y volteó.

Caminó hacia ella, sacó de su bolsillo un papel arrugado, en el cual anotó algo rápidamente y luego se lo tendió; Temari miró el trozo de papel unos momentos, antes de tomarlo.

—Ya sabrás que hacer con él… estoy libre luego de las nueve y descanso los jueves.

Miró el número telefónico, que estaba anotado con líneas fluidas y femeninas sobre un ticket de compra de goma de mascar y no pudo evitar sonrojarse de sobremanera; levantó la mirada y observó a la muchacha alejarse. Corrió hacia ella y la llamó al estar a unos pasos, los cabellos lisos se agitaron en el viento cuando ella se volteó para mirarla.

Temari rio, nerviosa y le devolvió el ticket.

—Yo no… no soy… no me… —tragó saliva y parpadeó un poco. —Me halaga, pero yo… a mí me gustan los hombres.

Miró el ticket, pero no lo tomó. —¿Estás segura?

Bajó la mirada unos momentos. —Creo que lo sabría, si lo fuera.

—Hm —mascó unos momentos —… es raro que me equivoque, juraría… Olvídalo —sonrió. —Ahora esto es incómodo.

Se rascó la nuca, riendo nerviosa. —Descuida.

Al levantar la mirada, Samui había desaparecido entre la gente. La buscó con la mirada y dejó caer la mano, sin soltar el ticket. Estuvo unos minutos pensando en lo que debía hacer, hasta que recordó que debía pagar y recoger los zapatos que debía comprar. Caminó al mostrador, sintiendo algo incómodo en el estómago y sin dejar de buscar a Samui entre la gente.

Pero no la volvió a ver.


Hola o/

Antes confusión sexual. Esto es algo que publiqué como pinwik y ahora lo traje acá... si ya habían leído este "one-shot" (lol), pues... lamento que vayan a tener que volver a leerse ciertas cosas. Solo denme tiempo.

Publicación original: Miércoles, 08 de marzo de 2017.

Re-publicado: Viernes, 02 de noviembre de 2018