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Sky high: Fallout

No existen las coincidencias, solo lo inevitable.

Aquellas palabras se quedaron grabadas en la mente de Layla Williams al final del Homecoming cuando la directora Powers finalizo la fiesta con aquella enigmática cita.

Quien diría que tantos acontecimientos podían ocurrir en una noche.

Nunca habría imaginado que al salir de casa con su vestido verde Kelly salvaría a la escuela de Gwen Greyson y sus lacayos, sobre todo que el chico al que había idealizado desde el primer grado la besaría en público frente a sus amigos, y en más de una ocasión.

Pero era extraño, había imaginado ese momento durante tanto tiempo que esperaba fuegos artificiales iluminando el cielo en su primer beso con su amado Stronghold, pero no hubo nada de eso, ni luces fluorescentes ni chispas por todos lados… "algo falta".

La pista de bailes se volvió mucho más animada con los increíbles movimientos de Zach, fue la primera vez que presencio a una Magenta sonriendo mientras movía el bote junto al chico linterna, y ni hablar de Ethan, oh! Ethan, a algún gracioso se le ocurrió la idea de agregarle licor al ponche, de seguro el dúo de Lash y Speed hicieron de las suyas antes de armar el hecatombe, o tal vez al entrenador Boomer se le extravió su "vaso de ponche" quien sabe, pero lo que es seguro es que el chico aqua va a tener la resaca de su vida cuando despierte.

De una forma u otra todos los chicos ya sean héroes o asistentes pudieron disfrutar de una fiesta increible, sobretodo Warren Peace, lo último que se supo de él es que salió de la pista junto a la bruja de hielo, o cual sea su verdadero nombre.

Layla pudo notar como Peace desaparecía entre la multitud con ella a su lado… "algo falta". No lo entendía, había ayudado a salvar la escuela y a cientos de civiles más de una posible catástrofe, al fin podía estar con Will Stronghold después de tanto tiempo y aun así no podía evitar sentir que algo faltaba, y tras ver como Warren se desvanecía de su vista solo intensifico ese extraño sentimiento…

2:30 am y la joven biokinetica no conciliaba el sueño, había intentado todos los métodos convencionales desde contar ovejas hasta la vieja confiable sobre tomar lechita tibia, pero era inútil, nada le surtía efecto. En la soledad de su recamara podía contemplar la luz de la luna que atraviesa su ventana, podía sentir como el viento helado rozaba su rostro y le erizaba la piel, fue una sensación confortable y melancólica a la vez.

Se levanto de su cama aproximándose hacia la ventana con la intención de cerrarla debido al frio, y al llegar a su destino mientras inclinaba su mirada observo la silueta de su móvil a un costado de su escritorio, se vio tentada a tomarlo y al revisar la lista de contactos los nervios la traicionaron al reconocer al instante aquel numero sin nombre que había marcado.

Layla se percato de lo que había hecho a los pocos segundos e intento reaccionar a tiempo, pero fue detenida para su sorpresa cuando una voz somnolienta y gruesa contesto a su llamada, a lo que respondió con voz temblorosa ―ho-hola… Warren.