Capítulo 3
Después de aquel día todo cambió absolutamente. Decir que andaba feliz era poco, siento que recuperé parte de algo que se había ido. La verdad es que Shaoran además de ser alguien encantador, resultó ser alguien muy pasional y eso me tiene embobada.
Todos mis compañeros de trabajo me han molestado durante la semana por andar con esa sonrisa bobalicona en mi cara, por andar pendiente todo el día de los mensajes en mi celular y porque en cada momento que tenía libre escuchaba los audios que él me mandaba.
Desde ese día en su casa, algo había cambiado entre nosotros. Por eso mismo es que decidimos intentarlo aunque con un poco más de calma.
A pesar de que después de lo sucedido sobre el piano… ¡Ay! Es que fue… sensacional. Lo digo porque jamás un hombre tuvo tal responsabilidad y preocupación por mi. No buscó sólo su placer personal, cosa que suele suceder en una encamada rápida. Con Shaoran todo fue… ¿Amor? Sé que suena demasiado rápido y cursi, pero mi corazón quería gritarle tantas cosas en ese momento, y decirle por sobre todo cuanto estaba queriéndolo.
Esa noche me quedé a cenar en su casa y compartimos algunas anécdotas. Lo más irrisorio fue haberle contado los sucesos que me hicieron creer que en definitiva era él la persona con la que soñé. Le expliqué que fue algo recurrente y que la chispa se encendió rápidamente cuando me besó, recordando con exactitud las mismas sensaciones.
Lo que más gracia me causó fue que ¡a él también le sucedió lo mismo!
Después de todo eso, con mucha amabilidad se ofreció acompañarme hasta mi casa. Y con una sesión de besos nos despedimos, era lo mejor. Deseos de quedarme con él esa noche no faltaban, pero aún era una chica que le daba explicaciones a mi padre, después de todo, vivíamos juntos y él se preocupaba por mí.
Y esos días que vinieron después, pudimos vernos un par de veces. Él estaba viajando constantemente a Tokio por el asunto de abrir una escuela de música y yo había estado a full con fotografías.
―¡Hola! ―digo con ánimos. Y como siempre todos se sorprenden de verme llegar a tiempo― ¿Sorprendidos nuevamente? ―digo con aires de superioridad y me río.
Saludo con la mano a cada uno de mis ex compañeros de colegio que se encuentran reunidos en las afueras del bar donde habíamos planeado juntarnos. Allí estaban Yamazaki con Chiharu, además nos acompañaba Akiho y mi estimada Tomoyo.
Esta tarde volvería a ver a Shaoran, y aunque estaba nerviosa, a la vez me agradaba la idea de fingir delante de mis amigos que no somos nada, que seguimos siendo lo que todos ellos conocían de nosotros. Esas relaciones que se mantienen en secreto me producen una sensación loca de adrenalina.
Por eso mismo, decidí provocar un poco más el ambiente, y me vestí algo más desinhibida a lo acostumbrado y busqué una falda negra corta ajustada a mis caderas y muslo, con unas panties negras semi trasparentes. En la parte superior una blusa de color blanco y encima mi clásica chaqueta de mezclilla. Y unos botines negros.
Cuando lo vi llegar, tuve que frenar mis deseos de besarlo con locura. Y sólo le regalé una sonrisa, seguramente podría interpretarla.
―¡Hey, Li! ¡Llegaste! ―habló Yamazaki y todos se acercaron a él― ¿Qué te pasó? Hasta Kinomoto te ganó de mano.
Uno a uno lo fueron saludando, hasta dejarme a mí al último. Con una inocente sonrisa me acerco a él para darle un abrazo, cuando me susurra al oído:
―Demasiado sexy para no poder tocarte.
Me encanta que sea así. Estoy logrando lo que quería.
―No sé de qué hablas ―miento con una risita acompañada.
Nos acomodamos en una mesa en las afueras del bar, donde la gente podría fumar sin problemas, la mesa estaba adornada con unas velas encendidas. Todos comenzaron a ubicarse y yo me senté precisamente al lado derecho de él.
La primera ronda de cervezas llegó a nuestra mesa y unas alitas de pollo fritas para acompañar. Mi mano inmediatamente fue a dar con esas deliciosas frituras para degustar. Yamazaki fue quien tomó la palabra para hacer un brindis por el regreso de Shaoran y por la reunión de nosotros este día.
—¿Estás contento de regresar, Li? Yamazaki me contó que estás por abrir una escuela de música —pregunta Chiharu, quien está sentada al otro lado de Yamazaki.
—Más que contento. Además, los proyectos de a poco se van concretando.
—Algún día deberías tocarnos algo, así podemos escucharte en vivo —completó Akiho.
Quería reírme, pero hasta el calor me invadió en ese momento recordando la anécdota del piano. Y con gusto puedo decir… niñas ¡Li Shaoran toca de maravilla!
Mi rodilla comenzó a jugar con la de él por debajo de la mesa y eso me causaba mucha gracia. Yamazaki, estaba sentado al otro lado de él y conversaban animadamente. Y es que siempre fueron buenos amigos, o al menos iban para todos lados cuando estábamos en la escuela, era uno de los amigos hombre del colegio. No podía estar siempre con dos chicas y hablar temas personales y hormonales con nosotras.
—Me imagino que sabes la historia del pianista manos de tijera, Li —habló de repente Yamazaki con clásico gesto.
—¿El qué? ¿Manos de tijera? ―dijo Shaoran.
Yo me quedo observando atentamente a Yamazaki. Hasta que Chiharu lo reprende como solía hacer desde pequeños.
—¡Ya, no empieces con tus mentiras, Yamazaki!
―¿Eh? ¿Una mentira? ―solté.
Tomoyo soltó una risita. AKiho y yo nos miramos con duda.
—La boca se me está secando, así que pediré otra ronda. Acabo de ver que cambiaron de barman y el que atienda ahora es amigo de un amigo. Pediré un descuento.
Yamazaki se levantó de su asiento… Y cuando regresó a los segundos después venía con una sonrisa extraña en su rostro.
—¡Alguien está de ligue hoy! El muchacho de la barra me preguntó por la linda castaña de ojos verdes. ¿Quién será?
¿Qué?
Escucho como me vitorean y todos se me quedan viendo ¿Acaso tengo monos en la cara? Un leve codazo de Tomoyo me trae a la realidad comprendiendo de qué hablaban.
—Igual no te preocupes, le dije que preguntaría antes de pasarle tu número, Kinomoto.
Miré en dirección hacia el barman y este me guiña un ojo provocándome un poco de disgusto. ¿Qué se cree? ¿Por qué hay hombres que se creen con el derecho de coquetearte de esa forma? A mi me gusta las cosas directas, háblame, invítame un trago y veremos qué pasa. Pero esos gestos me hacen sentir… vergüenza.
―Ah… ―río nerviosa, nunca me gustaron ese tipo de tratos de gente que no conozco―. Eh… claro, yo de ahí… de ahí veré si se lo doy… ―pongo mis ojos en blanco.
―Sakura nunca pierde el tiempo, siempre llama la atención de algún chico. ¡Eres linda por naturaleza! ―Tomoyo abriendo la bocota. Voy a matarla cuando estemos a solas.
―Ya Tomoyo… me avergüenzas ―digo bajito.
Noto a todos que siguen mirándome y eso me avergüenza, pero además de eso Shaoran se nota más serio de lo normal, por lo que intento tranquilizarlo, así que dirijo mi mano hacia su pierna, sin que nadie se dé cuenta, con una leve caricia, para que comprenda que no me interesa el otro tipo, si no él, y sabiendo que lo llevo provocando desde que llegamos al bar, le doy un apretón al muslo, muy cerca de ahí, con la intención de que se vuelva loco. Absolutamente loco por mí. Sólo a él podría aceptarle un guiño y más.
Reviso mi celular, un mensaje me había llegado y era de él. Apoyo mi espalda en el respaldo de la silla y leo:
«¿Eres de esas chicas que les gusta jugar con fuego para luego echarle agua? Porque yo no soy de los que dejan las cosas a medias.»
¿Cómo es posible que solo unas palabras de él logren provocarme por dentro? Mandaría a la mierda la junta de mis amigos y le pediría que nos fuéramos a algún lado a pasar la noche… Escribo algo a su pregunta y me río. «Depende lobito, porque si me estoy quemando necesito que apaguen eso, ¿no lo crees?»
Veo que lee el contenido de mi mensaje y… ¡Maldito! ¿Por qué tiene que desabrocharse su camisa? Comienzo a inquietarme en mi asiento y muerdo mi labio imaginando cosas. ¡Él también lo hace a propósito! ¡Sabe que es mi debilidad!
Veo que deletrea algo más en su teléfono y mi celular nuevamente vibró.
«Y ¿qué tanto te estarías quemando? Porque de ser necesario, podría avivar el fuego un poco más».
Observo a todos mis amigos. Akiho está contándole sus dramas amorosos a Tomoyo con Kaito, que la diferencia de edad y más bla bla bla, y Yamazaki con Chiharu se hablan al oído como si no importara lo demás. Miro mi vaso de cerveza, queda más de la mitad, y esta es como la 3era ronda que llevamos, así que me tomo ese sorbo al seco y le escribo un rápido mensaje a Shaoran:
«Improvisa».
Y me levanto del lugar, diciendo que voy al baño, que la cerveza ya está haciendo efecto.
Cuando entré al bar pude distinguir una salida de emergencia que estaba al frente de la entrada de los baños. Nadie la vigilaba así que al parecer nadie diría algo al respecto si me atrevía a salir por allí.
Entré entonces al baño a cubrir mis necesidades. Era verdad cuando dije que necesitaba hacer pis, puesto que con toda la cerveza que ya había en mi cuerpo, necesitaba liberar esa tensión en mi vejiga.
Luego de lavarme las manos y mirarme en el espejo, arreglo mi flequillo y me refresco un poco el rostro.
Pienso en Shaoran y en las ganas que tenía de calentar el ambiente allá afuera, y claramente no podíamos hacer algo al respecto con tanto espectador presente. Además, es que tengo unos deseos enormes de poder darle un beso.
Mi sonrisa se ensancha con aquellos pensamientos, y cerrando la llave del lavamanos y de secarme con papel, salgo de allí. Busco a Shaoran con la mirada, y me percato de que aún sigue afuera con los demás. Nuestras miradas se cruzan por un instante y le sonrío de medio lado buscando la salida de emergencia que había divisado anteriormente.
El tipo de la barra, el que era amigo de un amigo de Yamazaki me mira con descaro, pero lo ignoro simplemente porque su presencia ya me causa repulsión. Podría ser al menos un poco menos descarado en mirar a las chicas.
Cuando encuentro la salida me apoyo en la pared y doy un leve suspiro, para divisar si él se aproxima o no. Cuando veo que se acerca, intento parecer algo más atrevida, así que me remango un poco más la falda, mostrando un poco así mis medias bucaneras y doblo la pierna para apoyarla en la pared.
En ese momento sentí su presencia a mi lado y mi corazón bombardeó como cada vez que pienso en él.
—¿Por qué te escabulles, linda? ¿Esperas encontrar algo interesante aquí solita? —me dice apoyando su brazo contra la pared, quedando muy cerca de mi rostro y rozando su pierna contra la mía. Siento su respiración en mi rostro, tan cálido y limpio y es que claramente no ha bebido en grandes cantidades como los demás, o como yo.
―Pensaba que… quizás podría haber alguien que apagara un poco el fuego ―muevo mi pierna apoyada, de un lado a otro. Y suelto un suspiro―. De pronto sentí… que algo me quemaba por dentro ―levanto mi cabeza dejando mi cuello a la vista y mordiéndome levemente el labio inferior.
—No veo a nadie más aquí, así que será un placer ayudarte a aplacarlo —me dice dirigiendo su mirada a mis labios—. Excepto que sea a mí a quien buscas.
Shaoran sigue con su juego, lo que me divierte, pero a la vez me desespera, porque ya quiero devorar esos preciosos labios.
―Déjate de jugar Shao… ―le susurro seriamente y agarro su camisa para atraerlo más hacia mí en busca del beso que llevo esperando desde el momento que lo vi llegar a esta bendita junta con nuestros amigos.
Una de sus manos comenzó a pasear sobre mi pierna elevada, paseando con confianza sobre mi muslo y sé que tiene unas enormes ganas de arrebatar la condenada panti. Y así, con ese fervor que me causan sus manos, se adentra un poco más hasta alcanzar mi trasero, dejándola plantada allí y acercándome más a su notoria erección. Y así mismo es que con una de mis manos me paseo libremente por el pecho de Shaoran, y poco a poco voy bajando hasta hurgar por debajo de su ropa y sentir su cálida piel, provocándole un poco de cosquillas en su vientre. Cosa que descubrí aquel día en su casa sobre el piano.
—Sigue… más abajo —dijo entremedio del beso casi con súplica.
Miro la expresión de Shaoran quien mantiene sus ojos cerrados y volviendo a besarlo con más pasión comienzo a descender mi mano para tocar su abultada erección por encima del pantalón. Esta situación me provoca más de lo que esperaba, pero quiero seguir jugando a la vez, y reconozco que podría quedarme un buen tiempo acá dejándome llevar por las sensaciones, pero debemos también volver a la mesa con los demás antes de que empiecen las estúpidas preguntas. Y sé que ese bulto puede ser difícil de disimular, por lo que atrevidamente, desabrocho su pantalón e introduzco mi mano con la clara intención de calmar ese fuego que siente allí mi querido lobito.
―Déjame ayudarte con eso… ―digo apenas con un hilo de voz, que me sale casi como un suspiro―. Pero… después de esta junta… ¿Puedo irme a tu casa…? ―digo sin dejar de mover mi mano. Sintiendo la textura y la dureza de su hombría. Y quiero más de esto…
—Por supuesto… —me contesta brevemente escuchando como un coro de ángeles la respiración de mi castaño—. Y voy a devolverte el favor…
Sigo mis movimientos, sintiendo las manos de Shaoran que se acomodan en mis muslos y ahí las detiene hundiendo sus dedos en mi piel. Se ha quedado estático en su posición mientras su respiración es liberada cerca de mis oídos. Y su pecho sube y baja lo que me indica que esto va más que bien.
―Sigue… ―dice entre jadeos―. Voy a…
Shaoran retiró mi mano de allí para luego dejar la suya y notar ciertos espasmos que fueron liberados de su cuerpo. Apoyó su cabeza con la mía mientras intentaba recomponerse. Y yo dejé su ropa como corresponde, borrando las evidencias de algún encuentro desordenado y excitante. Porque sin duda esto me dejó a mi más caliente de lo que ya estaba hace minutos atrás.
Deposito un casto beso en sus labios y me separo de él para entrar nuevamente al bar y caminar hasta la mesa de mis amigos, quienes habían pedido una nueva ronda de cervezas y algo de fritura para comer.
Busco mi bolso para sacar de allí mi pequeño espejo y retocar un poco el labial que hace un rato había sido removido por los besos de Shaoran. Ante eso aprieto mis piernas sintiendo ese cosquilleo que no se va de mi zona. Podría intentar aplacarlo, es la ventaja de la mujer hacer esto con disimulo, pero es que en el fondo quiero cobrarle la palabra a Shaoran y que el en su casa me devuelva ese pequeño favorcito.
Cuando éste llega a la mesa me mira con picardía y se sienta en su lugar dándole una leve sonrisa a Yamazaki también, quien lo saludaba algo más efusivo y se acerca para hablarle al oído. ¿Qué le irá a decir? ¿Habrá sido muy notorio que estábamos juntos? Esperando que no fuese así, estiro mi mano para comer algo de lo que en la mesa había.
―Me gusta tu labial... ―me dice de pronto Shaoran muy bajito.
―A mí me gustas tú... y tu camisa obvio ―le sigo el juego y sonreímos.
―Eso me recuerda que mañana podríamos ir al cine.
Una carcajada quedó atragantada cuando pensé en su sueño y en la película que este había visto.
―¿Acaso quieres ir a ver el conjuro? ―digo con algo de temor.
Aunque si en las escenas sintiera pánico o terror, abrazarse a mi castaño sería tentador, pero NO, prefiero mil veces ver películas de guerra o de otra índole antes que las de terror.
―Si eso hace que te pegues a mí... ―me responde adivinando mi pensamiento y yo suelto un leve puchero―. En realidad, a la que tú quieras.
Suspiré, de verdad las películas esas y yo no somos compatibles.
―Bien, pero luego debes acompañarme a la librería ―sonrío imitando su juego con respecto al sueño―, necesito ir a comprar algo... o a leer algún comic.
―Claro... podríamos ver alguno de Milo Manara.
Mis mejillas se sonrojaron con aquella declaración y sinceramente, me siento en las nubes por su culpa. ¿Podemos irnos ya a tu casa, por favor? Ojalá pudiera escuchar mis pensamientos, pero sólo le doy una mirada pícara, sin ser notada por mis amigas que al parecer están en un estado bastante deplorable. El alcohol se les fue a la cabeza, niñas.
Unos minutos más tarde, nos retiramos del lugar. Shaoran se ofreció en llevarnos a mí, a Tomoyo y a Akiho. Yamazaki y Chiharu se fueron por su cuenta en un taxi.
Dejamos a las chicas en la parte de atrás del vehículo, que iban en calidad de bulto y apenas se podían su cuerpo. Yo me fui de copiloto apoyando mi cabeza en la ventana. El sueño me estaba bajando de a poco, y hacía de todo para no cerrar los párpados porque si no podría estar igual de dormida que las chicas atrás.
Cuando sentí la mano de Shaoran acariciando la mía, di un pequeño saltito. Y olvidándome de todo, le devolví el gesto con mi pulgar.
―¿Segura quieres venir a mi casa?
Sí, mi amor. Esta vez no me voy a ir a ninguna parte.
―Claro. Estoy absolutamente segura ―le guiño un ojo. Aunque no sé si vio aquel gesto ya que su mirada debía seguir atenta al volante.
―Me gusta estar contigo… seria lindo ver tus ojos al despertar.
Me quedo en silencio saboreando lentamente sus palabras que me regocijan el corazón.
―A mí también me gustaría… ―sonrío mirando hacia delante al igual que él.
Tantos años que tuve que esperar por esto. Por miedo, por vergüenza o porque éramos unos niños sin saber nada de nada. Después de pasar por malos ratos o de conocer otras personas, a veces nos complicamos en entender que lo mejor de nuestra vida siempre estuvo cerca. Y si esta vuelve, simplemente no hay que dejarla escapar. Yo tuve esa suerte y eso me hace realmente feliz.
Lo amo, realmente lo amo. Pero es muy pronto para gritárselo a todo el mundo. Por ahora solo quiero vivir esta aventura al lado suyo. Paso a paso.
Y así es como todo lo que empieza debe acabar. Debo decir que hacer este pequeño proyecto fue muy grato para mi. Así como una especie de juego de rol, tomando a Sakura, un poco osada e interpretarla fue muy divertido.
De verdad que a este fic le pusimos mucho cariño con Cerezo01 además que nos hizo reir un montón.
Sabemos que quedaron con las ganas de saber lo sucedido en el piano, pero desde un principio dijimos que no, que la íbamos a dejar con los deseos de leer aquello jijiji, la idea era hacer algo picarezco nada más, nada tan osado como solemos hacer con esta chica en otras historias ;)
Bueno, Sakura se quedó con las ganas en el bar, pero sabemos que el castaño va a darle rienda suelta a volver loca de pasión a nuestra protagonista jajaja.
Muchas gracias a todos quienes nos leyeron y nos dieron fav y follow. Nos llena de regocijo el corazón. (L)
PD: No se olviden ir a leer la versión del lobito :3
PD2: Mi estimada Florsh, ve preparando el siguiente fic porque esto es solo el comienzo jajaja, amé ésta dinámica y fue super grato trabajar así contigo (L)
PD3: Gracias por sus reviews (L)