Disclaimer: Ninguno de los personajes, del mundo de Harry Potter, me pertenecen, si no a JK Rowling.

La historia es de MrBenzedrine y me dio su permiso para traducirla. ¡Thank you Amy!

Esté capitulo fue beteado por MissFerret.


SEX ED

Capítulo 13:

Un secreto


"Sophomore Slump or Comeback of the year" de Fall Out Boy


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—¿Qué quieres que haga qué? —preguntó Draco, sentado en su oficina para tomar su té de la tarde. Hermione pensó que él había sido excepcionalmente bueno estos últimos días, considerando que el domingo había comenzado una de las peleas de comida más grandes en la historia de Hogwarts. El miércoles había llegado rápidamente, y mañana estarían enseñando a los alumnos de cuarto año sobre los órganos sexuales masculinos, por lo que ella le había pedido que dirigiera la lección. Sus ojos la miraron con una sensación de tierna mortificación, y apretó la mandíbula. Su té había llegado a sus labios, pero ahora colgaba precariamente en el aire, balanceándose de un lado a otro cuando su mano comenzó a temblar—. Yo... Ese no es mi departamento. Los miembros es lo tuyo, Hermione, y ahora mismo estás interrumpiendo lo mío —dijo levantando su taza de té.

—Sí, pero no tengo un miembro masculino, ¿verdad? —preguntó ella, sentándose en el borde de su escritorio y mirándolo con ojos suplicantes—.Y además, creo que la clase se beneficiaría con una perspectiva masculina al respecto.

—¿Por qué no le pides a Longbottom? —Draco se burló, renunciando a su té y volviéndolo a dejar en la bandeja. Hermione pensó que era bastante lindo que él tuviera una taza de té y una bandeja de té para el té de la tarde (¿la gente todavía hacía eso?) Ella sólo bebía té de las tazas.

—Porque te lo estoy pidiendo a ti —dijo encogiéndose de hombros—. Los estudiantes te admiran como alguien a quien respetan.

Draco resopló una carcajada.

—No últimamente desde que Weasley me delató. La mitad de mi clase me admira y piensa que soy "genial", pero la otra mitad ya ha escrito cartas de preocupación a sus padres. McGonagall me llevó ayer a su oficina para hablar sobre el tema.

—Oh —Hermione frunció el ceño. No tenía idea de que llegaría a eso —.Lo lamento. A veces, Ron puede ser un imbécil...

—¿A veces? —Levantó ambas cejas, inclinándose hacia adelante—.Es un imbécil todo el tiempo, Granger. Tú simplemente haces la vista gorda porque se metió en tus bragas un par de veces.

—Esa no es la razón por la que lo perdono. Es porque, a pesar de su apariencia ruda, tiene buenas intenciones. Como tú, la mayoría de las veces.

—No me insultes.

—¿Cómo fue eso un insulto? Fue un cumplido, ¿o he olvidado algún significado oculto de la palabra?

—No soy todo color de rosa. No me agrupes en una categoría cuando no me entiendes.

—¿Estás diciendo que Ron es todo color de rosa?

—Y mierda, chispas y también cabello rojo.

Hermione rodó los ojos.

—Incluso organizaré lo que tengas que decir. Todo lo que tendrás que hacer es leer las palabras.

—¿Qué parte de "no" no comprendes?

—Haz esto por mí, Draco. Haz esto y yo... —sonrió Hermione—…te dejaré marcar otra cosa de tu lista.

Draco pareció intentar dar una mirada de indiferencia, pero pudo ver la emoción brillando en las pupilas de sus ojos. Se rascó la nariz, se encogió de hombros y dijo de manera evasiva —: De todos modos, ya me prometiste que si me portaba bien obtendría algo de la lista. Pero, es decir, supongo que podría intentarlo… por el bien de la educación y todo eso.

Ella saltó de su escritorio, sonriendo.

—Gracias.

—Sí, sí. No te hagas la tierna conmigo.

En su camino hacia la puerta, algo zumbó por su cabeza y chocó contra la pared, llamando su atención. Ella se quedó mirando una bola de papel y luego otra vez a Draco.

—¿Acabas de arrojarme una bola de papel?

—En tu dirección —respondió, encogiéndose de hombros—¿Por qué no lees lo que hay escrito?

Ella se agachó, lo tomó y deshizo el desastre arrugado para encontrar un mensaje "¿Cena el próximo fin de semana?". Hermione no pudo reprimir la sonrisa que se dibujó en sus labios cuando se volvió hacia él.

—Sí, me gustaría.

Él le devolvió la sonrisa.

—Bien. Ahora sal de mi oficina y deja de molestarme.

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Lidia Penélope Cornelia nunca había sido una niña normal. Cuando sus amigas habían cambiado el brillo de labios por secretos y los secretos por chismes, Lidia siempre se encontraba enterrada en lo profundo de un libro, sin preocuparse por el funcionamiento externo del mundo. Los libros fueron su vía de escape del divorcio de sus padres, del hecho de que aún no había desarrollado los pechos y del hecho de que, mientras la profesora Granger instalaba el proyector desde el otro lado del Gran Comedor, iban hablar sobre los penes.

Pene. Era una palabra tan extraña, ¿no? Si cambiaba la última silaba obtendría la palabra "Peniques", que era un tema agradable. La moneda siempre triunfaría sobre los miembros masculinos en el libro de Lidia.

Hablando de cosas con un pene, su contraparte masculina, Liam, le empujó el brazo mientras él se sentaba a su lado y la saludaba.

—Hola, Lid. ¿Nuevo libro?

—Los cuentos de Beedle el Bardo. La señorita Granger lo recomendó hace unas semanas. En realidad, es muy divertido —Se sonrojó violentamente cuando se dio cuenta de que Liam la estaba mirando —.Yo... emm...

En el día de San Valentín, habían estado juntos durante la mayor parte de la tarde con un grupo de amigos de Liam. Pero por la noche, Liam había inventado una excusa terrible de intoxicación alimentaria y se retiró del grupo. Lidia lo había seguido, preocupada por su salud, pero Liam la había sorprendido empujándola hacia el callejón de Zonko y besándola tontamente. Más tarde, ella le preguntó cómo se sentía de su dolor de estómago, y él le dijo que su estómago estaba bien y que sabía que ella lo seguiría si él tenía una excusa para irse. Esa había sido la única forma de que estuvieran a solas.

Ahora se acercaba el fin de semana, y Lidia no tenía idea de dónde estaba con Liam, aparte del hecho de que le gustaba y era un excelente besador. El tema de hoy no haría que su relación progresara más rápido, de hecho, podría acabar por completo el nuevo deseo sexual de Lidia. Lo único que hizo que la lección fuera bastante emocionante era que el profesor Malfoy lideraría la discusión en lugar de la profesora Granger. Malfoy era demasiado mayor para Lidia, lo sabía, pero todavía era lo suficientemente madura como para admitir que le gustaba su apariencia. ¿Quién no lo haría? Incluso la brillante profesora Granger se había derretido con su cabello aparentemente suave platinado y su pintoresca sonrisa. Lo que le dio a Lidia la esperanza de que algún día ella también se convertiría en un cisne glorioso como lo había hecho su profesora favorita.

—Entonces... penes —sonrió Liam.

—Penes. —Lidia asintió con la cabeza.

—Tengo uno —dijo Liam.

—¿En serio? No me había dado cuenta —ella le dedicó una sonrisa deplorable.

—Eso es porque hemos sido amigos demasiado tiempo —le dio un codazo en el hombro —.Mira, Lidia, he querido hablar contigo por lo que paso el sábado.

Su corazón se congeló. ¿Y si Liam quería dejarla educadamente? Ella había visto la forma en que el Profesor L había andado desanimado por el castillo después de que la profesora Granger lo mandó a la friednzone. ¿Lidia andaría pronto también con los hombros caídos y una mirada insípida de una persona despechada?

—¡Oh mira! —dijo de inmediato, apuntando hacia el podio —El profesor Malfoy está por comenzar. ¿Quizás deberíamos escuchar? Acá traje pergamino extra, puedes tomar uno...

—Lid, en verdad creo que deberíamos…

—Oh. Y aquí hay una pluma también —Ella colocó los elementos frente a él, lo interrumpió con una sonrisa nítida y dirigió su atención al profesor de pociones en un intento de evitar que Liam dijera lo que fuera que tenía que decir. En cualquier caso, ella no necesitaba lidiar con eso en ese momento. Esto era el colegio, y ella estaba aquí para aprender.

—Lidia…

—Silencio, Liam.

Observó al apuesto profesor aclararse la garganta, los ojos grises buscando alrededor de la sala. Se tiró del cuello, volvió a toser y le dijo algo a la profesora Granger que Lidia no pudo oír. Observó a la profesora Granger poner los ojos en blanco y colocó el pergamino en el podio, dándole al profesor Malfoy una mirada temeraria. Podía leer los labios de Granger en el último fragmento de su oración: "Piensa en la…" ¿Cuál era esa última palabra? ¿Liga? ¿Lista? ¿Tiza?

El profesor Malfoy se volvió hacia los estudiantes, con una fuerte determinación en sus ojos. Los entrecerró, completamente perturbado, y comenzó a leer en voz alta el pergamino provisto frente a él.

—Buenas noches, estudiantes. Hoy, sobre el tema de educación se-sexual, discutiremos largamente…

«Oh, ¿en serio, Granger? Eso es un chiste malo en potencia».

Él sonrió, un poco más seguro.

—…largamente, el tema de la anatomía masculina, incluyendo el...—Cerró los ojos, apretó los dientes, relajó la cara, abrió los ojos y continuó—: Pene, escroto y... los testículos —Soltó un suspiro ansioso y se frotó la barbilla —. También discutiremos el tema de ere-erecciones y semen. —Enderezó su postura y asintió para sí mismo como si se estuviera diciendo "bien hecho".

—Gracias, profesor Malfoy —dijo la profesora Granger, aplaudiendo—. Ahora, si pudiera dirigir su atención hacia el proyector, primero comenzaremos mostrando un diagrama del pene. Quisiera que todos presten especial atención a la cabeza, ya que diferirá de algunos de ustedes en función de la circuncisión.

Lidia intentó no sonrojarse mientras dirigía su atención a la pantalla, donde un diagrama dibujado de lo que parecía ser una serpiente de aspecto triste colgaba junto a un saco de huevos. Había sido afortunada (o desafortunada, dependiendo de cómo se lo viera) de nunca haber visto un pene en la vida real. Se preguntaba cómo se sentiría. ¿Era blando? ¿Firme? ¿Qué tan grande era el de Liam en comparación con los otros chicos? Se preguntaba simplemente por motivos científicos, por supuesto...

Un muchacho en la mesa de Slytherin levantó la mano, llamando la atención de Lidia. Oh super. Era Will Black. Esa estúpida y arrogante pequeña mierda la había estado superando en Pociones durante los últimos tres exámenes. La profesora Granger le señaló para que hablara, y él sonrió mientras preguntaba.

—¿Y si la mía es más grande que el diagrama? —Miró a algunas de las chicas Slytherin y guiñó un ojo.

—Excelente pregunta —dijo la profesora Granger, siendo evidente que no había entendido que Will sólo estaba tratando de explotar un rumor que podría o no ser cierto—. Profesor Malfoy, ¿tal vez le gustaría responder la pregunta del señor Black?

—Mira —dijo el profesor Malfoy—, no creas que no sé lo que acabas de hacer, Black —Ja, él sí que entendió, ¿verdad? —Lo que puedo decir sobre este tema no estará redactado tan elocuentemente como la jerga médica de la profesora Granger, pero aquí va: el tamaño del mango de escoba no es tan importante como la forma en que lo manejas, si entienden lo que digo—Los estudiantes se rieron, incluida Lidia—.Y si lo tratas con indignidad y tratas de meterlo en cualquier armario de escobas que encuentres, terminarás con cerdas dobladas y abolladuras en el mango. Así que manejen su escoba con cuidado, ¿quieren? Lo que quiero decir es que…dejen de lanzarse a cada chica bonita que vean, o terminarán con una enfermedad de transmisión sexual o un bebé. Manténganlo en sus pantalones, caballeros.

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Hermione miró fijo, mitad hipnotizada y mitad desconcertada, a Draco y su ingeniosa explicación. Cuando ella le pidió que dirigiera esta clase, esto no era lo que tenía en mente. Tendría que rebobinar rápidamente si iba a mantener una actitud educativa sobre el tema de los penes.

—Erm... gracias, profesor Malfoy, por ese... discurso imaginativo.

Draco volvió su mirada hacia ella y sonrió.

—¿Quiere hacerse cargo, profesora?

Ese pequeño hurón. ¿Realmente acababa de pronunciar uno de los discursos más incómodos para no hablar de un pene? ¡Tenía uno, por el amor de Godric! Hermione sabía que prefería a Draco en su propio tiempo en comparación con el profesor que era durante el día, pero esto sólo agregaba material a la teoría de que podría ser bipolar.

—En serio —le murmuró mientras subía al podio —, si crees que esa demostración tacha algo de la lista, estás muy equivocado.

La mirada que obtuvo de él fue divertidísima, y ella levantó la cabeza cuando se dirigió a la clase.

—De vuelta al asunto, entonces.

—En realidad, profesora, creo que voy a seguir adelante y liderar la clase...

—¿Oh? —Ella sonrió—.Muy bien. Podemos hacerlo juntos.

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—Je, ella dijo "hacerlo" —se rio Liam.

Lidia le dirigió una mirada venenosa.

—En serio, Liam, madura.

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Después de que Hermione habló con vigoroso detalle sobre el pene, había llegado el momento de responder preguntas, para gran consternación de Draco. A él le había ido bastante bien intentando caerle en gracia de nuevo, tratando pequeños detalles con ella. El lado positivo era que fue mucho más fácil hablar de un pene que de una vagina, a un grupo de estudiantes, simplemente porque tenía uno. Hubo quienes se tomaron en serio su educación, preguntando acerca de los verdaderos detalles de las etapas de la pubertad y cuándo esperar vello "allá abajo", pero luego hubo otros, como Liam Killingsworth, un pequeño bastardo que pasaba demasiado tiempo con la voyeur Lidia Cornelia, que sólo quería salir del aula.

—Mi pregunta es para el profesor Malfoy —dijo Liam. Draco le dio un breve asentimiento para continuar—. Mi papá dijo que hay todo tipo de pociones que se pueden usar en asuntos de dormitorio, incluidas las pociones de aumento. ¿Es eso cierto?

Draco le dedicó una sonrisa divertida a Hermione y luego levantó las cejas como si dijera "Bueno, querías que me involucrara, ¿no?" Volvió la mirada hacia Liam e intentó con todas sus fuerzas no avergonzar a Lidia en el proceso.

—Hay una poción para casi todo, Killingsworth. Aunque debo agregar, que si no se elabora adecuadamente, una poción destinada a aumentar puede convertirse en una total catástrofe que te enviaría a la enfermería. Así que… —recorrió la clase con la mirada —amenos que tengan experiencia en pociones al grado que yo tengo, que no es así, no me atrevería a intentarlo si fueran ustedes.

—¡Escuché que hay un hechizo que puede hacerlo vibrar! —gritó Renaldo desde la mesa de Slytherin. Al darse cuenta rápidamente de que habló fuera de turno, agregó—¿Eso es cierto?

Draco no podía recordar un hechizo que hiciera eso. Sin embargo, si alguna vez lo encontrara, podría ser bastante divertido. Miró rápidamente a Hermione, que se encogió de hombros como si ella tampoco lo supiera. Bueno, si ella estaba tan perpleja como él, entonces probablemente no existía.

—No que yo sepa, Renaldo.

Sarah Tumlin fue la siguiente en levantar la mano.

—¿Qué pasa si un muchacho tiene problemas para actuar?

—¿Actuar? No es un acto de circo —bromeó Draco.

—Creo que está preguntando sobre... problemas de rendimiento...como mantener una erección —le murmuró Hermione.

—Oh. ¿Eso es todo? —Draco volvió a mirar a Sarah—.Lo más probable es que esté nervioso. Pero si sucede una y otra vez, el hombre debería ver a un sanador para asegurarse de que tiene un flujo sanguíneo adecuado. Si es algo tan simple como la circulación, como ya dije, hay una poción para ayudar. Pero podría haber cualquier cantidad de factores, incluyendo dieta, hormonas, estrés, presión arterial alta, depresión y fumar cigarrillos, entre otros —Él inclinó la cabeza en dirección a Hermione, disfrutando de su mirada impresionada. En un tono más bajo, él le dijo—Pude haber leído tu libro de texto ya que no me regresaron mi libro.

, pensó él con confianza. Eso sin duda le haría caer en su gracia de nuevo. Realmente se estaba acostumbrando a esta "charla sexual". A pesar de haber sido criado para nunca mencionar este tipo de cosas en público, le pareció bastante liberador compartir sus conocimientos con los estudiantes. Interesante. Y no fue tan aterrador como esperaba, ¿verdad? Sólo un poco de jerga médica de vez en cuando...

Definitivamente conseguiría algo de esa lista este fin de semana. Sólo tenía que encontrar una oportunidad entre las tareas de limpieza que les habían asignado como castigo por actuar como dos adolescentes revoltosos.

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Cuando terminó la clase, Lidia estaba ocupada recogiendo su pergamino y plumas cuando Liam la tocó en el hombro.

—Vamos, Cornelia. Háblame.

—¿De qué hay que hablar? —ella preguntó mansamente, desviando la mirada—. No hemos hablado de eso en toda esta semana, y nos ha ido bastante bien, ¿no?

—Lidia —él puso la mano sobre la de ella—. ¿Vas a hacer que lo diga?

—¿Decir qué?

—Me gustas —él se sonrojó y giró la cabeza hacia la mesa—.Quiero decir... realmente me gustas en serio, ¿sabes?

Lidia no pudo reprimir su sonrisa ante sus palabras.

—Bueno, supongo que tiene sentido teniendo en cuenta que me besaste contra la pared detrás de Zonko. Pero no sabía si tal vez sólo lo estabas haciendo porque era el día de San Valentín.

—Nah —la miró y, cuando sus ojos se encontraron con los de ella, estuvo a punto de fundirse en ellos—…es decir, tenía miedo de que, debido a que hemos sido amigos durante tanto tiempo, podrías ponerme en la friendzone como lo hizo la profesora Granger con el profesor L.

Lidia sonrió.

—No eres el profesor L, Liam.

—¿Entonces soy el profesor Malfoy? —preguntó esperanzado.

Ella negó con la cabeza.

—No. Eres sólo Liam, y prefiero que me gustes tal como eres.

—Genial. Entonces ¿Quieres ser mi novia?

Lidia se rió en su mano, mirando a la profesora Granger, que parecía estar radiante mientras hablaba con el profesor Malfoy. Fue todo gracias a ella que había mostrado suficiente confianza para que Liam la notara. Le debía a su profesora favorita una cesta de frutas o lo que sea que se le dé a un profesor cuando uno estaba agradecido.

—Liam… —le respondió —…me encantaría.

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Esa noche, Hermione recibió lo que seguramente sería el toque de puerta más incómodo de su carrera. Lidia Cornelia estaba del otro lado de la puerta, con los ojos muy abiertos como platillos y un sonrojo en sus mejillas.

—Pr-Profesora Granger... podría... podría pedirle... en verdad no sé cómo... —La joven todavía estaba vestida con su uniforme escolar, aunque le faltaba la corbata y algunos de los botones superiores de su túnica estaban desabrochados. Y ahora que lo pensaba, su cabello también estaba un poco desordenado...

—Cálmese, señorita Cornelia. ¿Qué demonios la tiene tan desarraigada?

—Es... Es personal, profesora. Por favor, por favor, no le diga a nadie lo que le tengo que decir.

—¿Está bien? —Hermione se preguntaba en qué se había metido exactamente su apreciada alumna.

—Es Liam... él... Oh, esto es tan vergonzoso. Liam me pidió hoy que fuera su novia, y me emocioné tanto que comenzamos a besarnos y... —Oh, wow. Hermione no esperaba escuchar eso en la lista de cosas que sus alumnos le dirían. Ella hizo todo lo posible para mantener un rostro serio de profesor, incluso cuando por dentro estaba completamente mortificada (aunque un poco humilde)—. Liam trató de usar un hechizo de aumento... y…y... salió mal... y yo sólo... Oh, profesora —Lidia se abalanzo sobre Hermione y la abrazó con fuerza—¡Todo esto es tan vergonzoso!

—Cálmese, señorita Cornelia —la tranquilizó Hermione, dándole suaves palmadas en la cabeza a la pobre muchacha—. Deberíamos llevarlo a la enfermería de inmediato…

—¡Oh, no, profesora! ¡Por favor! —le rogó Lidia —¡Si se corriera la voz en el colegio de que Liam estaba en la enfermería, entonces todos comenzarían a atar cabos y sabrían que estuvimos juntos! Los padres de Liam no saben de mí, profesora Granger. Si supieran que él se está viendo con alguien como yo...

—¿Alguien como tú? ¿De qué estás hablando? Eres maravillosa, Lidia —Hermione le quitó a su estudiante el tiempo suficiente para tomar su túnica, colocársela y correrla al borde de las escaleras. Lidia se mantuvo firme en el último momento, con lágrimas en los ojos.

—Soy hija de muggles, señorita Granger. La familia de Liam está muy orgullosa de su herencia. Ni siquiera saben que somos amigos. Sería completamente excluido de su familia si supieran que casi pierde su virginidad conmigo.

Hermione parpadeó una vez y luego entrecerró los ojos.

—Señorita Cornelia, hay tantas cosas malas con esas declaraciones que ni siquiera sé por dónde empezar. Pero lo primero es lo primero, vaya al dormitorio del profesor Malfoy —Vio que Lidia abría los ojos de par en par, pero puso primero la urgencia—.Dile que te he enviado y cuéntale lo que está pasando. Estoy segura de que tendrá un antídoto. Iré a buscar al señor Killingsworth para asegurarme de que Filch no lo descubra. Pero debe saber —agregó —que quitaré puntos de la casa cuando todo esto termine. Y más tarde tendremos una pequeña charla sobre esto —ella puso su mejor cara de profesora, actuando lo más severa posible.

—Sí —Lidia asintió con la cabeza—. Por supuesto. Gracias. Iré... iré a buscar al profesor Malfoy de inmediato. ¡Gracias! —Bajó corriendo las escaleras, Hermione caminó rápidamente. Se las arregló para llegar a la biblioteca en un tiempo récord sin una sola señal de Argus, y cuando llegó a la sección restringida encendió la punta de su varita y susurró —¿Liam? Liam, es la profesora Granger. Lidia me envió.

Oyó un pequeño chirrido en la parte posterior de la tercera fila de libros. Rápida y silenciosamente como pudo, se dirigió a la fuente del sonido, descubriendo que Liam estaba encorvado, de espaldas a ella. Estaba gimiendo ininteligiblemente.

—¿Liam? —Susurró Hermione. Lentamente giró la cabeza, con lágrimas en los ojos que se abrieron de par en par cuando vio a la profesora Granger, pero se tragó su orgullo y le habló.

—Duele... —Él gimió —Yo... intenté... quería impresionar...

—Déjame echar un vistazo —ofreció Hermione. La cabeza de Liam se sacudió de un lado a otro, y se dobló aún más.

—¡No! No, usted es mujer.

—Sí, pero también soy sanadora. El suyo no sería el primer pene que he tratado, señor Killingsworth. Y si deja que el hechizo se manifieste por mucho tiempo, causará un daño permanente. Así que… —lo agarró del hombro y le enderezó la espalda —déjeme echar un vistazo o arriésguese a que nunca vuelva a funcionar bien.

Los ojos de Liam brillaron hacia ella a la luz de su varita, y después de un momento asintió y se recostó contra la estantería. Todavía se estaba cubriendo con su brazo, la túnica cubría su regazo como una sábana médica.

—N-No se ría —le dijo, comenzando a retirar su brazo.

—Nunca haría eso, Liam. Soy una profesional… —Hermione se interrumpió, mirando a lo que parecía ser un pene de enorme tamaño. Era casi como un personaje del falus en lugar del órgano real, sus partes estaban exageradas, como las venas y la cabeza. Era incluso más grande que los "gruesos" que había visto en pornos. Sí, pensó Hermione miserablemente, había disfrutado de algunas pornos en sus períodos de sequía. ¡Pero esto se llevaba las palmas! Este pobre muchacho debe sentirse miserable. La piel alrededor del eje estaba estirada y parecía un poco púrpura—¡Oh, por favor, Killingsworth! ¿Qué tipo de hechizo usó?

—No... no pude hacer una poción, porque no soy tan bueno en Pociones... como Lidia... —estaba resoplando entre las palabras debido al dolor—Así que pensé... tal vez... un hechizo de ampliación típico funcionaría...

—¿Y probaste el contra hechizo? —preguntó Hermione.

—Lidia lo hizo. Yo... oh, maldita sea, ¡duele!

—Shh —Miró alrededor de la biblioteca y vio un poco de luz más allá de la sección restringida—. Quédate callado. Voy a ir a ver si ese es el profesor Malfoy.

Hermione se puso de pie de un salto, apagó la luz y regresó de puntillas al borde de la sección restringida. Para su alivio, vio a Draco y Lidia a cierta distancia y los saludó con la mano. Lidia le sonrió solemnemente a su profesora y pasó junto a ella para atender las heridas emocionales de Liam mientras Draco se acercaba a Hermione. Él le dedicó una sonrisa traviesa.

—Tengo que admitir que no es así como me imaginé escaparnos a la sección restringida fuera de horario.

Ella se sonrojó, favoreciendo una sonrisa, pero luego se contuvo y se despertó de su desesperada obsesión por tener a Draco a solas en la sección restringida.

—Ahora no es el momento para fantasías, profesor. Supongo que Lidia le contó sobre la situación... de Liam.

—Sí, lo hizo —Él asintió, levantando la mano entre ellos, donde tenía una ampolla de líquido rosa que tenía un brillo metálico—.Tengo que decir que el hecho de que el contra hechizo no funcionara significa que Liam realmente hizo un número con su pequeño amigo.

—Sí... ya no es tan pequeño —Hermione movió la cabeza en dirección a Liam y abrió el camino. Observó como Draco se esforzaba por mantener la compostura mientras se acercaba al muchacho que gemía y se agachó a la altura de los ojos de él.

—Señor Killingsworth. ¿No aprendió nada en la clase de educación sexual esta noche?

—Duele... mucho...

Draco puso los ojos en blanco.

—Toma esto. Tu pene debería quedar como nuevo en unos momentos —Miró el miembro del pobre chico y le lanzó a Hermione una mirada incrédula. Él se encogió de hombros, reprimiendo una carcajada y caminó hacia la profesora de Salud, metiendo las manos en los bolsillos de su bata —Hablando de inflación... ¿Le llevaremos esto a la directora?

—No —ella negó con la cabeza, mirando entre Lidia y Liam—.Draco, esto va más profundo. Ellos son como nosotros.

—¿Qué? —Draco resopló, volviéndose para mirar a los adolescentes—. Seguro que Cornelia se podría comparar contigo, pero no soy un imbécil, demasiado entusiasta y con la cara de granos que agrandó su polla. De todos modos, nunca lo necesitaría, como claramente has sido testigo de...

—Eso no es lo que quiero decir —suspiró. ¿Cómo pondría esto?—Liam proviene de una familia de sangre pura. Lidia es hija de muggles. Tienen miedo de lo que sucederá si sus padres descubren que están saliendo.

La cara de Draco estuvo vacía por un momento, asimilando sus palabras antes de fruncir el ceño ligeramente y murmurar —: ¿Cómo es que ellos son como nosotros?

—¿En serio tienes que preguntar?

—¿Estás insinuando que me avergüenzo de ... lo que sea que está pasando entre nosotros? —Él levantó la barbilla y resopló—.Francamente, Hermione, eso me insulta.

—¿Tú... no estás avergonzado?

—Me paseé contigo delante de Weasley, Potter y el pelirrojo. ¿Crees que lo hubiera hecho, o caminar contigo en Hogsmeade, o incluso te haya pedido una cita si me preocupa lo que otros puedan pensar?

Hermione realmente nunca lo había pensado así. Siempre había pensado que Draco podría haber estado usándola como una excusa para vengarse de Ron y Harry en San Valentín... pero cuando le había mostrado afecto, ¿lo había dicho realmente en serio? ¿Estaba el aristocrático y ensimismado Malfoy realmente diciendo que le gustaba? Bueno... después de todo, la invitó a cenar.

—Entonces, ¿qué pasa si tus padres se enteran de que nos estamos viendo?

—Realmente no me importa lo que piensen. Es mi vida sexual —le guiñó un ojo y giró sobre sus talones para mirar a sus alumnos —¿Te sientes mejor ahí, pavoneando como un gallo?

—Draco... —advirtió Hermione —.Eso es poco profesional.

—Hermione, nos estamos escondiendo en la sección restringida fuera de horario, sin darles detención a estos dos y cubriéndolos. Creo que el profesionalismo acaba de salir expulsado de una ventana de diez pisos.

—¿Crees que la directora McGonagall tuvo que hacer algo así cuando era profesora? —Reflexionó Hermione —¿O tal vez Snape?

—Hmph. Severus habría dado detención a cualquiera por mirarlo de la manera equivocada...

—Buen punto.

Lidia ayudó a Liam a ponerse de pie, murmurando gracias tras gracias mientras su novio volvía a meter su pene de tamaño normal en sus pantalones. Draco cruzó el espacio entre ellos en cuestión de segundos y miró a Liam con una ferocidad acalorada.

—Killingsworth, tenemos que hablar.

—Es-está bien, señor —Liam dijo con temor.

—Uno: no me importa qué tipo de tonterías frívolas tus padres te quieren inculcar en tu pequeño cerebro, pero no debes pedirle a una chica que sea tu novia a menos que estés dispuesto a presumirla como un par de gemelos de diamantes. Entonces, te pregunto, ¿crees que la señorita Cornelia merece la pena de la agravación que tendrás que soportar por salir con alguien fuera de tu círculo social?

Liam miró a Lidia y esbozó una pequeña sonrisa.

—Sí... ella es brillante.

Draco le golpeó la nuca con la palma de su mano.

—¡Entonces, muéstrale un poco de respeto! ¿Escabullirse a la sección restringida? ¿A qué? ¿Desvirgarla como si no valiera unos meses de cortejo, flores y cumplidos? ¿Tus padres de sangre pura no te enseñaron nada sobre las maneras de cortejar una mujer?

—S-sí señor, lo hicieron...

—Entonces, no te quedes jodidamente sentado y hazlo, Killingsworth. Si escucho que tú y la señorita Cornelia intentan algo así nuevamente sin que la cortejes por un mínimo de seis meses, podrías encontrar tu jugo de calabaza con un poción marchita que dejará un daño permanente a tu ... pequeño Killingsworth. ¿Quedo aclaro?

—¡S-si, señor!

Draco sonrió de lado.

—Bien. Y mientras lo haces, ten los cojones para decirle a tus padres que estás saliendo con una excelente y honrada estudiante de Hogwarts. Ella se lo merece, o tú no la mereces en absoluto.

—Sí... ¡Sí, señor!

—Excelente —Draco le dio una palmadita a Liam en la cabeza —. Lo espero bien temprano en el desayuno mañana y aun virgen —Miró a Lidia—.Eso va para usted también, señorita Cornelia.

Hermione se quedó asombrada mientras veía a los dos estudiantes alejarse, a esconderse, sin dudas, en sus dormitorios hasta la luz de la mañana. Dio unos pocos aplausos en dirección de Draco mientras él se acercaba a ella.

—Eso fue... inspirador, profesor Malfoy.

—Lo sé —Él sonrió radiante —. Soy bastante sorprendente, ¿no?

—Que no se te suba a la cabeza—lo reprendió, pasándolo a llevar con su hombro. Draco se inclinó más cerca de ella, buscando sus ojos —¿Q-qué?

—Ese discurso no fue solo para él, ¿sabes? —le dijo, su aliento le hizo cosquillas en los labios—.Hablo en serio cuando digo que no me avergüenzo de ser visto contigo.

—Es bueno… saberlo —Ella trató de quitarse el sonrojo de sus mejillas con pensamientos de duchas frías y cachorros tristes, pero nada arruinaría la convicción en la que se mantenían sus palabras. Se puso, valientemente, de puntillas y posó sus cálidos labios en los de él. Fue un beso simple pero revelador. Una que decía que apreciaba sus palabras. Se apartó, le dio unas palmaditas en la mejilla—. Tengo que decir que esta noche no resultó como esperaba.

Él hizo un guiño astuto.

—Tengo la sensación de que también vas a decir eso sobre este fin de semana.

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NdT: Espero que hayan disfrutado del capítulo al igual que yo al traducirlo, pero todo esto me lleva a preguntarles:

¿Han tenido clases de educación sexual?

Y si es así, recuerdan de algún momento vergonzoso que hayan tenido durante esas clases, o algo que no se esperaban o algo que hayan aprendido realmente. Las leo con muchas ganas.

Muchas gracias por todo. Espero que estén bien y sigan así. Les mando un fuerte abrazo a todas.