Pandora Hearts y sus personajes pertenecen a Jun Mochizuki. La historia me pertenece y es lo único que me pertenecerá.


No recordaba cuanto tiempo había estado en la misma posición, su cuerpo se sentía entumecido y el espacio era algo sofocante, demasiado reducido para su gusto y más cuando este era compartido con su extravagante sirviente, que se encontraba demasiado cerca de ella lo que la hizo sentir sumamente nerviosa, esto había estado ocurriendo mucho últimamente cada vez que Break se acercaba a ella más de lo normal, algo que la alarmó, ¿qué pasaba con ella? No entendía aquello que le provocaba estar cerca de su sirviente, y mucho menos entendía como había terminado oculta junto a él en un reducido armario, qué pensaría su abuela de ella, no era propio de una dama esconderse en los muebles de la mansión mucho menos en compañía de un hombre, sintió a su corazón acelerarse cuando Break "accidentalmente" volvió acercarse a ella y rodearle la cintura con su brazo para atraerla más cerca de sí.

— ¡B-Break, que haces! –exclamó alterada por la acción del albino.

—Perdón Ojou-sama, pero el espacio es realmente reducido y sinceramente es más cómodo de esta manera, ¿no lo cree? –al instante las mejillas de la chica se pintaron de un bonito rojo carmín que a Break se le hizo realmente lindo, sonrió satisfecho por la reacción de su querida señorita, el ver sus diversas expresiones era algo de lo que disfrutaba plenamente.

—D-deja de decir tonterías y aléjate un poco, es realmente incomodo estar de esta manera. –reclamó aun con la esperanza de hacer un poco de distancia ente ambos cuerpos y poder tranquilizarse un poco, sin embargo Xerxes sonrió y acto seguido abrazo a la pequeña dama para colocar su mentón sobre la cabeza de la chica al mismo tiempo que inhalaba su dulce aroma, Sharon indignada y avergonzada por el comportamiento de Break iba a gritarle cuando la puerta de la habitación se abrió revelando a su abuela, al instante ambos guardaron silencio al ver entrar a la duquesa con su porte elegante aun cuando estaba en su silla de ruedas.

Sheryl había tenido un largo dia en Pandora, muchos papeles que firmar, las reuniones con los demás duques que conformaban la organización, hacer los planes para derrotar a los Baskerville e impedir una nueva tragedia de Sabrier al mismo tiempo que mantenía la ciudad segura de las cadenas que salían del Abyss cada vez más frecuentemente. Realmente había sido un duro dia y lo que más anhelaba en esos momentos era poder llegar a descansar por unos momentos, sin embargo al ser la cabeza del ducado Rainsworth no podía permitirse esas pequeñas sensaciones y placeres, sin embargo solo por esta ocasión se permitió el ser un poco egoísta y decidió tomarse unos momentos para sí misma, se acercó a su tocador y se observó por un largo momento en el espejo, ya no era aquella joven y hermosa mujer que fue en su juventud, no se encontraban esos rasgos juveniles estrictamente serios que siempre la había caracterizado, ni la frescura de una chiquilla que tenía todo el mundo por delante ahora se encontraba un rostro de edad avanzada con arrugas y sin embargo más amable y lleno de experiencia de lo que fue en su juventud. Tantos años habían pasado, tantas cosas, tantas experiencias había cambiado en muchos sentidos, tanto emocional, como físicamente, había habido muchos cambios en su vida sin embargo siempre había algo o más bien dicho alguien que era lo único constante en su larga trayectoria. Rufus Barma, aquel muchacho insoportable y mal educado que siempre peleaba con ella y le llevaba la contraria en todo y aquel tonto jovenzuelo que se había enamorado perdidamente de ella y lo seguía demostrando hasta el dia de hoy.

—Eres un completo caos Ru-kun. –dijo a nadie en particular mientras sacaba un par de aretes dentro de un cajón y los miraba con nostalgia y una suave sonrisa mientras acariciaba su fino detallado. –no has cambiado nada en todos estos años, aun si es algo egoísta me hace feliz el saber que tus sentimientos por mi siguen intactos. Mi querido Ru-kun.

Dentro del armario Sharon quedo fascinada por la escena que observaba, nunca antes había visto a su abuela de aquella forma, siempre era la gran dama que mantenía su impecable porte como cabeza principal del ducado, la mujer que nunca perdía la calma y siempre actuaba como lo dictaba el legado Rainsworth, delicada hermosa y alegre sin importar las circunstancias, el verla dejar a un lado su fachada para dar paso a una mirada melancólica y llena de recuerdos con ojos soñadores y llenos de esperanzas no alcanzadas al ponerse aquel para de aretes que le habían sido otorgados por el duque Barma era algo fascinante, tanto fue su embelesamiento que se olvidó por completo de donde y con quien se encontraba pero no era la única, Break también había quedado atraído por aquella faceta de la duquesa, el verla de esa forma le recordaba que detrás de aquella alegre, respetable y formidable dama se encontraba una mujer frágil la cual había pasado por mucho en su vida, ocultando y dejando a un lado sus interese personales para poder cumplir con lo que le dictaba su posición social. Una mujer que seguramente habría deseado poder seguir a su corazón y buscar la felicidad que ella quisieras, con quien fuera su verdadero amor y su propia forma de hacer latir su corazón por aquella libertad que nunca le fue otorgada. Unos golpeteos a su puerta hicieron salir de sus pensamientos a los tres ocupantes de la habitación.

—Reim-kun, me alegra que hayas llegado. –dijo esto cuando aquel joven hizo su presencia en la habitación de la duquesa, seguramente llevando una carta del Barma mayor.

—Sheryl-sama. –hizo una reverencia como era su respetuosa forma. –he venido a entregarle esta carta de parte de mi amo. –dijo extendiéndole un sobre.

—Me pregunto que será. –se preguntó pero ambos ya sabían de lo que se trataba, sin embargo en vez de realizar aquel ritual que consistía en leer la carta para inmediatamente arrojarla al fuego la guardó entre las cosas que había en sus cajones. –sin embargo la leeré después, por el momento necesito de tu ayuda mi querido Reim. –pidió la duquesa mientras miraba al simpático chico de anteojos.

—Lo que usted mande Sheryl-sama. –respondió inmediatamente, en parte por el gran respeto que le tenía y también por el temor de que si su amo se enteraba de que no quiso cumplir un deseo de la duquesa lo pasaría realmente mal.

—Necesito que me ayudes a volcar este pequeño mueble. –señaló el pequeño armario en el que se encontraban su nieta y su sirviente, Reim la miró desconcertado por su extraña petición. –me temo que se han escabullido dos pequeños ratoncillos no deseados. –Sharon y Break se quedaron congelados en su lugar al oír la tan calmada y sonriente voz de Sheryl, debieron suponerlo, su abuela se daría cuenta de su presencia aun cuando hicieran lo imposible por evitar ser descubiertos no por nada era una mujer de respetar y temer.

—Como ordene. –terminando de decir esto el joven Lunettes procedió con su tarea de voltear el pequeño mueble, grande fue su sorpresa al escuchar el grito de sorpresa que soltó la heredera y el ver como salían de adentro ella y su leal sirviente, quien por reflejo abrazo a Sharon para evitar que esta se lastimara por el impacto. – ¡Sharon-sama! ¡Xerxes! Que hacen ahí. –exclamo escandalizado por tal acción. –Xerxes idiota que se supone que le andas enseñando a la señorita Sharon. -Break iba a responderle a su amigo, todavía se encontraban en el suelo pero ni una palabra salió de la boca de los dos cuando vieron a la duquesa y su brillante sonrisa.

—Jo jo jo, vaya sorpresa nos encontramos aquí. –dijo la muy amigable anciana, demasiado amigable pensaron ambos intrusos. –que par de niños más traviesos me temo que deben recibir una pequeña lección para que aprendan a comportarse, ¿cierto?

Reim tomaba su te mientras observaba a sus dos compañeros, Sharon de igual manera tomaba su te, pero su ceño se encontraba levemente fruncido mientras una pequeña hinchazón sobresalía de su cabeza, por su parte Break comía sus postres tranquilamente con más de un chichón sobresaliendo de su cabeza.

— ¿Deberíamos repetir nuevamente esta experiencia no cree Ojou-sama? –dijo con su tono cantarín y despreocupado como si el castigo vivido a manos de su abuela no fuera razón suficiente para no andar metiendo las narices donde no los llamaban, Reim indignado por su osadía empezó a reprenderlo pero la chica solo sacó su abanico y lo dejo caer sobre su sirviente generándoles así nuevas contundencias en su cuerpo y cabeza. Sin embargo no pudo evitar sonreír al pensar en la escena que Break le había regalado, no sería mala idea el poder volver a ver la sonrisa tan hermosa y genuina de su abuela y verla en su más puro estado.


Espero que hayan disfrutado de la lectura, esto lo escribí con la intencion de lo que creo yo es una parte de Sheryl que nunca muestra a nadie y solo se permite portarse así en privado lejos de todo el mundo, la idea central era el como Sharon y Break descubrian aquella faceta de Sheryl que no se permitía mostrarse a nadie, ni siquiera a su nieta, la pareja se supone es Rufus x Sheryl pero se coló el Break x Sharon (no puedo evitarlo). Espero poder escribir mas de ellos posteriormente.

Lucy los quiere ;). Hasta la próxima.