-Secretos, deudas y cintas de video-
Los gritos de Doohan le desvelaron, él y Miles llevaban casi un mes trabajando en su vieja nave, tenía la sensación de que las reparaciones no acabarían nunca, se levantó de la cama, se vistió y tras lavarse la cara y llenarse una taza de café, se dirigió a la sala común.
Allí, Spike inmerso en una sesión de jet kune do ejercitaba su maltrecho cuerpo. Sus movimientos eran fluidos, elegantes y rápidos, pese al lamentable estado físico en el que se encontraba tras su pequeña aventura suicida, aun era capaz de moverse con agilidad.
Se acercó a él que se detuvo al verlo, sonrió y le saludó con la cabeza. El pequeño bastardo se había llevado a Faye a dar una vuelta y ella estaba extraña desde entonces, no podía dejarlos solos, las cosas siempre acababan mal.
— ¿ Qué pasó en vuestra pequeña excursión? — preguntó como si nada apoyando la espalda en la pared.
Spike levantó la cabeza y lo miró como si le hubiese preguntado como practicaban sexo sus padres.
— ¿ Por qué tendría que haber pasado algo? — contestó dándose la vuelta para continuar con sus ejercicios.
— Faye lleva encerrada en su cuarto desde hace dos días — dijo con naturalidad mientras señalaba con la cabeza hacía el pasillo.
Spike se paró en seco y se llevó la mano a la cabeza para revolverse el cabello. Lo miró dubitativo durante un momento y chasqueó la lengua disgustado.
— Alguien le dijo que su hermano estaba buscándola — se encogió de hombros y estiró los brazos haciendo crujir sus nudillos de forma exagerada.
— ¿Su hermano? ¿Está vivo? ¿Donde está? ¿ Que quiere? ¿ Es verdad? — se llevó las manos a la cadera, tantos años trabajando como policía dejaban huella y Jet era incapaz de no hacerse preguntas, aunque nadie fuese a resolverlas.
— ¿ Crees que si Faye tuviera respuesta a alguna de esas preguntas estaría encerrada en su camarote? — replicó metiendo las manos en los bolsillos y balanceándose hacía delante y atrás.
— ¿ Qué vamos a hacer ?
— ¿ Vamos? — preguntó escéptico levantando una de sus cejas. — Es asunto de ella.
— ¿No tienes curiosidad ?
— Prefiero respetar su privacidad
— Ja — espetó incredulo mirándole de lado y negando con la cabeza.
Spike lo miró de nuevo, su mirada era seria, parecía estar enfadado.
— Sabes Jet... deja en paz a la chica, si nos necesita pedirá ayuda — refunfuño dándole la espalda.
— Sabes también como yo que eso no es verdad.
— Jet, deja en paz a la chica — replicó de nuevo
— Lo que tú quieras — suspiró agotado frotándose el puente de la nariz. — En realidad venía a decirte que tenemos que cazar algo, tenemos muchas reparaciones que pagar, estaremos en la Tierra durante mucho tiempo, he estado siguiendo la pista de un par de tipejos que nos llenaran la nevera y pagaran facturas.
— De acuerdo — contestó Spike reanudando su entrenamiento.
Se alejó de él para acercarse a la habitación de Faye para informarle de los nuevos planes.
...
No era una misión difícil, el grupo de atracadores que se había atrincherado en un pequeño almacén del puerto, disparaba desde las ventanas sin ningún tipo de control.
Jet estaba encima de uno de los contenedores, mientras que Faye y Spike esperaban detrás de otro.
Faye asomó la cabeza para poder apuntar con facilidad, los disparos se estrellaron contra la pared cerca de su cabeza, Spike la agarró del brazo y la empujó contra la pared con tanta fuerza que desde el sitio pudo oír como chocaban los huesos de su columna contra la pared metálica, lo miró aterrada sin saber que decir tratando de recuperar el aliento
— ¿ Que haces idiota? ¿ Quieres que te vuelen la maldita cabeza? — gruñó molesto sin soltar su brazo.
Faye sin tan siquiera contestar, dio un manotazo para librarse de él. Spike gruñó algo que no pudo oír a través del ruido de los disparos. No era el momento de ponerse con sus tonterías, les gritó para que se centraran y ellos se giraron para mirarlo. Faye resopló con el arma en alto acercándose a la esquina del contenedor, en su brazo aparecieron unos pequeños moratones que incluso él podía ver a un par de metros de distancia. Cuando dirigió su mirada a Spike se percató de que él también los había visto, sus ojos estaban clavados en las diminutas marcas moradas, le vio tragar saliva y alargar su brazo para tocarlos pero Faye se apartó antes de que pudiera hacerlo.
Desde luego que no estaba para tanta tontería, volvió a gruñir y señaló la puerta del almacén.
Los disparos cesaron por un momento, Spike aprovechando la ocasión se adelantó a ellos y se dirigió a la puerta en una carrera.
— Bastardo — masculló Faye saliendo tras él.
Parecía que ninguno estaba dispuesto a seguir el puto plan así que deseando que ninguno acabase en el hospital se puso en marcha también. Todo lo que podía salir mal salió bien, en una carambola de suerte detuvieron a los atracadores, sin heridos, se embolsarían la recompensa, que por desgracia no duraría mucho en sus manos entre deudas y demás gastos.
Bajó las escaleras de la comisaría, sus dos compañeros esperaban en el parking sin dirigirse la palabra, fumando, mirando cada uno para un lado. Dejó escapar un gruñido cansado y se acercó a ellos.
...
Era de noche en la Tierra y la Bebop estaba en completo silencio, aun le daba vueltas a lo que había pasado durante la tarde, a veces sentía que las cosas escapaban de su control y no lo soportaba.
Abrió una lata de cerveza y encendió la tele, ya no soportaba más el silencio, se tiró en el sofá con los ojos cerrados escuchando un programa de viejos videoclips de principios de siglo. El cenicero estaba lleno y a él ya no le quedaban cigarros, lo odiaba pero estaban en medio de la nada y el bar mas cercano al taller de Doohan estaba cerrado.
El mono de la nicotina le hacía salivar, necesitaba distraerse o quedarse dormido hasta que el bar abriese. No conocía la música que salía de la tele, no lograba mantener la concentración, su mente volvía una y otra vez a los sucesos de la tarde y a los moratones que le había hecho a Faye en el brazo.
Abrió los ojos al oír sus pasos, la observó sentarse en la pequeña butaca amarilla, tenía la tarjeta de papel entre los dedos y no dejaba de mirarla. El flequillo cubría sus ojos y él era incapaz de descifrar lo que le pasaba por la cabeza.
— ¿ Debería llamar? — preguntó después de un incómodo silencio, alzó la vista y le miró a los ojos.
Parecía asustada y no era lo peor, estaba distraída y en su trabajo esa actitud era nefasta, no podían salir a cazar si un miembro del equipo no estaba al cien por cien en la misión, era peligroso para ella y para el resto y estaba cansado de ver como la gente de su alrededor moría. Cerró los ojos y se frotó el puente de la nariz, aquella situación era insostenible, tenía que hacer algo.
Se incorporó y se inclinó para coger las manos de Faye entre las suyas que dio pequeño respingo y apartó la mirada, parecía una niña pequeña asustada por los monstruos bajo su cama.
— Deja de temblar — dijo con voz firme apretando su manos.
— No se que hacer — murmuró con tristeza sin levantar la cabeza.
— Llama y averigua que quiere, es fácil — sonrió sin dejar de acariciar sus manos. — Pensaba que eras más brava, Valentine.
— ¿ Pero y si no soy lo que busca? ¿ Y si la Faye que él espera no es la que va a encontrarse? ¿ Y si no soy capaz de recordar nada mas ?
— No creo que le importe — interrumpió. — Si pasas mucho tiempo buscando a alguien... da igual lo que encuentres, lo único que quieres es volver a... verla — fue incapaz de continuar, él lo sabía muy bien, Faye le miró a los ojos y se mordió los labios sin saber que decir, sonrió agradecida y soltó sus manos, apartándose de él. — Estoy seguro de que tu hermano será feliz tan solo con volverte a ver— comentó con tranquilidad volviendo a tumbarse sobre el sofá. — Además eres muy capaz de patear el culo de cualquiera si las cosas salen mal.
...
Lo cierto es que no recordaba tener un hermano, su memoria era una trampa, solo había retazos, imágenes, nombres, nada concreto, ningún hilo que le ayudase a conectar su historia, nada a lo que pudiera agarrarse.
Estaba nerviosa, la pesadez de su estomago le impedía respirar, el hall del hotel era luminoso y ruidoso pero ella no oía nada, esperaba sentada en un sillón orejero de color rojo, la gente pasaba a su alrededor como si no existiese.
— Faye, oh dios mio ¿De verdad eres tú ?
Se dio la vuelta, detrás de ella había un hombre alto, delgado y de pelo oscuro, su cara le resultaba vagamente familiar, sonreía de oreja a oreja, le tendió la mano y ella le miró sin saber que hacer, las manos le temblaban y las escondió entre sus piernas.
— ¿ De verdad eres tú ? — preguntó acercándose a ella sin dejar de sonreír.
No lo sabía, no sabia quien tenia que ser, no era capaz de moverse de la silla, habían hablado por teléfono y él en ningún momento había puesto en duda su testimonio. No sabía que pensar.
— ¿Estás bien? — se agachó frente a ella y apoyó las manos en sus rodillas. — Llevo mucho tiempo buscándote...mas de tres años.
No sabía que decir, tragó saliva y se removió en el sillón sin apartar la vista de aquel tipo del que ni siquiera recordaba el nombre.
— Tendrás muchas preguntas.
— Las tengo todas, he sufrido amnesia durante mucho tiempo, apenas recuerdo nada desde que me despertaron.
Tenía tantas dudas que no sabía por donde empezar, su supuesto hermano se puso en pie
— ¿ No te acuerdas de mi? — murmuró con tristeza.— Quizás te acuerdes de él
Señaló a un tipo que esperaba cerca de la columna, parecía nervioso, no dejaba de mirarla y ella parecía tener un vago recuerdo de aquel pelo rizado y rubio, se puso en pie cuando se acercó a ella y la estrechó entre sus brazos, apretándola contra él.
— ¿ No te acuerdas de mi? — preguntó en un susurro sujetando su cara con ambas manos.
— No — susurró nerviosa retrocediendo un paso para alejarse de él.
— No te preocupes, aunque me cueste la vida conseguiré que me recuerdes y si no lo haces haré que te vuelvas a enamorar de mi...— sonrió con amabilidad mientras acariciaba su brazo
— Lo siento, yo... no entiendo nada...
— Soy Andrew, tu prometido
— ¿ Qué?
— Viajábamos para celebrar nuestro compromiso, pero todo salió mal...
No era capaz de recordar nada, aquellos dos tipos la miraban con esperanza, parecían tener la certeza absoluta de quien era.
Y lo único que quería hacer ella era salir corriendo de allí.
Hola!
vuelvo tras una larga ausencia, espero que pueda actualizar mas a menudo la historia ahora que vuelvo a la rutina.
Un beso enorme a todas.