Escrito en colaboración con Anansi's Acolyte. Los aquelarres en torno al caldero burbujeante dan sus frutos para crear nuevas historias ;) [Y sí, esto está dirigido a ti, querida a92] [Y siempre mil gracias a la estupenda Rashel Shiru por darnos a conocer este magnífico k-drama].

DESCARGO DE RESPONSABILIDAD: Skip Beat! no nos pertenece, por más que quisiéramos… She was pretty le pertenece a sus legítimos propietarios, allá en Corea. Y Choi Si Won, al igual que Tsuruga Ren, le pertenece al mundo, porque cuando crees que los hombres en 2D no existen en el mundo real, vas y te lo encuentras…


REPORTERO KIM

Ren ignoró el confeti y las serpentinas que caían a su alrededor, y se abrió paso entre las animadoras (que agitaban excesivamente entusiasmadas sus pompones) sin dedicarles ni un vistazo; tomó asiento, inspiró y le lanzó una mirada torva a Takarada Lory, el cual suspiró, decepcionado con el escaso éxito —más bien ninguno— de su puesta en escena, y con dos palmadas mandó a desaparecer a las muchachas de falditas ridículamente cortas.

—¿Y bien, Jefe? —preguntó Ren.

Lástima que el tener que soplarse el confeti de la cara le restara seriedad a su expresión.


—No…

—¿Por alguna razón en concreto? —pregunta Lory, aunque sabe bien la respuesta.

—Es Morikawa… —respondió Ren, encogiéndose de hombros, como si eso lo explicara todo.

Tsuruga Ren es un personaje cortés, educado y amable con todos… Nunca un mal gesto delata su máscara… Pero este hombre, Morikawa Hitoshi, le trae recuerdos (aún demasiado frescos, demasiado vívidos) de aquellos tiempos en que el joven Kuon Hizuri luchaba por salir de la sombra de su padre.

Y su máscara ya anda bastante agrietada estos tiempos desde que cierta muchacha de rosa revolucionó su mundo y su corazón…

—Ya he trabajado antes con él —añadió.

—Chico, sabes mejor que nadie que, en este medio, habrá ocasiones en las que tendrás que trabajar con personas que te desagraden.

—Sí, claro. Pero no, gracias…

—¿Y dónde queda tu profesionalidad?

—Bien a salvo, muchas gracias —le contesta, cruzándose de brazos.

Lory da una calada a su cigarro puro y deja que Ren rumie un poco su descontento antes de lanzar un nuevo ataque.

—La pequeña Mogami-kun también tuvo que trabajar con alguien que le disgustaba profundamente, ¿recuerdas? —le preguntó. A Lory no se le escapó cómo se le tensaba la mandíbula—. Si ella pudo ser profesional, si ella pudo hacerlo, ¿por qué tú no?

—Porque ella es mejor persona.

Así, sin más. Una declaración sincera y honesta. Pero totalmente errónea. Por los dioses, los dos son buenas personas, incluido él. ¿Por qué él no puede verlo? Cuánto te queda por aprender, muchacho…

—¿No serás que temes que estar cerca de este director haga salir lo peor de ti, Kuon? —Y Lory usó su verdadero nombre con toda la intención del mundo.

—Jefe… —respondió Ren, inhalando con fuerza, tratando de mantener la calma—. Me pide demasiado…

—Puede ser… —reconoció él—. Pero pensé que habías avanzado, que por fin habías aceptado que ya no eres el que fuiste —Ren se lleva la mano a la muñeca, allí donde luce aún el reloj de Rick, como grilletes invisibles. Lory deja el cigarro en el cenicero, que dibuja volutas sinuosas entre los dos, hasta que al final, con un suspiro, se palmea los muslos y cambia de estrategia—. Bien, pues entonces, atendamos a tu carrera, chico…

—¿Mi carrera? —pregunta Ren, poniéndose a la defensiva.

—Estás encasillado —declaró a bocajarro Lory. Los ojos de Ren se abrieron de indisimulado pánico, porque eso es una de las peores cosas que le puede pasar a un actor—. Has hecho mucho drama y acción, e incluyo en el mismo saco otros géneros, como suspense, policíaco, terror… Es todo más de lo mismo… —declaró, describiendo un arco imaginario en el aire con el brazo extendido—. Y salvo honrosas excepciones como pueda ser BJ, te repites…

—Jefe, yo… —trata de intervenir Ren, pero Lory lo interrumpe alzando una mano y sigue hablando.

—Te repites, sí… Solo ahora demuestras valer para los papeles románticos, y tan solo porque por fin sientes la verdadera emoción del Amor, pero (y aquí radica el verdadero desafío) no hay nada más difícil que hacer reír. Y tú dirás que a qué viene eso ahora —El aludido tan solo asiente con la cabeza, los ojos entrecerrados y suspicaces—. Debes avanzar, muchacho, debes crecer como actor y como persona. Y no me mires así —Lory agita la mano frente al rostro de Ren—. Esto lo hago porque te aprecio sinceramente, chico. Ya es hora de que avances… Debes aprender a volver a disfrutar de la vida. Debes reír y hacer reír.

Ren suspiró y entornó los ojos, tomando en consideración el razonamiento de Lory.

—Digamos que digo que sí… Solo en teoría… —le precisó—. ¿Qué propones?

—Bueno, no es como si Japón careciera de tramas originales o de excelentes guionistas, ni nada de eso. Pero alguien en LME, vete tú a saber quién —Ren no tuvo ninguna duda al respecto—, ha decidido que podría adaptarse el famoso k-drama She was pretty al público japonés. Ya que Corea ha adaptado tantos de nuestros dramas, pues bueno, por una vez que sea al revés…

—Tsuruga Ren no hace comedia —dijo Kuon, ladeando la cabeza y dejando a un lado la máscara que le había acompañado por tanto tiempo—. No fue creado con esa idea… No es que esté en contra de una comedia ligera, sólida y bien escrita, o algo de humor negro bien llevado, pero Ren —se sentía raro, muy raro, hablar de sí mismo (o al menos de parte de sí mismo) en tercera persona—, Ren es demasiado correcto y educado para comedias más básicas y absurdas.

—Oh, esa no es mi intención —Lory retomó el puro antes de seguir hablando, estirando la pausa dramáticamente—. Quiero que la hagas tú, Kuon…

Su nombre real, de nuevo… Pero el chico ni se inmutó.

—Quiero que la interprete Kuon, y no Ren… —aclaró Lory, vista la falta de reacción del muchacho.

—Ya dije que no.

—Pues bien, hagamos un trato —le dijo, adelantando el torso para acercarse un poco más. No es como si Lory no contara con un plan en reserva—: Si aprendes a volver a reír y a hacer reír y sobrevives al rodaje con Morikawa sin partirle la cara, las tres cosas, Kuon —enfatizó—, te dejaré en paz un año entero para elegir libremente tus papeles.

—Hmm —murmuró Kuon. El trato tenía sus ventajas, ciertamente. Un año entero libre de las injerencias de Lory en su carrera, era desde luego interesante… A pesar de Morikawa…—. ¿Y si no lo consigo?

—Vestirás el rosa durante un año.

—¿¡Qué!? —A ver, que no es que el rosa tenga nada de malo. Pero ¿Tsuruga Ren de rosa? ¿Del escandaloso rosa Love Me? ¿Un año entero? Su carrera estaría muerta en un mes. Qué diablos, en un par de horas estaría en todas las redes sociales…

—Esto es una misión Love Me encubierta, por supuesto —le contestó Lory, con aire despreocupado—. ¿Qué esperabas?

—¿Me puedo negar? —preguntó Kuon, guardando un resto de esperanza.

—Más bien no.

—¿Tengo alguna opción?

—No, ninguna.

—¿Y entonces a qué viene todo esto?

—Oh, me encanta una buena puesta en escena —Y sonrió, antes de volver a darle una calada a su puro.

Kuon puso los ojos en blanco, todavía considerando la posibilidad de largarse sin más por la puerta, pero… Pero Lory tenía sus formas de hacerle la vida imposible hasta que dijera que sí… Conoce a gente que conoce a gente y…

Uff…

Kuon se dejó caer contra el respaldo del asiento, en esa postura desgarbada y descuidada que Lory le conoció años atrás, y exhaló un resoplido very Tsuruga-unlike.

—¿Cuál será mi papel? —preguntó sin molestarse en disimular la resignación de su voz. Y la sonrisa de Lory se ensanchó en una de triunfo.

—Serás el Reportero Kim —declaró, exultante. Luego entrecerró los ojos, sonriendo como un niño travieso—. ¿Y a qué no imaginas quién será la protagonista femenina?