Disclaimer: nada de esto me pertenece, los personajes le pertenecen a Stephenie Meyer y la historia a Rochelle Allison, yo solo la traduzco.
CURTAINS
Capitulo veinticinco
Como una niña, me mantengo sentada, cautivada por el espectáculo que tengo ante mí, con los ojos ampliamente abiertos mientras otro rayo de luz incendia el horizonte -fuego azul sobre el agua negra, iluminando el final del crepúsculo.
―Ooooh.
Edward se mueve detrás de mí, su mano me hace cosquillas en la cadera.
―Ese ha sido bueno.
―Sí que lo ha sido. ―Tiemblo un poco y él sube más la calefacción del coche.
No hay nadie más que nosotros aquí arriba. Tenemos los mejores asientos de la casa, primera fila para el espectáculo de luces de la naturaleza. Se levanta una fuerte corriente de aire que sacude el coche de Edward al pasar como si fuera el Increíble Hulk.
Me mira con una exagerada preocupación y yo me echo a reír -lo amo.
Le amo.
―A lo mejor deberíamos irnos antes de que caigamos al agua, ―digo, cogiendo mi sudadera con capucha, que está entre la guantera y el asiento del conductor.
―Nop. ―Me mueve hacia abajo, al asiento trasero que todavía está resbaladizo de nuestro sudor.
―¿Compensando el tiempo perdido? ―bromeo, dejándole colocar mis brazos y piernas en el pequeño espacio. La última vez que hice algo así en un sitio como este ni siquiera me gustaba la persona. Fue raro, incómodo y sucio.
Pero esto... esto es normal, natural, sagrado y dulce.
Más temprano, me había contado sus fantasías del asiento trasero y yo me sentí más que feliz de ayudar -después de todo, le he deseado durante tanto tiempo que ya no importa el dónde.
Es raro cuando conoces a alguien que es de cierta forma y luego cambia, y te das cuenta de que la persona que conocías no es quién era de verdad. En cuanto a mí, siento que soy completamente yo de nuevo y no la niña que perdió su esencia.
Los años de desconexión entre Edward y yo sirvieron para un propósito más grande: dejarnos sanar sin que el otro fuera un obstáculo. Irónicamente, es Edward el que cree más en el destino ahora -yo creo en las elecciones; pero, al final, es bastante obvio que se supone que debemos hacer esto, estar así.
Edward desliza mi trasero hasta el borde del asiento y se arrodilla en el suelo, bajando la cara entre mis piernas.
―Puede que este no sea el mejor coche para esto, ―digo, enredando mis dedos en su pelo.
Él me ignora, lamiendo hasta que empiezo a temblar; y luego está en mi interior, incluso mientras me estoy corriendo.
Como lo hemos hecho en el asiento delantero hace menos de una hora, esta vez me lleva más tiempo y estoy casi dolorida cuando él termina. Pero es el tipo de dolor que me gusta, el tipo que me hará pensar en esto cada vez que me siente de una determinada manera o cuando esté en la ducha más tarde.
Un rayo alarmantemente cercano hace que todo brille y yo me tenso involuntariamente a su alrededor, con las manos agarrándole los brazos y los pies hundidos en sus muslos.
―Lo siento, ―susurro con una risita y el corazón latiendo con fuerza.
Él se incorpora, sonriéndome en la casi-oscuridad.
―La cosa se está poniendo fea ahí fuera.
―Me gustaba antes, cuando la tormenta solo estaba empezando. ―Le toco la cara, sintiéndome completamente líquida por dentro.
No quiero que esto acabe o se desvanezca nunca, lo que me da miedo y me hace sentir vulnerable porque sé lo que es que te decepcionen.
Pero, por suerte para mí, Edward también lo sabe. Es raro cómo las cosas que nos hicieron más daño nos han unido de una buena manera, como si hubiéramos escapado de la nube pero nos hubiéramos quedado agarrados a su estela.
Se inclina hacia abajo y me besa de nuevo -su pelo me hace cosquillas en la frente.
Mañana volvemos a Seattle.
* . *
Edward no tiene cortinas en su apartamento, tiene persianas -largas y verticales, más bonitas que las que yo tenía en Forks. La ventana de su nueva habitación da al este y, por la mañana, la luz se derrite como mantequilla a través de las rendijas en estrechos rayos dorados que caen sobre las sábanas oscuras.
Me despierto la primera; bostezo y me estiro, dejando que los dedos de mis pies le toquen la pierna. Sé que cuando se despierte vendrá a mí, y me tocará, porque todavía estamos en ese momento en que nos deseamos todo el tiempo.
Pero, por ahora, disfruto del silencio; de la sensación de ser amada, deseada y estar a salvo en esta cama.
Su cama.
Bueeeeeno, pues este es el final. Muchas gracias a todas las que habéis llegado hasta aquí a pesar de lo que he tardado en actualizar a veces.
Me ha encantado leer vuestras opiniones en cada capítulo, y todavía estoy deseando ver qué pensais de este.
Nos vemos el lunes con mi nueva traducción.
-Bells :)
Break Statement - Hambre, comida, fracaso, atiborrarse, vomitar. Repetir. Una rutina que se convierte en una vida que se convierte en un bucle sin un final imaginable, sin una forma de liberarse. Excepto una. Para ella es una conclusión inevitable, una cuestión de tiempo, una cuestión de cuando. Está lista para que suceda ya. Un extraño de ojos verdes es lo único que se interpone entre ella y la huida que anhela.