Naruto y sus personajes pertenecen a Masashi Kishimoto, solo es mía la historia. NO Plagiar.

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¡¿Pero qué demonios…?! ¿Cómo es posible que hayan quedado picados con la escena caliente? ¡Oh, por Dios! Jamás pensé que fueran tan amantes del lemon, pero bueno, esta vez si los complací. Sí, así como leen, este capítulo tiene contenido sexual, así que los menores de edad, piensen dos veces antes de leer.

¡Respondamos lo reviews!

nani28: ¡Gracias por tu comentario! Me alegra enormemente que te guste el NaruSaku, la verdad es muy difícil no encariñarse con la pareja. Con respecto al fic que mencionas, creo que debes seguir los impulsos de tu corazón y hacer lo que te guste. Te comparto mi punto de vista: para mí el Naruto y Sakura son la pareja perfecta, aunque los Naruhina quieran negarlo. Me he topado con fans SasuSaku (los cuales andan leyendo esto), y apoyan mi opinión. Estaré pendiente de cuando lo publiques, ¡nos vemos, y de nuevo, gracias! Saludos xD

Garou001: ¡Gracias por seguir leyendo! Con respecto a tu pregunta, en el capítulo anterior no lo hizo, eso solo fue un sueño ardiente de mi Saku. Pero aquí si no existirá poder humano que la detenga de comerse a ese rubio hermoso. Debido a los review tan hermosos que me dejaron, decidí traer este 3er y último capítulo, como comprenderán esto era un Oneshot, no una historia extensa. ¡Espero y te guste! ¡Nos vemos!

yllen1875: Me hace feliz que te haya gustado, gracias por leer este fic y comentar algo tan bonito. Te digo lo mismo que a los demás, ¡Aquí hay NaruSaku pa rato! Jajajaja amo demasiado esta pareja. Saludos :D

rosegold09: ¿Te estaba matando? Jajajaja lamento haber jugado contigo, nahh es broma, me encanta hacerlos sufrir xD Si casi te da algo con las escenas ardientes, imagínate como me pondría yo que las andaba escribiendo en medio del calor. Te confieso que estuve a punto de colocar que Sasuke los descubría, pero después me arrepentí y lo quité. Es muy feo que un hombre sepa de la infidelidad jajajaja y peor que la vea. Los botó de la habitación por el atrevimiento, sabemos que la personalidad de nuestra ninja medico es así, repentina y de vez en cuando salvaje. ¡La estaban abrazando! Por amor a Dios, aquello era una tentación que no soportaría por mucho tiempo. Si hubiera sido yo, los aprovecharía al máximo xD Espero haber llegado a tiempo antes de que te suicidaras jajajaja ¡Sorpresa! Hay contenido GaaSaku, no me agrada en nada la pareja pero por esta vez, decidí colocarlos.

yummycupcakes: ¡Querida Yummy! De nuevo disfruto con tus comentarios. See ¬.¬ yo también me morí con lo corta de la escena pasional, pero vamos, aquí creo que te saciará esa sed de lemon. ¿Quieres saber que sucede con el SasuSaku? Pues tendrás que leer hasta el final xD Cierto jajajaja, es que Naruto tiene más derechos que el mismo Sasuke. Mi rubio la protegió durante todo la serie Shippuden, era justo que se ganara el corazón y cuerpo de mi amada pelirrosa. Sí, terminaron acostándose como dos adultos y comiéndose como dos animales :D Este es el capítulo final, lo hice para no dejar la historia inconclusa. Lamentablemente no podré complacerte con el fic GaaSaku, lo siento, pero no puedo imaginar a mi protagonista favorita con otro hombre que no sea Naruto. Soy muy celosa con eso ¬.¬ sin embargo, aquí tienes algo de esa pareja, es leve pero hay. ¡Gracias a ti por apreciar mi trabajo, es un honor ser aplaudida por escritoras tan buenas como tú! Yo también estaré pendiente de ti. No quiero perderme ningún fic tuyo XD

Adrit126: Jajajaja muchas gracias, me alegra saber que te gustan mis fanfics. ¡Nos vemos!

Zaphyr Bell: Awwww tan linda *-* gracias amiga mía por un review tan hermoso y motivador. ¡Sorpresa! Hay contenido GaaSaku aquí xD espero y te guste. ¡Oh, sí! El NaruSaku es mucho mejor jajajaja ¡Gracias por los hágalos! Me han alegrado el día. Tú también escribes sensacional :D La parte en la que Sakura golpea a los chicos hizo que me riera como una maniática U.U escribir esa escena fue muy divertido. ¿Te parece que he mejorado con el lemon? ¡Rayos, cuanto me contenta saberlo! Aquí está la cosa más candente O.o cuando lo leas verás. Si es verdad, Sasuke sale sobrando, por esa razón decidí darle un final digno de un Uchiha. No importa el tiempo, lo que me interesa es que te gustó y comentaste xD ¿Grandiosa? Pues de nuevo gracias, me agrada leer eso. Suerte a ti también amiga, ¡y que viva el NaruSaku!

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Ahora sí, basta de tanto blablá y comiencen a leer.


"Temperatura"

Capitulo III

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Después de haber mandado al pasillo a sus amigos, la joven seguía sin poder conciliar el sueño, cuando estaba a punto de dormirse minutos atrás, volvió a tener un sueño ardiente con Naruto. No lograba deshacerse de la imagen del rubio desnudo, con solo una prenda cubriéndole la hombría y sudando abundantemente.

Caminaba de un lado a otro en la habitación, con una mano en la cadera y otra en la frente, intentando encontrar una explicación a tanta turbación.

—Es el colmo— gruñó para sí misma —ni siquiera Sasuke me ha provocado esta sensación. No, no puedo estar enamorada de Naruto, sería una locura. ¡Demonios! Tengo que bañarme para que esta calentura se me baje.

De prisa y sin dejar de murmurar tonterías, corrió hacia el baño para calmarse, necesitaba hacerlo o de lo contrario cometería una barbaridad.

—Sasuke-teme… ¿estás despierto?

—Hum.

—Respóndeme algo— pidió el jinchuriki sentándose en el sillón. Aún era de noche y a él le había tocado dormir en un sofá, cediéndole a su amigo el cómodo colchón.

—Habla.

—¿Dejarías a Sakura-chan si ella te lo pidiera?

El Uchiha al oír el tono tan curioso que empleó, se incorporó para verlo cara a cara —Aun tienes esperanzas de que te corresponda, ¿verdad?

—Sí.

—Escucha esto, porque no lo repetiré: Si Sakura te amara, yo me haría a un lado para que la hicieras feliz.

—¿De verdad?— preguntó levantándose bruscamente y sonriendo.

—No miento.

—Me alegra tener amigos como tú.

—Shh— sonó la voz del azabache —cállate y déjame dormir.

Naruto torció la boca en señal de fastidio, no tenía sueño y para colmo de males su amigo lo dejaría hablando solo. Pero más allá de eso, se sentía dichoso de poder luchar por la pelirrosa abiertamente, sin que nadie se opusiera al hecho de conquistarla.

Con los ojos radiantes de la alegría se volvió a reclinar en el sofá, cerrando los ojos y entrando en un estado de relajación profundo. No tardó mucho en quedarse rendido.

Haruno se lavaba los dientes en el baño, mirando su reflejo en el espejo y preguntándose internamente las consecuencias de lo que planeaba hacer. Se pasó toda la noche pensando en la enorme decisión que tomaría, traería consecuencias, de eso estaba segura. Pero más que eso, se sentiría bien, tranquila y libre. Escupió la espuma y se enjuagó la boca, para después coger una toalla y limpiarse el resto de humedad.

Avanzó hasta el dormitorio y alzó la mochila que se encontraba en el suelo, poniéndola encima de la cama y abriendo el cierre. Verificó que todo estuviera en orden, necesitaba regresar a la Aldea de la Hoja y ayudar en el Hospital.

Unos leves golpes en la puerta le avisaron que alguien requería su presencia, se volteó en dirección a ella y gritó que pasaran.

—Buenos días Sakura— saludó Sasuke con una pequeña sonrisa.

—Buenos días— contestó por cortesía. Recorrió con la vista la silueta masculina para luego mirar a otro lugar y negar con la cabeza.

—¿Qué pasa?

—Tome una decisión…— dijo seria —sobre nosotros.

El joven se tensó, aquel tono y semblante de su novia no indicaba algo bueno. La mente empezó a imaginar todo tipo de noticias, excepto la del embarazo, pues aunque costara creerlo, ellos no habían tenido relaciones en ningún momento. Asintió rápidamente y esperó el inicio de la conversación.

—Después de todo este tiempo juntos, me he dado cuenta que lo nuestro no funciona. Nos llevamos bien, nos comprendemos y hasta nos tenemos cariño, pero para mí no es suficiente— hizo una breve pausa para tomar un respiro —por eso creo que lo mejor es terminar.

El chico no respondió, se mantuvo estático y sin quitarle los ojos de encima.

—¿No dices nada?— interrogó confundida, se esperaba un insulto o sonido de molestia.

—No hay nada que decir, Sakura. Desde hace tiempo noté que no me amas, solo manteníamos este noviazgo por otra cosa.

—Y según tú, ¿Por qué?

—Estabas confundida, no creas que no me di cuenta.— respondió recostando la espalda en la pared y cerrando los ojos —No me miras como a Naruto.

—¿A qué te refieres?

—A eso que estás pensando. Te brillan los ojos cuando lo ves, te preocupas mucho por él y te comportas muy diferente conmigo. Eso es amor.

El rostro de la fémina se tiñó de color rojo al ser descubierta, no había querido confesarle eso al Uchiha por respeto a su orgullo de hombre. Se mordió el labio inferior apenada, se sentía como la mujer más cruel del mundo.

—Espero no haberte lastimado.

—No lo hiciste. Al contrario, me has salvado de tener una vida con una chica sentimental y salvaje— bromeó abriendo los orbes y enderezándose.

La mujer hizo un puchero, mostrándose indignada y claramente agredida —¡No soy una cavernícola! Ayer te pegué por sobrepasarte.

—Hum.

—Y… ¿podemos seguir siendo amigos?

—Siempre…— murmuró caminando hacia la puerta y parándose bajo el marco de la misma —siempre podrás contar conmigo.

La medico sonrió ante aquellas palabras, logrando que los remordimientos y culpabilidad que sentía minutos atrás se desaparecieran. Era soltera, completamente libre para tener una nueva relación amorosa.

—Esto esta delicioso— confesó Naruto antes de llevarse un bocado de alimento a la boca.

—Me alegra que te guste.

—¿Cómo están las cosas por aquí?

—Bien— contestó Temari sonriente, la compañía del Uzumaki le agradaba enormemente —salvo de algunos inconvenientes regulares en la Aldea. Sabes, nunca te agradecí por haber traído de vuelta a mi hermano.

—Es mi amigo, era lo menos que podía hacer por él.

—Expusiste tu propia vida con tal de salvarlo, te estaremos eternamente agradecidos. Si necesitas ayuda, solo dilo, y con gusto lo haremos.

—Son muy amables— comentó el rubio terminando de comer —espero y sigamos siendo amigos, no quisiera que por convertirme algún día en el Hokage se olviden de mí.

La chica negó con la cabeza —Por supuesto que no, es imposible que olvidemos todo lo que has hecho por nosotros y por Gaara.

Casualmente Haruno iba pasando por el lugar cuando Temari por gratitud, le tomó la mano al jinchuriki y susurró unas palabras, seguramente de amistad o algo sin importancia. Pero eso no evitó que una vena palpitara en la frente de la médico, verlos tan contentos y sonrientes le provocaron unos celos enfermizos, deseaba ir hasta ellos y matar con sus propias manos a su amigo, por dejarse agarrar de esa manera tan cariñosa.

Apretó el puño conteniendo las ganas de cometer una estupidez, necesitó de toda la mayor cantidad de cordura y paciencia para controlarse. Por suerte, el Kazekage la vio y no dudó en acudir a su encuentro.

—Sakura-san— nombró formalmente el pelirrojo.

Ella se volvió hacia él, olvidándose de la escena presenciada —Buen día Gaara.

—Necesito hablar contigo, vamos a mi oficina.

La chica asintió, vio por unos breves segundos a Temari con Naruto, luego al Kazekage, y por ultimo decidió seguirlo. Tal vez hablar un rato con él, calmaría la rabia que llevaba dentro.

Deambularon por el pasillo hasta llegar al despacho del pelirrojo, él le abrió la puerta como un caballero y ella entró. Entreabrió los labios sorprendida por la decoración del lugar, cualquier que le viera creería que se trataba de una casa repleta de cuadros coloridos y paisajes armoniosos.

—¿Pasa algo?— preguntó al verla asombrada.

—No. Solo que nunca había visto una oficina como esta.

—Mi hermana, Temari, la decoró a su gusto. Yo no soy muy bueno para esas cosas.

—Uhm. Entiendo. Bueno, ahora dígame ¿en qué puedo ayudarlo?

—¿Se irán mañana?

—Sí. Tenemos que cumplir con otras misiones.

Gaara afirmó con la cabeza, viéndola intensamente, como si se tratase de un ángel caído del cielo. Ella no se percató de eso pues observaba detenidamente cada rincón del área.

—Sakura…— susurró logrando llamar su atención —¿te gustaría quedarte?

—¿Eh? ¿A qué se refiere?

—Aquí no tengo muchas ninjas médicos, mientras que en tu aldea abundan. Me gustaría que trabajaras aquí, conmigo.

Era una excusa ridícula, pero valida y creíble. Estaba usando ese pretexto para tenerla allí, poder disfrutar de su compañía e intentar por todos los medios de obligarla a permanecer en el lugar.

—Lo siento, pero no puedo.

—¿Por qué? ¿Acaso no te gusta estar aquí?

—Tengo un trabajo estable en la Hospital, mis padres viven allá y absolutamente nada me sujeta a estar aquí. No quiero abandonar el lugar donde nací, por más que insista, no logrará convencerme.

—¿Aunque te ofrezca el mejor de los pagos?

Ella sonrió y negó con la cabeza —Aunque me proponga el puesto de directora, no aceptaré.

El chico se entristeció enseguida, estaba convencido de que si seguía tocando el tema, la molestaría. Liberó el aire de los pulmones en un cálido y suave suspiro, resignándose a perderla por siempre, pero antes de que sucediera, cumpliría su más anhelado deseo. Se acercó a ella con cautela y astucia, para luego mirarle los labios y tomarla por la barbilla.

Sakura arqueó una ceja desconcertada, la extraña actitud del pelirrojo le parecía engañosa y un poco mal intencionada. Si se hubiera tratado de uno de sus conocidos le hubiera dado un buen golpe en la cara, por tratarla con semejante confianza, pero como era el Kazekage, prefirió guardar sus impulsos.

De pronto y sin avisar, la besó en la boca a la fuerza, agarrándola de ambos lados de la cara para que no se apartara. La chica agrandó los ojos, no sabía cómo reaccionar en el momento.

Lamentablemente Naruto abrió la puerta de la oficina, sorprendiéndolos en pleno acto, quedando estático ante el espectáculo. Sakura lo vio y con fuerza empujó al pelirrojo, alejándolo de su cuerpo y volteándose en dirección al rubio.

Gaara se quedó mudo, mirando al chico que le asesinaba con la vista.

—Naruto, déjame explicarte— pidió la joven asustada.

—No es necesario, Sakura— respondió olvidando el apelativo "chan", estaba lleno de furia y no lo ocultaría.

—¿A qué viniste?— interrogó el Kazekage.

—Vengo a avisarte que me voy hoy mismo— se detuvo unos segundos, para luego observar a la fémina —ya nada me obliga a estar aquí.

—¿No nos iremos juntos?— se atrevió a cuestionar la chica, el rostro del ojiazul mostraba una personalidad totalmente desconocida, parecía más serio que el mismo Sasuke.

—Me iré solo. Perdón por haberlos interrumpido, si me disculpan, tengo un equipaje que preparar.

Y sin pronunciar alguna otra palabra, se fue cerrando la puerta. Murmurando unas cuantas cosas en el pasillo.

—¿Por qué lo hiciste? No debiste haberme besado, no te he dado ningún derecho de hacerlo.

—Tú me gustas, Sakura-san. Quiero que seamos algo más que amigos.

—Pero yo no. Naruto nos vio ¿Qué no te das cuenta de la situación?

—No, no entiendo— respondió molesto —explícame tú.

—Ahora cree que tengo algo contigo. Está enojado, lo noté en su mirada.

—¿Y eso en que te afecta?

Él sabía perfectamente a donde iba el tema, solo que quería hacerse el desentendido y escuchar en su propio oído las palabras de la joven.

—Él me ama, y yo…

—Y tú a él…— interrumpió —ya lo sabía.

—¡¿Y aun así me besaste?!— atacó escandalizada, le era difícil entender el comportamiento del chico —¿Qué no te importa un poco lo que él sienta?

—Pensé que tal vez si te besaba y pedía que te quedaras, aceptarías.

—Pues te equivocas, solo lograste que me distancie de ti por completo.

Eso dolió en el corazón al pelirrojo, rompiéndolo en mil pedazos por la enorme decepción. Movió la cabeza en señal de afirmación y extendió la mano hacia la puerta —Anda, aun te queda tiempo para hacerlo razonar. Si en verdad lo amas, no lo pierdas.

—¿Qué te pasa?

—Vi a Sakura y Gaara besándose.

Naruto metía la ropa en la mochila sin importarle en lo más mínimo si la rompía por la fuerza con que lo hacía, la mandíbula le temblaba de la ira y el cuerpo le exigía a gritos desquitarse con algo. El Uchiha lo observaba desde la puerta, recostado en el marco y pensando en lo escuchado.

—No puede ser.

—¡Los vi!— soltó alterado, continuando con la labor de empacar —¿y a ti? ¿que no te importa? Gaara besó a tu novia.

—Ya no lo es.

—¿Cómo?— preguntó girándose para enfrentarlo.

—En la mañana terminó conmigo, porque no me quería como hombre, sino como un amigo.

—¡Demonios! Entonces fue por él, lo quiere, de eso no hay duda.

—¿Le diste la oportunidad de explicarte?

—No me interesa escucharla.

—¿Te iras así? ¿Sin darle el beneficio de la duda?

El jinchuriki no respondió, solo terminó de acomodar todo en el bolso y pedirle al azabache que cerrara la puerta al irse, porque se metería al baño a ducharse. Sasuke no se atrevió a tocarle más el asunto, sabia la furia que sentía el rubio en esos momentos.

Sakura corría por las escaleras, en el trayecto se le ocurrieron infinidades de locuras: imaginaba a Naruto revolcándose con Temari por despecho, o abandonando la Aldea y desapareciendo de la vida de todos. Lo último le aterraba en gran manera.

Seguía con el trote hasta que se topó con el Uchiha, sin dudarlo lo encaró preguntándole donde estaba el Uzumaki.

—Hace rato lo vi. Estaba alistándose para marcharse hoy mismo. Me dijo lo que pasó.

—Fue un mal entendido.

—Él no lo ve así. Piensa que por eso terminaste conmigo.

—Está muy equivocado.

—Corre, puede ser que lo alcances y aclares sus dudas.

—Tenlo por seguro— contestó dejándolo solo y retomando el camino.

Llegó agitada a la habitación, viendo todos los rincones para confirmar la sospecha de que el kitsune seguía allí. Afortunadamente encontró la mochila sobre la cama, aún tenía esperanzas de explicarle todo, no le importaba si debía obligarlo o golpearlo para ello.

El sonido de la regadera llegó hasta sus oídos, dio unos pasos hasta el baño y vio una figura masculina tras la cortina transparente. Entrecerró los ojos a la vez que se iba acercando, deteniéndose justo en frente, donde gotitas de agua llegaban a salpicarle. Tragó grueso, la única manera de descubrir si era o no el rubio, es retirando la tela.

Movió la mano hasta el borde del material, le temblaba de los nervios. Se armó de valentía y de un jalón la quitó, clavando la vista en la figura delante de sus ojos.

Naruto estaba de espaldas, terminando de mojarse la cabeza pues acababa de lavársela. El agua le caía en las orejas, por eso no escuchó el ruido de la cortina siendo rodada y la presencia femenina detallándolo por la espalda. Tenía los ojos cerrados para no permitir que el champú le cayera en ellos.

La ninja médico no se movía, andaba muy concentrada viéndole el cuerpo al kitsune. Siguió con los orbes el camino que corrían las enormes y abundantes gotas de agua: se deslizaban desde el rubio cabello hasta la fuerte y ancha espalda, navegando libremente por doquier, deteniéndose en los redondos y duros glúteos, finalizando en las bronceadas y musculosas piernas.

Se maravilló al presenciar cómo se definían los bíceps y tríceps del rubio, por el movimiento que hacía para frotarse la cabeza. Unas formas recias y firmes resaltaban en su cuerpo a la hora de bajar y subir los brazos, como prueba de muchos años de duro entrenamiento. Debía reconocerlo, el hombre estaba mejor que en los húmedos sueños.

Uzumaki suspiró cansadamente, volteándose para cerrar la lleva de la regadera y colocarse una toalla, inocente de quien en ese instante lo veía. Cuando lo hizo, inmediatamente abrió la boca asombrado por la presencia de la chica.

—Sakura, ¿Qué haces aquí?— preguntó quitándose del rostro los hilos de agua.

—V-vine hablar contigo— contestó tapándose la cara con la palma de las manos.

—No hay nada que decir.

—No seas tonto y escúchame.

De repente unos pasos firmes y fuertes resonaron en la habitación: alguien estaba entrando. Naruto se dio cuenta y sin pensarlo dos veces, tomó por los brazos a la joven e introdujo con él en el cubículo del baño, provocando que el chorro de agua la mojara por completo.

—¿Qué hiciste?— interrogó molesta, estaba empapada de los pies a la cabeza.

—Shh— susurró cubriéndole la boca con la mano derecha —alguien está cerca.

No se equivocó, Temari entró a la habitación buscándolo, pero en vista de que no lo vio, se marchó. Aun así, él optó por esperar unos minutos más, para eliminar cualquier sospecha.

Sakura tenía la vista fija en el techo, no tenía cara para mirarle a los ojos, así desnudo, sin nada que lo cubriera. Estuvo atenta a los sonidos provenientes de la recamara, necesitaba huir de esa situación tan penosa. Esperó varios segundos, cuando creyó que estarían al fin solos, intensó salirse del baño, pero él se lo impidió.

—No vas a ningún lado, Sakura.

—Estas sin ropa, así no podemos hablar.

—¿Qué? ¿Nunca has visto a un hombre desnudo?

—Déjate de tonterías. Necesito aclararte muchas cosas, pero será cuando salgas.

—No— aseguró colocando un brazo a cada lado de la fémina, acorralándola y tentando a su suerte. Corría el riesgo de llevarse una paliza.

—Quítate o te empujaré.

—Mírame— exigió agarrándola por el cuello con suavidad, no quería hacerle daño o presionarla —mírame a los ojos— agregó ejerciendo un poco de fuerza.

Ella intentaba por todas las formas no obedecerlo, por eso cuando tuvo el rostro a la altura del suyo, cerró los ojos. El agua tampoco le permitía verlo.

—¿Qué tiene Gaara que no tenga yo? ¿Eh?

—No seas idiota, precisamente de eso quiero hablarte.

—¿Él te besaría como yo?— preguntó ubicando la mano en su mejilla y acercándose a su boca.

En ese instante ella entreabrió los orbes, sintiendo la respiración masculina chocar contra su propio rostro. Tramitó saliva con dificultad, le era complicado tenerlo a esa distancia, a punto de besarla y obligarla a responder. Inconscientemente separó los labios, deleitando la vista del rubio ante la acción.

El ojiazul la apretó contra el muro antes de unir sus labios con los de ella, en un beso que al principio fue forzado y no correspondido. Movió la mano en dirección a la nuca femenina, abriendo despacio la boca y capturando su labio inferior. Como ella no le respondía, se arriesgó a morderle la zona y aprovecharse de la mínima oportunidad que tuviera para profundizar el roce.

Haruno se revolvía como loca entre los brazos masculinos, le urgía escapar de caer en la tentación. Si duraba dos segundos más allí, terminaría por ceder al ataque salvaje del cual estaba siendo víctima. Pero todo se fue al demonio cuando una suave lengua delineó sus propios labios, invitándola a permitirle entrada, luego siguió una mordida que inevitablemente la hizo quejarse. El hombre se valió de eso para someterla a una batalla de territorio, introduciéndole la lengua lentamente y con erotismo.

La pasión se hizo presente haciendo que cerraran los ojos al mismo tiempo e intensificaran el beso, a un nivel que jamás se había visto. Ladearon la cabeza a direcciones opuestas, abriendo mucho más la cavidad bucal, dando espacio de sobra para la pelea que se desataba dentro. El agua les caía en el cabello, provocando que hilitos de agua se deslizaran por sus caras y acabaran muriendo en sus barbillas o recorriendo sus cuerpos.

La humedad les facilitaba el deslizamiento de los labios, ocasionando que cada beso produjera un sonido, por el rompimiento de la conexión entre ellos. Sakura succionaba el área inferior de manera hambrienta, como si su vida dependiera de eso. Le estiró con suavidad para segundos después devorarlo con impetuosidad y urgencia.

Gaara jugaba con un lápiz en el escritorio, moviéndolo en círculos y con la vista centrada en un lugar desconocido. Se sentía mal, deprimido y solo. No podía negar que se había hecho muchas ilusiones con Sakura, hasta imaginaba una vida con ella y sus hijos. Pero la realidad era otra muy diferente.

Una mano golpeando contra la puerta llamó su atención, no quería ver a nadie pero era su trabajo de Kazekage.

—Adelante.

Frunció el ceño al saber que se trataba del Uchiha.

—No tardaré— gruño el joven —solo vengo a decirte que dejes en paz a Sakura.

—Tú ya eres no nada de ella, no tengo porque obedecerte.

—Lo harás— exclamó cerrando la mano en un puño —no permitiré que te metas entre Naruto y ella. Me hice a un lado para que fueran felices, y no serás tú quien los fastidie.

La última palabra ofendió terriblemente al pelirrojo, haciendo que se levantara del sillón y apoyara las palmas de las manos sobre la mesa —La única que puede apartarme es ella, y no te preocupes, que ya lo hizo.

—Lo sé— contestó sonriente —y me alegro por eso.

En el rostro del azabache había rastros de altanería, egoísmo y orgullo, le agradaba la idea de que nadie más que Naruto, pudiera quedarse con la médico.

—Sal de mi oficina— ordenó malhumorado Gaara. Si seguía viéndolo probablemente lo golpearía, por la falta de respeto a un superior.

—Hum.

El ambiente se calmó al marcharse el Uchiha del lugar, su presencia alteraba la cordura del pelirrojo, quien recordaba los conflictos y peleas pasadas. Inhaló suficiente oxígeno para expulsarlo en un largo suspiro, tendría que sobreponerse a la desilusión amorosa como sea.

Naruto había llevado cargada a la pelirrosa hasta la cama, depositándola con cuidado y recostándose encima de ella, después de haber rodado la cortina y cerrado la puerta con seguro. Se sorprendió que ella no pusiera resistencia o intentos de querer huir, solo lo miraba y correspondía a los besos.

El cuerpo continuaba chorreando agua por el reciente baño, sin embargo, mezcladas con el calor de la situación, las gotas parecían evaporarse en su cuerpo. Se acomodó entre las piernas de la chica, tomándolas con las manos y doblándolas hasta llegar a la altura de la cintura. De manera hambrienta le devoraba el cuello, dejando varios caminos de saliva y moretones, por las succiones de piel.

Sakura se encontraba en una posición bastante complicada: las caricias la calentaban mucho más de lo que quería admitir, ni siquiera los sueños se comparaban con el fuego que desprendía el cuerpo masculino. En el trayecto del baño hasta la cama se mantuvo callada, pues el chico le mantenía la boca tapada con los labios, besándola con ímpetu. Aún tenía la ropa puesta, un poco húmeda, pero usándola.

—Nadie te hará el amor como yo— murmuró el rubio bajito, con la cabeza sumergida en el cuello de la fémina.

—Lo sé.

La respuesta despertó en él una rebelde curiosidad, obligándolo a subir el rostro y mirarla a los ojos —¿Por qué no te resistes? Podrías golpearme y escapar.

—Porque no quiero— confesó entrecortadamente, le era una tentación estar tan cerca de la boca del chico —podría huir de todo, menos de ti.

—¿Y Gaara?

—Cállate ya— susurró suavecito —no quiero hablar de nada, solo sentir.

Los ojos azules brillaron de lujuria, un vivo deseo y llama ardiente se reflejaban en ellos. Uzumaki la agarró delicadamente por la mejilla, abriendo la boca y haciendo un movimiento como si fuese a besarla, en el instante cuando Sakura creyó que lo haría, él se detuvo y retrocedió unos milímetros. Era una vil provocación.

—Tendré que usar toda mi fuerza para contenerme, no quiero lastimarte— dijo relamiéndose los labios.

—No te controles— suplicó quitándole un mechón rubio que le caía en los ojos —soy tuya, puedes tomarme como quieras.

—No debiste decir eso, Sakura-chan.

Ella entendió la advertencia cuando el jinchuriki sin compasión le besó la boca, pero de una manera tan apasionada y salvaje, que se mareó. Escuchó y sintió como la ropa le era desgarrada con las manos, estaba siendo despojada bruscamente de las prendas, sin un ápice de gentileza o suavidad.

Naruto rompió todo lo que le fuera estorbo entre su cuerpo y el de la chica, desde la blusa hasta la ropa interior. Estaba tan poseído por la pasión que no hizo caso a la voz interior que le aconsejaba tratarla con caballerosidad. Sin piedad la sujetó por los cabellos, tirándole la cabeza para atrás y mordiendo su cuello y hombros.

—Naruto— nombró bajito la mujer, aquellos movimientos le eran sexys pero también innecesarios. Se dejaría hacer sin usar la fuerza —por favor…

Aflojó el agarre, la conciencia y corazón no le permitían adueñarse de esa manera del cuerpo femenino. Sin dudarlo dos veces la encaró, clavándole los ojos en los labios ligeramente abiertos.

—Es mi primera vez— soltó nerviosa, le daba vergüenza decir ese tipo de cosas. Con suavidad colocó dos dedos de la mano derecha sobre los rellenos labios del joven, acariciándolos con amor y esmero. El kitsune por impulso los chupó, provocando que se estremeciera de inmediato por lo caliente y húmeda que tenía la boca. Una acción simple pero placentera y seductora.

—Prometo ser amable— suspiró segundos después, volviendo a la tarea de desvestirla y hacerla sentir mujer. Ubicó nuevamente las manos en sus piernas, tocando desde las rodillas hasta sus muslos, repitiendo el movimiento varias veces. Todo con el fin de excitarla y prepararla físicamente para el momento decisivo.

La escuchó jadear alocadamente, tal vez por los besos que esparcía en su cuello o las mordidas que le daba a sus senos. Una fina capa de sudor los bañaba, provocando que las sábanas blancas que le cubría desde la cadera hacia abajo, se humedecieran y pegaran a sus cuerpos.

Como la cortina tapaba la ventana, no existía algún tipo de iluminación dentro de la habitación. Solo podían verse y oírse algunos ruidos extraños de la cama, entre ellos los besos y gemidos de una mujer.

Sakura enterraba los dedos en la espalda masculina, por el delirio que le causaba sentir como un miembro se hundía en su interior, derrumbando cualquier muro u obstáculo que se interpusiera en el camino. El rubio agarraba las almohadas y apretaba con fuerza, soportando la tortuosa sensación de embestirla con profundidad.

Un sonido ronco escapó de los labios del chico, sirviéndole de prueba a ella todo el esfuerzo que hacía para no herirla. Juntó los labios, presionándolos con dolor y cerrando los ojos fuertemente, a la vez que la hombría avanzaba sin detenerse. En un inesperado arranque de salvación, le arañó la espalda, sin pensar en el dolor que le causaría.

—Sakura— se quejó el ojiazul, ahora le ardía el área por las uñas que se hundían sin compasión.

—Mírame.

Alzó el rostro sudado con lentitud, deteniéndose a solo unos milímetros de ella, apoyando la frente en la suya. Haruno entreabrió los orbes, fijándolos en el hombre que la observaba con enorme fascinación, bajándola después a sus labios y colocando una mano en su nuca.

Necesitaba con urgencia besarlo para calmar el fuego interior. Se apoderó de sus labios con pasión, como si no existiera un mañana, abriendo la boca despacio y recibiendo una lengua que amenazaba con ganarle territorio a la suya. La forma en que él le apretaba contra la cama, pareció enloquecerla. El sudor masculino le mojaba su propio cuerpo, tentándolo a que diera libertad a los instintos desconocidos que empezaban a surgir de su mente pervertida.

Le succionó por unos breves segundos el labio inferior, no podía negar que aquella zona era su mayor debilidad, pues el grosor le resultaba irresistible y exquisito. Después de un rato de jugar, abandonó la boca masculina para dedicarse a su cuello, como sucedió en los últimos sueños que tuvo.

Le mordió sin piedad, haciéndolo gritar de dolor pero sin lastimarlo en realidad. Aunque el cuerpo del chico la seducía a convertirse en una fiera sedienta, era su primera vez y no debía sobrepasar los límites de lo normal.

El ninja meneó la cadera por unos minutos, para después embestirla con todo, olvidándose de lo prometido.

—Naruto— pronunció jadeante, no aguantaría por mucho tiempo la necesidad de comérselo —Naruto— repitió, cualquiera que le escuchara temblaría ante el tono que usó.

Las grandes manos masculinas agarraron los muslos de sus piernas, acomodándola mejor para la siguiente estocada. Intentó moverse pero él no la dejó, solo le chupó el lóbulo de la oreja y beso suavemente el cuello. Sakura hizo una expresión de dolor ante la invasión en su interior, el miembro del chico seguía apartando las húmedas paredes para llegar al final del camino.

La respiración de los dos era agitada, sudaban abundantemente y no tenían intenciones de detener el acto, aunque ella sintiera dolor, en el fondo no existía más que un enorme placer. El movimiento de la cadera del rubio tomó velocidad y profundidad, el ritmo con que la embestía coordinaba con lo que la pelirrosa necesitaba.

No fue mentira el compromiso que hizo de poseerla con suavidad, solo que al principio se dejó guiar por la personalidad del zorro, que de vez en cuando lo dominaba. Le agarró los manos entre las suyas, entrelazando los dedos y subiéndolas por encima de la rosada cabellera.

La arremetió con un beso apasionado, tomando de la boca femenina la energía que requería para continuar con la actividad. La idea de cogerla como un animal hambriento volvía a retumbarle en la cabeza, afortunadamente conversaba un hilo de cordura y conciencia suficiente fuerte como para no ceder.

La kunoichi gimió deliberadamente, arqueando la espalda y abriendo un hueco entre ella y la sabana. Utilizó las piernas para apretar la cintura masculina, como medicamento a la enfermedad que sentía. Las embestidas profundas del jinchuriki le parecían un éxtasis, una sensación que le advertía matarla de placer.

Se le escapó un sollozo, por el dolor que la embargó el último movimiento. Como tenía las manos sujetadas a las masculinas, no podía agarrarlo de la nuca para besarlo, así que optó por morderle suavemente la mejilla para que volteara.

Naruto la miró hipnotizado, la frente le sudaba por el calor y el cuerpo no quería descansar. Vio como la joven se acercaba a la boca, pero él se le adelantó, entreabriendo los labios y atrapándole la zona inferior, estirándola como si se tratara de una elástica o algo flexible. Pero eso no era lo que ella necesitaba, así se lo hizo saber cuándo alzó más el rostro y lo besó con intensidad.

Por suerte nadie más entró o se preocupó por buscarlos, ya que ellos no salieron en toda la mañana y tarde de la habitación. Estaban muy ocupados revolcándose en las sabanas y fusionándose con la piel ajena.

Gaara esperaba al equipo 7 en la puerta de la Aldea de la Arena, para despedirlos y agradecerles por la efectividad con que cumplieron la misión. Tenía las manos metidas en el pantalón y mirando hacia un negocio de comida, cuando de pronto, se oyeron unas risas y pasos apresurados. Volteó a su espalda y descubrió que eran Naruto y Sakura acercándose a él, con las manos agarradas y caras de enamorados.

Abrió los ojos sorprendido por la escena, nunca esperó verlos así, tan juntitos y acaramelados.

—¿Y Sasuke?— preguntó el rubio sonriente.

—Aquí estoy— comentó apareciendo tras ellos.

—Ya vámonos, no quiero llegar tarde al hospital— dijo la médico feliz.

El pelirrojo los veía atentamente, en especial, a la pareja de enamorados.

—Siempre tan responsable— halagó el Uzumaki, parándose frente a su novia y quitándole unos cabellos rosados de la frente.

—Es mi trabajo.

—El mío ahora es consentirte— contestó posando la mano en la nuca de la fémina y besándole la boca con pasión, abriendo la boca y provocándola con la lengua. Ella gustosísima correspondió.

Sasuke volteó el rostro a otro lado, le asqueaba esas demostraciones de amor. En cambio el Kazekage los observó detenidamente, acalorándose involuntariamente por la intensidad que desprendía la escena.

Naruto lo hizo adrede, para demostrarle a Gaara que nadie más que él, era dueño absoluto de Sakura. Luciendo ante todos la hermosa mujer que dentro de poco se convertiría en su esposa.

El Uchiha carraspeó un poco —démonos prisa. No quiero estar aquí.

Los dos jóvenes luego de distanciarse empezaron el recorrido, pero no sin antes agradecerle al pelirrojo la hospitalidad y buen recibimiento. Éste solo asintió.

—¡Nos vemos!— exclamó forzosamente, los celos le carcomían el cerebro.

—¿Y ustedes? ¿Qué se traen?

La pregunta de Sasuke los hizo carcajearse hasta causarles dolor en la barriga.

—Sakura-chan es mi novia— alardeó el rubio sin soltarle la mano a la fémina.

—Hum.

—¿Por qué haces así?— interrogó la médico desconcertada.

—Solo espero que no se anden besando en todos lados…— advirtió en manera de broma —y que me dejen dormir en las misiones. No quiero oír ruidos raros.

Los novios se miraron unos segundos, para luego reírse con más ánimo.

—Trataré— contestó el Uzumaki viéndola tiernamente —será muy difícil, pero lo intentaré— agregó guiñándole el ojo.

Aquel gesto fue una clara señal hacia la pelirrosa de que no la dejaría descansar en las noches. De ahora en adelante tendría que lidiar con la bestia hambrienta que Naruto llevaba dentro, como lo hizo durante toda la mañana.

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Fin


¡Más de 5.000 palabras! Este capítulo sí que fue largo. Awww muero de amor por Naruto, no puedo negarlo. Pobre Sakura, mira que no salir por horas de la habitación tuvo que haberla dejado exhausta. ¡Que pobre ni que nada! ¡Que no daría yo por estar en su lugar, disfrutando de semejante papacito!

Es increíble que haya tantas parejas en un solo fanfic :O hubo NaruSaku, SaSuSaku, GaaSaku y NaruTema. ¡Santo cielo! El poder de los review es grande Jajajajaja sé que nadie me pidió la presencia de Temari, pero necesitaba que provocara celos en Sakura, para que ésta se fijara que no era la única dispuesta a comerse a mi sexy rubio. ¡Espero y les haya gustado!

PD: No me maten por las palabras repetidas, perdónenme la vida :K

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