Naruto y sus personajes pertenecen a Masashi Kishimoto. Solo es mía la historia, no permito que la copien.
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Aclaración: Aquí nuestro equipo 7 tiene la apariencia que en The Last Movie. Le coloqué calificación M pero no tiene lemon, solo insinuaciones adultas, indirectas sexuales.
¡Disfruten!
"Temperatura"
Capítulo I
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El equipo 7 corría velozmente por entre los árboles, saltando de rama en rama sin bajar la guardia. Mantenían la vista fija al frente, con los sentidos activos a cualquier intruso que quisiese interrumpir la misión. El cielo nublado avisaba que de nuevo llovería, como hacia media hora atrás, cuando estaban a mitad de camino y les cayó el aguacero.
Naruto y Sasuke aumentaban la velocidad de los movimientos, saltándose dos o tres ramas, olvidándose de cierta fémina que bajaba el ritmo por el cansancio. Poco a poco la fueron superando, logrando que unos metros los separaran de ella.
Un estornudo llegó a los oídos del rubio, percatándose de que al parecer Sakura había agarrado un resfriado. Se volteó hacia ella, viéndola de reojo y con atención. Bajo el ritmo y se ubicó al lado de ella, pendiente de cualquier otro síntoma que tuviera.
Sakura de nuevo estornudó, pisó una débil rama y empezó a caerse. Estaba tan débil y resfriada que no tenía fuerzas en los músculos para sujetarse de algo y evitar el golpe que se daría contra el suelo. Naruto la vio y se apresuró a sujetarla, por nada del mundo la dejaría caer.
Sasuke vio a su espalda, fijando la vista en su novia que bajaba por el aire, a punto de caerse hacia el duro piso. Iba a tomarla para que no sucediera, pero el Uzumaki se le adelantó, agarrándola a tiempo entre los brazos.
—Sakura-chan— nombró Naruto atajándola.
La nariz roja y parpados caídos de la chica mostraban claramente que estaba resfriada, temblaba del frio y se soplaba las manos, intentando entrar en calor.
—¿Estas bien?— preguntó Sasuke acercándose a ellos.
—N-no. Tengo de demasiado frío— respondió frotándose los brazos. Aún seguía en los brazos del kitsune.
—Fue la lluvia, dattebayo— comentó el rubio —debe descansar o se pondrá peor.
—Acamparemos aquí— dijo el Uchiha —no es bueno que nuestra única ninja medico se enferme— agregó viéndola a los ojos.
Ella asintió y cerró los ojos, frotarse los antebrazos con las manos y el calor que desprendía Naruto la reconfortaba. A pesar de que Sasuke era su novio, no le importó quedarse cargada en los brazos del rubio, pensó que eso no tenía importancia ahora.
—Estarás bien, eres muy fuerte— musitó el Uzumaki fijando la vista en el rostro femenino, admirándola como un loco enamorado. Sakura lo miró por unos segundos.
Sasuke se enojó por la cercanía que tenían esos dos, ella era su novia, no debía tolerar que su amigo la tuviera agarrada así, con los brazos por debajo de las piernas y espalda, como si fuera una princesa. Cerró la mano en un puño y se la llevó a la boca, carraspeando un poco para que notaran su presencia.
—¿Puedes mantenerte en pie?— interrogó seriamente, no quería mostrar abiertamente sus celos.
—Eso creo…— respondió moviéndose, pidiéndole a Naruto que la bajase. Pero cuando colocó los pies en el suelo, las rodillas le flaquearon y estuvo a punto de desvanecerse, sino fuera porque su amigo la sujetó de nuevo.
—Estas muy mal, Sakura-chan. Debe reposar, ese resfriado no parece ser cualquier cosa— regañó él suavemente, volviendo a tomarla en brazos y apretarla contra su pecho —Sasuke-teme, yo la mantendré así, mientras tu armas la tienda.
—No te pases de listo– refunfuñó el azabache desconfiado, sabia los sentimientos del rubio hacia su novia.
—¿No confías en mí?— interrogó burlón.
El Uchiha gruñó en respuesta afirmativa.
—Por favor, dejen de pelear como dos niños y acampemos de una vez.
Los dos jóvenes la vieron y movieron la cabeza, aceptando hacer a un lado la ridícula discusión.
Minutos después…
—Ya está— soltó Sasuke mal humorado —dámela, yo la recostaré— agregó extendiendo los brazos para cargar a la fémina. El Uzumaki dudó unos segundos pero luego aceptó, pasando el tembloroso cuerpo femenino a su amigo.
El azabache la llevó hasta la parte de adentro de la tienda y la depositó en la sabana estirada en el suelo, tapándola después con unas cobijas y terminando de acomodarse a un lado. Él tendría que pasar la noche sentado, vigilando el estado de gripa de la chica, y previniendo que el rubio no se le acercase ni un metro más.
...
El sonido de unos dientes tiritando, posiblemente del frio, llegaron a oídos del jinchuriki. No lo dejaban dormir tranquilo. Estaba en su propia tienda, con la almohada sobre la cabeza para evitar oír aquellos ruidos fastidiosos, pensando que se trataba de un animal dirigiendo un alimento. De pronto llego a su mente una posibilidad: seguramente era Sakura que se moría del ambiente tan helado que había.
Se levantó y salió de la tienda, acercándose a la de sus amigos y abriendo el cierre, para ver que sucedía allí dentro. Encontró a Haruno con la mandíbula temblando y moviéndose de un lado a otro, intentando encontrar la posición cómoda para dormir y que le brindase calor en aquel frio bosque. Sasuke sentado al lado la veía atentamente, pesando en quizás que barbaridades.
—Hasta donde estoy llega el sonido de sus dientes chocando— comentó el rubio con la mirada centrada en el azabache, dando unos pasos al frente agachado y cerrando el cierre, quedándose con ellos.
—Le puse todas las sabanas encima y aún tiene frio— dijo sin voltear a verle.
—M-me congelo— confesó la pelirrosa con los ojos cerrados.
—Yo puedo ayudarte— musitó el rubio.
El Uchiha lo miró desconfiado y con el ceño fruncido —¿Cómo?
—Brindándole calor.
La manera en que Naruto le respondió, sonó un tanto interesada y pretenciosa, hasta podría decir que con malicia. Pero Sasuke sabía muy bien que él no le haría daño a la kunoichi, la amaba mucho más que el mismo. Iba a negarse cuando otro estornudo de la chica lo alarmó, debían hacer algo o la misión se vería en problemas con una enferma.
—S-sasuke-kun…— llamó bajito la mujer, haciendo que él volteara a verla —no lo veas así. Lo conoces y sabes que no le conviene pasarse, o de lo contrario, le dejaría mareado del golpe— bromeó con una risita.
Naruto seguía parado esperando por una respuesta.
—Está bien— soltó el azabache, asintiendo con la cabeza lentamente.
El Uzumaki sonrió y se llevó las manos a la cadera, subiéndose la camisa y sacándosela por la cabeza. Quedó con el marcado y moreno torso al descubierto.
—¿Qué vas hacer?— preguntó Sakura con los ojos abiertos de par en par. Uchiha estaba que no lo calentaba ni el sol.
—Acostarme contigo, dattebayo— contestó como si fuera lo más normal del mundo —de esa manera entrarás en temperatura. El Kyuubi hace que siempre esté caliente.
La chica no pudo evitar tragar grueso y sudar un poco, por primera vez dormiría con Naruto a su lado, con ese perfecto cuerpo al descubierto.
El azabache observó todo con suma atención, le reclamaría al rubio si intentaba sobrepasarse.
El ojiazul se acomodó al lado de la chica abriendo espacio entre las sabanas y tapándose con ellas, acercándose lo más que podía al cuerpo femenino. Ella sintió una ráfaga de calor proveniente de él, aquello pareció reconfortarle y sin pensarlo dos veces, lo abrazó. Estaba de espaldas y por eso no vio el rostro furioso del Uchiha por el atrevimiento.
—Estas helada, Sakura-chan— murmuró al tener contacto piel con piel —estarías mejor sin toda esa ropa puesta— insinuó pícaramente.
—Naruto…— susurró bajito pero con severidad, allí estaba su novio y no podía tolerar los comportamientos alocados de su amigo.
Una carcajada salió de la boca del kitsune, terminando de abrazarla y apretarla lo más humanamente posible. No le importaba la reacción que provocaría en el Uchiha. Haruno pasó los brazos por los costados del cuerpo masculino, sumergiendo el rostro en su pecho y apegándose mucho más él. La respiración comenzó a tomar normalidad, ya que por el frio, se había vuelto entrecortada y dificultosa.
Uzumaki no desaprovechó la oportunidad de colocarle una mano en la parte baja de la espalda y oler su cabello rosado, desprendía un aroma a flores de cerezo.
Sasuke lo miró de forma intimidante, diciéndole con la vista que lo mataría de seguir agarrándola así, tan descaradamente. Pero en realidad no le haría nada, porque Sakura era la más beneficiada de aquella escena, la había visto temblar y estremecerse del frio, y ahora estaba tranquila y serena.
...
—Mmm— susurró Naruto cerrando los ojos por el deleite que le era olfatear la cabellera femenina. Sakura estaba dormida profundamente, no le daría ningún golpe.
—Compórtate— exigió el Uchiha.
El rubio dejó lo que hacía y miró a su amigo —¿Celoso?
—Hum.
El ojiazul rio un poco y dijo —No deberías desconfiar de ella.
—No confío en ti.
—Lo sé, puedo verlo claramente.
—Entonces deja de abrazarla así.
—Admítelo Sasuke-teme…— respondió sonriente —soy mucho más caliente que tú— presumió deliberadamente.
El Uchiha controló las ganas de golpearlo o contestarle, prefirió desviar la vista hacia otro lado, con tal de no ver como Sakura se arrimaba inconscientemente al cuerpo del kitsune. Debía aguantar semejante atrevimiento hasta el amanecer.
—Si no hubieras regresado por tu propia voluntad…— siguió hablando el rubio —yo la hubiera hecho feliz.
—Ella me quiere.
—También a mí— alardeó orgulloso, usando la mano en la espalda femenina para juntarse más, unir sus cuerpos, reforzar el abrazo. Podía sentir la respiración de la chica chocar contra su pecho.
Sakura continuaba dormida, parecía una bebe recién nacida en brazos de su padre. Tenía el rostro hundido en los definidos y cálidos pectorales masculinos, la piel de él era algo acalorada, proporcionándole el más delicioso calor.
—¿Sigues queriéndola?— preguntó el azabache en tono de reproche. Mirándole con una seriedad abrumadora.
—No, no la quiero— hizo una pausa, bajando la mirada hasta el rostro de la pelirrosa y detallándolo largamente —La amo. Daría todo por ella.
—Ahora está conmigo— recalcó el ninja.
—Cuando la abandonaste, yo la cuidé. La protegí de todo peligro, la ayudé, la apoyé y siempre le demostré mis sentimientos.
—Gracias por hacerlo— soltó forzosamente Sasuke. No le gustaban ese tipo de cosas, siempre se mantenía firme y serio ante las peores y mejores situaciones.
—No lo hice por ti— aclaró el ojiazul con seguridad —no me lo agradezcas. Es lo menos que podía hacer por la mujer que más he amado en esta vida.
Naruto y Sasuke se miraron por unos segundos, dando por finalizada la conversación. El Uchiha se acomodó en la sabana extendida unos centímetros lejos de ellos, girándose para darles la espalda y no ver aquella humillación. Uzumaki sonrió victorioso y terminó de recostarse, abrazando con todo a la chica dormida.
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El enorme y resplandeciente sol alumbraba el bosque, dándoles calor a cada una de las flores, hojas y habitantes hospedados. Sasuke arreglaba unas cosas dentro de la mochila, sentado bajo un gigantesco árbol y metiendo sus pertenecías. Completamente inocente de lo que sucedía dentro de la cerrada tienda.
Sakura comenzaba a despertar de su tan exquisito y relajante sueño, que tanto le había hecho falta. De pronto sintió un airecito rozándole los labios, como un soplido o ventilación. Lentamente abrió los ojos topándose con los gruesos labios masculinos, que estaban escasamente separados de los suyos. No pudo evitar recorrer con la mirada el rostro de Naruto dormido.
Era fino, de tez bronceada y hermoso. Las cejas le daban un toque atractivo acompañadas de los brillantes ojos azules, la nariz le parecía sencillamente perfecta, las mejillas abigotadas le otorgaban un toque zorruno, pícaro y a la vez seductor. La barbilla y la frente no tenían ningún defecto, así como estaban, eran signo de masculinidad. Los labios le parecieron sumamente atrayentes, difíciles de ignorar, irresistibles, provocativos y suaves.
Inesperadamente el chico abrió los ojos, encontrándose con la mirada penetrante y detallista de la joven, quien lo observaba detenidamente, sin disimular ni un poquito. Amanecieron en la misma posición que habían dormido: Completamente unidos, abrazados y con las manos en el cuerpo ajeno.
Naruto bajó la vista a la boca femenina, deseando probar aquellos labios que volvían loco su cabeza. Apoyó la frente en la de su amiga, usando la mano que tenía en su espalda, para ubicarla por detrás de su cabeza y retenerla allí. Ella no se opuso al contacto, al contrario, cuando sintió el presión en el cabello de unos dedos acariciándola, se acercó a él unos milímetros más de lo debido.
La distancia disminuía considerablemente, los dos jóvenes se miraron por última vez a los ojos en el momento que las narices se rozaron. Cerraron los orbes al mismo tiempo, entreabriendo un poco los labios y ladeando la cabeza a direcciones distintas.
Ella podía percibir la respiración muy cerca, avisándole que pronto se encontraría con los rellenos labios del chico. Él enredó los dedos en su cabello, sujetándola con suavidad por la nuca.
Sasuke entró repentinamente sorprendiéndolos a ellos y a él mismo, no podía creer lo que había visto: Naruto y Sakura estaban a punto de besarse, abrazados y unidos completamente. Ella posaba la mano en la costillas del rubio, justo donde los músculos podían sentírsele. El kitsune la agarraba por la nuca, fuerte y firme, para que no se escapara del beso que seguramente planeaban darse.
—Ya es hora de irnos— dijo el Uchiha ignorando la comprometedora situación, haciendo de cuenta que no había visto absolutamente nada. Sus amigos se distanciaron enormemente, algo nerviosos y ruborizados. Ellos al igual que él, decidieron no pronunciar alguna palabra con respecto a lo de hace unos segundos.
Rápidamente se alistaron y emprendieron la marcha hacia la Aldea de la Arena, donde el Kazekage Gaara los estaría esperando con los informes secretos mandados por Leydi Tsunade. Una misión algo sencilla pero de suma importancia. Brincaban de rama en rama, Sasuke con Sakura al lado y Naruto delante de ellos, a unos dos metros de distancia. Ella veía la fuerte y ancha espalda masculina, preguntándose internamente que era lo que sentía por él, y porque deseaba besarlo con impetuosidad. El Uchiha la miraba fijamente, cuestionándose la repentina desconfianza que tenía hacia ella, por lo sucedido en la mañana.
Y Naruto sonreía a escondidas, feliz por saber que sus sentimientos no eran tan rechazados después de todo. Con lo acontecido en la mañana comprobó que su amor era total y absolutamente correspondido.
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Continuara...
Dara brinca de felicidad, ¡por kami! Que ideas las mías xD Hablando con sinceridad, creo que le he agarrado un poco el gusto al NaruSakuSasu después de todo O.o pero eso sí, siempre a favor del NaruSaku. Jamás me verán escribiendo un encuentro candente o amoroso entre Haruno y el Uchiha, nop, eso sí que no. Mi rubio moreno tiene todo, absolutamente TODO lo que mi Saku necesita, desde inocencia y ataques infantiles, hasta madurez y masculinidad. Sé que Sasuke también tiene su atractivo, pero no me gusta para mi pelirrosa.
Casi me da un infarto con las palabras de Naruto "Admítelo Sasuke, soy más caliente que tu" hahahaha por poco y me lo como a besos. Y el azabache se quedó callado, eso fue peor hahaha. Le dio la razón a mi kitsune, ¡bien hecho! ¡así se hace!
Por poco y coloco un beso xD pero no quise que Sakura le faltara el respeto a Sasuke, eso no es normal en ella. Siempre la hemos visto respetuosa, sincera y directa. ¡Rayos! Estuve a punto de ceder a la tentación y hacerlos participar en un beso apasionado.
Bueno, será para otra ocasión U.U
Les informo que tengo problemas con la computadora :-( deberé mandarla a reparación y por lo tanto, existe la posibilidad de que me desaparezca dos meses. También regresaré a la universidad y eso requiere toda mi atención. Les aclaro que NO dejaré de escribir y publicar las historias, este es mi entretenimiento y pasión, mi manera de divertirme y expresar emociones.
Nop, no los abandonaré. Y así espero que ustedes no me dejen a mí. Recuerden apoyar a los escritores y/o escritoras, los lectores hacen que nos llegue la inspiración y ganas de seguir.
No olviden dejarme un review, ¡nos vemos! :D