Bueno, varios quedaron con un vacío con el final, así que aquí estamos tratando de que ya no lo sientan (conocemos el sentimiento)

Esperamos con éste pequeño extra, se sientan satisfechos :D


Evitando ser mejores amigos.


Syaoran estaba sentado sobre una silla de metal, era muy incómoda y llevaba como 15 minutos sentado en ella, miró a un lado, un gran espejo le mostró la irritación formada en su rostro.

Las otras tres paredes a su alrededor eran grises, frente a él había una mesa y otra silla, todo del mismo material.

Suspiró e hizo su cabeza hacia atrás, veía el techo con frustración.

De pronto escuchó la puerta abrirse y varios pasos acercarse, bajó su cabeza y alcanzó a ver como una persona era obligada a sentarse frente a él.

—Estaremos afuera —una voz femenina le dijo.

Syaoran asintió lentamente, veía con fijación a la persona frente a él, mantuvo sus brazos cruzados, pero sus manos estaban hechas puños, tuvo que tomar control de todo su cuerpo para evitar hacer lo que tanto quería.

—Mira nada más que agradable sorpresa —la persona frente a él le dijo con burla.

Syaoran trató de controlar su respiración mientras estudiaba a la persona en frente.

Su cabello había sido rapado, en su cuello había un tatuaje de una cola de dragón, pero sus ojos verdes con destellos azules lo veían de la misma manera que siempre lo hicieron.

Con un profundo odio.

Tal parece que eso iba a ser lo único que nunca cambiaría en él.

—¿Veniste a observarme? —le preguntó recargándose en el respaldo de su silla con una sonrisa.

—Vine a preguntarte porque —Syaoran le respondió—. Nunca te hicimos nada, jamás nos metimos contigo ¿Cómo nos puedes odiar tanto Kyle?

Kyle lo observó con dureza, llevaba casi ocho años encerrado en ese lugar, nunca esperó ver a Li frente a él haciéndole una absurda pregunta.

Se encogió de hombros con desdén.

—La pregunta correcta es ¿Por qué no? —le contestó, lo miró desafiante—. Años han pasado y vienes a preguntar eso, me pregunto porque lo haces.

Syaoran apretó sus puños de nuevo, con el nacimiento de su hija las pesadillas se intensificaron de manera desesperante... Sayumi era la viva imagen de su madre, exceptuando por el cabello, era del mismo color que el de Syaoran.

Kyle lo observó y una sonrisa irónica se formó en su rostro.

—No lo superas, después de tantos años sigues atormentado —susurró divertido.

Syaoran no desvió su mirada, es más, se la sostuvo, por eso aplazó éste encuentro por tantos años, sabía que lo iba a provocar.

Kyle soltó una carcajada que resonó por todo el cuarto, cuando se calmó miró a Syaoran de manera fija.

—¿Aún se estremece cuando la tocas? ¿Su miedo se refleja en sus ojos por instantes cuando la abrazas? —le preguntó en voz baja y grave—. Apuesto que varias veces te ha alejado pensando que soy yo, a punto de poseerla.

Syaoran se levantó de golpe agarró su silla y la llevó hasta la puerta acomodandola de tal manera que la misma impidiera que se pudiera entrar.

Kyle lo vió con suma diversión, Syaoran dio pasos rápidos y lo levantó del cuello azotándolo en el espejo.

Escuchaba que la puerta trataba de ser abierta con urgencia y un ligero—: Syaoran detente —ser gritado.

Lo miró con frialdad, pero Kyle no se inmutó en ningún momento, aún tenía esa sonrisa de burla en su rostro, se la iba a borrar a golpes.

—Quisiste destruir lo más puro e inocente de mi vida, debería matarte con mis propias manos —Syaoran susurró.

Kyle se rió.

—Hazlo, lo traes en la sangre si no mal recuerdo —murmuró divertido—. Ella siempre me llevará en su mente... Siempre.

Syaoran lo azotó de nuevo en el vidrio, una de sus manos se dirigió a su cuello y comenzó a apretar; la puerta se escuchaba ser empujada aún con más urgencia.

Mirando la agonía en los ojos de Kyle una revelación llegó a su mente; fue tan intensa que lo soltó de golpe y él cayó al suelo de lado.

Syaoran dio unos pasos hacia atrás, observó a Kyle llevarse sus manos esposadas a su cuello mientras se incorporaba y recargaba en la pared, tosió varias veces.

Los ojos de Sakura nunca lo ha visto con miedo, cuando la toca ella se pierde en sus caricias; siempre busca sus brazos a la hora de dormir... Él no vive en la mente de ella.

Era al revés.

Kyle lo vio con un profundo odio.

«Representan lo que él más odia» Recordó a Erica decirles.

Syaoran empezó a sentir lástima por el hombre sentado a unos pasos de él, había ido para intentar cerrar un ciclo.

Parece que había logrado su cometido.

—Todo lo que pasaste no es nuestra culpa Kyle, ni de Sakura ni mía... Lamento que vivas atormentado por tu pasado y que odies a todo aquel que logre la felicidad —le dijo en voz baja.

Suspiró y agitó su cabeza.

—Lamento aún más que hayas tratado de destruir el amor que había entre nosotros, creo que eso te llevó a entender que existe algo más fuerte que el odio —lo miró con tristeza—. Entendiste que pudiste tener algo real con Lixue y ahora eso te está carcomiendo.

La mirada de Kyle iba más allá del odio, pero Syaoran no pudo dejar de sentir pena por él.

Caminó a la puerta y después de quitar la silla, la abrió y salió sin mirar atrás.

Varios policías entraron al lugar sin decirle algo, su amiga lo vio con enfado.

—Pudiste meterte en un grave problema —le reclamó.

Syaoran la miró avergonzado.

—Lo siento Shiri —miró por el vidrio como levantaban a Kyle del suelo—. Gracias por esto.

Shiri tenía sus brazos cruzados, lo veía con irritación, sabía que le iba a ser difícil controlarse pero al final lo logró.

—Espero que no tengamos que volver a repetirlo —le dijo.

Syaoran le dio una pequeña sonrisa y agitó su cabeza.

—No te preocupes. —vieron a los policías sacar a Kyle y llevárselo—. Por fin puedo cerrar este capítulo —concluyó mirando a Kyle alejarse escoltado por varios agentes de la policía de Hong Kong.


Subió al asiento trasero del auto, ojos grises y azules lo veían con incertidumbre.

—¿Debemos llamar a Kyu para que te defienda? —Lien le preguntó ansioso.

Syaoran se rió y agitó su cabeza.

—No, está vivo y en perfecto estado —le respondió.

Eriol lo miró con sorpresa, de hecho habían estado planeando como explicarle a sus esposas que se tendrían que quedar más días para sacar a Syaoran del inminente problema en el que se iba a meter.

—Bueno, me quito el sombrero, si hubiera sido yo, estarían llamando a Kyu —Lien respondió enderezándose en el asiento del conductor.

Eriol vio con interés a Syaoran, se veía tranquilo y conforme consigo mismo.

—¿Tendremos que regresar? —le preguntó con cautela.

Syaoran negó con su cabeza.

—No, creo que después de hoy, estaré bien —le respondió.

Lien revisó su celular.

—Que bueno, Meiling está hecha una fiera porque Rei le dijo que Eizan se volvió a comer la muestra. —sacudió su cabeza incrédulo—. A este paso nunca vamos a decidir el pastel.

Eriol y Syaoran se rieron.

—Deberías ver a Tomoyo con los vestidos de las niñas, van dos...

—Cuatro —Syaoran lo interrumpió.

—Ah si, cuatro modelos que cambia —Eriol concluyó.

Lien lo miró irritado, Shiro se la pasaba admirando a su hija y eso le ponía los pelos de punta. Eriol se dio cuenta e hizo girar sus ojos.

—Ya supéralo, la ve así porque es una bebé —Eriol comentó.

—No hace lo mismo con Sayumi —le recordó mirando a Syaoran.

Él sacudió su cabeza.

—No sé porque se preocupan, son niños —les recordó.

Lien y Eriol lo vieron molesto.

—Espera a que Sayumi encuentre a alguien —Eriol murmuró, la cercanía de Kiyoshi con su hija lo ponía de nervios.

Syaoran hizo rodar sus ojos.

—Nunca seré como ustedes... O como Touya —dijo estremeciéndose.

Lien y Eriol se miraron, bueno, no había nadie que le ganara a Touya.


Syaoran entró a su hogar, después de dejar su maleta a un lado y quitarse su chamarra se dirigió a la sala, se veía una luz provenir de ella.

Al llegar vio la televisión prendida y a Sakura acostada en el sillón con una sonrisa.

—¿Qué ves? —le preguntó.

Sakura lo vio con sorpresa, su sonrisa se hizo más grande, pausó lo que estaba viendo.

—Creí que llegaban mañana —le dijo.

Syaoran caminó hasta ella le dio un beso en sus labios y moviendo sus pies del sillón, se sentó y puso los mismos en su regazo.

—Meiling se puso histérica, Eizan no deja de comerse las pruebas de pastel y amenazó con dejar a Lien en el altar si no regresaba —Syaoran le contó divertido.

Sakura se rió, llevaban años planeando esa boda, Lien no iba a dejar que la volvieran a posponer.

Se sentó y poniendo su mano en su mejilla le dio un lento y apasionado beso, Syaoran puso su mano en la parte de atrás de su cabeza presionándola aún más a él.

Cuando se separaron para tomar aire, Syaoran acomodó un mechón de cabello detrás de su oreja.

—Te extrañé —ella susurró.

Syaoran le dio otro beso en los labios y suspiró.

—Y yo a ti.

Miró la pantalla, y frunció el ceño, adornos azules, ella vestida de azul con una prominente panza de embarazo.

—¿Lo estás viendo de nuevo? —le preguntó irritado.

Sakura lo vio con culpa.

—No puedo evitarlo, es muy gracioso —ella respondió.

Syaoran entrecerró sus ojos, claro que lo era para ella.

Sakura reanudó la reproducción y se acomodó de tal manera que su cuerpo quedó recargado en el de Syaoran.

Él la abrazó pero no quitó la mirada de irritación.

En la pantalla se veía el baby shower de Kiyoshi, todo era risas y diversión hasta que llegó Touya, se mantuvo controlado la mayoría del evento.

Hasta que llegaron a la parte del pastel.


Syaoran se sorprendió cuando Rei y Eizan entraron con un pastel a su pequeña casa, estaban festejando dos cosas, el baby shower del pequeño Kiyoshi, y que por fin habían terminado de arreglar su hogar.

Era un pequeño pastel de dos pisos color azul, tenía un bebé hecho de fondant con varias cositas alrededor, como sonajas, ositos y pañales.

Sakura había derramado lágrimas de la emoción cuando lo vio.

Lo pusieron en una mesa en medio de lo que seria su sala en unos días, Syaoran y Sakura se sentían abrumados por la atención.

Pues todos sus amigos viajaron para la ocasión. Incluso Shiri con su novio Nao, el primo de Kyu.

—No sé qué decir, todos los que amo están aquí —Sakura dijo viendo a su alrededor.

Kyu estaba abrazando a Maaya, se habían casado meses atrás, el abogado y la arquitecta hacían una hermosa pareja.

Eizan y Rei tenían platos y cucharas en sus manos, ella estaba a punto de graduarse de Chef y por fin se iría a vivir a Tokio con su novio el futuro cardiólogo pediatra.

Shiri y Nao los veían con sonrisas, los agentes de la Interpol a los que les debían poder estar juntos sin tener que preocuparse por consecuencias de ningún tipo.

Eriol abrazaba a Tomoyo desde atrás, ella tenía lágrimas en los ojos mientras que él les daba otra sonrisa; la ascendente diseñadora de moda y el productor musical estaban felices por sus amigos, pues se merecían esa felicidad después de todo lo que habían pasado.

Lien y Meiling los veían desde la cocina, ella estaba cuidando que él no se acabará la gelatina con yogurt pero aún así los veían con enormes sonrisas, el ingeniero civil que pronto empezaría su pasantía con su padre y la futura pediatra los veían con emoción, pues por fin la montaña rusa se había acabado.

Y al final estaban los padres de Syaoran, el padre de Sakura, su hermano y su esposa y su mejor amigo y su novia.

Todos reunidos para celebrar la llegada de ese pequeño regalo casi mandado del cielo que empezó a trazar el camino a la felicidad.

Sakura estaba sin palabras, así que Syaoran tomó su mano y la besó.

—Gracias —él les dijo viendo a todas las personas a su alrededor, no había más palabras, con una podía expresar lo que ambos estaban sintiendo.

Todos aplaudieron, algunos con lágrimas en los ojos.

Cuando por fin repartieron el pastel, a Syaoran le tocó llevarle el suyo a Touya y Kaho, Sakura le aseguró que su cuñada mantendría bajo control a su hermano.

—Gracias —Kaho le dijo con una sonrisa.

Syaoran asintió y luego le dio su plato a Touya.

Él lo miró fijamente por unos momentos antes de tomar el plato.

—Más te vale hacerla reír todos los días de su vida, o vendré y te castraré —murmuró, Syaoran debió palidecer porque Kaho le dio un pequeño golpe a Touya en su pecho.

Y de la nada, Touya agarró su plato de pastel y se lo estrelló en la cara a Syaoran.

—¡Touya! —Kaho, Sakura y Fujitaka dijeron al mismo tiempo de manera reprensiva.

El susodicho se encogió de hombros y fue por otro pedazo con Meiling, que era la que estaba cortando el pastel.

Sakura se acercó a gran velocidad a Syaoran y le dio varias servilletas para que se pudiera limpiar.

A su lado podía escuchar a Eriol y Lien reírse, Syaoran suspiró mientras se limpiaba el rostro.

Sakura no dejaba de sonreír y eso lo irritaba en gran manera.

—¿Te parece gracioso? —Syaoran le preguntó molesto.

Ella sacudió su cabeza pero su sonrisa seguía plasmada en sus labios.

Syaoran puso sus manos en su cintura y la jaló hacia él besándola de manera apasionada... Y embarrándola de pastel.

Cuando se dejaron de besar, Syaoran volteó y con pesadez vio que todos los veían... En especial una cámara que su amiga de ojos amatistas sostenía en la mano.

Escuchó la risa de Sakura y no pudo evitar sonreír, bueno... Mínimo Touya no lo había matado.


—Tu hermano tiene problemas —Syaoran murmuró apagando la televisión.

Sakura le dio una sonrisa dulce y lo besó.

—Es algo de hermanos mayores.

Escucharon a lo lejos un ligero llanto, Sayumi se había despertado, Sakura se levantó y salió de la habitación, a los pocos minutos regresó con una pequeña de ojos esmeraldas de seis meses en sus brazos.

—Mira quien llegó, papá —le dijo caminando a Syaoran y poniendo a la pequeña en sus brazos.

Syaoran la vio con absoluta adoración, luego de reojo notó que Kiyoshi había salido de su recámara y los veía desde el marco de la habitación, Sakura estiró su brazo y el caminó a ella abrazándolo.

Syaoran de pronto notó que su hijo veía a su hermanita de una manera peculiar... Hasta conocida podría decir, suspiró y le dio un beso a su hija en la frente.

«No me debo preocupar, tú hermano te va a proteger tanto como yo» pensó sintiéndose en paz.


Ahora si :D