NOTA: Gracias a toooodos los usuarios no registrados por sus entusiastas y maravillosos reviews. Agradezco de corazón sus amables palabras. No tienen ni idea de lo feliz que me hacen. Los demás, miren su bandeja de entrada de FanFiction, que allí me hallarán.
Alicia: sí, me salvé XD. Tamara: ¡tremenda odisea, mujer! Con Orgullo y sin Prejuicio acepto agradecida tu Oscar ;). Anna Westergard: cuánta razón tienes sobre la familia, pero no, en la cabaña no iba a usar nadaaa XD
Guest1: vas por el capítulo 58, hay algunos detalles más en los siguientes capítulos. Guest2: pues más o menos la misma ansiedad que a mí daba al escribirlo, XD.
EPÍLOGO
Longbourn había crecido. En las estipulaciones matrimoniales de sus padres, Fitzwilliam Darcy cedió al pequeño Tommy la propiedad de Darrowsey, como suelo patrimonial subsidiario de Longbourn, pero no vinculado al sexo del heredero. Darrowsey se transmitiría a su primogénito, con independencia del género. Y si alguna vez, Dios no lo quisiera, volviera a darse una desgracia como la de las mujeres Bennet, siempre tendrían un hogar. Y con los años, y con la aprobación de Elizabeth, Darcy acrecentó la hacienda para el pequeño Collins y los que vinieran después.
Pemberley también prosperó bajo la mano de sus señores, como era de esperar. Sus arrendatarios respetaban al señor, porque siempre fue un patrón justo y ecuánime, pero adoraban a la señora, por las mismas razones, y porque con ella, a Pemberley había regresado la alegría.
Lizzy deja la pluma y aplica con cuidado la arena secante, antes de guardar su más reciente carta para Jacob en Longbourn. Se levanta con dificultad y muy poca elegancia, y mueve el cuello, intentando relajar los músculos. Con la mano apoyada con ternura en su abultado vientre se acerca a la ventana.
Tras los cristales, sus hijos menores juegan en los jardines, más allá del enlosado de piedra, rodeados de color y de luz. Los dos varones juegan a caballeros con palos de madera, mientras su hermana, en brazos de la niñera, da palmadas felices con sus manitas. Lizzy sonríe cuando la brisa de la tarde trae el eco de sus risas hasta ella…
Poco después, va en busca de su marido y está a punto de empujar la puerta entreabierta de su despacho cuando escucha voces adentro y se detiene. Es Tommy, y suena tan terriblemente triste que a Lizzy se le rompe el corazón.
—No soy un Darcy, padre. Todo el mundo lo sabe —dice, e intenta que no se le quiebre la voz, con esa madurez de un pequeño adulto de diez años.
—Claro que lo eres —afirma él, frunciendo el ceño con extrañeza. Algunas hebras grises engalanan sus sienes, pero sus ojos no han perdido nada de su intensidad.
—Pero mi apellido es Collins —insiste el niño—. Y mis hermanos…
—Escúchame bien, hijo… —dice, interrumpiéndolo. Lizzy casi pudo ver cómo su esposo ponía una mano sobre el hombro del pequeño—. Cada apellido viene con su propia carga. Con la mayoría de edad, tomarás posesión de la casa de tu abuelo, que es la herencia de tu padre y el trabajo de tu madre y de tus tíos. —El pequeño asiente, consciente de eso—. Pero un apellido no define quién eres, porque tú, hijo mío, eres un Collins, un Bennet, y un Darcy. Eres también un Gardiner, un Bingley, un Stitson y un Fitzwilliam. Incluso eres un de Bourgh, aunque parezca mentira —añade, y Lizzy escucha el resoplido de risa apenas contenida de su hijo—. No eres solo un apellido, Tommy. Eres la suma de todos los que te aman y los que han vivido antes que tú. Y un día, tus hijos serán todo eso y más.
—Pero padre… —murmura el chiquillo, a punto de romperse.
—Un apellido es solo eso, Tommy —continúa su padre, la voz llena de afecto—, parte de tu pasado, tu herencia y tu legado, pero nada más. Eres mi hijo, y eso no puede cambiarse.
Por la puerta entreabierta, Lizzy finalmente se asoma y puede ver cómo el niño se lanza a los brazos de su padre y él lo alza al vuelo para abrazarlo en los suyos, trayéndole consuelo.
Y Elizabeth Darcy, nacida Bennet, viuda de Collins, solo pudo amarlo más por ello.
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NOTA:
Y aquí nos quedamos. Gracias por tanto que me llevo conmigo.
A la cantidad ingente de lectores fantasmas, les pido por favor se animen a buscar su voz para dejar un review con sus pensamientos en este último capítulo. Al menos esta vez, porque la historia termina aquí.
Les agradezco a todos, de corazón, su compañía en este viaje.
Un abrazo.