Digimon no me pertenece y escribo esta historia sin fines de lucro.

Reto de Marin-Ishida en el Foro Proyecto 1-8.


Les prénoms de Paris


Le soleil qui se lève

Et caresse les toits

Jacques Brel

Yamato podría sacarse el premio al mejor observador de Sora del mundo. No son solo sus pecas (le gusta detectar el momento en que aparecen), sus ojos que cambian de tono o la forma en que le tiemblan los hombros cuando está nerviosa. Es también que, si no la mira, puede perderse el momento en que su humor, su predisposición o sus ganas de estar al aire libre cambian. Y Sora, sabe él que la observa, no expresa su cansancio, aburrimiento o mal humor con palabras, con gestos notorios ni, en general, con ninguna actitud que pueda molestar a quien la acompaña.

Por eso, también, Yamato la observa.

(Y porque es muy linda, que hablar).

Sora se ha distraído de lo que estaba diciendo. Mira a una mujer que empuja un carrito con un bebé. No ha dejado de sonreír ni ha hecho comentario al respecto, pero ha dejado de revolver su malteada y el agua condensada en los bordes del vaso le ha mojado las manos sin que las retire. Yamato sabe que a Sora no le gustan las manos mojadas, y sabe que si no se las ha secado es porque no se ha dado cuenta. Y si no se ha dado cuenta, es porque su mente ha volado más allá de ellos dos en ese café parisino al sol del mediodía.

Se pregunta si mira el gran sombrero oscuro de la mujer, porque tiene calor, o si mira su estilo elegante, porque la admira, o si mira al bebé, con anhelo.

Yamato no lo sabe, pero lo sospecha.