VOVERÉ ANTES QUE AMANEZCA
Declaración legal: Dragón Ball súper no me pertenece
"Volveré antes que amanezca", le había dicho. No, Esas no podían ser sus últimas palabras entre ellos.
Habían pasado por muchas situaciones difíciles; pero ninguna parecía importante en estese momento.
Bulma fue a la terraza y se sentó en una banca a observo desde la oscuridad la ciudad ¿Será que no volvería a ver el sol? ¿Serian esas sus últimas horas? No era una jovencita, pero tenía mucha vida por delante, en su cara se formó una sonrisa al recordar.
Era una chiquilla de dieciséis años, creyéndose preparada para la vida salió un día de su casa en busca de sus sueños
—La aventura le hará bien— dijo su padre
—No olvides llamar todas las noches— había dicho su madre
Ni en sueños ella dejaría ir a sus hijos en una locura como aquella.
No la motivaba la ambición, pues una niña con sus recursos podía tener lo que quisiera, si la leyenda era cierta ¿que pediría? ¡Fresas claro! era un castigo que las fresas no se dieran en todo el año. Pediría un tazón infinito de fresas. Sí, eso seria.
En el camino y entre tantas aventuras su idea cambio "¡Al rayos las fresas!" las podía pedir de cualquier país del mundo, pero un príncipe azul, eso sí era un sueño.
No fue magia, ni fue instantáneo; pero esa aventura inicio el largo camino que la hizo cruzar destino con su príncipe azul.
Su vida había sido un cuento de hadas, sin las hadas, su verdadero príncipe apareció con brillante armadura y todo, habían tenido familia y con la llegada de su segunda bendición sus sueños e ilusiones habían subido hasta el cielo.
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Vegeta y Goku llegaron a su destino, sin embargo los hicieron esperar; eso de organizar 70 guerreros no era cosa tan fácil, Vegeta desearía que hubieran comenzado de inmediato, esos lapsos de tiempo no hacían más que martirizarlo con recuerdos y sensaciones.
¿Dónde estaba el guerrero tenas y arriesgado que daba todo en una batalla?, que sus movimientos eran fluidos, que podía escuchas mil explosiones a su alrededor sin que perturbaran su atención.
¿Por qué ahora con cada movimiento recordaba su familia? ¿Con cada golpe escuchaba sus voces animándolo? ¿Con cada caída pensaba que quien sufrían eran ellos? Sabía que el resultado de fallar en esta batalla no sería solo su muerte; sino el de su esposa, el de su hijo y el de su pequeña que no había alcanzado a disfrutar.
Sí, el sí sabía cuándo había empezado esa sensación que se alojó en su ser para nunca abandonarlo, fue un día que no olvidara jamás, ahora le gustaría decir que fue mucho más antes pero no podía engañarse a si mismo.
Él tomo a la terrícola como su esposa, poco después la noticia de que de esa unión vendría pronto un hijo no lo tomo por sorpresa, era el resultado lógico y esperado; aunque su familia era parte de su vida; hasta ese momento no era lo principal. Todo eso quedaba en segundo plano cuando estaba ante una batalla; pero todo cambio ese fatal día que vio a su hijo caer en batalla, ese excelente joven que le profesaba devoción y lealtad por mas mal que lo tratara, de un momento a otro dejo de vivir, tal vez ese fue la primera vez que Vegeta entendió la verdad de la muerte. No eran números de este bando y el otro que bajaban, como estaba acostumbrado a ver en las guerras, era una persona toda una historia, sueños, anhelos, familia todo eso que dejaba de existir.
En su interior hubo un cambio del que no le hablaría a nadie; pero ese día juro que nunca volvería a ver a alguien de su familia caer mientras él este con vida.
—Maestro— escucho una voz débil a su lado se giró y reconoció de inmediato al joven que lo miraba
—Kiabe —saludo
—Temo que ya no podré llamarlo maestro, maestro —dijo con pesar en su voz
—Lo entiendo, me hubiera gustado conocer tu planeta
—Creo que ya no será posible, sé que no tengo oportunidad contra usted pero quiero advertirle que daré todo de mí— Los ojos del joven brillaban con determinación.
Una pequeña sonrisa se ladeo en sus labios ante la declaración del su joven pupilo
—No esperaba menos de ti Kiabe
El joven guerrero se retiro
Se acercó Goku
—Parece que tardara un poco, están organizando las cosas ¡Que fastidio! – Se quejó mientras cruzaba los brazos—le prometí a diecisiete que solo serían un par de horas.
—Para ti todo es un juego ¿cierto?
—Oye, sé que todos están molestos con migo; pero yo no quería que las cosas fueran así, ya lo tenían planeado. Si no fuera por el torneo habríamos desaparecido sin darnos una advertencia hubiera sido peor ¿no crees?
Vegeta sabía que tenía razón pero aun así decidió no contestar a eso.
Tierra
¿Cuánto tiempo había pasado? la oscuridad de esta madrugada parece eterna. Qué raro, debería estar temblando de miedo, debería estar en conmoción aprovechando sus últimas horas para… ¿para qué? En este momento nada parecía ser importante, en cambio lo que sentía era una paz plena, su mente vagando en momentos pasados que en su tiempo considero no importantes, pero parece que su mente los había archivado como especiales.
Como la mirada de orgullo de Vegeta cuando Trunks dio sus primeros pasos, a pesar que intento disimularlo, o como aquella noche que se quedó dormida en el laboratorio y a la mañana siguiente despertó en su cama con la tibia sensación de haber recibido un beso en la mejilla y recordar entre sueño haber escuchado la voz de Vegeta diciendo: "descansa mujer". Claro que al preguntarle si fue él quien la trajo lo negó de inmediato; pero ese rubor que subió a su cara lo delato.
Bulma no sabía cuánto tiempo había pasado ya; pero parecía que tras las montañas de aquellas tierras donde legendariamente nace el sol, este estaba a punto de salir. Sin meditar que hacía, se puso de pie acercándose al murillo de la terraza. Fijo su vista a las montañas ¿será que el sol tras toda posibilidad saldría este día? ¿Será que su mundo había sido salvado? Estaba concentrada en ver qué ocurriría cuando sintió tras su espalda unos firmes brazos la tomaban por la cintura con asombro se giró para ver al recién llegado
—¡Vegeta!— dijo con sombro
—Te dije que regresaría antes del amanecer
Ella se lanzó hacia él aprisionándolo entre sus delgados brazos
—Vegeta, ¡Dime que no es un sueño, dime que realmente estas aquí! —sus palabras rodeaban la alegría y el llanto, la emoción era todo un torbellino
—Ya todo pasó, te prometo que no tienes ya de que preocuparte— la tranquilizo él rodeando su cintura
—¡Ganaron, ustedes ganaron! Los demás…
—Todos están bien– le aseguro
—no comprendo pensé que…
—Al final todo salió bien. Eso no importa ahora, te diere los detalles después; lo que ahora importa es que estamos bien y te prometo que va a quedarse así—le aseguro viéndola a los ojos. Sus cuerpos reaccionaron con mente propia, como solían hacerlo, y se unieron en un beso tan necesario para ellos como el aire que respiraban.
En ese momento un radiante sol salía de entre las montañas trayendo luz a este día y calentando con sus rayos a aquella pareja que tenía mucha vida por delante.
Hola, la verdad no tenía intenciones de hacer esta segunda parte, pero no pude evitarlo creo que todas mis historias merecen un final feliz. Estoy segura que en el programa también van a tener uno ¿verdad? Eh, bueno después del fin de la saga de Trunks Mirai ya no estoy tan segura. Pero por si no aquí esta uno : )
Gracias a las personas que se tomaron el tiempo en leer y a los que me dejaron un comentario (hoy hubieron lectores nuevos) y a los que me marcaron como favoritos.
Bueno ya solo me queda saludar a:
Luis Carlos, Mary Alice Friki-Beilinksi, Xiomara, Yops, Sora Fanfiction y Sky d.
24/4/17