Disclaimer: nada de esto me pertenece, los personajes le pertenecen a Stephenie Meyer y la historia a Rochelle Allison, yo solo la traduzco.


AIR

Capitulo unoAire

Alice se sentó a mi lado, apretándome la rodilla. ―Deja de pensar en ello, chica.

―No puedo. ―Estaba sentada triste al borde de mi cama, mirando mi reflejo en el espejo de la puerta.

Peter era uno de mis amigos más cercanos. Era guapo, con talento y un estilo increíble. Pasábamos tiempo juntos constantemente y teníamos muchas cosas en común. Durante los últimos meses, nos habíamos acercado cada vez más y a veces me parecía que él también sentía algo.

Pero entonces Irina, una de nuestras mejores amigas de casa, vino a visitarnos a Alice y a mí. Yo era mona pero, ¿Irina? Era era absoluta e increíblemente hermosa. Estaba acostumbrada a ello -éramos amigas desde primaria.

Peter, sin embargo, no estaba acostumbrado a ello. Bastó solo una mirada para que se enamorase locamente.

Fue casi como una puñalada.

A favor de Irina hay que decir que no cedió a los encantos de Peter -por respeto hacia mí. Sabía que ella también se sentía atraída por él, pero nosotras siempre habíamos seguido el código de las chicas: nunca vayas a por el chico que le gusta a tu amiga.

Lo único que me hacía sentir mejor era que Irina no estaría por allí mucho tiempo; su vuelo a Phoenix salía en dos días. Entonces Peter tendría que superar su enamoramiento. Aunque eso también era una mierda. Irina era como mi hermana, y yo odiaba ser patética y celosa.

Ugh.

―Esta no es la primera vez, ―le dije a Alice―. Estuvo Paul Brenner en décimo... y Jared el último año...

Alice me frotó la espalda con simpatía. ―Olvida todo eso. Vamos a pasarlo genial esta noche con los amigos de Jasper.

―Sí, así es, ―dijo Irina, materializándose del baño. Tiró de mí hasta la cómoda y me dio un tubo de rímel―. Toma.

* . *

Jake me sonrió. Era guapo y muy... caballeroso. Era obvio que no pasaba nada entre nosotros, y eso me tranquilizó.

Él y Sam eran amigos de Jasper, el tío mayor con el que Alice había empezado a salir. Jasper estaba muy bueno, y con él vino toda una nueva liga de amigos mayores y fiestas guays. Rose y yo normalmente nos acoplábamos, pero aquella noche ella trabajaba. Sin embargo, era una de las últimas noches de Irina, así que queríamos hacer algo divertido.

Los chicos eran divertidos, dándose golpes en las costillas y lanzándose pullas. Los seis jugamos un rato al billar, matando el tiempo en casa de Jasper antes de ir a la barbacoa por el cumpleaños de su amiga.

―Otra vez, ¿cómo se llama? ―preguntó Alice.

Habíamos decidido ir andando, era una noche cálida de verano y la barbacoa era en una casa a unas manzanas de la de Jasper.

―Kate. Está bien, te gustará. Fuimos juntos al colegio, ―contestó Jasper. Entrelazó su brazo con el de Alice.

Jake sonrió satisfecho, ofreciéndome su brazo, y luego Sam le dio el suyo a Irina, y así marchamos por la acera, como si estuviéramos en el baile de fin de curso o algo.

El jardín trasero de Kate estaba lleno de farolillos de papel de todos los tamaños. Iluminaban el espacio con un suave brillo, como pequeños y acogedores planetas que podíamos tocar con solo estirar el brazo. Aparentemente, Jake y Sam también conocían a aquella gente y, tras asegurase de que habíamos sido presentadas y teníamos algo para beber, se marcharon para mezclarse.

Irina y yo encontramos una hamaca y empezamos a hablar, balanceándonos suavemente adelante y atrás. Estaba bien simplemente estar con ella, sin tener que preocuparme de Peter o mi horrible envidia. La quería y la echaría de menos cuando se marchara.

―Tengo muchas ganas de mear, ―dijo al final, poniéndose de pie.

―¿Quieres que vaya contigo? ―pregunté, levantándome también―. O podría ir a por más bebida y reunirme de nuevo contigo aquí...

―Hagamos eso.

Nos separamos y yo fui a la barra. La noche había caído y, aunque el aire todavía era cálido, ya no era húmedo; de hecho, en ese momento soplaba una agradable brisa.

Cuando me di la vuelta para volver a la hamaca con nuestras bebidas, noté dos cosas. Una, que hacía bastante tiempo que Irina se había marchado y, dos, que había otra gente en nuestro sitio.

―Maldición. ―Me moví, mirando a mi alrededor.

Alice estaba sentada en el regazo de Jasper, hablando y riendo con un pequeño grupo. Jake parecía estar fumando con un par de chicos en unas tumbonas.

¿Dónde demonios está Irina?

―Hay un sitio vacío justo ahí, si quieres.

Me volví hacia la voz poco familiar.

―Oh... está bien. La verdad es que me gusta estar de pie, ―dije, dejando la copa de Irina en una mesa cercana.

―A mí también, ―dijo, con los ojos fijos en mí un momento antes de mirar a otro lado. Era difícil saberlo, pero me pareció que eran azules, o verdes. Era guapo.

En plan realmente guapo, y definitivamente mayor que yo.

―Así que... ¿eres amigo de Kate? ―pregunté.

―Es mi hermana.

―Oh, venga ya... ―Le miré con un poco más de detenimiento. Pude verlo; tenían la misma piel cremosa y el pelo broncíneo.

―¿Buscas un parecido familiar? ―preguntó, y su voz adquirió un tono de burla.

―Sí. ―Asentí, sonriendo.

Era tan, tan mono. No, no mono -guapo. En un sentido clásico. Tenía el tipo de cara que se ve en revistas y películas, pero con discreción. Fácilmente podría haber ido y venido sin notarle para nada.

―Soy Edward.

―Bella. ―Nos dimos un apretón de manos―. Hemos venido con Jasper, Jake y Sam.

―Ah, Jasper, ―dijo, sacudiendo la cabeza mientras se llevaba una botella de cerveza a la mano―. Es todo un personaje.

Hablamos hasta que se acercó otra chica y empezó a hablar con Edward. Era agradable, pero yo no era realmente parte de la conversación así que me desvanecí al fondo de nuevo, preguntándome qué le habría pasado a Irina.

Y entonces la vi hablando con un tipo. Para nada sorprendente.

Bueno, aquello era incómodo. Me había gustado hablar con Edward, pero la verdad es que parecía estar un poco fuera de mi liga. No era solo su aspecto, sino su edad; me sentía demasiado joven al hablar con él. Todos los que estaban allí parecían así, aunque todos habían sido bastante simpáticos. La necesidad adolescente de ser más guay, más madura, cayó sobre mí.

Me pregunté qué pensaría Edward de mí, si es que pensaba algo. Le eché otra mirada; su conversación parecía estar terminando.

―¿Cuál era tu nombre? ―preguntó de repente, mirando intensamente su botella.

―Bella.

―Bella, ―repitió―. Bueno, Bella, parece que tu amiga ha encontrado a mi hermano.

Miramos hacia donde había visto a Irina.

―¿Tu hermano? ¿Cuántos sois?

―Cuatro. Dos chicos y dos chicas.

―¿Y estáis todos aquí esta noche?

―Todos excepto Siobhan. Ella vive en Maine.

―Oh, vale. ―Me di cuenta de que me había terminado mi bebida.

Rose me envió un mensaje preguntándome dónde estábamos para poder ir en bici cuando acabase su turno. Dejé mi vaso para poder contestarle, esperando que Edward no se marchase mientras lo hacía.

* . *

Dos de la mañana.

Mucha gente, incluyendo a Jake y Sam, se había ido. Pero estaba bien. Yo tenía un poco de puntillo.

Alice tenía a Jasper e Irina tenía a Riley: El Hermano.

Yo estaba un poco enamoradilla del misterioso Edward. Habíamos hablado de forma intermitente toda la noche, pero era difícil de leer. Un par de copas me habían soltado, sin embargo, y -maldición- quería que se fijase en mí. Era atrayente. Sexy.

Realmente sexy.

Me pregunté si tendría novia. Los chicos así estaban cogidos o a punto de estarlo.

―¿Lista para irnos? ―dijo Alice, arrastrando las palabras y sujetándose al borde de la camiseta de Jasper.

―Supongo. ―Miré a mi alrededor en busca de Edward. En ese momento estaba sentado en la hamaca, hablando con la chica del cumpleaños -su hermana, Kate.

Quise ir a despedirme, pero no lo hice. Casi... no pude, como si los nervios me incapacitaran. A regañadientes, seguí a mis amigos fuera del jardín en fila única a través del callejón que llevaba a la parte delantera.

El vecindario vacío estaba lleno de farolas y sombras. Irina había sacado a Riley de la fiesta y estaban en medio de la calle en ese momento, balanceándose, casi bailando. Era grácil hasta borracha.

Empecé a sentirme agitada. Sabía que tal vez no vería a Edward de nuevo. Ciertamente, no nos movíamos en los mismos círculos.

Así que cuando Irina se acercó a mí y me preguntó qué necesitaba -porque me conocía y podía ver que estaba teniendo uno de esos momentos-, me incliné hacia ella para susurrarle al oído, rebosante de coraje líquido.

―Dile a Riley que traiga a su hermano.

Ella sonrió brillantemente. ―Está bien.

La vi correr de vuelta a dónde estaba Riley, y luego le vi a él escabullirse de nuevo por el callejón.

Tal vez no había sido la mejor idea. ¿Y si decía que no?

Pasaron un par de segundos. Alguien se subió a la bici de Rose y empezó a hacer caballitos, con sus risas haciendo eco por la calle.

¿A quién quería engañar? Por supuesto que iba a decir que no. Mierda, la ansiedad me estaba matando y estaba considerando seriamente buscar a Riley cuando este emergió de la casa con Edward detrás de él.

Me miró y se acercó. Su expresión era diferente a la de antes.

Accesible.

Empezamos a andar entonces, callejeando y felices, y con la libertad que da el verano -con Rose montando en círculos y su bici brillando a la luz de la luna.

Edward y yo no hablamos. Solo caminamos uno al lado del otro, robándonos miradas y echándonos sonrisas.

Quería tocarle, no podía esperar.


Hola!

Aquí estoy con una nueva traducción de Rochelle Allison.

Las actualizaciones serán los sábados. ¡Espero que os guste!

-Bells :)